Francisco Sánchez del Pino
Director de la Revista R-Existencias |
El número monográfico que presentamos tiene un sabor especial, no sólo por el contenido que se propone compartir y lanzar al debate, sino por el hecho de inaugurar una nueva sección de R-Existenciasque se venía echando en falta y cuya apertura tenemos el gusto de anunciar.
¿Para qué leer una serie de textos como los que siguen en un mundo como este? Es una pregunta que siempre planea entre quienes nos empeñamos en que esta revista continúe saliendo adelante, y está planteada desde un espíritu eminentemente práctico, de intervención político-cultural. Nada más comenzar la lectura se podrá entrever que Nancy Fraser, con su propuesta polémica, ofrece una respuesta a tal requerimiento. Basta con empezar a ojear el llamamiento conjunto a la huelga de mujeres del 8 de marzo de 2017 para saber de qué va la historia: en un mundo en el que la presidencia de los Estados Unidos acaba de ser ocupada por Donald Trump, la cuestión es, nada más y nada menos, ¿cómo evitar caer, a partir del rechazo a la misoginia del presidente norteamericano, en una corriente de legitimación, travestida de una cierta forma de "feminismo", de todo aquello que ha provocado el brutal deterioro de las condiciones de vida de las mujeres en los últimos 30 años, la financiarización y la globalización neoliberal, que representaba como nadie Hillary Clinton?
De manera inaplazable, se trata de ligar feminismo y anticapitalismo para dar fuerza a una emergencia que se manifestaba en Estados Unidos, donde la autora ha desarrollado desde hace muchos años su trabajo académico y militante, pero que recoge las manifestaciones que, producidas en lugares enormemente diversos del mundo, apuntan en una dirección compartida. El llamamiento no cayó en saco roto, y el hecho es que el 8 de marzo de 2017 supuso un hito. También en España. ¿Por qué no pensar en la posibilidad de que suponga un nuevo comienzo, después de las derrotes históricas de los movimientos sociales en los años 80 y de la integración en el sistema de importantísimos sectores y planteamientos de los mismos?
Ya en 1985, Manuel Sacristán planteaba que:
¿Para qué leer una serie de textos como los que siguen en un mundo como este? Es una pregunta que siempre planea entre quienes nos empeñamos en que esta revista continúe saliendo adelante, y está planteada desde un espíritu eminentemente práctico, de intervención político-cultural. Nada más comenzar la lectura se podrá entrever que Nancy Fraser, con su propuesta polémica, ofrece una respuesta a tal requerimiento. Basta con empezar a ojear el llamamiento conjunto a la huelga de mujeres del 8 de marzo de 2017 para saber de qué va la historia: en un mundo en el que la presidencia de los Estados Unidos acaba de ser ocupada por Donald Trump, la cuestión es, nada más y nada menos, ¿cómo evitar caer, a partir del rechazo a la misoginia del presidente norteamericano, en una corriente de legitimación, travestida de una cierta forma de "feminismo", de todo aquello que ha provocado el brutal deterioro de las condiciones de vida de las mujeres en los últimos 30 años, la financiarización y la globalización neoliberal, que representaba como nadie Hillary Clinton?
De manera inaplazable, se trata de ligar feminismo y anticapitalismo para dar fuerza a una emergencia que se manifestaba en Estados Unidos, donde la autora ha desarrollado desde hace muchos años su trabajo académico y militante, pero que recoge las manifestaciones que, producidas en lugares enormemente diversos del mundo, apuntan en una dirección compartida. El llamamiento no cayó en saco roto, y el hecho es que el 8 de marzo de 2017 supuso un hito. También en España. ¿Por qué no pensar en la posibilidad de que suponga un nuevo comienzo, después de las derrotes históricas de los movimientos sociales en los años 80 y de la integración en el sistema de importantísimos sectores y planteamientos de los mismos?
Ya en 1985, Manuel Sacristán planteaba que:
"El feminismo organizado [...] no ha seguido ni mucho menos la marcha que le podíamos augurar en sus comienzos en los años sesenta [...]. Eso no quiere decir que no haya un estado de ánimo mucho más receptivo a los problemas de la mujer en nuestra civilización [...]. Y, principalmente, "Yo creo que lo que ha determinado no una separación pero sí un cierto desfase entre los movimientos feministas y la tradición marxista central, troncal, no es tanto deficiencias de la tradición marxista respecto del problema de la mujer cuanto una entrada en crisis de la misma visión global marxista y de la esperanza global que significa para muchos pero que antes lo significaba para más. Tal vez, cuando esta época de crisis pase, volverá a significar para muchos más pero no en el momento en que estamos."
Esa etapa de "crisis", marcada por el uso capitalista de los movimientos (feminismo de régimen, verde pálido...) que denuncia otro de los autores que hemos tratado en esta revista, el italiano Carlo Formenti, puede ser lo que desafía el planteamiento de Nancy Fraser, quien, de alguna manera, intenta responder a esa necesidad de recuperar "la visión global" de la que hablaba Sacristán recogiendo el guante lanzado por la reflexión polémica de Formenti a propósito del "populismo".
A través de esta publicación, pues, desde R-Existencias queda abierta esta nueva sección desde la que pretendemos contribuir, modestamente, a poner en diálogo a una concepción político-social feminista con un marxismo "después de la crisis del marxismo", un diálogo eminentemente práctico por un comunismo como alternativa a la mundialización capitalista que pone en cuestión la vida en el planeta.
A través de esta publicación, pues, desde R-Existencias queda abierta esta nueva sección desde la que pretendemos contribuir, modestamente, a poner en diálogo a una concepción político-social feminista con un marxismo "después de la crisis del marxismo", un diálogo eminentemente práctico por un comunismo como alternativa a la mundialización capitalista que pone en cuestión la vida en el planeta.
Francisco Sánchez del Pino es también miembro del colectivo Jaén, ciudad habitable y del movimiento "IU por la BASE"
Para tener más información sobre la página y nosotrxs, nos puedes escribir al mail: ecofeminismo.bolivia@gmail.com
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