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martes, 31 de diciembre de 2019

#CifrasDeLaVergüenza Tercer año consecutivo de repunte de asesinatos por violencia machista

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RedaccionFeminista
TribunaFeminista

La cifras de la violencia de género /violencia machista en 2019

El número de asesinadas por violencia de género ha registrado un nuevo repunte en 2019, cuando al menos 55 mujeres han perdido la vida a manos de sus parejas o exparejas, a falta de unos días para que se cierre el año. El número de víctimas mortales lleva aumentando desde el año 2017, cuando se contabilizaron 50 asesinadas, y también creció en 2018, año que cerró con 51.

En 2016, con 49 asesinadas, descendió la cifra de víctimas respecto a 2015, año que registró un pico con 60 víctimas. Así se refleja en la estadística que elabora la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. Desde el 1 de enero de 2003 hasta la actualidad, son 1.033 las mujeres víctimas mortales de este tipo de violencia.

La última víctima incorporada a este recuento fue una mujer de 38 años que fue asesinada presuntamente por su pareja el pasado 30 de noviembre. No había denunciado su situación de maltrato, al igual que la mayoría de las asesinadas: de las 55 víctimas en lo que va de 2019, sólo once (20%) acudieron a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

En cinco de los casos en los que sí existía denuncia se adoptaron medidas de protección a favor de la víctima; y en cuatro de ellos estas medidas estaban vigentes en el momento del crimen. Según el recuento realizado por Europa Press, una de cada diez mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas desde el año 2006 hasta la actualidad tenía alguna medida de protección a su favor en el momento del asesinato.

No presentan sin embargo los crímenes por tasa de población lo que colocaría a las islas a la cabeza de este tipo de crímenes

En 2019, la mayoría de las víctimas mortales (40%) tenía entre 41 y 50 años, franja de edad que también predomina entre los agresores (47,3%). La mayoría de las mujeres asesinadas eran españolas (60%), y también la mayoría (el 65,5%) convivían con su presunto agresor.

Respecto a los 55 presuntos agresores, la mayoría (el 61,8%) eran españoles. Tras cometer el crimen, 14 se suicidaron y tres lo intentaron sin éxito.

Por comunidades autónomas, los cinco territorios más poblados concentran la mayoría de los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas que se han cometido en lo que va de 2019, según los datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género. No presentan sin embargo los crímenes por tasa de población lo que colocaría a las islas a la cabeza de este tipo de crímenes

En concreto, se trata de: Andalucía (13 casos), Cataluña (9), Canarias (8), Comunidad Valenciana (7) y Comunidad de Madrid (7) . Los restantes se produjeron en Castilla y León (3), Galicia (3), Cantabria (2), Aragón (1), la Región de Murcia (1) y Baleares (1). Además, en lo que va de año la violencia de género ha dejado un total de 46 huérfanos; y un total de 279 desde el año 2013, momento en el que se contabilizan estos menores como víctimas de este tipo de violencia. En el marco de la estadística oficial, existen otros tres casos en investigación relativos a crímenes contra mujeres en 2019.






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lunes, 30 de diciembre de 2019

Sexo y empatía. Las bases éticas del follar

Sexo & Feminismo


Beatríz Gimeno
www.ctxt.es

Introducir la empatía en cualquier relación quiere decir preocuparse por el otro o la otra, por su bienestar, y nada de esto está reñido con ningún tipo de sexo (excepto el machista).

A raíz de lo ocurrido con la sentencia de La Manada, en los días (ya semanas) siguientes, hemos hablado y escrito de muchas cosas relacionadas con el feminismo y no estrictamente con la sentencia en sí, que también. Digamos que la sentencia, como antes el 8M, está sirviendo para levantar muchas alfombras y levantarlas incluso de sitios donde hacía años que nadie se ocupaba de barrer.

Esta sentencia ha provocado indignación porque antes estuvo el movimiento #MeToo y porque una gran parte de la revuelta feminista de los últimos tiempos tiene que ver con la violencia sexual, es una revuelta contra las violaciones y el acoso, contra la sexualidad machista, en definitiva. Así que por fin se nos presenta la oportunidad al feminismo de hablar más de sexo.

Porque el sexo es el elefante blanco que está en una habitación y nadie parece ver. Y no se trata sólo de denunciar, castigar o perseguir, no se trata de aumentar las penas, sino de reflexionar acerca de qué es esa “cosa escandalosa” (parafraseando a Donna Haraway y refiriéndola aquí a la sexualidad patriarcal) y qué relación tiene con la desigualdad social, con las relaciones de género, con el poder, con la política.

Es hora de volver a pensar la sexualidad como una construcción política que incide en las relaciones sociales de manera fundamental.

¿Entendemos lo mismo por “sexo”? 

Al fin y al cabo parece que hay una discordancia muy evidente cuando un juez ve jolgorio donde otros jueces vieron dolor extremo; cuando los violadores y todos sus palmeros están convencidos de que hubo sexo y cuando las mujeres sabemos que allí hubo una violación.

Es evidente que la discordancia sobre lo que entendemos por sexo alcanza incluso al interior del feminismo. De hecho, algunos de los asuntos más polémicos dentro de éste, como la prostitución o la pornografía, tienen que ver con el sexo, con lo que entendemos por sexo y también con lo que entendemos, en definitiva, por sexo ético.

En realidad, nadie dentro del feminismo niega que el sexo es un lugar en el que se dilucidan relaciones de poder socialmente construidas. Esta consideración no es nueva, el feminismo de la Segunda Ola, al fin y al cabo, nació como una teoría radical de la sexualidad pero hacía mucho que la sexualidad patriarcal no se ponía en el punto de mira de la mayoría del feminismo como ahora ha ocurrido.

Y surgen preguntas necesarias: ¿Cómo influye la construcción sexual masculina y patriarcal en la realidad, en las relaciones entre hombres y mujeres? ¿Qué relación guarda dicha sexualidad con la construcción de la subjetividad masculina? ¿Podemos deconstruir la sexualidad masculina hegemónica? ¿Es necesario follar de otra manera para ser más iguales? ¿Hay una manera justa de follar? ¿Hay una manera ética o la ética no tiene nada que ver con follar?.

Cualquier cosa que tenga que ver con la sexualidad requeriría de un libro extenso, pero de manera concisa pienso que no podemos renunciar a tener criterios éticos con respecto a cualquier acto en el que intervenga la voluntad porque somos seres morales; y quizá en el sexo menos que en muchos otros porque la sexualidad es un pilar de nuestra subjetividad, y también porque implica una relación con otro/a(s) persona(s). Sabemos también (y eso no lo niega casi nadie) que la sexualidad patriarcal está muy relacionada con el dominio (la conquista) y no tanto con la reciprocidad o la igualdad.

Digamos que la mayoría de la gente asume que hay una ética de mínimos que aplica en el sexo: el consentimiento. Pero en estos momentos han surgido voces feministas que piden que se vaya más allá y han problematizado la propia noción de consentimiento aplicado al sexo. Sin duda que el consentimiento significó un avance en su día teniendo en cuenta que hasta hace poco este era irrelevante y aún lo es en gran parte del mundo.

Puede que a la hora de plasmarlo en los códigos debamos referirnos a él como concepto jurídico, pero sí pienso que, al menos desde el feminismo, podemos problematizarlo. Por una parte porque es evidentemente un factor de desigualdad que nos sitúa a hombres y mujeres en lugares diferentes, con subjetividades diferentes, deseos diferentes, modos de follar también distintos y supuestas diferentes necesidades.

Somos las mujeres las únicas que consentimos, mientras que ellos desean y actúan; nos follan. Nosotras, así, nos situamos como objeto deseado y pasivo, mientras que ellos son el sujeto activo que, con suerte, pide el consentimiento para el acceso a nuestro cuerpo.

El consentimiento, además, puede comprarse con dinero o con otro tipo de bienes, materiales o inmateriales; puede darse incluso a cambio de amor. Puede conseguirse de múltiples maneras pero siempre desde posiciones de poder diferentes: son ellos los que buscan conseguirlo, comprarlo, forzarlo y nosotras las que lo poseemos como un bien con el que negociar. Y alrededor de esta concepción del consentimiento se levanta una construcción inmensa de desigualdad material y simbólica: ellos desean, necesitan, follar; nosotras consentimos (o no) que nos follen.

Entonces, para que follar sea ético ¿basta con el consentimiento (y qué clase de consentimiento) o tenemos que ir más allá si queremos que la sexualidad y lo que lleva aparejado, promueva, refleje, posibilite, eduque en la igualdad entre hombres y mujeres y procure una distribución igualitaria de placeres y bienes simbólicos? ¿Qué tiene que ver todo eso con la empatía? ¿Es necesario follar con empatía para que sea un follar ético e igualitario o eso entorpece la idea que tenemos del sexo? Cuando una tuitera (@magdalenaProust) mezcló sexo y empatía se armó un lío tremendo.

Follar con empatía es quitarle toda la gracia al sexo dijeron muchos y muchas. La pregunta entonces es ¿qué es follar con empatía? ¿Es necesario? ¿Es feminista?

Creo que sí, que es necesario y que es necesariamente feminista. Y lo es porque la sexualidad masculina hegemónica, al menos en el plano del deseo, se construye, no sobre la cosificación de los cuerpos (que puede ser un elemento del deseo), sino sobre la deshumanización.

Y a la hora de interpretar esta construcción sexual, a la sempiterna deshumanización patriarcal le tenemos que unir la ideología neoliberal que impone una interpretación de la relación sexual como algo absolutamente individual y sin consecuencias más allá de dicha relación; que ha borrado de nuestras cabezas la posibilidad de analizar estructuras materiales e ideológicas que construyen la realidad, también la sexual.

Introducir la empatía en el follar (o en cualquier otra relación) quiere decir preocuparse por el otro o la otra, por su bienestar, quiere decir tener la capacidad para ponerse en su lugar, y nada de esto está reñido con ningún tipo de sexo (excepto el sexo machista): el sexo casual, el sexo con muchas o muchos, el sexo con desconocidas/os, el sexo fuerte, el sexo incluso voluntariamente cosificador… el sexo como sea, siempre que se sepa que ahí, al otro lado, hay un ser humano, una mujer, con su propio deseo y con el mismo derecho a que dicho deseo sea atendido y respetado.

Creo que siempre es mejor no tratar a las personas como un medio que hacerlo, que las relaciones sexuales tienen siempre que incluir preocupación activa por la(s) otra(s) persona(s), por su bienestar, por su placer; que se debe educar a los hombres de manera que ninguno se muestre indiferente frente al malestar sexual de una pareja, para que aprendan a identificar este, para que el bienestar sexual de la otra(s) sea tan importante como el suyo propio.

Las mujeres deben también aprender a expresar su deseo, sus malestares, sus preferencias al follar y los hombres tienen que aprender a escucharlas, respetarlas, percibirlas, tenerlas en cuenta… Por tanto, sí, empatía. Gayle Rubin, con la que coincido en pocas cosas, define muy bien en qué marco deben moverse los encuentros sexuales para que puedan ser considerados éticos.

Dice Rubin que los encuentros sexuales tienen que ser juzgados por la manera en la que las partes se tratan una a otra en el nivel de consideración mutua; por la presencia o ausencia de coerción y por la cantidad y calidad del placer que se dan. Esto es la empatía al follar, nada más y nada menos. No hay ética sin feminismo y el feminismo es también una ética.

Así que creo que toca, sí, comenzar a exigir a los hombres comportamientos éticos también en el terreno de la sexualidad, lo que en definitiva no es más que asumir y contemplar la plena humanidad de aquella(s) con quien(es) se folla. Parece fácil, pero hay toda una construcción masculina del deseo, de la sexualidad, del follar, que impone lo contrario. Y eso es justo contra lo que se ha levantado el feminismo.




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sábado, 14 de diciembre de 2019

“Descabronizar” el planeta

Cultura de la violencia & Cultura de la igualdad


Miguel Lorente Acosta
https://miguelorenteautopsia.wordpress.com

Sobre el machismo como cultura de la violencia en contraposición a la cultura de la igualdad del feminismo.

El mayor cambio que se vive hoy en al ambiente es el de la Igualdad, tanto que los pilares sobre los que se levanta la estructura de nuestra sociedad se están derritiendo. Y como sucede con el cambio climático, hay quien lo niega para no enfrentarse a la verdad incómoda que amenaza su poder y privilegios.

El ejemplo lo tenemos cerca, en la Cumbre del Clima celebrada estos días en Madrid, una de las propuestas más destacadas es la de “descarbonizar” el planeta para disminuir las emisiones de carbono, especialmente en forma de dióxido de carbono. Un concepto novedoso, ese de “descarbonizar”, cuya validez ha sido aceptada por la Fundéu al ser construido a partir de la palabra “carbono”.

El machismo por su parte ha intoxicado la convivencia social y democrática con la emisión de sus malos humos y sus gajes tóxicos a lo largo de toda la historia, tanto que ha contaminado el aire que respiramos y ha impregnado con el hollín de su ceniza las miradas e identidades, para establecer con sus emisiones una especie de clima regulado por el termostato de sus intereses.

Ante esta situación el razonamiento es sencillo, si “descarbonizar” es reducir las emisiones de carbono, y “cabrón”, tal y como recoge la primera acepción del Diccionario de la RAE, es quien “hace malas pasadas o resulta molesto”, “descabronizar” es reducir la realización y emisión al ambiente de esas malas conductas y molestias que, incluso, llegan hasta la violencia. Un comportamiento característico del machismo para lograr imponer la desigualdad con la que defender sus privilegios, y para someter a las mujeres a los espacios y funciones que la cultura machista ha decidido.

El machismo es tóxico, y el ambiente milenario de “encabronamiento” que genera es el responsable de las olas de acaloramiento público y privado, de las inundaciones de la intimidad, y de las DANAS (“Depresiones Afectivas en los Niveles del Amor”) cíclicas que aparecen de manera sorpresiva con todo su daño y destrucción. Por lo tanto, la solución a esos problemas sociales pasa por actuar sobre ese ambiente tóxico, no sólo sobre el resultado de sus catástrofes.

El problema es más serio de lo que parece, por eso quienes “emiten” la violencia machista buscan negarla, si no fuera tan grave no se molestarían en intentarlo. La OMS (2013) recoge que el 30’1% de las mujeres del planeta sufrirán en algún momento de sus vidas violencia por parte de sus parejas o exparejas, y Naciones Unidas (2015) indica que entre 40.000 y 45.000 mujeres son asesinadas en el planeta cada año en el contexto de las relaciones de pareja y familia.

Por su parte, la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA, 2014) concluye en su informe que el 20% de las mujeres de la UE han sufrido violencia física en las relaciones de pareja, el 43% violencia psicológica, el 6% violencia sexual y el 55% acoso sexual. Y si nos acercamos a nuestras costas, las Macroencuestas (2011, 2015) y los datos de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género nos indican que cada año unas 600.000 mujeres son maltratadas y unas 60 asesinadas. Y a pesar de esta objetividad en el resultado y de vivir la experiencia de cada día que conduce al mismo, el “encabronamiento” machista lo ignora y lo intenta negar.

Por ello necesitamos el aire fresco de la Igualdad con un doble objetivo.

1. Por un lado, descontaminar y limpiar la atmósfera de la cultura de todos los gases tóxicos emanados de las ideas, valores, creencias, mitos… machistas.
2.Y por otro, abrir la ventana del conocimiento para que entre el oxígeno de la Igualdad y haga respirable el ambiente.
Sólo así podrán desaparecer los efectos tóxicos que ocasionan esa mirada borrosa que difumina la realidad, las alucinaciones del machismo, y los delirios de grandeza que muchos toman como verdad.

No es sencillo, son muchos los hombres que viven de esos malos humos, y algunos son verdaderos adictos al machismo, como los hay a las emisiones de dióxido de carbono, en una dependencia que no es física ni psicológica, sino social. Es la dependencia al poder y a los privilegios, y se ve reforzada bajo la conciencia de que cuanto más injusta son las decisiones, más poder se tiene. Y aunque el resultado sea dañino, hay quien prefiere morir de éxito en una sociedad injusta que vivir feliz y en paz en Igualdad.

La sociedad ya ha cambiado y su avance es imparable, pero las reacciones de quienes viven bajo el poder de sus emisiones también está presente para intentar asfixiar al planeta y a la Igualdad. No es casualidad esta reacción, ni tampoco que sólo sea el feminismo quien tenga una respuesta global a toda la construcción tóxica y violenta del machismo para “descabronizar” el planeta por tierra, mar y aire.

El machismo es cultura, no conducta, y el feminismo busca una nueva cultura levantada sobre la Igualdad, no corregir algunos de los resultados y consecuencias. Porque el feminismo es “cultura de Igualdad”.



Fuente: https://miguelorenteautopsia.wordpress.com/2019/12/07/descabronizar-el-planeta/amp/?__twitter_impression=true

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jueves, 5 de diciembre de 2019

Haití y la raza, tensiones y contradicciones para el feminismo antirracista y plurinacional (II)

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Mujeres haitianas

En la búsqueda plurinacional los feminismos deben prestar atención a las relaciones de poder para evitar caer en el miserabilismo y el esencialismo.
El discurso antirracista en los últimos Encuentros de Mujeres y Disidencias en Argentina, es epicéntrico para el fortalecimiento programático de la lucha por el reconocimiento plurinacional de la sociedad. Siendo Haití un ejemplo sin precedentes en la batalla anti colonial y negra, bien podríamos tener en cuenta sus trayectorias, resistencias y aún más sus contradicciones. Los puentes de mundo que se abren entre las sujetas expuestas al pillaje colonial abren historias que tensionan las buenas intenciones de algunos sectores del feminismo.

El negrismo

Durante la dictadura de los Duvalier, la raza negra fue usada como argumento de unidad nacional, retomando la bandera rojinegra de Jean-Jacques Dessalines y el parágrafo 14 de la Constitución Revolucionaria que rezaba: «Todos los ciudadanos, de aquí en adelante, serán conocidos por la denominación genérica de negros».  Como advierte el historiador haitiano Michel-Rolph Trouillot, la creencia de que negritud es igual a esclavitud es un mito colonizador. Hacer de la raza un argumento totalizador nubla la posibilidad de ver las tensiones de clase y género.
Los dictadores en Haití han sido negros y negristas, varones patriarcales de una tradición de poder que tiende a resquebrajarse en los últimos años con la participación activa en los movimientos sociales de lideresas campesinas y urbanas.  René Depestre inquiere al negrismo totalizador en un brillante artículo titulado «Buenos días y adiós a la negritud».
En éste pone en tensión los lugares de poder que el negrismo encubre, entre otras, porque la raza no puede equipararle a un pueblo rebelde con sus dictadores, por negros que sean. Entre otras cosas, la negritud no es ni un color ni un fósil venido de los barcos esclavistas. El semblante patético de la lectura cromatológica y fosilizada del negrismo, no es más que un derroche de miserabilismo y condescendencia racista. 

Trenzar o entrenzadas.

Sobre la apropiación cultural En Montrouis, departamento de Artibonito, quisieron hacernos un regalo a las mujeres de los demás países: Puerto Rico, Dominicana, Brasil y Colombia. Lo importante en el respeto intercultural que implica el trenzado, sumó Merline Alcius -la militante que nos tenía el pelo-, es la transmisión de la técnica. Las trenzas tienen estética, cómo no, pero más importante son el método y la ética que hacen a la transmisión generacional y territorial de este tejido ancestral. 
Mientras escuchaba el debate pensaba que en Haití el invasor colonial tejía una definición muy precisa. Hoy son los marines norteamericanos, la escuadra violadora de la ONU y la elite mulata.  La trenza no es exclusividad africana. Existe en América a través del mestizaje. Se transmite y se respeta.

La pretendida solidaridad cromática

En Colombia las élites blancas, negras y mulatas del Caribe son responsables del aniquilamiento del pueblo wayuu en la Guajira. Entre las llamadas élites de color no media ningún vínculo de solidaridad con los pueblos indígenas de la península. Todo lo contrario. Los recursos hídricos son claves para el sostenimiento del colonialismo interno que ellos y ellas encabezan.
Los y las responsables del despojo y la muerte, es decir, los y las responsables de los megaproyectos mineroenergéticos, con todo el apoyo internacional y militar del paramilitarismo, hoy tienen que vérselas con la Fuerza de las Mujeres Wayuu de la Guajira (Sütsüin Jieyuu Wayuu). Ésta organización es la potencia de la resistencia y la bandera del buen vivir de un territorio que vive en medio de una asolada colonialista, racista y neoliberal.
Al igual que en Haití, la intromisión norteamericana en la Guajira dejó a su paso niñas violadas y mujeres asesinadas.  En República Dominicana se han establecido dos mitos que hacen de la frontera con Haití un cordón sanitario. El primero es un discurso de odio hecho política de Estado.
El mito cuenta que después de romper las cadenas de la esclavitud, los y las salvajes haitianas invadieron Santo Domingo. Discurso falaz si se tiene en cuenta que en inmediaciones al triunfo de la revolución, República Dominicana no existía como nación. La preexistencia del Estado Nación es un recurso de xenofobia.  El segundo mito habla de Dominicana como un país blanco. Aunque cueste creerlo, Dominicana entiende su blanquitud en oposición a la negritud haitiana.
Si bien ambos países fueron un eje estratégico para el comercio esclavista, el colonialismo interno y el odio de clase han terminado por recrear un peñasco de inhumanidad entre ambos pueblos. Por lo demás, cada tanto se ven por las calles de Santo Domingo niñas haitiana que blandiendo un francés acosteñado, pretenden escapar a la hostilidad e incluso disputar cierto ascenso social con la lengua enredada y la cara empolvada.

En Argentina el feminismo revela la mentira blanca 

En los primeros encuentros preparatorios del ENM se vivenciaban largas jornadas de catarsis de mujeres que descubriendo antepasadas negras o indias, sufrían en delay los dolores de las cadenas que les había dejado, de repente, el tráfico esclavo. En Argentina el feminismo desvelaba la mentira del proyecto de blanqueamiento y entre heridas y culpas el país se empezó a parecer, tantico más, al resto del continente. Con todo, el victimismo no nos puede conducir a una lectura lineal de la raza, la clase y el género.
Las que hoy desde la comodidad de sus escritorios se auto enuncian como las hijas de las esclavas, pierden de vista la movilidad de clases y razas en los últimos 300 años de historia continental, fosilizando la memoria y proyectando imposibilidades de acción para las que hoy realmente sobreviven a la desgracia de la semi esclavitud racializada.
El colorismo, como bien lo dice la feminista negra Alice Walker, es producto del racismo.  En Argentina los lugares de semi esclavitud los viven las mujeres recluidas en centros clandestinos de producción textil. La mayoría de ellas provienen de países limítrofes como Bolivia, Perú y en menor medida Paraguay. Recientemente la llegada de familias haitianas al país ha sumado un nuevo contingente humano a esta degradación compulsiva de la vida laboral. 
Ser hija de la esclavitud no es una cuestión meramente cromática o capilar. Ser hijas de la esclavitud, en medio del neoliberalismo, es ser hijas del lastre del modelo económico pauperizador, racista y clasista del colonialismo, basado en la expropiación y explotación humanas. A su avance podremos responder solamente aprendiendo. Haití (y Bolivia) marca las coordenadas del ejercicio ético de la sororidad de clase en medio de una ocupación militar estratégica. 
Como las mujeres de Potosí y Haití: aunque herederas del sistema de explotación que les expulsa a la miseria inducida por el revanchismo colonial, la lucha por las condenadas de la tierra, con las condenadas de la tierra, debe continuar hasta romper la última cadena.
Sea en las minas, en los campos, en los talleres textiles o en las villas, la libertad exige esfuerzos en comunidad.  Sólo con sorora tenacidad triunfaremos.

(*)La Autora es Integrante de la Cátedra de feminismos populares y latinoamericanos «Martina Chapanay»
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jueves, 28 de noviembre de 2019

República Dominicana; Noviembre teñido de negro

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Mercedes Alonso
SEMlac


Justo el mes en que el mundo conmemora, este 25, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer o Día Internacional de la No Violencia de Género, como hiriente paradoja en estas últimas semanas la violencia machista ha cobrado la vida de nueve mujeres en República Dominicana, tierra donde nació la conmemoración, en memoria de las Hermanas Mirabal.

Hasta los días que corren de este 2019 se habla de la ocurrencia de 69 feminicidios, hechos que no solo conmocionan a la sociedad dominicana, sino que exponen con claridad la debilidad existente en la aplicación de políticas públicas y el mal funcionamiento del sistema judicial y demás estamentos del Estado para enfrentar esta situación.

Entre marcha y exigencias 

Este domingo 24 de noviembre amaneció gris en la capital dominicana, donde la "Marcha de las Mariposas" cubrió calles e intersecciones de las principales avenidas. Miles de manifestantes gritaron con fuerzas su dolor y la falta de confianza en un Estado que no acaba de controlar lo que ha sido considerado verdadera pandemia.

El presidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS), Servio Tulio Castaños, hizo saber públicamente este 24 de noviembre que se debía poner fin a los acuerdos en los casos de violencia contra la mujer, avalados por la Justicia, y los consideró inaplicables en el marco de la realidad social actual, ya que muchos se concretan violentando las leyes, en la mayoría de los casos.

"Es un tema que debe ser analizado, ya que estos criterios de oportunidad son otorgados pese a que no se cumplen los requisitos que establece la ley en la mayoría de los casos", afirmó Castaños y aseguró, además, que el Ministerio Público debía suspender esa medida y dar un mensaje contundente a la sociedad, tras considerar que es un problema muy grave.

Las palabras del presidente la FINJUS trascienden tras conocerse que, en menos de cuatro meses, dos mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas, luego de los perpetradores llegar a acuerdos con las autoridades, aun cuando existía el precedente de haber sido ellas agredidas previamente.

Hablan dirigentes feministas 

Voces de activistas y defensoras de los derechos de la mujer, como Lourdes Contreras, coordinadora del Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), y Fátima Lorenzo, del Foro Feminista Magalis Pineda, coincidieron en afirmar que "el Estado debe priorizar el diseño de una política verdaderamente integral para combatir este flagelo que le ha costado la vida a casi 69 mujeres en lo que va de año. No hay una política del Estado dominicano estructurada de manera integral, que permita detectar tempranamente las situaciones de riesgo. Estamos hablando de una política de carácter preventivo que involucre a las escuelas y universidades, con una adecuada capacitación para los maestros".

Tanto Contreras como Lorenzo señalaron que otro de los serios problemas en el país es el "afán de la Procuraduría General de la República (PGR) por reducir las estadísticas de feminicidios", hecho que contabilizan cuando se da entre parejas o exparejas, e ignora los que ocurren en otras circunstancias.

"Mientras haya una mujer muerta por un feminicidio, los resultados tienen que ser cuestionados, porque cada vida vale lo que vale. Se trata de vidas perdidas, familias afectadas, niños que quedan en la orfandad", manifestó Lorenzo.

Instituciones apoyan 

Ante una realidad que, lejos de disminuir, consterna cada día más, la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) anunció que adoptará medidas para apoyar la lucha contra la violencia de género y presentó un documento elaborado por el Instituto de Investigación de Género y Familia de la academia, mediante el cual se diseña una Unidad interdisciplinaria para la prevención y atención de la violencia de género, que brinde servicios a lo interno de la Primada de América y a cualquier mujer de la sociedad que lo solicite.

El vicerrector de Extensión, Antonio Medina Calcaño, alegó que la UASD se propone activar un convenio suscrito con la Procuraduría General de la República, para la formación mutua sobre violencia de género y la lucha por la construcción de la igualdad entre hombres y mujeres.

A su vez, Virtudes de la Rosa, directora del Instituto de Investigación Género y Familia de esta casa de altos estudios, dijo que en los medios de comunicación y redes se desarrollará una campaña permanente de educación y prevención de la violencia de género, incluida como línea de investigación en las tesis, monográficos y en los programas docentes de las distintas carreras.

Este domingo, representantes de la familia universitaria de la UASD estuvieron presentes en la Marcha de las Mariposas, en conmemoración y homenaje a las Hermanas Mirabal y del Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer.

Las que no denunciaron 

El pasado 22 del actual mes, la Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer que 88 por ciento de las dominicanas asesinadas por sus parejas o exparejas no habían denunciado a su agresor, pese a haber sido muchas veces maltratadas.

Jean Alain Rodríguez, procurador general de la República, se refirió al tema durante una rueda de prensa, en la cual resaltó, según su criterio, los avances en la ejecución del Plan Nacional Contra la Violencia de Género, en momentos en los cuales existe gran alarma social por los últimos nueve feminicidios ocurridos desde principios de noviembre: dos de ellos con la acusación de que se produjeron tras supuestas irregularidades en la excarcelación de los agresores, que guardaban prisión por hechos de violencia hacia las hoy occisas.

Ambos feminicidas obtuvieron la libertad de la prisión mediante acuerdos logrados con la falsificación de firmas de las fallecidas y la complicidad de funcionarios.

En relación con los hechos, Rodríguez subrayó: "Habíamos establecido formalmente y por escrito una prohibición de acuerdos ante tentativa de homicidio y esa prohibición fue violada por familiares, por abogados, notarios, fiscales, jueces que fallaron al sistema y hoy se encuentran bajo arresto algunas de estas personas".

Agregó que la PGR prohíbe el "régimen de consecuencias" previsto para sancionar a los funcionarios que cometan irregularidades en el desarrollo de su trabajo en este campo.

No obstante, la realidad indica que el Plan Nacional Contra la Violencia de Género, puesto en marcha hace dos años, con 22 acciones enfocadas en la prevención, fortalecimiento de la persecución y atención efectiva a las víctimas, no ha tenido los resultados requeridos.

Aunque el procurador menciona una supuesta reducción del 25 por ciento en el número de muertes de mujeres a manos de sus parejas en lo que va de año y lo resalta como el mejor dato de los últimos 14 años, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) posiciona a República Dominicana en el tope de países latinoamericanos con más incidencia de casos de feminicidios, con 1.795 mujeres asesinadas entre enero de 2010 y septiembre de 2019.

No en balde medios de prensa como la Agencia EFE y el digital InformativoMAS, publicaron de inmediato un titular que reseñaba: "Datos de feminicidios en la República Dominicana están en tela de juicio", al enfocar los cuestionamientos de grupos de derechos humanos sobre la veracidad de las estadísticas oficiales, que registran una aparente disminución de tales crímenes, cuando en realidad, por solo poner un ejemplo, noviembre ha sido mes negro para las mujeres dominicanas.

Discrepan también 

Los grupos Coordinadora de Mujeres del Cibao y Movimiento Feminista Hermanas Mirabal discrepan de las estadísticas que esgrimen las autoridades y plantean que, en los últimos cuatro años, la cifra anual de asesinatos de mujeres oscila entre 180 a 200, datos que, a su juicio, ellos minimizan.

La portavoz de estos dos grupos, Raquel Rivera, entiende que las autoridades no tratan los asesinatos como feminicidios a menos que las parejas o exparejas sean detenidas o acusadas por sus parientes como sospechosos del crimen. "Todo esto tiene que ver con la desprotección que tienen las mujeres dominicanas cuando acuden a la Justicia a denunciar a sus parejas y exparejas por amenazas y malos tratos", observó.

Por su parte, la destacada activista Sergia Galván, organizadora de la manifestación contra la violencia hacia la mujer que tuvo lugar este domingo, recordó que uno de los problemas mayores que impiden la protección de la mujer en el país es la demora del Parlamento en aprobar el proyecto de ley para crear un "sistema de apoyo integral" capaz de erradicar la violencia contra las mujeres, estancado en el Congreso desde 2012.

Concluyó Galván que "cuando el Estado no da una respuesta efectiva, se convierte en cómplice".

Finalmente… 

La lucha continúa…Este domingo, la Marcha de las Mariposas inundó avenidas de la capital en República Dominicana. Más de un centenar de organizaciones civiles y sociales de todo el país, además de la clase política y representantes de academias, se integraron a este evento, que más que conmemoración constituyó protesta y desafío a lo que no parece tener fin.

La población se unió al intenso desfile y voces de renombrados artistas y comunicadores rememoraron este día, cuando 20 años atrás, la Asamblea General de las Naciones Unidas acogió, mediante resolución, el 25 de noviembre como Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en memoria a Patria, Minerva y Teresa, las heroicas Hermanas Mirabal, cuyo legado histórico mantiene en pie el propósito de lograr un país y un mundo justo, libre de feminicidios y de violencia contra las mujeres.

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miércoles, 27 de noviembre de 2019

Mirar la historia de frente

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Catalina Infante
Rebelión


Abusan sexualmente de las mujeres y lo relativizan. Violan a un joven durante dos horas para luego lanzarlo de una camioneta y lo relativizan. Le introducen una luma por el ano a un chico gay mientras lo tratan de “maricón” y lo relativizan. Acorralan, atropellan, balean, golpean, asesinan; lo relativizan. Dejan a más de 140 personas sin un ojo y lo relativizan. Obligan a hombres y a mujeres, incluido a un niño con su tío, a desnudarse y hacer sentadillas, y lo relativizan. Cuelgan de sus brazos en una antena a dos adultos y un chico de 14 años y lo relativizan. Disparan a mansalva a familias en las poblaciones y lo relativizan. Espían a organizaciones sociales, vigilan y detienen a dirigentes desde sus casas y lo relativizan. Reprimen con violencia hasta a las educadoras de párvulos y lo relativizan.

Viene Amnistía Internacional y declara alarmante la situación y lo relativizan. En todos los periódicos del mundo salta la alarma de este Estado criminal y aquí se relativiza.

Mientras, en la televisión, en los matinales y en los discursos, en las ruedas de prensa, en los diarios y en sus conversaciones, la gran preocupación son los derechos vulnerados de la señora que no puede tomar la micro, del caballero que no puede trabajar. Del carabinero acusado sin pruebas. Del supermercado saqueado, de la farmacia que murió ardiendo. El profundo dolor que sienten es por las cumbres internacionales que no pudieron ver la luz.

De qué nos sirvieron las horas de Historia. De qué nos sirvió el informe Valech. De qué nos sirvió el Museo de la memoria. De qué nos sirvió el Juez Garzón. De qué nos sirvieron Machuca, los documentales, los testimonios, las conmemoraciones para los 40 años del Golpe. De qué nos sirvió decir “para que nunca más en Chile”. De qué nos sirvió la lucha, la muerte, las desapariciones de todos esos hombres y mujeres del pasado, si bastó que un grupo de estudiantes saltara un torniquete en protesta por años de abuso, para retroceder 46 años y repetirlo todo. Como si no hubiera sido suficiente.

Quizás tengamos que usar otras palabras. Otro tono de voz que haga falta. No sé quién tiene que decirlas, no sé qué debemos escribir en nuestras columnas quienes escribimos, si es que las palabras sirven todavía de algo. No sé qué tiene que pasar para que digan con su nombre lo que eligen callar, para quitarse el velo ante lo que prefieren no ver.

Duele esa indolencia, ese silencio que es como un crimen, duele su afán por aferrarse, incluso mintiendo, a su propia verdad. No son capaces de mirar la historia de frente cuando sucede, de actuar como humanos ahora, en este presente y no mañana pidiendo perdón. La van a dejar pasar de nuevo, impune, enterrada en la memoria frágil. Nos van a condenar a vivirla otra vez.

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lunes, 25 de noviembre de 2019

Basta de violencia política y patriarcal contra las mujeres

25 de noviembre, 
Día de la NO violencia 
contra las mujeres


Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores-Cuarta internacional
uit-ci.org

El 25 de noviembre de 1960, las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa, fueron asesinadas por la dictadura de Leónidas Trujillo en República Dominicana. Además de ser perseguidas por enfrentarse al gobierno de facto, fueron brutalmente muertas por el hecho de ser mujeres que se rebelaron también contra los mandatos patriarcales de su época. Hoy, a casi sesenta años después de esa masacre, volvemos a reclamar con fuerza ¡Basta de violencia política y patriarcal contra las luchadoras que se enfrentan a los gobiernos ajustadores!  

En Chile, la movilización revolucionaria que lleva adelante el pueblo chileno contra el gobierno de asesino y genocida de Piñera viene resistiendo heroicamente la represión policial de carabineros y del ejército, con un alto costo: más de 60 personas muertas y más de 2200 personas heridas, de las cuales más de 200 han perdido parte de su vista. Pero las violaciones de derechos humanos de este gobierno se exacerban en el caso de las mujeres y las personas con identidades disidentes quienes son además violadas y sufren todo tipo de vejámenes sexuales al ser detenidas. Como el caso de Daniela Carrasco alias "la mimo" secuestrada, violada, torturada y colgada (asesinada) en una plaza pública desnuda, hecho que demuestra la violencia brutal que existe por parte de fuerzas especiales de carabineros.  

En Bolivia, el gobierno ultrareaccionario de Áñez y Camacho, que asumió levantando las banderas de la oligarquía proimperialista del oriente con el más rancio racismo y el mandato de la reaccionaria iglesia católica en contra de las mujeres, ya está avanzando con todo tipo de actos violentos contra las “mujeres de pollera”, las trabajadoras, las indígenas y las campesinas, especialmente golpeadas y denigradas en los enfrentamientos en las calles. Al igual que el gobierno de Lenin Moreno en Ecuador, servil al FMI, estos gobiernos capitalistas y patriarcales se ensañan especialmente contra las mujeres que salen a luchar, que enfrentan el alza del costo de vida, planes de explotación y entrega de los recursos naturales.  

Además, en países como Estados Unidos, Brasil, Polonia, Panamá, República Dominicana, entre otros, los reaccionarios gobiernos continúan intentando avanzar sobre los derechos conquistados de las mujeres como el derecho al aborto, el acceso a métodos anticonceptivos, el reconocimiento de la violencia de género o la no discriminación. Mientras que en otros países del mundo como en Argentina, México, Turquía, Perú, el Estado Español, entre otros, siguen creciendo o se hacen más visibles las tasas de feminicidios y transtravesticidios.  

Pero así como grande es el ataque, tanto y más grande aún es la organización y la resistencia de las mujeres que, desde 2015 vienen siendo pioneras en las movilizaciones en todo el mundo. Con la cuarta oleada de luchas feministas, no solo se puso al descubierto la violencia patriarcal que golpea, viola y asesina a las mujeres por el solo hecho de serlo; sino también la importancia de este sistema de dominación para permitir la sobrevivencia de un sistema capitalista-imperialista en crisis que resiste a costas de la superexplotación del pueblo trabajador, y en especial de las trabajadoras. En el mundo capitalista y patriarcal es a las mujeres a quienes no se les reconoce el trabajo de cuidado, las que son las más pobres entre los pobres, las más discriminadas en los puestos de trabajo y espacios sociales, las que tienen los trabajos más precarizados, las que cobran menos salario por igual trabajo que los varones, las que son mayoría a cargo de las familias con menos recursos, las primeras en ser despedidas frente a las crisis económicas y a las que se les niega el derecho a decidir sobre su vida y sus cuerpos. Por eso, desde el grito de #NiUnaMenos, el reclamo de la #MareaVerde por el aborto legal en todo el mundo, el #MeToo contra la violencia sexual hasta el #ParoMundialdeMujeres contra la discriminación laboral y el ajuste, se fue demostrando que la única manera de terminar con la violencia patriarcal en todas sus formas es saliendo a las calles y enfrentando a los gobiernos capitalistas que se sirven de ellas para garantizar las super ganancias de los empresarios, organizándonos de manera independiente de los partidos patronales.  

Este 25 de noviembre más que nunca reclamamos ¡Fuera Piñera de Chile!¡No al golpe y al gobierno reaccionario de Añez en Bolivia!¡Basta de violencia sexual contra las luchadoras! ¡#NiUnaMenos, #VivasNosQueremos! ¡Basta de feminicidios y transtravesticidios! ¡Abajo los planes de ajuste y entrega de los gobiernos capitalistas de todo el mundo! ¡Plata para combatir la violencia de género, no para el FMI! ¡La deuda es con las mujeres! Por la organización independiente de las mujeres trabajadoras del mundo para arrancar todos nuestros derechos. 

 Fuente: http://www.uit-ci.org/index.php/noticias-y-documentos/mujeres/2410-2019-11-19-13-54-05
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Argentina. Lohana: la crisálida antes de la mariposa

¿Qué trajo en la valija Lohana desde su Salta natal? Marce Butierrez reconstruye a partir del recuerdo de compañeras los conocimientos transgresores que le dieron la Pocha, la calle y sus amigas. La memoria emerge en las voces de quienes estuvieron a su lado y que guardan a modo de reliquias las fotos, recortes y recuerdos de la compañera que se fue con la promesa de defenderlas. Lohana vive en el recuerdo de sus hermanas salteñas.

Escribir sobre la biografía política de Lohana Berkins me obliga a recorrer sus pasos y reconocer los posibles eventos que la fueron transformando de una niña pueblerina, a la máxima referente de una revolución sexual que puso de cabeza a toda Latinoamérica.
Sobre la niñez de Lohana conocemos muchos detalles, narrados en primera persona: a veces nacida en Bolivia, otras en Salvador Mazza, fue la hija de un padre austero y riguroso quien fuera intendente peronista en la localidad donde transcurrió su infancia. Tempranamente trava y disruptiva para aquel pequeño pueblo fronterizo, salió de su hogar a los 14 años cuando en la mesa familiar su padre le dijo “esto no puede seguir así, o te haces hombre o te vas” sin mediar una explicación de que significaba aquello de la hombría. Llego muy pendejita a la Ciudad de Salta a vivir a lo de una tía, yirando empezó a conocer a otras maricas de la ciudad,  a transitar las vereditas oscuras del parque San Martín, histórico territorio de putas y travestis. Con el tiempo termino caminando los mismos senderos de sus contemporáneas, refugiada en la casa de la Mamá Pocha, cuyas puertas estaban abiertas para toda marica que necesitara donde dormir y servirse un plato de comida.
Lohana
Sobre la Lohana militante, la traviarca, sabemos mucho más. Tanto por su propia voz, como a través de la de sus compañerxs de lucha podemos recolectar aquellas anécdotas que dan cuenta de una trava imponente, decidida y locuaz. Lohana, intrépida, delante de una asamblea feminista pidiendo explicaciones sobre porque no puede ella sumarse al movimiento; furiosa, marchando con el pañuelo verde por el aborto legal; inmensa, liderando la gesta por el nombre propio. Sobre aquella comandanta de las mariposas, tenemos más de un centenar de páginas escritas.
Pero sobre la adolescente que fue construyéndose en las calles de Salta, de la mano de la Pocha y sus otras “hijas” es muy poco lo que nos quedó escrito y archivado. Hay en esos años, una Lohana en transformación que da cuenta de su estadio germinal. Si en este mundo de gusanos capitalistas, esa pequeña marica tuvo que llenarse de coraje para volverse mariposa, son los años de crisálida los que pretendo reconstruir en esta nota.
Aquella memoria emerge en las voces de quienes estuvieron a su lado y que aún atesoran con cariño -a modo de reliquias- fotos, recortes y recuerdos de aquella querida compañera que aún no pueden creer que se les haya ido. Porque así de vivo está el recuerdo de Lohana, todavía sus hermanas salteñas la esperan sentadas en la cocina con una docena de empanadas y una jarrita de vino.
Esta nota reúne los relatos de dos compañeras que habitaron con ella la casa de la Pocha, que desfilaron en los corsos salteños en la histórica agrupación “Los Caballeros de la Noche” y que la recibieron alegremente cada vez que regresaba a la ciudad para unirse a la procesión de la Virgen y el Señor del Milagro. La primera de ellas es Carlita, una peluquera de Santa María del Valle de Catamarca quien llegó a la casa de la Pocha en 1985 y se enamoró para siempre de los carnavales. La segunda es Mari Luz, hermana y custodia de las historias de la Pocha, que sigue extrañando la sonrisa desencajada de la Berkins.
Carli con la foto de Lohana
Ambas rememoran a Lohana como una compañera extrovertida y tremendamente cómica, siempre fue ella quien en las alocadas noches de la casa de la Pocha tomara a su cargo la animación de la fiesta, monologando, haciendo imitaciones, burlándose de las artistas de la época. Si algo no le faltaba era vehemencia, la tenía para hablar con sus compañeras, pero también al momento de enfrentarse a los clientes y los canas. La Pocha siempre le decía: “vos tenés que ser nuestra abogada” porque en esa casa nadie quería ser prostituta para toda la vida. La Mamá Pocha las miraba a las pibas y les decía que estudien, que sean algo en este mundo, que salgan adelante porque la calle no dura mucho. Ella era un poco el ejemplo a seguir para las chicas, porque no laburaba en la calle, sino que había aprendido a tirar las cartas y a “politiquear”[1] para poder salir adelante y compartir con sus amigas lo poquito que tenia.
En esa casa (que fueron muchas, porque la Pocha se vivía mudando) armaban sus tejes entre 20 y 30 chicas, dependiendo de la altura del año y la proximidad con el carnaval. Todas tenían una cualidad que se plasmaba en sus apodos y Lohana no era menos, le decían “La caballona” un poco por su altura y su porte esbelto, pero también por su tesitura cuando una idea se le metía en la cabeza. Lohana ya era en aquel entonces una travesti que iba al frente. Mientras en los desfiles de carnaval todas usaban miriñaques y vestidos de época, ella se le animaba a una mallita y un armazón de plumas, brillando en el medio de la escena.
Lohana siempre fue una de las preferidas de la Pocha, quien hasta su muerte atesoró en la pared de su casa un cuadro con la enorme y prístina sonrisa de aquellos carnavales. Años después en la portada de “Cumbia, copeteo y lágrimas” se inmortalizaría el rostro de la Pocha, la siempre añorada mamá trava.
Cuenta la leyenda que corría el año 85’ cuando un grupo de compañeros gays convocaron a una reunión a las travas en un local gremial céntrico. Lohana fue la que más agitó para ir y organizó una excursión a plena luz del día hasta aquel encuentro. Las chicas salieron a la avenida a hacer dedo y subidas en la caja de una camioneta llegaron a la convocatoria. No hay más noticias sobre aquel primer mitin, pero sin dudas da cuenta de los intereses que ella tenía en torno a la organización y lucha de las travas. En 1997 se realizaría en Salta el 2º Encuentro Nacional Lésbico Gay Travesti Transexual Bisexual. Ante el estupor de una de las provincias más conservadoras del país, aquellas calles apenas transitadas durante los corsos, serían ahora escenario de una marcha a puro grito, purpurina y pancarta.
Con el tiempo, como suele pasar, fue mejor pensar en otros horizontes. Lohana se fue de la ciudad de Salta con rumbo a Capital Federal, llevándose consigo esos conocimientos transgresores que le dieron la Pocha, la calle y sus amigas. Dejó entre quienes la conocieron un sinfín de anécdotas chistosas, momentos alegres, sorpresas gratas y la promesa tácita de convertirse en quien las defienda: cumplió. Cada retorno de la Berkins convocaba a las que seguían en Salta a reuniones interminables de locro y vino. Mari Luz la recibió en su casa hasta muy poco antes de su muerte, se llamaban por teléfono a menudo hasta que un día no contesto. Lohana se había ido, había desplegado sus alas de mariposa para no volver. Entre las lágrimas de quienes la recuerdan, se cuelan las sonrisas, pero sobre todo el orgullo de saberse por intermedio de Lohana protagonistas de una historia de lucha y transgresiones.

[1] Politiquear hace referencia a la intervención en la política partidaria entendida como una forma de militancia barrial o de base que permite conseguir algún favor o beneficio para sí mismx o personas allegadas.
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¡365 días de lucha! ¡¡¡Contra la violencia sobre la mujer!!!



El 25 de noviembre de la ONU es como poner velas a la virgen de turno para erradicar el hambre en el mundo.
¿El lunes 25 d` noviembre es para poner fin a la violencia contra la mujer si?
Y, yo me pregunto, ¿para qué sirven los días internacionales?, respondo a forma de sintetizar esta nota: esto de las campañas institucionales interclasistas con sus días internacionales a mi forma de ver, da que dudar, abundan como hongos. Cuanto más expoliados y rejodidos andamos, cuanto más sometidos los pueblos y culturas propias nos quieren engañar con sus celebraciones, da que pensar ¿Para que no tomemos conciencia de lo diezmados en derechos y cultura real a que nos someten?, me dije, cierto, la toma de conciencia sangrada desde abajo haría peligrar su poltrona “democrática” en política de corrupción. “Lógicamente” se pasan por el forro los derechos humanos en todo el mundo, las agresiones a la mujer, y hasta el maltrato a los niños. Aunque claro, la imagen hay que cuidar aunque sea de manera “guarrilla”, calmando los “ánimos” en días internacionales se blanquea fachada, ¿acaso eso no es la democracia?, Europa y la ONU con sus leyes y sus jueces pasa de crímenes y violaciones, que se está cometiendo no solo contra la mujer, también contra los pueblos de Bolivia, Haití, Chile, donde la represión está siendo de una crueldad palpitante. Mujeres torturadas, violadas, asesinadas entre decenas de jóvenes mutilados de sus preciados ojos por policías y milicos.
La ONU pasa largamente del asesinato continuado de cientos de niños por parte del Estado sionista de Israel. Sus celebraciones internacionales son un cebo. Una tabla de salvación a un sistema implantado por arriba alimentado por guardianes del imperio, la CIA, sus multinacionales, militares y paramilitares entre delincuentes de todo tipo. ¿Días internacionales con que costo y trasfondo? Días de la ONU en lenguaje impropio de su sistema, para generar confusión entre nuestras y, sus convocatorias, diezmándonos de todas ellas. Reivindicaciones y días de lucha propias emanando de abajo. Nunca hemos necesitado el capitalismo como guía de nuestros propios intereses sino para abolirlo, no necesitamos del capitalismo para defender nuestra cultura histórica de reivindicación y logros sociales conquistados a base de tortura y muerte. Qué ocurrencia, acaso pretenden hacernos creer que nuestras penalidades y derechos son asumidos por quienes generan la opresión social? En lo que va de siglo vivimos un continuo bombardeo a contrarreloj, de un auge imparable, silencioso y abrumador, Una contracultura que nos fulmina, arma ideológica de las clases dominantes. Sus instituciones voraces nos tienen sumidos en una falta de reacción asombrante, nos están despojando, utilizan los métodos de siempre, descalificación de los movimientos y grupos populares, reafirmación de sus “mayorías democráticas”, decretazos, represión policial… La “izquierda” vendida a la ONU (perdón, al capitalismo) manipula reivindicaciones y fechas históricas, en lenguaje de la propia izquierda históricamente perseguida, para mejor consolidar a los amos del poder que les robustece ¿Sus instituciones preocupadas por la humanidad, de qué humanidad hablan?.
El 25 de noviembre de la ONU es como poner velas a la virgen de turno para erradicar el hambre en el mundo. De qué derechos nos hablan de la mujer sin abolir el capitalismo que genera la cultura criminal degradando la sociedad, dividiéndola no solo en clases, también marginándola por sexo ¿Cuando hablan del 8 de marzo de que mujeres hablan de las que no tienen acceso ni siquiera a trabajo, comida o agua en el mundo, escuela o a la mínima sanidad, o a las de la sección femenina o mujer del rey como haría Carmen Polo de Franco? ¿Hablan sus jornadas y días de activismo de jueces con nombre propio, de los violadores y criminales sueltos, de las leyes corruptas y trampas del capitalismo, de qué derechos y para quien, para el pueblo palestino o para el sionismo judío apropiado de Palestina, del pueblo saharaui o de la monarquía marroquí, de los pueblos de toda Latinoamérica o de los derechos humanos en Europa para el que no tiene vivienda, del que desahucian, del que no tiene ni para comer ni donde caerse muerto, del que niegan derecho al trabajo o de las miles de mujeres que no reciben siquiera la más mínima prestación social?. Ellos imponen, ordenan, utilizan la palabra solidaridad para mejor agarrarnos sus cadenas, la palabra democracia y libertad para mejor esclavizarnos, métodos y símbolos de la izquierda, artistas, poetas, filósofos, escritores, científicos para despojarnos de toda identidad y dignidad de la que ellos carecen.
Dónde los derechos humanos en Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia, Haití, Honduras, Guatemala, Palestina, Yemen… La violencia y violación por las fuerzas policiales, ¿será aplicada a los ilustres de la ONU perseguidos por “activistas sociales”, les inflarán a pelotazos como al pueblo de Chile, les marcarán sus cuerpos también a palos, tirarán por los pelos, detendrán y encarcelarán a sus cargos por ejercer la libertad de expresión como en Catalunya? Sus convocatorias activistas contra la violencia como su feminismo suena a entretenimiento para seguir alargando un sistema capitalista caduco en sociedades alienadas a una violencia basada en la violación y el crimen. Parece que los organismos de la ONU solo se dedican a bautizar con nombres “publicitarios comerciales” los días amargos de la vida impuesta por sus mandatarios para que todo siga igual engordando buitres. La ONU declara el día internacional contra la violencia a la mujer con actos que no sirven para crear conciencia real, mientras los soldados que la propia ONU envía a países para “pacificar”, lo primero que hacen es violar a la caza de niñas y adolescentes. Si tanto preocupa al portugués Antonio Guterres (Secretario General de la ONU) el maltrato a la mujer… ¿Por qué no ha intervenido en los recientes casos de violaciones, torturas y asesinatos de mujeres en las revueltas de Chile, Ecuador, Bolivia y Colombia?.
Es menester seguir luchando con nombre propio y no del enemigo, esencial seguir creando espacios de comunicación y amistad internacional que emanen de abajo rompiendo el cerco a los de arriba hundiendo al poderoso criminal. El caso reciente de una joven que hacía ‘mimo’ divirtiendo a los niños en las calles de Santiago de Chile, secuestrada por los carabineros, fue violada, torturada, asesinada y finalmente ahorcada en un parque… ASESINOSSSS!!! ¿Qué dice a esto el escuálido señor Guterres, acaso le preocupa al sistema capitalista del crimen organizado el poner fin a la opresión de los parias de la tierra, el abuso del monstruo humano sobre la mujer? Nuestra hermosa ‘mimo’, una flor para sus calles, llenaba de alegría y sonrisas las caras de niños y mayores, se llamaba Daniela Carrasco, era una artista. Pero un día de estos en el que el pueblo se ha levantado contra el gobierno de Piñeda la secuestran agentes policiales. Hacía reír a los niños y eso es harto peligroso para un sistema basado en la muerte. La cultura es lo primero que elimina el fascismo haciendo vibrar su viva la muerte. Fue torturada nuestra flor de la alegría, violada, asesinada y colgada del cuello en una reja de un parque donde van los niños a jugar… mataron a quién les hacía sonreír aliviando el hambre y vacío de sus estómagos “la mimo”. Ya no sonríen los niños del parque, lloran por Daniela, han asesinado a una artista. Han asesinado a una luchadora. Han asesinado a una mujer que supo enfrentar la represión junto a su pueblo.
Albertina Martínez, fotógrafa chilena, fue encontrada asesinada en su casa de Santiago. Sus familiares llamaron a un cerrajero para abrir la puerta, Albertina no respondía a su llamado, no sabían nada de ella; la encontraron tirada sobre el piso, violada, asesinada a golpes. Su delito fue enfrentar la salvaje represión en las calles con su cámara, fotografiando la represión, masacres que contra el pueblo están ejerciendo a orden del presidente criminal Piñeda. No quieren prensa ni a nadie que denuncie la escabechina. Albertina era peligrosa para la salvaje selva represiva y carnívora que ha tomado las calles de la ciudad desde el poder de los corruptos, milicos del asesino Piñeda. Los familiares constataron que desapareció todo el material fotográfico y de vídeo, cámaras de fotos y ordenadores de su vivienda. La policía política es muy previsora además de asesinar “higieniza la trama” haciendo desaparecer las pruebas delatoras que les implica, secuestrando incluso, las cintas de video-vigilancia del edificio tomado por las fieras. Los mercenarios carabineros son los encargados de la investigación ellos, los asesinos, ejerciendo la investigación ellos, cuerpo sádico represivo, que junto a los milicos han dejado decenas de riadas de muertos y más de 300 personas mutiladas ellos, los asesinos más asesinos del mundo, han perpetrado decenas de violaciones y torturas durante estas semanas de lucha ellos, los criminales, claro que estos acontecimientos al parecer al Secretario General de las Naciones Unidas PARA PONER FIN A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES, le resbalan.
Albertina, como Daniela, participó en documentar la violencia contra las mujeres por parte de los carabineros por eso tenían que torturarlas, violarlas y asesinarlas. Esto está pasando en un Chile donde no hay golpe de estado, imagínense si los milicos volvieran a las andadas con otro nuevo General Pinochet ¿Qué dice de ésto el Secretario General de las Naciones Unidas: NADA!!! ¿Qué dice de la cadena fascista entramada por su capitalismo internacional: NADA!!! “Esta jornada de LUCHA” (y renacimiento en el mundo del lado más nazi del capitalismo) “del 25 de noviembre marcará el lanzamiento de la campaña ÚNETE” (¿a quién?, la ONU es una sombra demasiado espesa que nos ciega). “Contará con 16 días de ACTIVISMO” (redentor). “Concluirá el 10 de diciembre de 2019 coincidiendo con el día internacional de los DERECHOS HUMANOS” (¿derechos humanos de los pueblos o del sistema que les apuntala, asfixia económica y socialmente?). La señora Bachelet ex-presidenta de Chile por el Partido “Socialista”, ahora, DELEGADA DE LA ONU EN DERECHOS HUMANOS; calla como rata escondida en las cloacas del organismo internacional (tapadera de mercenarios del mundo) ante los crímenes cometidos en su país y en Bolivia. El señor Guterres otro “socialista”, fue primer ministro en Portugal y presidente de la Internacional Socialista: DOS COLABORADORES DE LA CIA QUE TRABAJAN AL SERVICIO DEL IMPERIO.
PD: ¿Qué prefieres?, que te mate o que te viole, le dice el demente criminal policía a una joven chilena.
Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)



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Haití y la raza: tensiones y contradicciones para el feminismo antirracista y plurinacional (I)

Tanto la historia como el presente del pueblo haitiano pueden servir de vidriera para la historia del continente. El rol de las mujeres haitianas presiente revanchismo colonial y revolución social.
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En el relato oficial de los años ’90, las aperturas neoliberales se predisponían a diseñar al brazo del capitalismo internacional un porvenir marcado por el fin de la historia. Es decir, el fin de las ideologías y procesos de masas de carácter universalista, como el comunismo, el anarquismo, e incluso el mismo liberalismo filosófico republicano. El fin de la historia, como premisa destructiva de las históricas utopías emancipadoras mundiales, condensaba además un proceso de largo aliento, cuyo quiebre estratégico tendría que ver con el desgaste de los Estados de bienestar. 

A este discurso nordocéntrico (situado en las realidades del norte de poder internacional: EE.UU. y los países céntricos de Europa) debemos sumar los procesos de descolonización en África y Asia. Lo que el neoliberalismo lee como fin de la historia, las periferias mundiales lo vivimos como el deterioro de la dominación eurocéntrica, con sus formas de dominación directa colonial. Como lo atestigua Frantz Fanon en los Condenados de la tierra, los procesos de descolonización, aunque tuvieron por objetivo la destrucción del sistema colonial europeo y estadounidense, fueron fuertemente torpedeados por el colonialismo interno y la cooptación estratégica de los mandos altos y medios de poder.

Las burguesías nacionales habían sido educadas durante décadas en el corazón imperial europeo. En la actualidad, aunque formalmente las periferias del mundo gocemos de aparatos autónomos devenidos de luchas cruentas contra la dominación extranjera, como Constituciones, Sistemas Educativos e Instituciones Financieras Nacionales, en la realidad estamos lejos de gozar de autonomía política, financiera o cultural.
La colonialidad persistente es un grave lastre de las dependencias colonialistas. El resultado es el reforzamiento de discursos y prácticas basados en el odio racial, clasista y machista.  En el caso haitiano, el racismo sexo-genérico está relacionado con una impronta de clase.

Las viejas élites mulatas de Pétionville (Ciudad de Petión, en nombre del prócer revolucionario mulato, letrado y propietario) coordinaron la vida política y económica del país durante años, dejando a fuera a la totalidad de la población. En la actualidad el cuerpo jurídico está en francés y los Liceos prohíben el creol al 99% del pueblo que habla la lengua local.

En una operación historiográfica desastrosa Jean-Jacques Dessalines, referente máximo de la revolución anti esclavista, por negro e iletrado, es degradado y puesto linealmente, codo a codo con Petión. Otra de las operaciones historiográficas de la colonialidad del saber, fue borrar el papel prominente de las mujeres en la revolución. Cécile Fatiman, la responsable de convocar la rebelión dedal de la revolución en Bois Caimán, ha sido totalmente olvidada. Olvido premeditado, dicho sea de paso, por las lógicas del poder epistemológico patriarcal y colonial.

En el libro más leído sobre revoluciones al interior de nuestras academias, El Siglo de las Revoluciones de Eric Hobsbawm, la revolución haitiana -primera revolución independentista de la modernidad, primera gesta anti esclavista de la historia universal moderna- solamente aparece en dos menciones: un renglón sobre esclavitud y un pie de página. 

En Haití, la colonialidad racista y misógina es un lastre del revanchismo que tuvo que pagar la Nación por atreverse a reventar las cadenas de la esclavitud y gritar, por vez primera en el continente «Libète ou lanmò», libertad o muerte en palabras del gran Dessalines.  Tras el terremoto del 2010, Haití viene sufriendo un total desguace de sus recursos.

El negocio de la lástima campea. Según el sociólogo Lautaro Rivara, de la Brigada Dessalines, el negocio de la ayuda internacional, vehiculizado por cientos de ONGs de los centros de poder, ha provocado un desdoble total de la economía.

El capital que circula a través de la llamada ayuda internacional ronda buena parte del Producto Interno Bruto del país. Sin embargo, el injerencismo internacional no puede pensarse sin la ocupación del territorio y de la humanidad que en él habita.  Tras el terremoto, más de un millón y medio de personas fueron evacuadas a las periferias de Puerto Príncipe y otras urbes en campamentos totalmente desprovistos de acondicionamiento digno para la vida. En esos días se registraron 250 casos de violación, cifra nimia si se tiene en cuenta la globalidad del proceso destructivo que se ha perpetrado desde entonces.

En los últimos dos años el pueblo haitiano se ha rebelado contra el imperialismo que les empuja a la muerte, la explotación o la prostitución. En mayo de este año, las organizaciones de izquierda, movimientos políticos, y organizaciones juveniles, tomaron las calles para reclamar contra la violencia sexual devenida tras la ocupación del país por organismos como la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) donde la bota militar de los países participantes franquearon toda ética, violando, abusando laboralmente y explotando sexualmente a mujeres, niños y niñas. 

La movilización se llevó a cabo en las inmediaciones de la Universidad de Quisqueya en la capital, Puerto Príncipe. Bajo el hashtag #PaFèSilans («No te calles», en creol haitiano) surgió el primer movimiento masivo de mujeres que esboza definiciones programáticas de carácter feminista, urgentes para la democratización de la vida nacional.  Uno de los requerimientos fue la creación de un cuerpo jurídico que tipifique la violencia contra las mujeres y las infancias.

Ya en el 2015 había sido llevado a cabo un proyecto que no pudo adelantarse por el cierre del Parlamento. Otra de las medidas que exigen las mujeres tiene que ver con la capacitación efectiva en problemas de violencia sexo-genéricas. Al día hay una total escasez de capacitación en el tema, como de políticas de asistencia y acompañamiento a víctimas. En síntesis, Haití expresa la inagotable fuerza del revanchismo colonial. Al agravio del hambre se suma la total desregulación del mercado de trabajo.

El peso de las maquilas textiles agudizan las pésimas condiciones de vida de las mujeres que mal viven para trabajar en los talleres. La miseria de las maquilas es la esclavitud del presente y tiene cuerpo de mujer.  Ver a Haití es ver un futuro posible. Tanto si nos movilizamos para cambiar la historia, a pesar de los límites de la imaginación, como si nos quedamos viviendo y parasitando al rededor de la lástima como cualquier ONG.

(*)La Autora es Integrante de la Cátedra de feminismos populares y latinoamericanos «Martina Chapanay»


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