RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

martes, 31 de diciembre de 2013

¿Quién teme al feminismo?

¿Por qué da miedo decir “soy feminista”? ¿Qué nos pasa con el término? Reflexiones de dónde estamos y hacia dónde vamos.

Ilustración: Isa

“Yo no soy feminista”, “Creo en la igualdad pero no soy feminista” (?), son algunas de las frases que he ido leyendo sin cesar últimamente por internet… y escuchando por todas partes. No tan solo de cualquier persona de a pie (con estudios universitarios o sin ellos), sino de mujeres famosas, que por su condición mediática influencian muchísimo en la sociedad. Y digo yo ¿por qué ese miedo? ¿Qué creen que es el feminismo? ¿Por qué renegar de él?
Para seros sincera, hace un tiempo a mí tampoco me gustaba un pelo el término feminismo. Que sí, que estaba muy bien para mí la idea de la igualdad y todo eso, pero, ¿feminista yo? Ni en broma. Eso del feminismo lo veía de histéricas, de amargadas, de lesbianas comehombres. De radicales quemasujetadores feas, de pelo corto y camiseta ancha. Sí, a mí también me vendieron la moto. Hasta que me decidí a conocerlo en profundidad.

“No soy feminista, pero me gustaría que se tratase a las mujeres igual  que a los hombres”

Fue algo así como un enamoramiento. Me desvelaba todo aquello que había intuido pero que no sabía con certeza. Un universo que me dotó de las famosas “gafas violetas” que te hacen afinar tu percepción sobre lo que considerabas “normal”.
Pero me sigo preguntando ¿por qué se ve así? De hecho, podría autoformularme la pregunta y pensar que por qué yo lo veía así… Si solamente hace falta acercarse a la definición de cualquier diccionario para ver que feminismo es hablar sobre igualdad. Creo que hay mucho prejuicio en torno al feminismo. Se me ocurren, fundamentalmente, ocho ideas erróneas que hacen que cuando digas “soy feminista” a la gente se le ponga cara de susto:
1. “Es cosa del pasado”. Como se citaba en un artículo que he enlazado anteriormente, seguramente esté relacionado con que se ve algo “desfasado”. Anacrónico. La imagen de feminista se tiene asociada con hechos políticos convulsos del pasado. Es la imagen de la trabajadora fabril con el puño alzado. Que, oye, no tiene nada de malo. Realmente fueron unas luchadoras. El problema está en que nunca se piensa en feminismo en términos de “presente”. Y con esto vamos al punto dos.
2. “Ya no sirve para nada”. Increíble pero cierto. Hay quien piensa que ya “todo está hecho”. Que con poder votar, ir a la universidad y trabajar ya está el tema arreglado. Lo que no suelen contemplar quienes afirman tal barbaridad, es que nosotras seguimos cobrando menos que ellos en determinados puestos de trabajo, que se nos demanda mucho más para alcanzar los mismos puestos de poder. Que sí, trabajamos fuera de casa, pero en la inmensa mayoría de casos somos nosotras las que se cargan a las espaldas, además, las tareas domésticas y de crianza. Que si una mujer es política se va a hablar de la ropa que ha llevado, de su maquillaje o cualquier aspecto banal, dejando en segundo término sus palabras; o, si se las atiende, será para criticar lo “histérica” que se ha puesto. Podría continuar horas poniendo ejemplos. Porque el trato que nos ofrecen a nosotras es discriminatorio.


3. “Ser feminista es ser exagerada, ser una exaltada, una radical”. Seguro que esto os suena muchísimo. La idea de que las feministas nos quejamos por todo, de que somos unas pesadas, de que no podemos estar tranquilas y por ello… somos unas histéricas y unas amargadas. Vamos, que se nos culpa por levantar la voz frente a las actitudes machistas. Y es que mires por donde mires, están en todas partes. Una vez te pones las gafas violeta afinas mucho la percepción de lo que te rodea, y puedes ver con facilidad cómo han calado todas esas ideas machistas de que la mujer es alguien (e incluso “algo”) al servicio del hombre. No haré una disertación sobre lo que encuentras con las malditas gafas violetas puestas -y digo malditas porque una vez te las pones es como si te las soldaran a fuego y jamás te las podrás quitar-; el caso es que, ¡mujeres quejándose del machismo! ¡¿Dónde vas a parar?! ¡Mujeres alzando la voz, diciendo que ya basta, en vez de estar calladitas, sonrientes y bien bonitas! Esto no es femenino, plantarse y decir que no aguantas más ¡es de amargadas histéricas! Dónde vamos a parar… Ah, y sí, las feministas somos unas radicales. Porque vamos a la raíz del asunto, a su base.
4. “Eso del género, el feminismo y demás, es cosa de estudios universitarios”. También hay mucha gente que lo ve así. Como una especie de ghetto cultureta. Algo que se estudia en las universidades y de lo que se habla en seminarios, pero que si no estás en ese círculo no es para ti. Nada más lejos de la realidad. Aunque es cierto que es motivo de estudio en las universidades -algo muy necesario y que aplaudo-, el feminismo trata cuestiones cotidianas, que nos afectan a todas. No es algo que esté sólo en las mentes de las estudiosas.
5. “Ser feminista es ser antihombres”. El clásico. Aquí no me voy a detener. Vamos, ¿en serio?

6. “Es que el término es controvertido”. Esta es una de mis preferidas, precisamente porque yo he estado aquí. No voy a entrar en si el término es el más correcto o no. Que está muy bien revisar los términos y que se discuta sobre los conceptos y demás. Pero sin perder la perspectiva. La cuestión es que estamos donde estamos, con los términos que tenemos y la palabra feminismo es el exponente de una lucha vigente. Además, la palabra feminismo remite a toda esa lucha histórica que han llevado a cabo grandes mujeres de las que las nuevas generaciones recogemos el testigo. Porque para mí, utilizar esta palabra es recoger ese testigo, volver a darnos la voz que todas esas mujeres nos han querido dar. Es seguir hacia delante. Es posicionarnos, ponernos en pie y hacernos valer.
7. “Es que hay feministas que tela…”. Hay quienes atacan al feminismo bajo el pretexto de que hay feministas que no veas lo que afirman… Independientemente de a los comentarios a lo que se refieran, este argumento no lo acabo de entender. Hay quien enarbola la bandera de la democracia y expresa ideas políticas más cercanas a la dictadura, o quien dice que no es racista “pero los X a su país”, y sin embargo no se reniega de usar las palabras “demócrata” o “antiracista”. ¿Por qué deberíamos renunciar a la palabra “feminismo” sólo porque en ocasiones no esté bien empleada o la usen personas que no piensan como nosotras?
“Feminazi”. Porque querer que tu género sea tratado como los seres humanos es lo mismo que invadir Polonia

8. “Ay, cuánto machismo…“. Y es que, en definitiva, todo lo anterior, que nos dé miedo decir que somos feministas, que se asocie la palabra a que somos unas amargadas, o, sencillamente que lo asociemos a que queremos ser consideradas superiores a los hombres, no es más que una muestra de la sociedad machista en la que vivimos. Es otro de sus triunfos. Los prejuicios formados a su alrededor lo único que pretenden, y consiguen, es machacar al feminismo y a su lucha.
Por suerte no todo el mundo lo ve así. Hay personas potentísimas que se declaran feministas sin ningún tipo de tapujos. Porque tienen claro lo que es ser feminista. Hay mujeres famosas que lo cantan a los cuatro vientos. Y teniendo la trascendencia que tienen, es de agradecer.
“Me digo feminista cuando la gente me pregunta si lo soy, y por supuesto que lo soy porque trata sobre igualdad, por lo que espero que todo el mundo lo sea. Sabes que estás en una sociedad patriarcal cuando la palabra feminista tiene connotaciones raras”. – Ellen Page

Lo que espero para el futuro es que el término feminismo sea revalorado. Que tome el poder que contiene la palabra y se use. Que nos deje de dar vergüenza, que no lo digamos con la boca pequeña, que no dudemos de él. Ser feminista constituye un acto de autodefensa para las mujeres. ¿Que nos ven radicales? Pues será que sí, porque como he dicho, vamos a la raíz del asunto. ¿Que nos llaman exageradas? El sexismo nunca es un caso menor. ¿Que somos unas histéricas? ¡Pues que viva Liliana Felipe!

 Irene

POR MIRADA VIOLETA 

http://www.proyecto-kahlo.com/2013/12/quien-teme-al-feminismo/
Para tener más información sobre la página y nosotrxs, nos puedes escribir al mail: ecofeminismo.bolivia@gmail.com

lunes, 30 de diciembre de 2013

Una oda a la no depilación


Berta Hache
Hola, encantada.
No,no me depilo las axilas.
Hay gente que dice que soy muy vaga para eso.
Tampoco me depilo las ingles.
La verdad es que yo me veo bien. Estoy cómoda con ello.
Si, tengo pelos, y muchos.
En serio, que no me depilo. No me depilo las piernas.
No, no estoy en contra de la cera, ni de las pinzas.
Simplemente no me depilo las cejas.
Claro que me gusta sentirme guapa. ¡Y me siento guapa!
Deja de mirarme las cejas.
¡Claro que me pongo faldas! ¡Y pantalones, y vestidos!
Lo que casi nunca me pongo es sujetador, me aprieta.
Uso una 80B, es decir, soy-plana.
No me hace falta sujetar nada.
Tengo “tetas de hippie” dice mi hermana.
A todas se nos van a caer, es cuestión de tiempo.
A veces me lo pongo, cuando hace frío.
Deja de mirarme las tetas.
Las modas están para seguirlas, pero solo si quieres.
¡Pero si los pelos son el mejor complemento!
Deja de mirarme las piernas.
Algún día quizá lo haga,pero hoy no.
Y tú, ¿cómo te llamas?

martes, 17 de diciembre de 2013

LA COPA MELUNA

Como ya comenté con anterioridad al adentrarme en el mundo de las copas menstruales opté por comprar un pack de bienvenida con la copa en talla S y en talla M.

¿Por qué elegí comprar el pack?
En el test de la página web de MeLuna me salía la talla S como la más idónea para mi, sin embargo yo tenía la sospecha de que esta copa no sería la idónea para mi al ser yo una persona de mucho flujo y la copa tener baja capacidad. A pesar de esta sospecha no me atrevía a contradecir los resultados del test así que sabía que quería pedir una S y además otra con más capacidad. Puesto que estos packs estaban mejor de precio que comprar la copa por separado lo añadí a mi carro. 
Compré además un vaso plegable esterilizador y unas tabletas Milton desinfectantes.


¿Cómo llegó la copa a mi casa?
Por mensajería (DHL) en unos tres días ya tenía la copa en mi casa, además los mensajeros me llamaron antes para acordar la hora de la entrega.
Mi pedido venía dentro de un sobre de papel,en el interior había una bolsita de plástico con zip con las dos copas, la bolsa de transporte y un tríptico informativo en español. En otra bolsa de zip venían las tabletas Milton, mientras que el vaso esterilizador llegó en una bolsita normal.
Las copas llegaron aplastaditas por el transporte pero en cuanto las saqué de su envoltorio y las presioné  un poco recuperaron su forma. 


Primeras impresiones

En cuanto vi las copas en persona pensé que eran muy pequeñas, que a ver como las guapas iban a contener mi flujo torrencial, pero aún así estaba muy contenta con mi nueva adquisición.
Ambas eran muy lisitas en su superficie y suaves, en definitiva, agradables al tacto. Lo que no era tan agradable era su olor plástico, aunque este se fue tras hervirlas en agua con unas gotitas de vinagre.
Comparando las copas noté que la mediana (la de color violeta) era ligeramente más firme que la copa pequeña, tanto en el cuerpo como en el anillo superior. Mis creencias de novata me hicieron creer que era debido a la diferencia de tamaño, pero más tarde descubrí que por alguna razón las copas MeLuna de color blanco transparente son ligeramente más blanditas que las coloreadas y que las copas medianas son además más firmes que el resto.
Analizando las copas más en detalle noté que en la parte interna de la boca de las copas había como un pegote de material, en la copa blanco transparente no era muy notable, pero sí en la mediana por lo que decidí ponerme en contacto con el fabricante.


Atención al cliente 
Le envíe un mail al servicio de atención al cliente de MeLuna Alemania y la verdad me preocupé un poco al principio pues tardaron 10 días en contestar a mis preguntas. Ellos consideraron que la copa mediana no cumplía con sus requisitos de calidad y me dijeron que me enviarían una nueva, para ello debía cortar la copa y enviarlas a ellos una foto de la imagen (así se aseguraban de que no iba a conseguir otra copa gratis). Hice lo que me pidieron y cual fue mi sorpresa al no recibir contestación en un mes. Estaba claramente decepcionada con la compañía pues no solo no habían respondido si no que me habían hecho cortar mi copa en vano, volví a enviarles un e-mail recordatorio y en un par de días me contestaron y me enviaron una copa nueva.
En resumen, de MeLuna podéis esperar copas de calidad y si alguna no cumple los requisitos será sustituida sin problema pero debéis insistir para hablar con los de atención al cliente, pues nunca responden al primer correo electrónico. 

Mi opinión de las copas
En estas otras entradas cuento mi experiencia personal con cada una de las copas que recibí de MeLuna. Esta es la reseña de la copa MeLuna Classic S y esta otra la de la copa MeLuna Classic M.

martes, 3 de diciembre de 2013

Un milagro de su sexo, Juliana Morell (1594-1653)


En el paraninfo de la Universidad de Barcelona solamente aparece citada una mujer. Su nombre, Juliana Morell. Su biografía, una extensa lista de conocimientos, títulos y obras que hacen de esta mujer, una de las más importantes del humanismo. 

La niña superdotada
Juliana Morell nació en Barcelona el 16 de febrero de 1594. Su padre, Joan Antoni Morell, era un banquero catalán de gran erudición y dispuesto a hacer de su hija una persona culta y formada, contra los convencionalismos de su tiempo. Juliana no llegó a conocer a su madre quien murió cuando ella era una niña de apenas tres años. 

Juliana tuvo la suerte de tener un padre dispuesto a facilitarle el acceso al saber a pesar de haber nacido mujer. Desde bien pequeña, su mente posiblemente superdotada, sabría aprovechar aquella oportunidad. Así, su formación con los monjes dominicos de Barcelona dio sus frutos con tan solo cuatro años, edad a la que ya sabía leer y escribir.

Con siete años conocía el griego, el latín y el hebreo y con doce otras lenguas como el francés o el italiano hasta completar la lista a los diecisiete con catorce idiomas distintos. 

Huida a Lyon
Juliana tendría poco más de ocho años cuando ella y su padre tuvieron que huir de Barcelona a causa de la implicación de este en un homicidio. En su nueva patria, además de continuar su aprendizaje de idiomas, Juliana se sumergió en el estudio de la filosofía, las matemáticas, el derecho civil y canónico, la música, la física y la astronomía. 

De Lyon, padre e hija se trasladaron a Aviñón donde se graduó summa cum laude obteniendo un doctorado en leyes.

Una monja erudita
El 20 de junio de 1610 y posiblemente huyendo del matrimonio y del consecuente fin de sus estudios, Juliana decidió hacer los votos en el convento dominico de San Práxedes de Aviñón.

Dentro del convento también destacó hasta el punto de convertirse en priora tres años después de su ingreso. 

Juliana Morell ya no saldría del convento en el que sería enterrada tras su muerte acaecida el 26 de junio de 1653. Allí continuó con su vida intelectual además de formar a buena parte de las monjas que con ella tuvieron la suerte de vivir. 

A lo largo de su vida Juliana comentó y tradujo al francés parte de la obra de san Vicente Ferrer y la regla de San Agustín. Además de traducciones, Juliana escribió textos propios, entre ellos poemas, una autobiografía y una historia sobre el convento en el que vivió parte de su vida. 


Alabada por algunos eruditos contemporáneos a Juliana, se dijo de ella que había sido un "milagro de su sexo", algo que su padre desmontó asegurando simplemente que su hija había conseguido todos sus logros intelectuales gracias al acceso que él mismo le había dado a la educación.


Por Sandra Ferrer

sábado, 23 de noviembre de 2013

Las maravillas de no llevar sujetador



Me gusta plantearme por qué hago lo que hago, por qué digo lo que digo, por qué creo lo que creo. De vez en cuando me paro a pensar y de repente me pregunto, por ejemplo, “¿Por qué me depilo?”. Otras veces escucho o leo algo que me lleva a reflexionar y a hacerme preguntas. No doy nada por hecho. No hay nada que haga un día y no pueda dejar de hacerlo al día siguiente, si así lo creo oportuno. Y eso es lo que me ocurrió con el hecho de usar sujetador.
Empecemos desde el principio. Tiendo a recordar con sumo detalle el momento exacto en el que algo hace click en mi interior, en el que ocurre un cambio significativo en mi vida. Suelen ser pequeños detalles, simples comentarios, anécdotas que para otros pasan desapercibidas pero que iban en ese momento destinadas a que yo comprendiera. Me gusta recordar esos instantes porque me maravilla ser consciente de ese exacto momento en que mi vida cambió a mejor.
Así ocurrió hace ya cuatro años, cuando un día la madre de mi pareja, una amiga y yo estábamos quitando malas hierbas del jardín. Esta amiga, como de la nada, comentó que ese día no se había puesto sujetador porque había leído que el sujetador podía incrementar las posibilidades de tener cáncer de mama. La conversación murió ahí mismo, nadie ahondó en el tema, pero yo me quedé pensando. Y decidí probar. Desde ese día no he vuelto a usar sujetador, excepto en contadísimas veces por circunstancias excepcionales. Los primeros días no estaba demasiado convencida. Sí, me gustaba tener los pechos “al aire”, en libertad, pero me molestaba un poco si andaba rápido o si bajaba las escaleras al trote. Pensé en volver a usar sujetador, pero decidí dar una semana de margen, para ver si me acostumbraba. A la semana ya no me molestaba nada al bajar escaleras, aunque seguía siendo incómodo al correr. Pocos días después supe que no había marcha atrás, que dejar de llevar sujetador había sido una de las mejores decisiones de mi vida.
Algunas semanas después volví a ver a esa amiga cuyo comentario me hizo replantearme el uso del sujetador. Me comentó que había vuelto a usar sujetador, que no le convencía no llevarlo. Sonreí para mis adentros, maravillada ante la manera en la que la naturaleza va tejiendo los hilos.
Tras cuatro años sin llevar sujetador quiero compartir mis sensaciones. Mi experiencia.
Lo más sorprendente fue comprobar que me crecieron los pechos. Y bastante. Cuando dejé de usar sujetador tenía 19 años, por lo que podría decirse que aún no había alcanzado el pleno desarrollo, pero lo cierto es que llevaba varios años con los pechos del mismo tamaño. Lo más maravilloso sigue siendo la sensación de libertad absoluta, el sentir el movimiento de los pechos contra el torso, el balanceo. Impresionante y lógico a la vez ha sido ver el desarrollo de la musculatura del pecho. Al principio cualquier movimiento molestaba e incluso dolía. Pero poco a poco el músculo, en libertad, fue trabajando y a día de hoy podría correr la maratón sin sujetador.
A menudo me pregunto: “¿Por qué usamos las mujeres sujetador? ¿De dónde surge esa necesidad?” Entonces pienso en mi propia experiencia. Cuando siendo adolescente me empezaron a crecer los pechos, un día mi madre me dijo que debía empezar a usar sujetador. Y empecé a usarlo. Y nunca me pregunté el porqué. Supongo que la idea detrás de todo esto es muy sencilla y a la vez absurda: Nos creemos que el sujetador sirve precisamente para sujetar, que sin él el pecho se nos caería. Siento decepcionaros, pero mi experiencia y mi lógica me dicen lo contrario.
Soy joven y hablar de pecho caído no es muy apropiado porque supongo que la gravedad y la edad harán de las suyas con el tiempo, pero el hecho es que creo que entre llevar y no llevar sujetador hay poca diferencia en cuanto a este futuro de pechos caídos. Y, si me apuras, creo usar sujetador lleva invariablemente a unos pechos más caídos.
Imagina que con 13 años te dicen que para que no se te caiga el brazo debes llevarlo en cabestrillo casi las 24 horas del día. Y así lo llevas, día tras día, año tras año. Cuando un día te quites el cabestrillo, el brazo caerá. No tendrá fuerza, ni musculatura. Si no llevas cabestrillo, también con los años el brazo irá perdiendo musculatura y fuerza, pero de una manera natural y paulatina. Creo que algo muy parecido ocurre con los pechos y el sujetador.
Yo tengo un pecho, digamos, ni pequeño, ni grande. Desconozco si para las mujeres con mucho pecho llevar sujetador es necesario. Si tienes alguna experiencia que compartir al respecto, no dudes en dejar un comentario.
¿Y qué dice la gente al respecto de no usar sujetador? Los argumentos se reducen a dos:
-“Si no llevas sujetador se te va a caer el pecho”. Yo suelo decirles que a las mujeres que sí llevan también se les ha caído el pecho, así que tanto da. (Además de que no creo que el pecho caído sea el fin del mundo).
-“Se ve feo, no queda bien con camisetas”. Este argumento no me interesa en absoluto. Mi concepto de la belleza debe ser bien diferente.
En invierno es un gustazo no llevar sujetador. En verano también, claro. Sin embargo, con algún tipo de camiseta o vestido se hace necesario llevar sujetador si no quieres ser el centro de las miradas. A veces lo uso. Este verano me puse un día un sujetador. Llevaba más de un año sin usarlo y casi me asfixio. No es broma. Tras varias horas con él tuve que quitármelo. Sentía que me faltaba el aire, me sentía oprimida, limitada, casi encarcelada. Seguramente estés pensando que exagero, pero te aseguro que no.
Hasta que no estás un tiempo sin llevar sujetador no te das cuenta realmente de lo molesto que es, de lo liberador que es no llevarlo. Aconsejo a todas las mujeres que lo prueben, aunque sea durante una semana. Que se den permiso para experimentar, para así poder luego tomar una decisión consciente. Una decisión propia, no basada en lo que todo el mundo hace.
Ahora, si una camiseta no va bien sin sujetador, no la uso. La moda me importa lo más mínimo si no es compatible con una vida cómoda y libre.
Por lo visto hay algunos estudios que muestran que llevar sujetador no hace ningún bien a nuestras mamas y tiene mucho sentido que esto sea así. Sin embargo, aconsejo que si decides dejar de usar sujetador sea porque así te sientes mejor, no por miedo a lo que pudiera ocurrir.
Las amigas de la web Proyecto Kalho también se han hecho esta misma pregunta: “¿Para qué sirve el sujetador?”. Y Emer O’Toole, periodista británica, ha escrito un artículo sobre los pros y los contras de no llevar sujetador. 

http://www.airesdecambio.com/las-maravillas-de-llevar-sujetador/

viernes, 22 de noviembre de 2013

La patrona de la música, Santa Cecilia de Roma (Siglos II-III)


Santa Cecilia de Roma es uno de los santos más conocidos y celebrados de la iglesia católica. Incluso ha traspasado los muros de esta fe y en infinidad de lugares del mundo, la fecha en la que se conmemora su muerte se organizan conciertos y se celebra el día de la música. Pero su existencia histórica está plagada de indeterminaciones y pocos datos fehacientes. Lo que parece ser claro es que la joven mártir se convirtió en santa y patrona de los músicos por un significativo error en la traducción de uno de los pocos documentos históricos en los que aparece. 

Las Actas de Santa Cecilia
En el año 480 aparecieron unas actas anónimas que hablaban de una joven virgen y mártir llamada Cecilia que había pertenecido a la familia senatorial romana conocida como los Metelos. Según estas actas, desde bien pequeña Cecilia se había convertido al cristianismo y su profunda fe en el nuevo credo arrastró a otras personas de su entorno. Entre ellos su propio marido, un noble pagano asignado por su padre llamado Valerius. Las actas narran un episodio milagroso centrado en la misma noche de bodas y según el cual, Cecilia rebeló a su nuevo esposo que había entregado su virginidad a Dios y que, por tanto no la podría tocar. Aseguró también que un ángel custodiaba su cuerpo a lo que Valerius no dudó en pedir ver a dicho ángel. Cecilia lo envió entonces a la vía Apia, concretamente junto a la tercera piedra miliaria. Allí se encontró con el entonces papa Urbano I. Tras recibir el bautizo del pontífice, Valerius contempló ante sus ojos el ángel del que le había hablado su esposa, quien bendijo su unión.

A Valerius le siguió su hermano y cuñado de Cecilia, Tiburcius, quien también se convirtió al cristianismo y sufrió martirio junto a su hermano y a Maximus, el soldado que los condenó y finalmente también se convirtió.

Con la presencia del papa Urbano I en las actas se puede acotar la existencia de Cecilia entre finales del siglo II y principios del III, un tiempo en el que la persecución y martirio de los cristianos fue común en todos los territorios del agonizante imperio romano. Pero muchos de los hechos narrados en las actas del siglo V no se consideran históricos, más bien son tradiciones orales que rodearon el martirio que efectivamente sufrieron san Tiburcius, san Valerius y san Máximo tiempo después. 

La propia Cecilia también se supone que fue martirizada y sobrevivió milagrosamente a varios actos atroces. Los paganos romanos intentaron ahogarla, hervirla e incluso decapitarla pero no consiguieron terminar con su vida. La tradición católica sitúa su muerte el 22 de noviembre del 230, tres días después de sufrir el martirio.

El cuerpo de Cecilia fue enterrado junto a la cripta pontificia de la catacumba del papa Calixto I en la vía Apia romana, por orden del papa Urbano I.



En el siglo V se construyó una basílica para rendirle culto en el barrio del Trastévere. Allí trasladaría tres siglos después el papa Pascual I su cuerpo y el de su marido, su cuñado y el soldado Máximo. A finales del siglo XVI se restauró la iglesia en honor a la ya santa. El mismo año de su restauración, en 1599, el escultor Maderna pudo ver el cuerpo de la santa para inspirarse en la creación de su famosa estatua yacente. Una réplica de la hermosa escultura se colocó también en el sepulcro original de las catacumbas de San Calixto.

Patrona de la música por un error de traducción
Siglos después de su muerte, Cecilia se convirtió en todo un símbolo para los músicos y amantes de la música. Y fue gracias a un error de traducción de una parte de las anteriormente citadas Actas. El error radicaría en la traducción de los "órganos" por instrumentos musicales cuando en realidad se hablaba de instrumentos de tortura. Según la corrección de dicho texto, las actas no describieron a Cecilia cantando y tocando instrumentos musicales durante la celebración de su matrimonio sino que en verdad hablaban de una virgen mártir cantando alabanzas a Dios mientras sufría el martirio. 

El error no se corrigió y ya, antes de ser proclamada santa, en la Edad Media se la empezó a representar con un órgano y otros instrumentos, entre ellos el laúd.


En 1594, el papa Gregorio XIII canonizaba a Cecilia y le asignaba oficialmente su patronazgo musical. Un patronazgo que se extendió hasta nuestros días. En infinidad de rincones del mundo se celebra el día de la música el 22 de noviembre, día de Santa Cecilia. 


Por Sandra Ferrer

miércoles, 20 de noviembre de 2013

LA INSPIRACIÓN DE PAPÁ, DIANE DISNEY (1933-2013)

Diane Disney fue la única hija biológica de Walt Disney, el famoso creador de uno de los imperios cinematográficos más importantes de la historia del cine. Diane estuvo siempre rodeada de la ilusión e imaginación de su padre al que incluso llegó a inspirar la creación del parque temático de Disneyland en Orlando. 

Diane Marie Disney nació en Los Ángeles el 18 de diciembre de 1933. Era la única hija biológica de Walt Disney y Lillian Bounds Disney. Diane tuvo una hermana pequeña adoptada que murió en 1993. 

Diane y su hermana fueron las inspiradoras de la idea de Disneyland cuando su padre, después de pasar horas y horas en un parque viendo a sus hijas subidas en un carrusel, pensó que los niños deberían tener más actividades y lugares en los que divertirse. 

La hija de Disney participó también en la creación de la Sala de Conciertos Walt Disney de Los Angeles y el museo dedicado a su familia situado en San Francisco. 



Casada desde 1954 con Ron W. Miller, quien estuvo al mando del imperio Disney durante unos años, tuvieron siete hijos. Diane Disney Miller fallecía ayer a los 79 años de edad a causa de las secuelas de una caída en su casa de Napa, en California. 

ESCRITO POR SANDRA FERRER


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lunes, 18 de noviembre de 2013

COSIMA WAGNER (1837-1930)


Cósima Wagner ha pasado a la historia como la segunda mujer del gran compositor alemán Richard Wagner. Primero amantes, rodeados de un gran escándalo en la sociedad decimonónica de la época, el matrimonio Wagner se convirtió en una relación profunda y duradera. Cosima fue fuente de inspiración de alguna de las obras del artista. Ella, a su muerte, trabajó para que el legado de su gran amor no desapareciera en las sombras. 

La hija ilegítima
Francesca Gaetana Cosima Liszt nació el 24 de diciembre de 1837 en la localidad de Bellagio, entonces ubicada en el Reino Lombardo-Véneto. Cosima fue fruto de una relación extraconyugal entre el pianista húngaro Franz Liszt y su amante, la condesa Marie d'Agoult. De aquel amor nacieron otros dos hijos, hermanos de Cosima, Blandine y Daniel. Pero cuando sus padres se separaron, los pequeños tuvieron que vivir bajo la protección de su abuela paterna.

El amor ilegítimo
Tenía Cosima veinte años cuando se casó con Hans von Bülow. Von Bülow, alumno de Liszt, era pianista y director de orquesta y muy probablemente fue un matrimonio de conveniencia, del cual nacerían dos hijos. 

Tanto Hans como Cosima sentían verdadera pasión por la obra de otro músico, el compositor Richard Wagner, a quien Cosima había visto por primera vez en 1853.

Pero si la admiración de Hans hacia Wagner fue profesional, la de Cosima traspasó los límites de lo permitido. En 1864 se convirtieron en amantes, sin que la diferencia de edad entre ellos, Wagner era veinticuatro años mayor que ella, supusiera un problema. 

Sorprendentemente, el esposo aceptó la situación con resignación, tal sería la devoción que sentiría por el compositor alemán. Pero la aceptación de Hans no fue la de la sociedad de su tiempo, y Wagner tuvo que recluirse un tiempo en Múnich, alejándose del escándalo que suponía su relación adúltera con una mujer casada cuando, a su vez, él también estaba casado. 


Pero la relación entre Cosima y Wagner no se desharía nunca. El 10 de abril de 1865 nacía Isolda, la primera hija de la pareja, que recibió los apellidos de von Bülow para evitar acrecentar, aún más, el escándalo. Aun nacerían dos hijos más, Eva y Siegfried antes de que los amantes pudieran volver a casarse, el 25 de agosto de 1870. En aquel tiempo Cosima había conseguido ya el divorcio de su primer marido y Richard había quedado viudo. 

Desde entonces y hasta la muerte del compositor, fueron un matrimonio feliz que fue fuente de inspiración para obras como El Idilio de Sigfrido

La viuda de Wagner
El 13 de febrero de 1883, Richard Wagner fallecía en Venecia. Cosima dedicó entonces parte de su vida a mantener vivo uno de los proyectos más importantes de su marido. En 1876 tenía lugar la primera edición del Festival de Bayreuth, un festival pensado por el propio Wagner para representar de manera periódica, sus obras más destacadas, entre ellas su famosa tetralogía. El festival, que sigue celebrándose en la actualidad, se encontraba en una situación económica crítica a la muerte de su inspirador pero fue gracias a Cosima que siguió adelante hasta convertirse en un evento de gran importancia. 

Cosima Wagner fue una mujer entregada al gran amor que sintió por su marido, al que se dedicó en cuerpo y alma. Su biografía se vio manchada, sin embargo, por sus profundas ideas antisemitas.

Cosima Wagner fallecía el 1 de abril de 1930 a los 92 años de edad. Sus restos descansan junto a su gran amor, en la villa familiar de Haus Wahnfried.

Escrito por Sandra Ferrer


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lunes, 28 de octubre de 2013

DÍA MUNDIAL POR EL DECRECIMIENTO

¿SE PUEDE VIVIR CON MENOS Y SER decrecimiento-3FELIZ?


El 29 de octubre se celebra el Día Mundial por el Decrecimiento en una fecha que conmemora el Crack del 29, el origen de una crisis que tambaleó los cimientos del sistema económico. 84 años después, una crisis más grave vuelve a amenazar al capitalismo, que se hace fuerte en la trinchera. Pero, ¿realmente está amenazado? ¿Hay alternativas que lo puedan desbancar?
Una de las primeras cosas que aprendí en la universidad y se me quedó grabada fue esta: no es posible un crecimiento ilimitado en un mundo naturalmente limitado. Formaba parte del análisis del Problema Ambiental, con mayúsculas, que llevábamos a cabo en la asignatura Medio Ambiente y Sociedad.
Las orientaciones marxistas sostienen que el capitalismo destruye los dos pilares de su sistema de producción: los recursos naturales y la salud de las fuerzas de trabajo. Esto lleva a una crisis profunda que podemos comprobar en la actualidad y que tiene una doble raíz: a la crisis ambiental que han originado la contaminación y la sobreexplotación de los recursos se une otra de carácter social, ya que la población actualmente ni siquiera es capaz de tener una vida de calidad en términos puramente capitalistas: sin trabajo, con los recursos monetarios empeorando y teniendo que hacer frente a deudas e impuestos cada vez mayores.
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El sistema ya no era válido para el planeta porque lo estaba destruyendo pero se escudaba en su validez para las personas, en un crecimiento constante que nos hacía vivir cada vez mejor (a los que tenemos la suerte de vivir en el Primer Mundo). Ahora, ni para estos ciudadanos el capitalismo es idóneo, puesto que muchas personas se están viendo en graves problemas económicos.

EL DECRECIMIENTO COMO ALTERNATIVA AL CAPITALISMO

Por ello es normal que surjan movimientos alternativos y uno de ellos es el decrecimiento, cuyo día mundial se celebra el 29 de octubre. ¿Por qué este día? Porque se conmemora el crack del 29, el día en que una grave crisis amenazó a la economía mundial, que fue también la primera vez que el ser humano no supo ver que estaba haciendo las cosas mal, pese a las numerosas pruebas.
Ahora, sumidos en una crisis peor que la Gran Depresión, cada vez más voces plantean un cambio de paradigma, una salida del capitalismo salvaje que ha llevado a esta situación, rechazando la tesis de que solo el propio sistema que ha provocado esto es capaz de solucionarlo.
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La vía del decrecimiento es menos drástica de lo que se pueda pensar por su denominación. No estamos hablando de ir hacia atrás, sino de evolucionar, de comprender, de convertirnos en unos seres más inteligentes, más eficientes. ¿Qué sentido tiene el consumismo descontrolado que gobierna el mundo desde hace décadas? El único que se le puede dar es el del crecimiento económico, pero esto es una lógica relativa.
Y es que la economía no deja de ser una ciencia inventada. Por mucho que se estudie como si fuera física o matemáticas, la economía no se rige por leyes naturales que hayamos aprendido de la observación como otras materias. La economía funciona en los términos en que queremos los seres humanos y se puede modificar a nuestro antojo. El mercado parece algo sagrado pero se puede manipular en cualquier momento (como de hecho se ha demostrado en los últimos tiempos).
¿Por qué no se cambia el sistema? La respuesta es evidente: las personas que lo controlan, que tienen el dinero y el poder, no quieren y su opinión vale más que la de miles de millones de ciudadanos dispuestos a vivir de otra manera.

¿QUÉ SUPONE EL DECRECIMIENTO?

La diferencia con el sistema actual es la siguiente: los seres humanos estamos acostumbrados a tener todo aquello que podemos conseguir, independientemente de si nos hace falta o no. El decrecimiento plantea tener lo que necesitas, no adquirir cosas por el simple hecho de poder hacerlo.
¿Por qué una top model tiene cientos de pares de zapatos en su vestidor? La respuesta la dan las bases del capitalismo: porque puede. Y no es solo que pueda, es que debe hacerlo porque es la forma en que subsiste el mercado. ¿Por qué una trabajadora de hostelería de un barrio obrero solo tiene tres o cuatro pares de zapatos en el armario? Porque son los que se puede permitir. Y si quiere tener cien debe esforzarse más, cambiar de empleo, arriesgarse invirtiendo para conseguir capital y poder irse de compras.
¿Qué se echa de menos en estos ejemplos? La necesidad. En ningún momento el capitalismo se plantea si la top model o la empleada de hostelería necesitan uno, cinco o cien pares de zapatos. Eso es irrelevante. Lo es quién puede permitírselos y esa persona será la que los compre y además está obligada a hacerlo.
No es una obligación literal, pero a cada persona se la estimula hasta la extenuación, hasta que comprenda que debe hacer esas compras, acordes con su nivel de vida. Esto se consigue mediante la publicidad y el establecimiento de estándares sociales que se transmiten a la población con programas de televisión, páginas web, series, películas o libros que determinan las aspiraciones que debe tener cada ciudadano.
Hoy es el día en que podemos plantearnos nuestra forma de vida. No me refiero a dejarlo todo e irnos a vivir al campo, montar un huerto ecológico y hacer trueques con los vecinos. Aunque esta opción es totalmente válida, saludable y perfectamente acorde con los principios del decrecimiento, se pueden hacer cambios sin tener que renunciar a lo que tenemos, en la mayoría de los casos porque es prácticamente imposible.
Si nos deshiciéramos de lo que ha conseguido el progreso, en la mayoría de los casos nos perjudicaríamos a nosotros mismos. Vivimos en un sistema del que es muy difícil salir. No estoy hablando de tirar al retrete el Smartphone, dejar de tomar medicinas o cambiar nuestro coche por un caballo, sino de modificar nuestra gestión.
¿Qué nos ofrece el decrecimiento para nuestro día a día? Un consumo responsable, el ahorro energético, una mayor calidad en nuestra alimentación, menos estrés, una vida más sencilla. Todo ello se puede lograr incluso sin salir del sistema capitalista, no se trata de radicalizarse sino de poner en práctica aquello que nos diferencia del resto de los animales: nuestro raciocinio.
Como cada 29 de octubre celebramos el Día Mundial por el Decrecimiento, una fecha elegida por conmemorar el crack del 29, la gran crisis que hizo que muchos se replantearan sí el crecimiento económico desmesurado de los “felices años veinte” era de verdad un buen modelo a seguir por las generaciones futuras. Décadas después, pese a haber sufrido varias crisis económicas, seguimos manteniendo el mismo sistema, por ello es necesario replantearse en esta jornada si estamos siguiendo el camino correcto.
Ben Magec de Ecologístas en Acción revindica que es necesario y urgente un cambio de modelo socio económico. Los recursos del planeta son limitados, estando nuestro sistema económico asentado en un comprar-usar-tirar sin fin. Es un modelo lineal que agota los recursos disponibles, dejando a las generaciones futuras sin la posibilidad de hacer uso de ellos como lo estamos haciendo nosotros. Es un sistema egoísta, que sólo piensa en el presente sin preocuparse por el qué ocurrirá mañana.

Este sistema no sólo genera un agotamiento de los recursos, también genera una cantidad de residuos que la tierra no puede gestionar de forma natural. En la naturaleza todo sigue ciclos en los cuales no existen los desechos como tal, ya que acaban reincorporándose al sistema. La generación de residuos y su gestión es un pilar si queremos una economía mucho más amigable con el planeta pero no sirve sólo con reciclar, es necesario disminuir la cantidad de residuos que generamos, abandonar el sistema consumista.
En el Día Mundial por el Decrecimiento tenemos que replantearnos que nuestra felicidad y bienestar no se consiguen mediante el consumismo y productivismo. El decrecimiento es una corriente de pensamiento económica, social y política, que quiere dar la vuelta a la situación actual y que la economía esté al servicio de los seres humanos. El modelo actual nos hace esclavos del propio sistema “vivimos para trabajar y trabajamos para consumir”. El consumo desmedido nos genera multitud de problemas, sin darle un verdadero sentido a nuestras vidas.
No por consumir más vas a ser más feliz hoy, así que aprovecha esta jornada para replantearte si el modelo actual es el que quieres dejar a tus hijos y si éste es sostenible para el planeta.

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