RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

lunes, 30 de noviembre de 2020

Normalidad & Posmachismo : No sólo genios


Fuentes: https://miguelorenteautopsia.wordpress.com/2020/11/30/no-solo-genios/

La estrategia de separar al Maradona jugador del Maradona hombre, es la misma que utiliza el machismo al separar al «hombre maltratador» del «hombre padre» cuando dice que «un maltratador no tiene por qué ser un mal padre».


Las críticas que desde el feminismo se han hecho sobre Diego Armando Maradona por los episodios que lo relacionan con la violencia de género y los contactos sexuales con chicas que podían ser menores de edad, han generado a su vez una reacción contra quienes cuestionan el recuerdo del jugador, sin pararse a ver cuál es la base de ese cuestionamiento del ídolo.

Los reproches hacia el reconocimiento a Maradona se dirigen al hombre que utilizó su posición para hacer uso de las conductas de poder que la sociedad otorga a los hombres, a todo aquel que lo decida, cada uno dentro de las circunstancias que definen su situación y, por tanto, con formas muy distintas de llevarlas a cabo, pero no son diferentes a lo que el modelo de sociedad androcéntrico facilita a los hombres desde la “normalidad”. Ninguna de las conductas criticadas a Maradona es exclusiva de él ni de la gente de alto status, son muchos los hombres que las llevan a cabo con independencia de su nivel económico o situación, aunque lo hagan en escenarios muy diferentes. Lo que hizo Maradona con los pies fue único, pero lo que hizo con las manos no.

Lo que se pone en cuestión es esa normalidad en la que se produce la violencia contra las mujeres, no la excepcionalidad de la grandeza del un hombre o jugador concreto ni su capacidad profesional.

Son muchos los hombres que han cometido delitos o han desarrollado actividades ilícitas desde posiciones de referencia y poder, nadie los ha cuestionado más allá de la crítica o condena a dichos actos. Tampoco nadie ha hablado de claroscuros en sus vidas, todo estaba claro, su función profesional y sus actividades ilícitas.  

Con Maradona también ha estado todo claro, como con Harvey Westein, Roman Polanski, Plácido Domingo, Dominique Strauss-Kahn, el reciente escándalo del escritor francés Gabriel Matzneff… sin embargo, cuando nos referimos a la violencia de género con frecuencia se habla de “claroscuros”, no porque no esté todo claro, sino porque se intentan crear zonas de oscuridad donde mantener los episodios de la violencia para no cuestionar al personaje. 

De Maradona no se ha cuestionado, en sentido de rechazo a los homenajes, el consumo de drogas, sus comportamientos o sus negocios, lo que se ha cuestionado desde el feminismo son los episodios de violencia de género que han trascendido. Y se cuestionan porque el personaje público no sólo es inseparable de esas conductas en privado, sino porque las ha hecho y se han valorado por parte de la sociedad teniendo en cuenta su condición de personaje público, no como si fuera un ciudadano más.

Porque es ese Maradona al que se admira, a todo él, aunque no se comparta lo que hizo en privado y se ponga el énfasis en lo que fue y significó su carrera como jugador de fútbol. Pero si Maradona sólo hubiera sido un grandísimo jugador, como lo fue Pelé, Johann Cruyff o Alfredo Di Stefano, se le recordaría como se les recuerda a ellos, no como el hombre que fueron, sino como los jugadores que compitieron.

A Maradona se le recuerda del todo, no a trozos, y es en ese todo donde lleva la necesaria crítica a sus conductas respecto a las mujeres. Hacerlo no es un ataque, sino una responsabilidad para que otros hombres vean en él el ejemplo del jugador no el del hombre, y para que se entienda que la violencia de género se ejerce desde la normalidad que define al hombre que la lleva a cabo, no sobre circunstancias excepcionales ni contextos extraños

El problema de la violencia de género está en su aceptación bajo argumentos de todo tipo, algo que debemos erradicar. Por eso es necesario que la sociedad sepa que un gran profesional no es incompatible con el hecho de que sea un maltratador, y así evitar caer en la trampa que presenta esas dos situaciones como incompatibles, o en la de justificar una conducta con la otra, como si lo “malo” de la violencia se pudiera compensar con lo “bueno” de los logros profesionales y lo que conllevan. Maradona habría sido el mismo grandísimo jugador sin los episodios de violencia de género conocidos; habría sido el mismo genio sin ese “mal genio”.

Pero nada es casualidad, esta es una de las estrategias del machismo para mantener en vigor su modelo con la violencia contra las mujeres oculta entre las circunstancias. Por eso se intenta separar la violencia de todo lo demás, hasta el punto de afirmar, como vemos con frecuencia, que “un maltratador es un buen padre”, o negar la agresión sexual del caso de “la manada”, como se hizo, porque entre los cinco agresores había un soldado y un guardia civil.

Separar la violencia del hombre que la ejerce es mantener la violencia contra las mujeres, y la masculinidad que lleva a muchos hombres a maltratar.


Fuente: https://miguelorenteautopsia.wordpress.com/2020/11/30/no-solo-genios/



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domingo, 29 de noviembre de 2020

Recomiendo: 0 Menos ansiolíticos y más perspectiva de género: mujeres invisibles para la medicina


Fuentes: Público

El género pasa factura, médicamente hablando. Medicina sin carencias para tratar a la mitad de la población. De eso trata Mujeres invisibles para la medicina, de Carme Valls.

Más que un libro es un ensayo. Mujeres invisibles para la medicina (2020) tampoco habla estrictamente de salud, aunque sin duda, la doctora Carme Valls (Barcelona, 1945) toca, en cada una de las casi 500 páginas del volumen que ahora publica, temas relacionados con el bienestar físico y psíquico de las mujeres. Pero además habla de feminismo. Lo hace poniendo el cuerpo de las mujeres en contexto, es decir, en la sociedad de hoy día, con la carga de los cuidados a sus espaldas, que pesan y enferman (física y psicológicamente).

Su libro, publicado por Capitán Swing, es una ampliación del publicado en 2006 y recoge 20 años de trabajo mirando cómo responde el cuerpo de la mitad de la población, algo que la medicina tradicional ha ignorado durante siglos. «La primera constatación pública de sesgos de género en la asistencia e investigación médica la realizó la cardióloga americana Bernadine Healy, que alertó de la mala praxis en la atención cardiovascular de las mujeres debido a que no se había tenido en cuenta la presencia de estas en la mayoría de los trabajos de investigación sobre problemas cardiológicos realizados antes de 1993. Este es el primer sesgo de género en medicina: no incluir mujeres en los trabajos de investigación o no diferenciar por sexo los resultados», apunta Carme Valls en esta edición de Mujeres invisibles para la medicina.

Llama la atención que el libro arranca con un extenso capítulo dedicado a la salud mental para tratar y hablar de adolescentes; de violencias en plural contra las mujeres de todas las edades, un asunto que para la doctora debe ser visto como un tema de salud pública; de la sexualidad en todas las facetas de la vida; de la maternidad y del envejecimiento medicalizado de las mujeres.

«Hay que dejar de considerarnos como seres nerviosos y, por naturaleza, locas»

«Para cualquier queja a las mujeres se nos trataba con ansiolíticos sin buscar qué motivos se esconden tras esa medicalización. Porque sí, un antidepresivo puede funcionar pero hay que hacer cambios en la vida y el trabajo, acabar con las brechas de género, con los suelos pegajosos, con la precariedad y dejar de considerarnos como seres nerviosos y, por naturaleza, locas«, responde al teléfono para Público.

Mirada con perspectiva de género

No hay vuelta de hoja, para tratar el bienestar de las mujeres, hay que analizar los mandatos de género y estereotipos de la sociedad, constata la escritora. Sin esa mirada es imposible abordar la dependencia amorosa, la sensación de culpa y que sigamos entendiendo el cuerpo como un campo de batalla. Porque no tratar todos esos conceptos enferma de una y mil maneras, desgrana Valls durante las páginas del libro. Hace falta relacionar todos esos aspectos para ver, por ejemplo, que la anorexia y la bulimia son unas enfermedades «hijas del tiránico culto al cuerpo». Y de ahí pasar a produndizar en qué sabemos del sexo de las mujeres, también invisibilizado, desconocido (todavía para muchas mujeres) e infraestudiado (para la mayor parte de la sociedad, incluida la ciencia).

Carme Valls, política, médica y escritora.  Cedida

«No se han enterado de cómo son las cosas. Y quieren que seamos como ellos. La sexualidad no es una erección«, advierte desde Barcelona. En su libro, rico en citas de profesionales del mundo de la ciencia, de la filosofía, la sociología, el feminismo y las letras, Valls lo evidencia con múltiples referencias científicas. Citamos una, la de la la profesora Marta González García publicada en La medicalización del sexoEl viagra femenino: «Los intentos de biomedicación de la sexualidad femenina, lejos de ofrecer respuestas convincentes a la pregunta del deseo de las mujeres, confirman una vez más la iluminadora idea de Kate Millet: lo personal sigue siendo político«. La doctora afirma que se sigue sin estudiar el deseo de las mujeres. Y en este sentido, alerta a las jóvenes, más libres y conocedoras de su sexualidad que las generaciones anteriores pero todavía dependientes de la mirada del otro.

Invisibilización de la mujer y de sus patologías

La invisible salud de las mujeres da nombre al segundo bloque del libro. En él subraya esa carencia de la medicina: estadísticamente no contemplaba a las mujeres. Y, cuando se ha empezado a hacer, y desdoblando las enfermedades con cifras de hombres y mujeres, no se han profundizado en las causas de las diferencias.

Otro factor que destaca la escritora es las pocas mujeres con voz en la ciencia. En ese sentido, la pandemia del covid y el número de expertos hombres opinando sobre el tema es una evidencia. Pero invisibilizadas también han estado las mujeres mayores, que sufren una doble marginación, la del edadismo y la de una sociedad patriarcal, señala Valls. Tampoco se han estudiado la salud laboral de ellas, ni el «dolor invisible».

«Las mujeres mayores sufren una doble marginación, la del edadismo y la de una sociedad patriarcal»

A pesar del mucho camino que falta para que la medicina y la sociedad asuma esa perspectiva de género para respoder a todas y todos, la escritora y feminista cierra el volumen con una sana invitación a disfrutar la vida, a pesar de los años, sin dependencias. Pide también a las mujeres que se empoderen y aprendan a disfrutar. Y para quien no sepa, apunta algunas claves: la transgresión, el autoconocimiento, saber ser libres y desarrollar gustos que nos estimulen la sensualidad.

La receta para cara cambiar esa ciencia que obvia a la mitad de la población es sencilla, en teoría. Bastaría incluir perspectiva de género, explica durante la entrevista, algo que todavía falta en las facultades. «Igual que el inglés». Porque al final, es más grave para la salud de esa media mitad de la humanidad que quien nos pregunta cómo estamos siga medicándonos como si fuésemos hombres y sin entender los problemas y enfermedades específicos de las mujeres.

Para cerrar, le preguntamos por la polémica entre género y sexo. Científicamente, señala, no se pueden obviar las diferencias y es necesario un debate sereno. «Es un tema muy profundo. La libertad debe ser informada y lo que no podemos aceptar es el odio ni las imposiciones de ningún lado», zanja.

LULA GÓMEZ  @lulagomez

Fuente: https://www.publico.es/sociedad/mujeres-invisibles-medicina-mujeres-medicina-pastillas.html




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Violencia Sexual & Arabia Saudí: Activistas de derechos humanos sauditas detenidas en su país son víctimas de abusos sexuales

Fuentes: https://vientosur.info/

En un informe de 40 páginas titulado “Una mancha sobre las y los líderes mundiales y el G20 en Arabia Saudita: la vergonzosa detención y tortura de las mujeres saudíes”, Helena Kennedy describe la violencia utilizada por los interrogadores contra las activistas encarceladas, algunas de las cuales fueron “colgadas del techo” y “torturadas con descargas eléctricas”.

Varias activistas famosas están ahora encarceladas en Arabia Saudita, incluidas Loujain al-Hathloul, Aziza al-Yousef, Eman al-Nafjan, Nouf Abdelaziz, Mayaa al-Zahrani, Hatoon al-Fassi, Samar Badawi, Nassema al-Sadah y Amal al-Harbi.1

Según el informe de la abogada Helena Kennedy, miembro laborista de la Cámara de los Lores y una de las activistas más dinámicas del Reino Unido, las presas fueron “obligadas a ver pornografía frente a sus interrogadores”, “obligadas a tener relaciones sexuales [con sus carceleros] y besarles”.

“Al menos una fuente informó que Aïda al-Ghamdi [madre del disidente Abdallah al-Ghamdi exiliado en Londres] fue obligada a ver pornografía y varias fuentes informaron que Loujain al-Hathloul y Eman al-Nafjan habían sido obligada a besar y realizar otros actos sexuales con los interrogadores ”.

“Amenazadas de violación”

Las presas también fueron “amenazadas con violarlas”, según el mismo informe.

El informe precisa que los interrogatorios fueron supervisados ​​por Saoud al-Qahtani , miembro del círculo íntimo del príncipe heredero Mohammed bin Salman , acusado de haber orquestado el asesinato del periodista Jamal Khashoggi .

Haciendo eco del desmembramiento del periodista disidente en el consulado saudí en Estambul, se dice que Saud al-Qahtani le dijo a una de las prisioneras: “Haré con vosotras lo que quiera, luego os disolveré y echaré por el WC”.

Una de las activistas afirmó que sus sesiones de interrogatorio fueron supervisadas por el hermano menor del príncipe heredero, Khalid bin Salman, embajador saudí en Washington de 2017 a 2019.

Este último habría presumido ante las presas: “¿Sabes quién soy? Soy el príncipe Khalid bin Salman, soy el embajador en los Estados Unidos y puedo hacer lo que quiera con vosotras”.

Las prisioneras fueron trasladadas a menudo entre la prisión de Dahaban, cerca de Jeddah, a un “centro de detención no oficial”, según el informe.

La abogada y activista Helena Kennedy pidió un boicot a la cumbre del G20 organizada por Arabia Saudita el 21 de noviembre a menos que las activistas sauditas sean liberadas.

A principios de este mes, el embajador saudí en el Reino Unido dijo que las activistas podrían recibir indulgencia y ser liberadas antes de la cumbre virtual del G20, pero las y los activistas de derechos humanos rechazaron sus comentarios y dijeron que era ” truco mediático ”.

A principios de noviembre, Human Rights Watch pidió a los países miembros del G20 que “presionen a Arabia Saudita para que libere a todas las personas detenidas ilegalmente y acepten la rendición de cuentas por los abusos infligidos” antes de la cumbre.

Campaña contra el G20 saudí

HRW lanzó su campaña # G20SaudiArabia para la ocasión, “instando a las y los líderes del G20 a responsabilizar a sus anfitriones saudíes por sus violaciones de derechos humanos, después de haberles enviado cartas con la misma solicitud en julio y agosto”.

El 5 de noviembre, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer pidió la “liberación inmediata” de la activista Loujain al-Hathloul, que se encuentra en huelga de hambre desde el 26 de octubre, alarmado por el deterioro de su estado de salud.

En un comunicado, el comité de la ONU, un organismo compuesto por expertos independientes, pidió la liberación inmediata de al-Hathloul y todas las demás mujeres activistas detenidas.

Loujain al-Hathloul inició su huelga de hambre el 26 de octubre y el deterioro de su estado de salud es “profundamente alarmante”, según estos expertos.

El comité dijo que estaba “seriamente preocupado por la información reciente sobre las condiciones de la detención prolongada de la Sra. Al-Hathloul, incluidos los informes de que no se le permite tener contacto regular con su familia”.

Loujain al-Hathloul, de 31 años, ha hecho campaña durante mucho tiempo por el derecho de las mujeres sauditas a conducir y por el fin de la tutela que pone a las mujeres a merced total del hombre.

Fue arrestada junto con otras activistas en mayo de 2018, poco antes de que se levantara la prohibición de conducir a las mujeres sauditas.


Traducción: Faustino Eguberri para viento sur

Fuente:  https://www.publico.es/internacional/mujeres-arabia-saudi-amnistia-internacional-g20-no-dejen-enganar.html



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viernes, 20 de noviembre de 2020

Machismo & Terror: El terrorismo y el género


Fuentes: https://miguelorenteautopsia.wordpress.com

Análisis del autor sobre el negacionismo de las Violencias Machistas por parte de la ultraderecha en España para seguir manteniendo la desigualdad de poder entre hombres y mujeres


ETA, una banda terrorista y cruel del pasado, asesinó en 42 años a 855 personas. La violencia de género, una violencia cruel y terrible del presente, ha asesinado a 1072 mujeres en 13 años, y a 37 niños y niñas en siete; sólo en el contexto de las relaciones de pareja. A pesar de esta objetividad, los mismos que echan en cara al Gobierno “pactar” con los que llaman “herederos de ETA”, son los que niegan la existencia de la violencia que hoy, y cada día, sufren las mujeres, sus hijos e hijas.

Una violencia de género que en sus diferentes formas ha golpeado a más de la mitad de las mujeres de nuestro país, concretamente al 57’3%, según la Macroencuesta 2019, y que cada año lo hace sobre más de 2 millones como maltrato en la pareja, sobre unas 400.000 como violencia sexual (dentro y fuera de la pareja), y sobre más de 2 millones como acoso sexual.

Cualquier crítica que se haga sobre ETA es comprensible a raíz de lo que supuso la banda terrorista, lo que resulta sorprendente es que quienes hacen esa crítica sobre la banda terrorista que dejó de existir hace 9 años, sean los mismos partidos y posiciones que niegan la existencia de una violencia que ha asesinado a más mujeres que la banda criminal en la cuarta parte del tiempo de su existencia, y que todavía hoy sigue existiendo, agrediendo y matando a las mujeres.

Unas posiciones y partidos que, además, presentan las leyes democráticas dirigidas a erradicar la violencia de género como una amenaza para los hombres, y hablan de que son criminalizados al mismo tiempo que niegan la amenaza y el terror que viven muchas mujeres.

La violencia, como bien recoge la OMS, no solo es el uso de la fuerza física, sino que sobre ella está la utilización del poder. Y ese poder como capacidad de imponer, determinar, controlar o de amenazar a través del posible recurso a la agresión, es el que condiciona la vida de las mujeres en las relaciones de pareja y en la sociedad. Todo ello gracias a la construcción de una cultura machista que da por válidas y generales las referencias impuestas por los hombres para su beneficio particular, como, por ejemplo, contar con la comprensión, justificación y minimización de la violencia que usan contra las mujeres.

Por eso, ahora que hemos conocido el impacto del confinamiento y de la restricción de la movilidad en nuestras vidas, deberíamos de ser capaces de empatizar con las mujeres, y comprender sus miedos e indignación cuando todavía tienen que escuchar como consejo para que no ser agredidas, expresiones del tipo, “esas no son horas para una mujer”, “esos no son sitios para una mujer”…

La sociedad ha establecido durante siglos un confinamiento social y un toque de queda funcional para las mujeres, bajo la advertencia de que superar esos límites se puede traducir en violencia de género contra ellas, especialmente dentro de la esfera de la violencia sexual, y contar luego con un argumento para responsabilizarlas por haber superado los límites establecidos. En ningún caso se cuestiona la construcción machista de esos límites ni a los hombres que actúan bajo esas referencias, como hemos visto en numerosas ocasiones, entre otras, por ejemplo, en el caso de “la manada” con los ataques y críticas a la víctima, y con toda la campaña en apoyo y defensa de los cinco hombres violadores, incluso desde instituciones como el Parlamento de Andalucía y la Universidad de Santiago de Compostela.

El rechazo a los hechos y las condenas individuales no cuestiona la construcción cultural que da lugar a ellos, sino que son utilizadas como justificación para reforzar un modelo de sociedad que posibilita la violencia de género, y que luego se da por satisfecho cuando condena a unos pocos hombres; puesto que la mayoría de los casos no se denuncian, y de los que se denuncian la mayoría no termina en condena.

El negacionismo de la ultraderecha con el acompañamiento de la derecha demuestra la construcción cultural machista que hay detrás de todo ese entramado, y la estrategia para que no se alcance la Igualdad con el objeto de que el modelo de poder androcéntrico no se vea debilitado ni agitado.

Resulta inadmisible la negación de la violencia de género que hacen desde esas posiciones, y que quien actúa desde las instituciones democráticas presente a una ley orgánica aprobada por unanimidad como una amenaza para los hombres y la convivencia. Sin duda, esta situación describe muy bien la ideología y los intereses de estos partidos, y de muchos que los apoyan desde su machismo interesado y beligerante.

No será terrorismo en sentido tradicional, pero sí es terrorífico para una democracia.


Fuente: https://miguelorenteautopsia.wordpress.com/2020/11/19/el-terrorismo-y-el-genero/



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