Cósima Wagner ha pasado a la historia como la segunda mujer del gran compositor alemán Richard Wagner. Primero amantes, rodeados de un gran escándalo en la sociedad decimonónica de la época, el matrimonio Wagner se convirtió en una relación profunda y duradera. Cosima fue fuente de inspiración de alguna de las obras del artista. Ella, a su muerte, trabajó para que el legado de su gran amor no desapareciera en las sombras.
La hija ilegítima
Francesca Gaetana Cosima Liszt nació el 24 de diciembre de 1837 en la localidad de Bellagio, entonces ubicada en el Reino Lombardo-Véneto. Cosima fue fruto de una relación extraconyugal entre el pianista húngaro Franz Liszt y su amante, la condesa Marie d'Agoult. De aquel amor nacieron otros dos hijos, hermanos de Cosima, Blandine y Daniel. Pero cuando sus padres se separaron, los pequeños tuvieron que vivir bajo la protección de su abuela paterna.
El amor ilegítimo
Tenía Cosima veinte años cuando se casó con Hans von Bülow. Von Bülow, alumno de Liszt, era pianista y director de orquesta y muy probablemente fue un matrimonio de conveniencia, del cual nacerían dos hijos.
Tanto Hans como Cosima sentían verdadera pasión por la obra de otro músico, el compositor Richard Wagner, a quien Cosima había visto por primera vez en 1853.
Sorprendentemente, el esposo aceptó la situación con resignación, tal sería la devoción que sentiría por el compositor alemán. Pero la aceptación de Hans no fue la de la sociedad de su tiempo, y Wagner tuvo que recluirse un tiempo en Múnich, alejándose del escándalo que suponía su relación adúltera con una mujer casada cuando, a su vez, él también estaba casado.
Pero la relación entre Cosima y Wagner no se desharía nunca. El 10 de abril de 1865 nacía Isolda, la primera hija de la pareja, que recibió los apellidos de von Bülow para evitar acrecentar, aún más, el escándalo. Aun nacerían dos hijos más, Eva y Siegfried antes de que los amantes pudieran volver a casarse, el 25 de agosto de 1870. En aquel tiempo Cosima había conseguido ya el divorcio de su primer marido y Richard había quedado viudo.
Desde entonces y hasta la muerte del compositor, fueron un matrimonio feliz que fue fuente de inspiración para obras como El Idilio de Sigfrido.
La viuda de Wagner
El 13 de febrero de 1883, Richard Wagner fallecía en Venecia. Cosima dedicó entonces parte de su vida a mantener vivo uno de los proyectos más importantes de su marido. En 1876 tenía lugar la primera edición del Festival de Bayreuth, un festival pensado por el propio Wagner para representar de manera periódica, sus obras más destacadas, entre ellas su famosa tetralogía. El festival, que sigue celebrándose en la actualidad, se encontraba en una situación económica crítica a la muerte de su inspirador pero fue gracias a Cosima que siguió adelante hasta convertirse en un evento de gran importancia.
Cosima Wagner fue una mujer entregada al gran amor que sintió por su marido, al que se dedicó en cuerpo y alma. Su biografía se vio manchada, sin embargo, por sus profundas ideas antisemitas.
Cosima Wagner fallecía el 1 de abril de 1930 a los 92 años de edad. Sus restos descansan junto a su gran amor, en la villa familiar de Haus Wahnfried.
Desde entonces y hasta la muerte del compositor, fueron un matrimonio feliz que fue fuente de inspiración para obras como El Idilio de Sigfrido.
La viuda de Wagner
El 13 de febrero de 1883, Richard Wagner fallecía en Venecia. Cosima dedicó entonces parte de su vida a mantener vivo uno de los proyectos más importantes de su marido. En 1876 tenía lugar la primera edición del Festival de Bayreuth, un festival pensado por el propio Wagner para representar de manera periódica, sus obras más destacadas, entre ellas su famosa tetralogía. El festival, que sigue celebrándose en la actualidad, se encontraba en una situación económica crítica a la muerte de su inspirador pero fue gracias a Cosima que siguió adelante hasta convertirse en un evento de gran importancia.
Cosima Wagner fue una mujer entregada al gran amor que sintió por su marido, al que se dedicó en cuerpo y alma. Su biografía se vio manchada, sin embargo, por sus profundas ideas antisemitas.
Cosima Wagner fallecía el 1 de abril de 1930 a los 92 años de edad. Sus restos descansan junto a su gran amor, en la villa familiar de Haus Wahnfried.
Escrito por Sandra Ferrer
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