RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

sábado, 23 de noviembre de 2013

Las maravillas de no llevar sujetador



Me gusta plantearme por qué hago lo que hago, por qué digo lo que digo, por qué creo lo que creo. De vez en cuando me paro a pensar y de repente me pregunto, por ejemplo, “¿Por qué me depilo?”. Otras veces escucho o leo algo que me lleva a reflexionar y a hacerme preguntas. No doy nada por hecho. No hay nada que haga un día y no pueda dejar de hacerlo al día siguiente, si así lo creo oportuno. Y eso es lo que me ocurrió con el hecho de usar sujetador.
Empecemos desde el principio. Tiendo a recordar con sumo detalle el momento exacto en el que algo hace click en mi interior, en el que ocurre un cambio significativo en mi vida. Suelen ser pequeños detalles, simples comentarios, anécdotas que para otros pasan desapercibidas pero que iban en ese momento destinadas a que yo comprendiera. Me gusta recordar esos instantes porque me maravilla ser consciente de ese exacto momento en que mi vida cambió a mejor.
Así ocurrió hace ya cuatro años, cuando un día la madre de mi pareja, una amiga y yo estábamos quitando malas hierbas del jardín. Esta amiga, como de la nada, comentó que ese día no se había puesto sujetador porque había leído que el sujetador podía incrementar las posibilidades de tener cáncer de mama. La conversación murió ahí mismo, nadie ahondó en el tema, pero yo me quedé pensando. Y decidí probar. Desde ese día no he vuelto a usar sujetador, excepto en contadísimas veces por circunstancias excepcionales. Los primeros días no estaba demasiado convencida. Sí, me gustaba tener los pechos “al aire”, en libertad, pero me molestaba un poco si andaba rápido o si bajaba las escaleras al trote. Pensé en volver a usar sujetador, pero decidí dar una semana de margen, para ver si me acostumbraba. A la semana ya no me molestaba nada al bajar escaleras, aunque seguía siendo incómodo al correr. Pocos días después supe que no había marcha atrás, que dejar de llevar sujetador había sido una de las mejores decisiones de mi vida.
Algunas semanas después volví a ver a esa amiga cuyo comentario me hizo replantearme el uso del sujetador. Me comentó que había vuelto a usar sujetador, que no le convencía no llevarlo. Sonreí para mis adentros, maravillada ante la manera en la que la naturaleza va tejiendo los hilos.
Tras cuatro años sin llevar sujetador quiero compartir mis sensaciones. Mi experiencia.
Lo más sorprendente fue comprobar que me crecieron los pechos. Y bastante. Cuando dejé de usar sujetador tenía 19 años, por lo que podría decirse que aún no había alcanzado el pleno desarrollo, pero lo cierto es que llevaba varios años con los pechos del mismo tamaño. Lo más maravilloso sigue siendo la sensación de libertad absoluta, el sentir el movimiento de los pechos contra el torso, el balanceo. Impresionante y lógico a la vez ha sido ver el desarrollo de la musculatura del pecho. Al principio cualquier movimiento molestaba e incluso dolía. Pero poco a poco el músculo, en libertad, fue trabajando y a día de hoy podría correr la maratón sin sujetador.
A menudo me pregunto: “¿Por qué usamos las mujeres sujetador? ¿De dónde surge esa necesidad?” Entonces pienso en mi propia experiencia. Cuando siendo adolescente me empezaron a crecer los pechos, un día mi madre me dijo que debía empezar a usar sujetador. Y empecé a usarlo. Y nunca me pregunté el porqué. Supongo que la idea detrás de todo esto es muy sencilla y a la vez absurda: Nos creemos que el sujetador sirve precisamente para sujetar, que sin él el pecho se nos caería. Siento decepcionaros, pero mi experiencia y mi lógica me dicen lo contrario.
Soy joven y hablar de pecho caído no es muy apropiado porque supongo que la gravedad y la edad harán de las suyas con el tiempo, pero el hecho es que creo que entre llevar y no llevar sujetador hay poca diferencia en cuanto a este futuro de pechos caídos. Y, si me apuras, creo usar sujetador lleva invariablemente a unos pechos más caídos.
Imagina que con 13 años te dicen que para que no se te caiga el brazo debes llevarlo en cabestrillo casi las 24 horas del día. Y así lo llevas, día tras día, año tras año. Cuando un día te quites el cabestrillo, el brazo caerá. No tendrá fuerza, ni musculatura. Si no llevas cabestrillo, también con los años el brazo irá perdiendo musculatura y fuerza, pero de una manera natural y paulatina. Creo que algo muy parecido ocurre con los pechos y el sujetador.
Yo tengo un pecho, digamos, ni pequeño, ni grande. Desconozco si para las mujeres con mucho pecho llevar sujetador es necesario. Si tienes alguna experiencia que compartir al respecto, no dudes en dejar un comentario.
¿Y qué dice la gente al respecto de no usar sujetador? Los argumentos se reducen a dos:
-“Si no llevas sujetador se te va a caer el pecho”. Yo suelo decirles que a las mujeres que sí llevan también se les ha caído el pecho, así que tanto da. (Además de que no creo que el pecho caído sea el fin del mundo).
-“Se ve feo, no queda bien con camisetas”. Este argumento no me interesa en absoluto. Mi concepto de la belleza debe ser bien diferente.
En invierno es un gustazo no llevar sujetador. En verano también, claro. Sin embargo, con algún tipo de camiseta o vestido se hace necesario llevar sujetador si no quieres ser el centro de las miradas. A veces lo uso. Este verano me puse un día un sujetador. Llevaba más de un año sin usarlo y casi me asfixio. No es broma. Tras varias horas con él tuve que quitármelo. Sentía que me faltaba el aire, me sentía oprimida, limitada, casi encarcelada. Seguramente estés pensando que exagero, pero te aseguro que no.
Hasta que no estás un tiempo sin llevar sujetador no te das cuenta realmente de lo molesto que es, de lo liberador que es no llevarlo. Aconsejo a todas las mujeres que lo prueben, aunque sea durante una semana. Que se den permiso para experimentar, para así poder luego tomar una decisión consciente. Una decisión propia, no basada en lo que todo el mundo hace.
Ahora, si una camiseta no va bien sin sujetador, no la uso. La moda me importa lo más mínimo si no es compatible con una vida cómoda y libre.
Por lo visto hay algunos estudios que muestran que llevar sujetador no hace ningún bien a nuestras mamas y tiene mucho sentido que esto sea así. Sin embargo, aconsejo que si decides dejar de usar sujetador sea porque así te sientes mejor, no por miedo a lo que pudiera ocurrir.
Las amigas de la web Proyecto Kalho también se han hecho esta misma pregunta: “¿Para qué sirve el sujetador?”. Y Emer O’Toole, periodista británica, ha escrito un artículo sobre los pros y los contras de no llevar sujetador. 

http://www.airesdecambio.com/las-maravillas-de-llevar-sujetador/

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