RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

viernes, 17 de noviembre de 2017

Cuando estado y patriarcado se encuentran en la represión



Por Anna Celma / Directa.cat
Que el Estado tiene mecanismos represivos para frenar la disidencia y controlar la 
Lo que todavía no es tan visible es como el patriarcado y las herramientas estatales de control social están retorcidas. Para evidenciarlo, desde Novact y con el apoyo de entidades y colectivo miembros de la plataforma Defender a Quien Defiende  – Centro iridia, Calala y Stop Represión Granada, entre otros- han elaborado un informe sobre la relación entre represión y género, que este jueves 16 de noviembre se ha presentado en la Universidad de Barcelona.
Como dice en el prólogo la profesora de filosofía del derecho Encarna Bodelón, “la lucha contra los patriarcados ha sido también la historia de múltiples represiones”, individuales o colectivas. Las mujeres autoras del informe han hecho una panorámica de las movilizaciones sociales y feministas para estudiar cómo se legitima la represión a través de la idea de “seguridad ciudadana”. Para ellas, “el sistema de género y la ideología neoliberal dominante en el Estado son dos estructuras de carácter mutuamente constitutivo” y como tal, deben examinarse juntas.
El informe se basa en la óptica feminista para comprender el fenómeno de la represión ejercida por el Estado. Con este punto de partida, atiende los impactos psicosociales y subraya la importancia de poner en el centro los cuidados como mecanismo de reparación y acompañamiento impulsado desde la visión de género. Asimismo, radiografía el impacto de la represión estatal hacia las mujeres y los movimientos feministas, y analiza si el sistema punitivo actúa de manera diferente en función del género o las orientaciones sexuales en los contextos de protesta y frente a los movimientos sociales.
La seguridad ciudadana (ámbito público) y la protección de la familia (ámbito privado) son dos ámbitos en los que el estado patriarcal trabaja para “reprimir y disciplinar” los cuerpos que son leídos como no normativos. Las mujeres han vivido varias ofensivas para con sus cuerpos, sea desde los intentos de imponer legislaciones que vulneran sus derechos sexuales y reproductivos -como la “contrarreforma Gallardón” del aborto-, o directamente, sufriendo violencias cuando ocupan y politizan los espacios públicos. El informe destaca también como la expansión del sistema penal en territorio español ha sido paralelo a la restricción de las políticas de bienestar. Estos recortes las sufren en mayor medida, de nuevo, las mujeres.
/ Pau Fabregat
Ante todo ello, las autoras defienden que una lógica de análisis feminista abre las puertas a repensar cómo hacer frente a las actuaciones del sistema penal. “Mientras que para los hombres hay modelos socialmente aceptados de transgresión, que hasta se pueden lucir como emblema de masculinidad, para las mujeres la transgresión se transforma en estigma y rechazo. Esto hace que las disidencias puedan ser más fácilmente asumidas por los hombres, ya que además resultan más compatibles con unos roles sociales y familiares que requieren menos obligaciones “, concluye el documento. Ante esto, sin embargo, identifican hoy en día una fuga de la “figura del héroe” y de las imágenes de heroicidad y victimismo.
Cuando llega la represión, también se produce un fenómeno de feminización de la respuesta. Cuando el tiempo pasa y el proceso represivo continúa, con personas pendientes de juicio o encarceladas, por ejemplo, quien se mantiene dentro de los grupos antirepresivos y de apoyo son las mujeres. Esto, para las autoras del informe, implica que al final acabe dando más importancia a los cuidados en estos entornos. Se habilita un espacio para expresar todo lo que el “mensaje de la heroicidad” no permite: miedos, dolores, carencias o inseguridades. También los efectos de la violencia represiva que no siempre afloran los primeros momentos, tales como depresión, ansiedad, trastornos psicóticos con menos frecuencia … Todo ello, consecuencias del trastorno de estrés post-traumático. Esto hace que, desde la experiencia, se empiece a instaurar una lógica de la prevención,
La represión sexuada
El 1 de octubre, entre varios cánticos, estaba el de “sin las abuelas, no hay revolución”. Estos gritos resonaban mientras las fuerzas policiales del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y de la Guardia Civil entraban en las sedes electorales para impedir las votaciones durante el referéndum catalán. Durante la jornada, la represión se universalizó y saltó de la creación del “enemigo interno” a pequeña escala a extrapolarlo a toda la población catalana movilizada en defensa del referéndum.
En este contexto, el informe señala que se produjo “otra vez el cuerpo de la mujer para significar el dominio masculino”. El 1 de octubre se hubo casos de “represión sexuada”, aquella en la que el cuerpo de la mujer es receptáculo de unos mecanismos punitivos que quieren reconducir y remarcar lo que debe corresponder a la feminidad, de una lado, y que a la vez emplea unas violencias que cosifican y expresan el mensaje de la dominación de los hombres. Es el caso, por ejemplo, de las agresiones por las que Marta Torrecillas presentó una querella.
El 25 de octubre, Torrecillas denunció la violencia sexual a la que fue sometida por el CNP en el IES Pau Claris – grabada en vídeo y que corrió por las redes. Torrecillas los acusa de torcer los dedos, tocarla los pechos y lanzarla por las escaleras. Muchas mujeres, en menor o mayor medida, sufrieron esta violencia policial de primera mano, también mujeres mayores.
Las autoras del informe, a la vez, estudian cómo la represión sexuada ejerce desde el patriarcado contra los hombres para arrebatarles el dominio patriarcal. Por ejemplo, analizan la violencia sexual utilizada por los cuerpos policiales en el Estado francés contra un joven en París: el 1 de febrero del 2017, en un “rutinario” control de drogas en el vecindario Aulnay-sueldos- Bois, cuatro agentes de la policía francesa detuvieron unos chicos para pedirles la documentación. Théo, de 22 años, fue agredido cuando los agentes “introducir una porra por el ano, agresiones fruto de las cuales tuvo que ser operado en el hospital de urgencia”. Como respuesta ante esta violencia policial, hubo disturbios en esta zona periférica de la capital francesa durante varias noches.
Una estrategia similar, aunque de mucho menor intensidad, se encuentra en la conversación entre policías, grabada fortuitamente durante el traslado de Oriol Junqueras en el centro penitenciario de Estremera. Los agentes hacían mofa de la posibilidad de que el vicepresidente de la Generalitat sufriera una violación a prisión. Se reproducía toda la lógica represiva de la violencia sexuada, en este caso, como una herramienta de hombres en situación de dominación contra hombres en situación de vulnerabilidad. Por tanto, el informe, impulsado por Novact y Defender a Quien Defiende, permite hacer una primera aproximación al alcance de la relación entre estado, patriarcado y represión.

Novact i la plataforma Defender a Quien Defiende publiquen un informe que analitza des de la perspectiva de gènere el fenomen de les repressions. El document evidencia com poder punitiu i patriarcal es cohesionen per preservar l’ordre social
Que l’Estat té mecanismes repressius per frenar la dissidència i controlar la població és quelcom àmpliament conegut entre els moviments socials i l’activisme. Casos com Pandora o Piñata, el cas 4-F, l’empresonament d’Alfon, entre molts altres, han comportat l’activació dels aparells policials, polítics i judicials en la creació d’un discurs que construeix un “enemic intern”, com l’antisistema o el perroflauta.
El que encara no és tan visible és com el patriarcat i les eines estatals de control social estan entortolligades. Per evidenciar-ho, des de Novact i amb el suport d’entitats i col·lectiu membres de la plataforma Defender a Quien Defiende – com Centre Irídia, Calala i Stop Represión Granada, entre altres- han elaborat un informe sobre la relació entre repressió i gènere, que aquest dijous 16 de novembre s’ha presentat a la Universitat de Barcelona.
“des de Novact i amb el recolzament d’entitats i col·lectius membres de la plataforma Defender a Quien Defiende, com Centre Irídia, Clala i Stop Represión Granada, entre altres.”
Com diu en el pròleg la professora de filosofia del dret Encarna Bodelón, “la lluita contra els patriarcats ha estat també la història de múltiples repressions”, individuals o col·lectives. Les dones autores de l’informe han fet una panoràmica de les mobilitzacions socials i feministes per estudiar com es legitima la repressió a través de la idea de “seguretat ciutadana”. Per a elles, “el sistema de gènere i la ideologia neoliberal dominant a l’Estat són dues estructures de caràcter mútuament constitutiu” i com a tal, han d’examinar-se juntes.
La seguretat ciutadana i la protecció de la família són dos àmbits en què l’estat patriarcal treballa per “reprimir i disciplinar” els cossos que són llegits com a no normatius
L’informe es bassa en l’òptica feminista per a comprendre el fenomen de la repressió exercida per l’Estat. Amb aquest punt de partida, atén els impactes psicosocials i subratlla la importància de posar en el centre les cures com a mecanisme de reparació i acompanyament impulsat des de la visió de gènere. Alhora, radiografia l’impacte de la repressió estatal envers les dones i els moviments feministes, i analitza si el sistema punitiu actua de manera diferent en funció del gènere o les orientacions sexuals en els contextos de protesta i enfront dels moviments socials.
La seguretat ciutadana (àmbit públic) i la protecció de la família (àmbit privat) són dos àmbits en què l’estat patriarcal treballa per “reprimir i disciplinar” els cossos que són llegits com a no normatius. Les dones han viscut diverses ofensives envers els seus cossos, sigui des dels intents d’imposar legislacions que vulneren els seus drets sexuals i reproductius -com la “contrareforma Gallardón” de l’avortament-, o directament, patint violències quan ocupen i polititzen els espais públics. L’informe destaca també com l’expansió del sistema penal a territori espanyol ha estat paral·lel a la restricció de les polítiques de benestar. Aquestes retallades les pateixen en major mesura, de nou, les dones.
/ Pau Fabregat
Davant de tot això, les autores defensen que una lògica d’anàlisi feminista obre les portes a repensar com fer front a les actuacions del sistema penal. “Mentre que per als homes hi ha models socialment acceptats de transgressió, que fins es poden lluir com a emblema de masculinitat, per a les dones la transgressió es transforma en estigma i rebuig. Això fa que les dissidències puguin ser més fàcilment assumides pels homes, ja que a més resulten més compatibles amb uns rols socials i familiars que requereixen menys obligacions”, conclou el document. Davant d’això, però, identifiquen avui dia una fugida de la “figura de l’heroi” i de les imatges d’heroïcitat i victimisme.
Quan arriba la repressió, també es produeix un fenomen de feminització de la resposta. Quan el temps passa i el procés repressiu continua, amb persones pendents de judici o empresonades, per exemple, qui es manté a dins dels grups antirepressius i de suport són les dones. Això, per a les autores de l’informe, implica que al final s’acabi donant més importància a les cures en aquests entorns. S’habilita un espai per expressar tot allò que el “missatge de l’heroïcitat” no permet: pors, dolors, mancances o inseguretats. També els efectes de la violència repressiva que no sempre afloren als primers moments, com ara depressió, ansietat, trastorns psicòtics amb menys freqüència… Tot plegat, conseqüències del trastorn d’estrès post- traumàtic. Això fa que, des de l’experiència, es comenci a instaurar una lògica de la prevenció, de la cura i de corresponsabilitzar: preparar-se abans que arribi la repressió per tenir més marge d’actuació i capacitat per rebre el cop.
La repressió sexuada
L’1 d’octubre, entre diversos càntics, hi havia el de “sense les iaies, no hi ha revolució”. Aquests crits ressonaven mentre les forces policials del Cos Nacional de Policia (CNP) i de la Guàrdia Civil entraven a les seus electorals per impedir les votacions durant el referèndum català. Durant la jornada, la repressió es va universalitzar i va saltar de la creació de “l’enemic intern” a petita escala a extrapolar-lo a tota la població catalana mobilitzada en defensa del referèndum.
En aquest context, l’informe assenyala que es va produir “altra vegada el cos de la dona per significar el domini masculí”. L’1 d’octubre es va haver-hi casos de “repressió sexuada”, aquella en què el cos de la dona és receptacle d’uns mecanismes punitius que volen reconduir i remarcar el que ha de correspondre a la feminitat, d’una banda, i que alhora empra unes violències que cosifiquen i expressen el missatge de la dominació dels homes. És el cas, per exemple, de les agressions per les quals Marta Torrecillas va presentar una querella.
L’informe assenyala que “altra vegada el cos de la dona” va esdevenir “per significar el domini masculí”. L’1 d’octubre es van produir casos de “repressió sexuada”
El 25 d’octubre, Torrecillas va denunciar la violència sexual a què va ser sotmesa pel CNP a l’IES Pau Claris – gravada en vídeo i que va córrer per les xarxes. Torrecillas els acusa de torçar-li els dits, tocar- li els pits i llançar-la per les escales. Moltes dones, a menor o major mesura, van patir aquesta violència policial de primera mà, també dones grans.
Les autores de l’informe, alhora, estudien com la repressió sexuada s’exerceix des del patriarcat contra els homes per arrabassar-los el domini patriarcal. Per exemple, analitzen la violència sexual emprada pels cossos policials a l’Estat francès contra un jove a París: l’1 de febrer del 2017, en un “rutinari” control de drogues al veïnat Aulnay-sous- Bois, quatre agents de la policia francesa van aturar uns nois per demanar-los la documentació. Théo, de 22 anys, va ser agredit quan els agents van “introduir una porra per l’anus, agressions fruit de les quals va haver de ser operat a l’hospital d’urgència”. Com a resposta davant d’aquesta violència policial, hi va haver disturbis en aquesta zona perifèrica de la capital francesa durant diverses nits.
Una estratègia similar, tot i que de molt més baixa intensitat, es troba en la conversa entre policies, gravada fortuïtament durant el trasllat d’Oriol Junqueras al centre penitenciari d’Estremera. Els agents feien mofa de la possibilitat de què el vicepresident de la Generalitat patís una violació a presó. Es reproduïa tota la lògica repressiva de la violència sexuada, en aquest cas, com una eina d’homes en situació de dominació contra homes en situació de vulnerabilitat. Per tant, l’informe, impulsat per Novact i Defender a Quien Defiende, permet fer una primera aproximació a l’abast de la relació entre estat, patriarcat i repressió.





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