Por Kaos. Estado Español
Viene a cuento rememorar en estas fechas algunos escritos a raíz de la sentencia del Juez del Olmo en que consideraba que llamar ‘zorra’ a la esposa no era un insulto. Ahí van un par de ellos.
En estas fechas en que está de actualidad la violencia machista y la actitud de la ‘justicia’ a raíz del juicio por violación de “La Manada” y del día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer, viene a cuento rememorar algunos escritos a raíz de la sentencia del Juez del Olmo en que consideraba que llamar ‘zorra‘ a la esposa no era un insulto, revocando una sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia en que se condenaba a un a un hombre por un delito de amenazas. Y no era la primera de ese signo… Ahí van un par de ellos.
Carta al juez del Olmo: zorra no es un insulto
Dirigida al juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo, y motivada porque este juez ha dictado una sentencia en la que afirma: «Que llamar zorra a una mujer no es delito, ni falta, ni nada, porque quien usa ese adjetivo en realidad lo que quiere decir es que dicha mujer es astuta y sagaz». En base a ello, he aquí el escrito que le ha remitido una ciudadana:
“Estimado juez Del Olmo:
El motivo de esta misiva no es otro que el de solicitarle amparo judicial ante una injusticia cometida en la persona de mi tía abuela Felicitas y que me tiene un tanto preocupada. Paso a exponerle los hechos:
Esta mañana mi tía abuela Felicitas y servidora nos hemos cruzado en el garaje con un sujeto bastante cafre que goza de una merecida impopularidad entre la comunidad de vecinos. Animada por la última sentencia de su cosecha, que le ha hecho comprender la utilidad de la palabra como vehículo para limar asperezas, y echando mano a la riqueza semántica de nuestra querida lengua castellana, mi querida tía abuela, mujer locuaz donde las haya, le ha saludado con un jovial “que te den, cabrito”.
Como una hidra, oiga. De poco me ha servido explicarle que la buena de la tía abuela lo decía en el sentido de alabar sus grandes dotes como trepador de riscos, y que en estas épocas de recortes a espuertas, desear a alguien que le den algo es la expresión de un deseo de buena voluntad. El sujeto, entre espumarajos, nos ha soltado unos cuantos vocablos, que no sé si eran insultos o piropos porque no ha especificado a cuál de sus múltiples acepciones se refería, y ha enfilado hacia la comisaría más cercana haciendo oídos sordos a mis razonamientos, que no son otros que los suyos de usted, y a los de la tía abuela, que le despedía señalando hacia arriba con el dedo corazón de su mano derecha con la evidente intención de saber hacia donde soplaba el viento.
Como tengo la esperanza de que la denuncia que sin duda está intentando colocar esa hiena -en el sentido de que es un hombre de sonrisa fácil- llegue en algún momento a sus manos, le ruego, por favor, que intente mediar en este asunto explicándole al asno -expresado con la intención de destacar que es hombre tozudo, a la par que trabajador- de mi vecino lo de que las palabras no siempre significan lo que significan, y le muestre de primera mano esa magnífica sentencia suya en la que determina que llamar zorra a una mujer es asumible siempre y cuando se diga en su acepción de mujer astuta.
Sé que es usted un porcino -dicho con el ánimo de remarcar que todo en su señoría son recursos aprovechables- y que como tal, pondrá todo lo que esté de su mano para que mi vecino y otros carroñeros como él -dicho en el sentido de que son personas que se comen los filetes una vez muerta la vaca – entren por el aro y comprendan que basta un poco de buena voluntad, como la de mi tía abuela Felicitas, para transformar las agrias discusiones a gritos en educados intercambios de descripciones, tal y como determina usted en su sentencia, convirtiendo así del mundo un lugar mucho más agradable. Sin más, y agradeciéndole de antemano su atención, se despide atentamente, una víbora (evidentemente, en el sentido de ponerme a sus pies y a los de su señora).”
“Zorras” y “capullos”
Por Tomás Morales
El juez Sr. Juan del Olmo, de la Audiencia Provincial de Murcia, acaba de enmendarle la plana al Juzgado de lo Penal nº 2, de Cartagena, que había condenado a un varón por llamar “zorra” a su exesposa y desear verla en “una caja de pino, en el cementerio”.
El Juez del Olmo considera que llamar “zorra” a su exesposa no es ni un insulto, ni un menosprecio, ni un desprecio, porque “zorra” es “un animal que actúa con especial precaución”.¿Habría que mandar al Sr. del Olmo a estudiar Letras?.
Todos sabemos la diferente significación, popular, del término-concepto “zorro”, (“astuto”, “pícaro”, “sagaz”,….), auténticos piropos, aplicado al varón, que “zorra”, (“prostituta”, “ramera”, “fulana”, “puta”, “pelandusca”, “meretriz”, “buscona”, “mujer que acostumbra a mantener relaciones sexuales con hombres diferentes”…), siempre de forma despectiva, aplicado a la mujer.
Pero para el Sr. del Olmo “zorra”, es un animal, mamífero, carnívoro, cánido, hembra del zorro.
Así que, a mí, me dan ganas de llamar al Sr. del Olmo: “Cabrón”, “Cabestro”, Cachondo”, “Capullo”… porque:
“CABRÓN” es “el macho de la cabra” y NO significa “perverso”, “malévolo”, “pérfido”, “malo”, “canalla”, “consentidor del adulterio de su cónyuge”, “cornudo”, “proxeneta”, “chulo”,…..
“CABESTRO” es un “buey manso que sirve de guía a los toros”, “cuerda o brida que se ata a la cabeza o al cuello de las caballerías”, y NADA tiene que ver con “hombre bruto y torpe”, “castrado”, “eunuco”,…
“CACHONDO” es “una persona alegre, divertida, jovial,….” y NO “un excitado sexualmente”, “libidinoso”, “lujurioso”, “salido”, “calentorro”, “sátiro”,…..
“CAPULLO” es “envoltura del gusano de seda”, “flor que no ha acabado de abrirse” y NO “mamón”, “cabrón”, “prepucio”, “glande”,….
¿Con qué acepciones se quedaría el Sr. del Olmo?
Para tener más información sobre la página y nosotrxs, nos puedes escribir al mail: ecofeminismo.bolivia@gmail.com
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