Por Carlo Frabetti
No llaméis hijos de puta a los cobardes que apalean a la población indefensa.
No llaméis hijos de puta a los gobernantes que promueven la brutalidad policial y luego la niegan contra toda evidencia.
No llaméis hijos de puta a los reyezuelos que defienden públicamente la represión y la injusticia.
No llaméis hijos de puta a los “intelectuales” que denuncian las supuestas irregularidades de un referéndum y callan ante el apaleamiento de ancianas y el encarcelamiento de pacifistas.
No llaméis hijos de puta a los tertulianos y tertulianas de las cadenas del Gobierno y de las mafias mediáticas.
No llaméis hijos de puta a los directores y columnistas de los grandes medios de comunicación al servicio del poder.
No llaméis hijos de puta a los perros rabiosos que gritan “A por ellos” o “Dejadnos actuar”.
No llaméis hijos de puta a los miserables que maltratan y escarnecen a los detenidos.
No llaméis hijos de puta a los fiscales reprobados que acusan de rebelión a pacifistas y políticos honestos.
No llaméis hijas de puta a las juezas reprobables que encarcelan por rebelión a pacifistas y políticos honestos.
No llaméis hijos de puta a los políticos de oficio y beneficio que justifican la brutalidad policial y el encarcelamiento de inocentes para pescar los votos de la España podrida.
No llaméis hijos de puta a los equidistantes, los ninís, los que quieren nadar y guardar la ropa…
No insultéis a las respetables trabajadoras del sexo llamándolas madres de canallas, cobardes y traidores.
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