Por Alejandra Tolosa, Trochando Sin Fronteras
Los horarios son muy largos porque trabajo de ocho de la mañana a seis de la tarde, tengo media hora de almuerzo. Muy poco descanso y mucho trabajo. Trabajo de lunes a sábado, pues no tengo tiempo para hacer otras cosas, y muy poco tiempo para dedicarle a mis hijos y a mi familia.
Como parte del trabajo que desarrollan las organizaciones sociales y populares con las mujeres en la localidad de Bosa, surge la pregunta de cómo es la situación de muchas de ellas en el plano laboral, y de si esta podría ser un ejemplo claro de cómo son las condiciones de las mujeres del sector popular. Por esto, quisimos preguntarles a dos de ellas, para que así, a partir de sus relatos, vivencias y voz, reconociéramos la situación de las mujeres en una ciudad como Bogotá.
Alejandra Tolosa: Buenos días, para comenzar nos gustaría saber de usted, cuéntenos un poco de su vida.
Doralba Villegas Fonegra: Buenos días, mi nombre es Doralba Villegas Fonegra, soy paisa de nacimiento, me crié en un corregimiento de Santander del sur; vengo de una familia humilde, conformada por cuatro hermanos, un papá y una mamá, donde desde su calidad de vida nos enseñaron a ser personas humildes, honestas, honradas; que la honradez prevalece por encima de lo que sea, de cualquier participación donde nosotros nos fuéramos a desempeñar algún día.
Desde ahí, un día, a los 19 años, quise venir a una ciudad para buscar nuevos horizontes de vida, un cambio de vida, fue así como llegué a la ciudad de Bogotá, donde conocí una persona que me brindó su ayuda, llevándome a una empresa de servicios generales, de la cual hago parte hace 25 años. Vivo muy agradecida con sus dueños porque venir alguien que usted no conoce y darle esa oportunidad, pues gracias a Dios; son bendiciones que Dios nos da, que nos tiene guardadas, por medio de muchas personas que nos coloca alrededor.
AT: Partiendo de lo que anteriormente me comentaba, podría ampliar la información sobre su situación laboral, en lo que se desempeña actualmente.
DV: Trabajo en esta empresa de aseo, donde si Dios lo permite voy a tener la oportunidad de salir pensionada, por ahí, por mucho en año y medio, dos.
AT: ¿Hace cuánto tiempo ejerce su profesión?
DV: Hace 25 años desempeño esta labor. Además, a la defensa civil colombiana, soy socorrista, de la cual me siento muy pero muy orgullosa. Cada día nos permiten capacitarnos para prestar un servicio a la comunidad, donde nos movemos a diario y con las personas que estamos en nuestros entornos de vida; nos capacitamos para prevenir, para actuar en un momento que se requiera.
AT: Ahora, podría comentarnos, desde su perspectiva, ¿Cómo son las condiciones laborales para las personas que ejercen su trabajo?
DV: A diario nos encontramos con personas que nos valoran, nos quieren, nos dan su aprecio, valoran nuestro trabajo diciéndonos que, “lo hizo bien, le quedo bonito”; pero también nos encontramos con otras personas, sea el cliente o sea una persona de la empresa, que no le gusta lo que nosotras hacemos. Así usted se esfuerce por hacerlo mejor, uno siempre va a encontrar personas que menosprecian su trabajo, lo pisotean, lo degradan, como si su trabajo no valiera nada, como si lo que usted hiciera fuera solamente, como dicen por ahí vulgarmente, a ganarse el sueldo, y ¡mentiras!, porque nuestro trabajo es tan digno y necesario como lo es el del alto ejecutivo, porque para nosotros, desde el presidente hasta el más humilde, necesita de nosotros. Las personas que prestamos un servicio en empresas de servicios generales, para que ellos puedan facilitar un mejor servicio, se puedan desenvolver mejor desde sus campos laborales, teniendo sus oficinas, sus sitios de trabajo limpios, que sean agradables a las personas que los visitan a diario.
AT: Y desde su perspectiva, ¿cómo se podrían mejorar sus condiciones laborales?
DV: La perspectiva de mejoramiento de las condiciones laborales para nosotros, sería primero que todo, que nos capaciten, que nos valoren, que nos respeten, que nos respeten el trato, en dotaciones, que nos den ese valor que necesita el ser humano para cada día ser mejor.
Pero resulta que una se va como acostumbrando nada más. Le empiezan a pagar el primero de cada mes, y ya después ¡deciden que no, que es el dos, que el tres, que el cuatro, que el cinco!, como en el caso de nosotros, que es el seis o el siete. Para un trabajo tan digno como cualquier otro, sería una buena dotación, excelentes servicios médicos, y una calidad de vida como se la merece cualquier alto ejecutivo, ya que nuestro trabajo es desgastante, donde uno se desgasta la mente, físicamente, ya una cuando le dan esa pensión ya sinceramente una ya va terminando, porque ya no le sirven las manos, no le sirven las rodillas.
AT: Ahora en cuanto a los espacios que no pertenecen a lo laboral, ¿qué expectativas podría recibir al participar en otros espacios fuera del trabajo asalariado?
DV: Fuera del entorno laboral me gustaría poder estudiar. Yo siempre he soñado con ser abogada y lo voy a ser con la voluntad de Dios primeramente, dando lo mejor de lo mejor para este país y por qué no, fuera de Colombia, donde nos requieran, en cualquier momento que se solicite. No sé por qué para muchos, cuando una persona que trabaja en servicios generales dice -“yo quiero ser auxiliar de enfermería, quiero ser docente, quiero ser abogado”…¡Uy!, ¡no!, se aterran y piensan que uno por el hecho de que barre o limpia pisos no tiene derecho.
AT: Por último, podría comentarme, ¿por qué cree que es importante que las mujeres participen de otros espacios fuera de su ambiente laboral?
DV: Porque nos dignifica, nos hace sentir que somos personas que podemos dar un cambio a un país, a una institución; desde el mismo hogar uno puede cambiar muchas cosas, teniendo otros espacios fuera de lo cotidiano. Nosotras podemos y tenemos cómo ayudar a cambiar al país.
Alejandra Tolosa: Buenos tardes, para comenzar nos gustaría saber de usted, cuéntenos un poco de su vida.
Eulalia Díaz: Buenas tardes, mi nombre es Eulalia Díaz, tengo tres hijos, una de veinte cuatro años, que tiene una condición de discapacidad. El otro acabó de cumplir dieciocho años, ya se graduó, ya salió de bachiller, y el otro tiene cinco años y está estudiando. Llevo 21 años de casada, tengo cuarenta y ocho años y me dedico a trabajar para ayudar al sostenimiento de la casa.
AT: ¿En qué se desempeña actualmente?
ED: Antes trabajaba en casas de familia, después aprendí a manejar máquinas planas y fletadora, y ahora me desempeño trabajando en eso.
AT: ¿Hace cuánto tiempo ejerce esta profesión?
ED: Más o menos hace seis años.
AT: Ahora, podría comentarnos, desde su perspectiva, ¿cómo son las condiciones laborales para las personas que ejercen su trabajo?
ED: Los horarios son muy largos porque trabajo de ocho de la mañana a seis de la tarde, tengo media hora de almuerzo. Muy poco descanso y mucho trabajo. Trabajo de lunes a sábado, pues no tengo tiempo para hacer otras cosas, y muy poco tiempo para dedicarle a mis hijos y a mi familia.
AT: Y desde su perspectiva, ¿cómo se podrían mejorar sus condiciones laborales?
ED: Que aumenten el sueldo, que tenga liquidación, prima, que lo tengan afiliados a una EPS, que tenga más tiempo para el almuerzo, digamos una hora pues como para descansar un poco más, hacer como estiramiento o algo así.
AT: Para finalizar esta pequeña entrevista, me gustaría saber, ¿qué expectativas podría recibir al participar en otros espacios, fuera de lo laboral?
ED: Pues aprender otras cosas, otros cursos, como manualidades para que, en caso de quedar sin trabajo, pues ya sabe otras cosas para trabajar y generar dinero, y no quedarse uno estancado y sin hacer nada.
Según cifras del DANE[1], entre diciembre 2017 a febrero del 2018, la tasa de desempleo en mujeres fue del 13,6% a nivel nacional, y la actividad económica de mayor participación fue el trabajo informal o el trabajo por cuenta propia, con un 39,7%. Donde si bien, la orientación general de los trabajos informales se dirigía al trabajo en comercio, hoteles y restaurantes; la mayor parte de la población que trabaja de manera informal eran personas independientes o que ejercían trabajos varios.
Lo anterior, y de acuerdo a la firma de reclutamiento Michael Page[2], de las mujeres que reportan una actividad económica en Colombia, el 60% está en la informalidad. Y en materia de seguridad social, para el mismo periodo entre diciembre del 2017 y febrero del 2018, solo lo poseían el 50,5% de las personas con alguna actividad económica, lo cual, partiendo de los relatos y la información reportada por esta institución, se evidencia que la gran mayoría de las mujeres que se emplean de manera informal en la ciudad, no solo cuentan con peores condiciones vitales, puesto que no acceden a las prestaciones legales tales como el seguro, pensión y salud; sino que por no estar respaldadas bajo un marco legal, que asegure unas mínimas condiciones laborales, como lo comentan las participantes, en relación a la fecha de pago, dotaciones o horas trabajadas; ellas terminan laborando mucho más tiempo del debido, lo que detona en consecuencias directas a la salud. De igual manera, el tiempo adicional que se trabaja, no se dedica a actividades en familia ni se invierte en actividades de interés personal o capacitación, actividades que no solo otorgan un bienestar y calidad vital, sino que podrían permitir el acenso o el cambio de actividad económica a muchas mujeres.
En otro orden de ideas, y en relación a la actividad desarrollada por hombres y mujeres en población denominada por el DANE como económicamente inactivos, es decir, personas que están en edades aptas para laborar pero que en la actualidad no reportan ingresos, se observó que en los hombres un 54% se dedicó a estudiar, mientras que de las mujeres un 60,4%, se dedicó a oficios del hogar.
Todo lo anterior, no es sino muestra del panorama aún aterrador de las mujeres en un plano laboral, donde se evidencia que no solo contamos con mayor tasa de desempleo, sino que, adicionalmente, aquellos empleos que socialmente son adjudicados a nuestro sexo, no son ni bien remunerados, ni cuentan con las condiciones básicas y necesarias para denominarse empleos.
[1] Información recuperada el 15 de abril del 2018, de https://www.dane.gov.co/index.php/estadisticas-por-tema/mercado-laboral/segun-sexo
[2] El nuevo siglo, (2018). Mujeres ganan terreno laboral. Bogotá. En línea. Recuperado de http://elnuevosiglo.com.co/articulos/03-2018-mujeres-ganan-terreno-en-mercado-laboral-colombiano
.
trochandosinfronteras.info/situacion-laboral-de-las-mujeres-en-la-ciudad/
Para tener más información sobre la página y nosotrxs, nos puedes escribir al mail: ecofeminismo.bolivia@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario