Por Rosa Moussaoui, A l ´Encontre
Entrevista con Khadija Ainani, vicepresidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos
El 7 de julio de 2017, al anochecer, convocadas por un llamamiento en las redes sociales, cerca de 300 mujeres se movilizaban, en la plaza Maréchal, en Casablanca, para demandar la liberación de los detenidos políticos del Hirak. “En pie contra el encarcelamiento político, ¡estamos dispuestas!”, habían anunciado en las redes sociales. Estudiantes, militantes, madres de familia y mujeres de todas las edades acudieron a la cita.
Con micrófonos y pancartas, gritaban “libertad y dignidad para los presos” o “no tenemos miedo al majzén y su represión”.
En el corazón de las consignas y de los espíritus: Salima Ziani (Syla), figura femenina del Hirak y artista de 24 años, detenida el 5 de junio y encarcelada desde hace más de un mes en Oukacha (prisión de Casablanca). Dibujado en blanco y negro en el suelo, el retrato de la joven estuvo presente en medio de la multitud, hasta el final de la movilización.
“No dejaremos que el Estado encarcele a nuestras mujeres, exigimos la liberación inmediata de Sylia y de todos los detenidos del Hirak”, han gritado madres de familia acompañadas de sus hijos, mientras pequeños grupos se encadenaban las manos en gesto de solidaridad.
“Estamos orgullosas de hacernos oír. Es también un grito de solidaridad hacia todas las mujeres del Rif, que se han enfrentado a las porras y a la violencia en las calles cuando solo reclamaban justicia. No las olvidamos y la movilización no ha hecho más que comenzar”, explica Amina Khalid, del comité de apoyo de las familias de las personas detenidas en Casablanca.
Antes de disolverse, las mujeres reiteraban su llamamiento a manifestarse el 12 de julio, el día en que Sylia Ziani comparecerá ante el tribunal en Casablanca. Issam El Yadari, en la página Le Desk, del 8 de julio de 2017, escribe: “Los policías con casco y provistos de porras que vinieron a dispersar la concentración organizada en el césped frente a las verjas del Parlamento, dieron patadas a las mujeres que protestaban, atacando también a los periodistas presentes para cubrir el acontecimiento. Actos deliberados, ordenados por los oficiales al mando, como atestiguan diferentes testigos. Al fotoperiodista de la página Lakome2, Ahmed Rachid, le tiraron al suelo y le quitaron su material mientras le daban una paliza. Un trato reservado a todas las personas allí presentes, incluso a simples paseantes como muestran las imágenes grabadas por la página Al30mq. Una quincena de personas de todas las edades resulatron heridas y algunas de ellas tuvieron que ser evacuadas en ambulancia” (Red. A l´Encontre).
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En Marruecos el espacio público está cerrado
Entrevista con Khadija Ainani* realizada por Rosa Moussaoui
La respuesta represiva en el Rif es emblemática del desprecio del poder a todo el país. Para las personas defensoras de los derechos humanos, la revuelta contra las injusticias sociales debe poder expresarse.
¿Cómo explicar la profundidad y la duración del movimiento popular en el Rif?
Las secciones locales de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) en el Rif, siguen este movimiento desde hace ocho meses. Tras la muerte de Mohssine Fikri, la cólera, la emoción y el rechazo de la impunidad han empujado al conjunto de la población a la calle para exigir justicia. El Estado no se ha tomado en serio la situación. La investigación no ha llegado hasta el final. No ha habido diálogo. Mientras tanto, el movimiento se ha ampliado a demandas sociales y a una reivindicación de la cultura amazigh.
Desde el levantamiento de 1958, esta región ha sido teatro de numerosas violaciones de los derechos humanos. En 2006, [el organismo estatal] Instancia Equidad y Reconciliación sugirió reparaciones por el perjuicio colectivo sufrido por las poblaciones del Rif. Pero sus recomendaciones no tuvieron ningún efecto.
¿Se limitan al Rif las problemáticas sociales planteadas por el Hirak?
No. Es, por otra parte, una de las razones por las que manifestaciones de solidaridad con el Rif se organizan en todo Marruecos. La propaganda del Estado para intentar aislar a los rifeños acusándoles de separatismo es un fracaso.
De hecho, el rechazo a respetar los derechos fundamentales conduce a la exclusión de la mayor parte de las regiones. El movimiento del Rif dió la señal a otras comunidades que expresaron a su vez reivindicaciones propias. Las reivindicaciones del Movimiento 20 de Febrero 1/vuelven a salir así a la superficie con la exigencias de respeto de los derechos civiles y políticos, de reconocimiento de los derechos sociales, económicos y culturales, de separación de poderes. La gente, en fin, está exasperada por la dilapidación de los recursos del país.
Ningún sector está al margen de la corrupción. El entorno real no rinde cuentas del uso del dinero público. El contraste entre las fortunas acumuladas fácilmente y la extensión de la pobreza es muy chocante. Todo esto alimenta fuertes tensiones sociales, que no pueden expresarse en el espacio público, cerrado por las autoridades. Vivimos una restricción preocupante de la libertad de expresión. El poder no tolera ninguna crítica, emane de las ONG, de la prensa o de los partidos políticos.
¿Qué piensas del informe del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH) que confirma las alegaciones de tortura a las personas detenidas?
Solo una parte de este informa ha sido objeto de filtración. El CNDH insiste en que no se trata de un documento oficial y que nunca debería haberse hecho público. En cualquier caso, de esta instancia oficial del Estado marroquí sale una parte de la verdad. Esto legitima las llamadas de atención de las asociaciones de defensa de los derechos humanos y de los observadores independientes.
El 21 de junio, la Coalición marroquí de las instancias de los derechos humanos (CMIDH), en la que participa la AMDH, publicaba un informe señalando “torturas, humillaciones y amenazas de violación” a personas detenidas en el Rif. Lo que enturbia todos los procedimientos entablados en su contra. Por tanto, será preciso dialogar con quienes han dirigido este movimiento durante ocho meses. Y dar respuesta a las reivindicaciones de la gente del Rif, que aspira simplemente a una vida digna.
Nota:
[1] Según Thierry Descrues, en L’Année du Maghreb, de 2012: “El 20 de febrero de 2011, miles de marroquíes se manifestaron en la mayor parte de las ciudades del país. Respondieron al llamamiento lanzado inicialmente en internet por jóvenes pertenecientes a diferentes redes sociales creadas en la web 2.0. Éstos exigían una serie de reformas en diferentes terrenos: instauración de un régimen democrático surgido de una Asamblea Constituyente, aplicación de los principios de la buena gobernanza en los asuntos públicos, reconocimiento del pluralismo social e identitario de la sociedad marroquí, extensión del acceso de la población a la salud, educación y empleo. La fecha de las primeras manifestaciones dio su nombre al movimiento de protesta: Movimiento del 20 de febrero (M20F). Desde entonces, las manifestaciones se repitieron a lo largo del año 2011, generalmente cada domingo con una movilización más pronunciada cuando ese día se acercaba a la fecha del 20 de cada mes” (Red A l´Encontre).
Khadija Ainani es vicepresidenta de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH).
alencontre.org/afrique/maroc/maroc-jamais-le-rif-ne-retrouvera-la-paix-tant-que-nos-revendications-ne-seront-pas-satisfaites.html
Traducción: Faustino Eguberri para Viento Sur
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