Quedarse al margen y decir por comodidad y para quedar bien y sonar equitativo “yo respeto a las personas diferentes pero hasta ahí” es solapar la opresión y la impunidad. Respetar la diversidad debe ser nuestra obligación, nada de extraordinario hay en eso.
Por Ilka Oliva Corado
Hay que tener mucho cuidado con quienes se autonombran ungidos y elegidos (y por supuesto virginales) por su “Dios Todopoderoso” porque demostrado está que en su fanatismo conservador recalcitrante son los del perjuicio, intransigencia y los de la violencia implacable en nombre de estos dogmas absolutistas.
En el mismo costal entran las izquierdas latinoamericanas que cuando de derechos de la mujer y de la comunidad LGBT se trata, son tan fascistas como los de derecha. En esta ocasión con la aprobación del matrimonio igualitario Estados Unidos, el mayor violador de Derechos Humanos en el mundo, nos dio un gancho al hígado, ¡frontal y con decisión! ¿No se les cae la cara de la vergüenza a la izquierdas latinoamericanas? Aló Venezuela, chavistas a morir por qué no legislan leyes que respeten los Derechos Humanos de las personas con distinta identidad sexual. ¿No es que luchan por las causas justas pues? ¿O qué, prefieren seguir siendo machos alfa y disfrazar el odio?
Degradadas las izquierdas en Latinoamérica tanto por la mediatización como por sus propias acciones de azadonas, arribistas y descaradas. Los revolucionarios de verdad, los enteros, hay que buscarlos hasta por debajo de las piedras, están en peligro de extinción. Tanto que critican a Mujica y a Cristina Fernández y ellos con sus acciones consecuentes les han dado hasta por debajo de la lengua a todos ustedes, machos alfas recalcitrantes.
En dónde está Correa y Evo, que se llenan la boca diciendo que son pro causas justas, qué se vea pues, qué se vea. Siguen negándoles el derecho a las mujeres a abortar y a las personas de distinta identidad sexual los derechos fundamentales. Tanto que critican a Dilma y a Bachelet y ahí está pues que en Chile ya es arropada por la ley la Unión Civil Igualitaria. En Brasil el matrimonio igualitario ya es una realidad. ¿Y ustedes, atrapando moscas en el aire? Pero eso sí, se llenan la boca diciendo que son revolucionarios de verdad. Marranadas son, son alcornoques.
Cuba, Cuba de mis amores, la cepa de las izquierdas latinoamericanas, ¿qué pasó con el matrimonio igualitario? Si son defensores de los Derechos Humanos y de las causas justas debió ser el primer país latinoamericano en legislar el matrimonio igualitario, y esto hace muchas décadas. Tuvo que venir con el triunfo de la Revolución. No hay que ser un erudito para entenderlo, esto es sentido común, esto es humanidad. Argentina se convirtió en el 2010 en el primer país latinoamericano en legislar el matrimonio igualitario, ¿adivinen el en gobierno de quién? Por supuesto, de Cristina. Las posturas que están tomando los países latinoamericanos gobernados por mujeres nos dicen mucho como sociedad, nos da cátedra respecto al papel fundamental de la mujer como un ente de cambio, no como un objeto sexual y no como una matriz para gestar críos, y no como la sumisa y abnegada y callada que nos caricaturiza la iglesia y las religiones. Vaya pues…
Ahí está Rusia, la gran mole, esa potencia mundial que es la única que puede parar a Estados Unidos, tan homofóbico Putin como los turcos. ¿Qué clase de izquierda es esa? Uno no tiene dar con una mano y con la otra quitar. Un revolucionario lo es entero o es un come mierda, aquí no hay de dos sabores. Hay que tomar posturas consecuentes y que exijan, promuevan y realicen cambios verdaderos, humanos.
La misma postura fascista y el mismo fanatismo que los capitalistas tienen los socialistas cachurecos. Los golpes de los propios duelen más.
Ahí están esos cachurecos que con tres golpes de pecho y aires de castidad y pureza se oponen al aborto pero si el niño sale homosexual le niegan sus derechos y promueven la violencia y si por ellos fuera que existiera la pena de muerte para acabar con ellos. ¿Qué tipo de “hijos de Dios” con estos mequetrefes. ¿En qué distan en ellos de los genocidas? ¿De los dictadores? Bien planchaditos que van a la iglesia los domingos, a recibir la doctrina que invita a oprimir y a violentar, “en nombre de Dios.”
Levantaron revuelo en el mundo entero las fotografías de una jovencita crucificada y de un hombre besando a otro disfrazado de Jesús. Esto sucedió en el desfile del Orgullo LGBT en Brasil. Cualquiera con sentido común sabe que el objetivo de estas puestas en escena era demostrar la crucifixión diaria que hacen los homofóbicos religiosos a las personas con distinta identidad sexual. Por otro lado ver a una mujer crucificada, sufriendo, que nos cambia por completo el dogma. No es expuesta como objeto sexual y eso escandaliza a los fascistas. Los pone a temblar (por fascistas entiéndase también cachurecos de hueso colorado). Para esto les invito a leer el artículo escrito por la periodista Marcela Belchior, en Adital, ( http://site.adital.com.br/site/noticia.php?lang=ES&cod=85527) que explica con manzanas esta doble moral de los religiosos fanáticos.
Por último dejo aquí el enlace de el álbum de fotografías que tomé en el Desfile del Orgullo LGBT en Chicago. https://www.flickr.com/photos/96014845@N02/sets/72157655232114582
¿En tema de Derechos Humanos distan mucho las izquierdas de las derechas latinoamericanas, verdad? Ambas fanáticas y fascistas. ¿No distan mucho los religiosos cachurecos -“hijos de Dios y normales” – de los genocidas verdad?
Un aplauso de pie a Estados Unidos que barrió el piso con las izquierdas cachurecas del mundo. Mucho nos debe a la humidad este país, conocemos su historia pero no podemos negar que haber aprobado el matrimonio igualitario es un zanco hacia adelante. Pues como somos buenos imitadores los latinoamericanos que queremos ser gringos, que queremos todo lo de ellos, pues por lo menos copiemos su postura ante este tema fundamental. O como los revolucionarios son “excelente seres humanos y consecuentes” pues demuéstrenlo. Dejemos de esconder nuestro odio en la biblia y coranes y torás. En los golpes de pecho y en las patadas de ahogados.
Nadie que crea en el amor humano (más allá de los dogmas) incitará a la violencia y por el contrario será consecuente con la búsqueda de la justicia e igualdad social. Quedarse al margen y decir por comodidad y para quedar bien y sonar equitativo “yo respeto a las personas diferentes pero hasta ahí” es solapar la opresión y la impunidad. Respetar la diversidad debe ser nuestra obligación, nada de extraordinario hay en eso. ¿Qué tal si nos involucramos y somos parte del cambio? ¿Quién se arriesga?, digo si tiene la bizarría. Quien se empeñe en discriminar oprimir e incitar a la violencia en nombre de dogmas o por intransigencias personales, simple: es una escoria de la humanidad. Pase adelante que está sin tranca.
Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado.
Junio 30 de 2015. cronicasdeunainquilina@gmail.com
Estados Unidos. Fuente de publicación: Crónicas de una Inquilina.
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