Por Isabel Mercado
María Galindo, la activista fundadora de Mujeres Creando, afirma que la interpelación y la confrontación “es una forma de hacer política”. “Para nosotras -agrega- el escándalo es una forma de hacer política”, porque la interpelación y la confrontación generan debate y “la generación del debate y del conflicto es una forma importante de hacer política”. […]
María Galindo, la activista fundadora de Mujeres Creando, afirma que la interpelación y la confrontación “es una forma de hacer política”. “Para nosotras -agrega- el escándalo es una forma de hacer política”, porque la interpelación y la confrontación generan debate y “la generación del debate y del conflicto es una forma importante de hacer política”.
Autodefinida “anarquista de pura cepa”, dice no sentirse tentada por la política partidaria, porque los partidos realizan “la más despreciable de todas las formas de política”, y sugiere una “una reforma de la representación política seria” que quite a los ciudadanos “el corsé de los partidos”.
[I.M.] Para ti, las entrevistas son barricadas, pero las barricadas son defensivas y tú siempre estás al ataque…
[M.G.] Es verdad. Lo que pasa es que yo creo que hay que interpelar. Aquí estamos acostumbrados en radio, televisión y prensa a entrevistas muy complacientes. El entrevistado puede decirte esto es rojo y el entrevistador o la entrevistadora sonríe. ¿Por qué aceptar que te mientan? Yo sí creo que hay que interpelar. Aquí guardamos mucho las formas. La diplomacia es lo principal y yo creo que hay que romper con todo eso.
– ¿Sientes que tus entrevistados te tienen miedo?
Sí. Eso está demostradísimo. Bueno, hay gente que ha dicho que no va a venir a mis entrevistas. Una amiga me pasó el chisme de que en el Ministerio de Gobierno, cuando estaba Sacha Llorenti, les decían: cuidadito, si te portas mal, te vamos a mandar a la barricada de la María…
– Sí, hay recomendaciones: si te invita la María, no asistas, porque te va a crucificar en vivo…
Sí, pero es interesante ver que hay otro grupo de gente que se interesa, que ve que en la barricada hay interpelación; pero también hay debate, que el entrevistado o la entrevistada pueden manifestar sus ideas, porque lo que es importante son las ideas del otro, que no es un monólogo, que es un diálogo, y si es un diálogo, tú me estás diciendo en mi cara lo que tienes que decir o, por lo menos, yo la digo.
– Para ti la interpelación, pero también la confrontación, es una forma de vida. No es solamente la barricada, sino que tú te has caracterizado por estar permanentemente a la ofensiva. ¿Cuál es la razón de esa actitud?
Bueno, más que una actitud es una mirada política desde Mujeres Creando, porque hay que remover esta sociedad. Es decir, desde que nosotras nacimos contra corriente, cuestionamos a la derecha, pero también cuestionamos a la izquierda, cuestionamos a la Iglesia, cuestionamos a las ONG. En Mujeres Creando nos movemos desde la lógica de la interpelación, de la confrontación, casi permanentemente. Ésa es parte de nuestra forma de hacer política. Para nosotras el escándalo es una forma de hacer política, la confrontación es una forma de hacer política, la generación del debate y del conflicto es una forma importante de hacer política y eso lo vamos cultivando dentro y fuera del movimiento.
– ¿Y no hay límites en esa decisión? Recuerdo que en una entrevista con Carlos Mesa que criticaste a tu propio hermano que estaba en el Gobierno. ¿No hay un límite en la búsqueda de la confrontación?
Bueno, siempre hay contención en una interpelación, no puede ser gratuita. No es joder por joder. Desde siempre, para empezar, todas las intervenciones que hemos tenido, desde la más escandalosa hasta la más suave, han tenido contenidos concretos. En el caso de mi hermano, él ha estado en una función del Gobierno, no estábamos hablando de una relación familiar. A mí me parecía absolutamente legítimo porque yo no coincidía políticamente con él, nunca he coincidido políticamente con él, y no tendría que habérmelo guardado porque era mi hermano, aunque tuve que pagar un precio muy fuerte, porque mucha gente dijo: cómo si es su hermano, tan guapo, tan correcto, porque además esto es interesante en nuestra sociedad. Es decir, si tú haces lo correcto, tú quedas mal; es la persona más diplomática la que queda bien, aunque esa persona esté refugiándose en actitudes hipócritas, que esté simulando una serie de cosas, que esté en una postura de doble moral.
– Llevas más de 20 años en este empeño. En muchos de tus artículos se advierte cierto desencanto porque la sociedad boliviana no ha cambiado como tú quisieras. ¿Ha influido en algo tu lucha?
Nosotras siempre hemos pensado que es una lucha de muy largo aliento. Es un viaje de vida. No es para mañana, para pasado mañana. Nosotras sabemos que es una lucha de largo aliento. No estoy desencantada, pero hay cosas que no terminan de decepcionarme. Yo nunca he sido evista, nunca he sido masista. Cuando Evo subió al poder yo estaba muy consciente de que se había dado una revuelta por fuera del MAS y que el MAS era un aparato chico respecto a la magnitud del proceso, pero la decadencia brutal que veo en el MAS también me decepciona. Por mucho que yo nunca tuve un acto de fe, ni siquiera llegué a depositar un voto, me siento decepcionada. El poder saca lo peor de la gente, cómo se han administrado los micropoderes, cómo se han administrado algunas organizaciones, por ejemplo las Bartolinas. Hoy están hechas trapo. Es una enfermedad, una fatalidad, es el poder y el dinero que ha afectado a una organización que ha costado al movimiento indígena años construir. Esos desencantos sí los voy teniendo y me duele muchísimo.
– Tú que has hecho de todas estas actividades una lucha desde la interpelación hasta la confrontación abierta, sorprende que no hayas incursionado en la lucha partidaria…
No, porque yo soy anarquista de pura cepa. La única vez que intenté algo fue cuando la Asamblea Constituyente, pero fue un acto absolutamente inútil. Lo intenté, pero fui consciente de que eso no iba a funcionar. Los partidos monopolizan la política, se apropian de la política. Los partidos políticos son pequeños fragmentos de nuestro país y la política se ha convertido en una política formal partidaria, la más despreciable de todas las formas de política, la menos transformadora, la que concentra de forma más alarmante el vaciamiento de lo principal de la política que es la ideología. Donde menos ideología hay es en los partidos políticos. Aquí lo que hace falta es una reforma de representación política seria, que nos quite el corsé de los partidos, abrir completamente las listas, la representación directa. Creo que la democracia representativa liberal basada en partidos políticos es insostenible y así como el MAS se ha convertido en una mafia de administración del poder, cualquier partido que entre se va a convertir en lo mismo porque su única ideología es la administración de un conjunto de privilegios, de dineros, de cargos.
– El Gobierno, o el proceso de cambio para decirlo de alguna manera, se arroga una gran cantidad de logros y conquistas a favor de las mujeres. ¿Es así?
El criterio de varios organismos internacionales es un criterio liberal, cuantitativo. Aplauden que haya un 40% de mujeres en el Parlamento, que haya un porcentaje de mujeres en el gabinete, y para ellos eso basta y sobra. El Presidente ha hecho una reforma que es una ley, está sólo en un papel, basta y sobra, para ponerlo como gran cartel internacional…
Nosotras que lo vivimos y lo sufrimos podemos hacer un análisis muchísimo más profundo. La representación de las mujeres no puede ser un hecho biológico, es decir que una mujer por tener útero y usar falda y ser reconocida como mujer no puede pretender representar políticamente a las mujeres, porque eso no lo aceptamos en los hombres. Para que un hombre represente a otro hombre media la ideología, depende de qué piensa, qué hace y quién es para que un hombre acepte la representación política de otro hombre. Mientras las mujeres no hagan nada por politizar su condición de mujeres, por construir y dialogar con el conjunto de organizaciones de mujeres, mientras la representación de las mujeres en el Parlamento sea para socapar y aplaudir el machismo de Evo, de García Linera y de todos los jerarcas del MAS, no sirve.
– ¿Cómo se da tu confrontación con el poder? ¿Qué reacciones tienes? Estamos pensando concretamente en la semblanza de García Linera o el artículo sobre la hija de Evo.
Yo disfruto mucho escribiendo. La reacción es de crítica, es de debate, de apoyo, pero por supuesto también de cuestionamiento. A mí me insultan muchísimo. El insulto es algo que no me toca y los aludidos en todos los casos, salvo en alguno, han preferido callar porque son artículos incisivos, interesantes. De pronto piensan que pierden más si hablan que si se callan. Pero ha habido mucha saña en contra mía. Bueno, también hay formas solapadas contra Radio Deseo. La radio no recibe publicidad del Estado aunque tenemos un público muy importante. Se está utilizando la publicidad como forma de presión. Eso ustedes lo saben mejor que nosotras.
“Evo es una persona que ha ido mutando con el poder, se ha aburguesado”
La reelección de Evo “va a ser fatal para todos, primero para él”, dice María Galindo al referirse al anunciado plan del Presidente de buscar un nuevo mandato cuando concluya el actual, en 2020. “Yo le digo a Don Evo y se lo digo como psicóloga”, agrega.
La columnista de Página Siete sostiene que el poder le ha cambiado al Mandatario, de quien dice que ha sufrido “una suerte de despersonalización muy fuerte”. “Yo creo que él es una persona que ha ido mutando muchísimo con el poder. Se ha aburguesado, se ha vuelto tirano, cosa que él no tenía. Yo creo que la despersonalización de Evo puede llegar a rayar en lo enfermizo”, señaló en la entrevista dominical del Desayuno de Trabajo de Página Siete.
“Yo no le aconsejo a Evo (que se reelija) por su bien. La vida es linda para disfrutarla. Él era un hombre que siempre hablaba de la vida, pero ahora este hombre es la medida del capricho; ya no es hombre sencillo, sino que es un hombre totalmente aburguesado. Yo creo que él tiene que reflexionar”.
Sin embargo, cree que Evo puede perder porque lo ve muy débil en el oriente y porque le ha surgido “una generación sub-cuarenta que le está disputando el poder”.
“Personalmente creo que Evo y Álvaro se agotaron, no creo que logren ilusionar con energía nuclear, con más desarrollismo, con más destrucción de la naturaleza”, concluye.
Isabel Mercado (diario Página Siete, La Paz)
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