Por Bloque Andaluz de Revolución Sexual.
A nuestro lado queremos ejemplos a seguir, no a policías con las manos manchadas de sangre de nuestras hermanas. Ni estados terroristas que se lavan su imagen genocida a costa de las siglas LGTBI.
Hoy volvemos a escribir un manifiesto para el 28 de junio y no sabemos si copiar y pegar los de años atrás, total desgraciadamente no pasan de moda, o escribir nuevamente desde las vísceras para al menos desahogarnos. Pero estas fechas son importantes para nosotras, por lo que representan internacionalmente y también a nivel personal para la colectiva.
En nuestros primeros días de vida improvisamos una pancarta con el lema “Nosotras luchamos, no desfilamos” y nos unimos a la manifestación del primer Orgullo celebrado en Sevilla. Desde entonces hasta ahora uno de nuestros primeros impulsos era el crear un bloque crítico dentro de los movimientos de liberación sexual, para intentar no quedarnos entumecidas.
Hemos participado en cortejos cuyas batukadas y volumen de música de las carrozas nos han puesto muy difícil que se nos oyeran consignas como “maricas y bolleras también son clase obrera”. Hemos llamado la atención por gritar “Queipo de Llano, asesino” a la basílica de la Macarena al comienzo del desfile (es muy triste que haya quedado en esa palabra). Durante el recorrido juventud achispada por el alcohol se ha hecho fotos con nosotras por llevar pancartas con el lema “detrás de las persianas hay lesbianas”. En años siguientes hemos visto cómo algunos partidos se han apoderado del pequeño bloque crítico que habíamos conseguido crear, liderados por voceros blancos heterosexuales cisgénero. Y este último año hemos visto abanicos y gran variedad de productos publicitarios y propagandísticos por parte de los partidos del actual régimen.
Desde nuestra colectiva sólo podemos decir que nuestro orgullo es nuestra lucha por la liberación sexual. Luchamos para poder ejercer soberanía total en nuestros cuerpos, poder olvidarnos de la presión del pase, la patologización y las normas estéticas.
Nuestra lucha no la justifica el amor romántico. Defendemos múltiples formas de relacionarnos y crear redes. No queremos compasión por amor, queremos ser nombradas y seguir habitando en la periferia sexual si nos apetece, no tenemos por qué asumir la normalidad, ni casarnos, ni tener una hipoteca con un banco desahuciador.
Queremos hacer matria sin lógica heteropatriarcal y que la emigración no sea una obligación. Queremos poder elegir quedarnos en el pueblo. También destrozar las alambradas electrificadas de las fronteras imperiales.
A nuestro lado queremos ejemplos a seguir, no a policías con las manos manchadas de sangre de nuestras hermanas. Ni estados terroristas que se lavan su imagen genocida a costa de las siglas LGTBI.
Somos el legado de las que lucharon antes que nosotras, de las perseguidas, las asesinadas, las raritas y las represaliadas. Nuestro camino es combatir los movimientos reaccionarios y la extrema derecha, aliarnos con los feminismos y destruir este neoliberalismo económico desolador. En estos espacios comunes no se nos olvida señalar que estamos hartas de ser un tema secundario de partidos y agrupaciones que no dudan en usarnos en las fechas señalaítas.
Por un Orgullo combativo, antifascista, feminista y anticapitalista.
¡Viva la revolución sexual y cultural andaluza!
Bloque Andaluz de Revolución Sexual.
Fotografía del 26 de junio de 1977, primera manifestación gay en Barcelona organizada por el Front d´Alliberament Gay de Catalunya, presidida por las “maricas” travestis y trans, las primeras, las que siempre habían dado la cara, aunque también se podían ver banderas anarquistas y nacionalistas catalanas. La manifestación acabó finalmente con cargas policiales. Destacamos las figuras de los andaluces José Pérez Ocaña (en la fotografía lleva mantón de Manila) y Nazario que transgredían en las Ramblas travistiéndose, ambos pintores referentes de la época.
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