CASO BERTA CÁCERES
La agrupación de mujeres Pan y Rosas México se une a la exigencia internacional por justicia para Berta Cáceres asesinada por defender el río Gualcarque, el pasado 3 de marzo de 2016 en La Esperanza, Honduras.
Pan y Rosas México
La agrupación de mujeres Pan y Rosas, presente en varios países de América Latina y de Europa nos unimos al repudio internacional por el asesinato de Berta Cáceres Flores el pasado 3 de marzo de 2016 y a la exigencia de justicia para las mujeres, campesinos, indígenas y trabajadores hondureños.
Este primer aniversario luctuoso de Berta Cáceres, se instala en un contexto donde la llegada de Donald Trump ha recrudecido la política de penetración imperialista para México y los países latinoamericanos. La xenofobia y el racismo han sido el sello distintivo de su gestión. Sin embargo, también la resistencia se ha expresado de la mano de los pueblos originarios que en el corazón del imperialismo hacen oír su voz milenaria; rechazando el muro que Trump quiere construir en la frontera con México y que resisten contra los proyectos de construcción de oleoductos en Dakota.
Tan sólo en lo que va del 2017 han sido asesinados 14 activistas por su labor en defensa de los recursos naturales y bienes comunes; contra proyectos mineros, de deforestación e hidroeléctricas, cuyas comunidades has sido asediadas permanentemente por empresas privadas.
En Colombia se registraron siete homicidios en contra de personas defensoras de derechos humanos. En Guatemala, el asesinato de Leonor Vázquez Pineda el pasado 16 de enero, quien fuera activista del movimiento de resistencia contra el proyecto minero de San Rafael. Un día después fue asesinado Sebastián Alonso Juan, un hombre indígena defensor de los derechos de la tierra, en Huehuetenango, durante una protesta pacífica en contra de proyectos hidroeléctricos Pojom I y II. Y en Nicaragua, tres miembros de la comunidad indígena miskitu, fueron asesinados.
En México el costo que ha tenido defender la tierra también se ha cobrado la vida de Isidro Baldenegro, asesinado el pasado 15 de enero, por su lucha contra la explotación forestal en la sierra Tarahumara, a pesar de que el territorio pertenece ancestral y legítimamente al pueblo rarámuri. De igual manera, el caso de Juan Ontiveros Ramos, defensor de derechos humanos y ambientales, asesinado después de su participación en reuniones oficiales para exigir protección a su comunidad en el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua. ¿Cuántas vidas más, para saciar la explotación de las empresas capitalistas?
A casi un año del crimen que involucra a altos mandos del gobierno de Juan Orlando Hernández y el ejército hondureño, exigimos junto a organizaciones sociales y a nuestras hermanas hondureñas, el castigo a los culpables materiales e intelectuales de la criminalización, persecución y asesinato político de Berta Cáceres Flores.
Así mismo, reivindicamos la lucha de las mujeres y el pueblo hondureño que desde el golpe de Estado en 2009 orquestado desde Estados Unidos, han resistido la política de militarización y paramilitarización, así como el despojo que empresas como Desarrollos Energéticos-DESA y SIEMENS han querido instalar para el conjunto del pueblo trabajador en el país centroamericano.
Mientras el gobierno hondureño cocina el ambiente propicio para seguir reprimiendo y militarizando el país con las elecciones primarias, las más golpeadas por estas condiciones siguen siendo las mujeres. Honduras no sólo es el país más violento para defender los recursos naturales y el territorio; es el país donde la violencia se descarga con los índices más altos en el mundo de feminicidios, donde cada 12 horas es asesinada una mujer como una política de disciplinamiento por parte del Estado y que ha sido recrudecida en los últimos años.
Frente a ello organizaciones sociales y de mujeres en Estados Unidos y en diferentes países del mundo se han sumando al llamado de movilización y Paro Internacional de Mujeres el próximo 8 de marzo, día internacional de las mujeres, cuyo legado es apremiante recuperar en las calles por nuestros derechos y reivindicaciones junto a nuestros compañeros de lucha.
Desde la agrupación de mujeres Pan y Rosas, decimos que este 8 de marzo la tierra tiembla con la fuerza de las indígenas, las campesinas, las defensoras de la tierra y las trabajadoras, por nuestro derecho al pan, pero también a las rosas.
¡Justicia para Berta Cáceres y el pueblo hondureño!
¡Ni una menos!
¡Vivas nos queremos!
FUENTE ORIGINAL http://www.laizquierdadiario.com/Continuar-la-lucha-contra-el-capitalismo-y-la-devastacion-el-mejor-homenaje-a-Berta-Caceres
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