Todos mis días son 8 de marzo. Quizás suena a tópico pero las mujeres, nuestros derechos, anhelos y reivindicaciones existen los 365 días del año, no sólo uno. Existimos y queremos ser visibles todos los días, a todas las horas en todos los lugares. No obstante, aprovechando esta fecha quería reflexionar un poco sobre los feminismos, en un contexto de vorágine social y política que me produce más necesidad si cabe de sentarme, reflexionar y poner voz, o tinta, a mis sentimientos y pensamientos. Como comprenderán es una reflexión personal, es decir, profundamente subjetiva, por lo que no espero que todas las personas feministas del mundo se sientan identificadas con ella.
Hace unos días coincidía con María Antonia Caro en una jornada de las Escuelas Promotoras de Salud del Gobierno de Aragón y hablábamos sobre feminismo, llegando a la conclusión, ambas, de que el feminismo tiene un claro y marcado componente intergeneracional. Al final todo nos conducía a aquella vieja frase que tantas veces hemos escuchado, “Porque fueron, somos. Porque somos, serán”. Las feministas más jóvenes necesitamos de la sabiduría y la lucha de las mujeres bravas que nos precedieron. Las feministas clásicas necesitan conocer nuestro anhelos, nuestras reivindicaciones y, quizás también, por qué no, los márgenes de nuestros propios feminismos.
El rearme del patriarcado, el machismo imperante en nuestra sociedad y el retroceso experimentado en los últimos años nos han llevado a una sensación de desazón en la que parecía que avanzar se tornaba, en muchos casos, algo titánico. Sin embargo, como maravillosamente explicaba Caro, desde aquellas jóvenes feministas de los 70 que recorrían las calles al grito de “Sexualidad no es maternidad” hasta las jóvenes feministas que nos emocionamos con ese Tren de la Libertad llegando a Madrid desde todos los rincones de España, han pasado décadas de reivindicaciones y de conquistas del feminismo. Mucha lucha por nosotras y por todas nuestras compañeras; las de ayer, las de hoy y las de mañana. Al final, como decía un bueno amigo, hacemos memoria por quienes ya no están pero también por quienes tienen que venir.
Ante el cansancio de sentir que el andar no hace camino, siempre quedan ellas. Las inconformistas, las valientes, las quemadas por brujas, las que no pudieron quemar, las rapadas, las que tumbaron la tradición, las que pisaron calle y cárcel… las que nos enseñaron el significado de las palabras más bellas: feminismo y sororidad
Bien cierto es que la sociedad nos impone estar continuamente alerta. Que nos señalan y cuestionan, y es normal que así sea, hablamos de subvertir el sistema patriarcal y constituir un orden social más justo, basado en parámetros de igualdad, justicia social y solidaridad. En definitiva queremos acabar con los privilegios patriarcales, y ante esto el machismo se revela. Muchas veces pareciera que la lucha no cesa, que cuando sentimos acariciar con la yema de nuestros dedos alguna conquista, crean una nueva forma de someternos. Son siglos luchando contra las violencias de género, la feminización de la pobreza, la mercantilización de nuestros cuerpos, las mutilaciones, las violaciones, el descrédito, la invisibilización, la falta de consideración, el desprecio… pero también es una Historia repleta de mujeres articulando discursos en pro de nuestros derechos, de mujeres alzando la voz y poniendo rostro a la rebeldía. Siglos de mujeres que no temieron el desprecio, ni la violencia, ni los castigos. Que dijeron basta, que no callaron, que reivindicaron su derecho a decidir, que nos conquistaron hermosos derechos de ciudadanía.
Al final, ante el cansancio de sentir que el andar no hace camino, siempre quedan ellas. Las inconformistas, las valientes, las quemadas por brujas, las que no pudieron quemar, las rapadas, las que tumbaron la tradición, las que pisaron calle y cárcel… las que nos enseñaron el significado de las palabras más bellas: feminismo y sororidad. Por todas ellas, porque somos lo que somos por todo lo que ellas fueron. Porque espero que las que están por llegan sean, por todo lo que nosotras luchamos.
Dedicado a todas las mujeres de mi vida.
A las de aquí, a las de allá y a las de ninguna parte.
A las que conozco y a las que no, pero también me han ayudado a forjarme y ser lo que soy.
Felices 365 días de igualdad y feminismo.
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