Por Radio Progreso
La crisis económica, altas metas de producción, extensas jornadas de trajo, acoso laboral y la falta de atención médica de calidad, están diezmando silenciosamente la salud de las trabajadoras de la industria de la maquila en Honduras. La mayoría presenta múltiples padecimientos de los cuales sobresalen las enfermedades músculo-esqueléticas, ansiedad y depresión.
Lo anterior lo refleja una investigación titulada “Factores psicosociales y efectos mentales en la población trabajadora de la maquila de la confección de ropa”, desarrollada en el departamento de Cortés, por la Colectiva de Mujeres Hondureñas, CODEMUH y la Universidad Autónoma Metropolitana de México.
“Las precariedad laboral y económica, y el aumento de las enfermedades van de la mano. Porque para que les alcance el salario las obreras buscan compensar la falta de dinero trabajando a un 120 por ciento y todas las horas extras que puedan, arriesgando su salud”, aseguró María Luisa Regalado, coordinadora de la CODEMUH.
En las mujeres el problema es mayor. “Es raro que nosotras perdamos un día de trabajo o algunas horas para salir al médico, por la pérdida que representa en el salario. Hasta cuando ya no aguantamos los dolores es que acudimos al Seguro Social y allí nos dan unas cuantas pastillas para aliviar el dolor y a seguir trabajando”, indicó una obrera de la fábrica Southern Apparel de ZIP CALPULES, en San Pedro Sula.
Múltiples enfermedades
La investigación expone un exceso de exigencias psicológicas del trabajo, falta de control sobre el contenido y las condiciones de trabajo, falta de apoyo social de los superiores y entre compañeros y compañeras, bajos salarios, inseguridad, baja estima, y como la situación más desfavorable la doble jornada de trabajo de las obreras.
En este estudio se reafirma que los factores de riesgo para la salud tienen su origen en las condiciones de trabajo que prevalece en la maquila. La población estudiada refleja este factor de riesgo, debido a que tienen jornadas de trabajo extensas, el 88 por ciento de esta población labora una jornada diaria hasta de 12 horas.
La investigación refleja además que, la ansiedad fue el trastorno que presentó la mayor frecuencia en la población estudiada con 55%, seguida por la depresión con el 52% y posteriormente por el distrés con el 38%.
Los trastornos asociados a los factores psicosociales incluyen un amplio abanico, que van desde los situados en la esfera psicosocial a corto plazo como la ansiedad, la depresión y distrés, a los trastornos psicosomáticos, inclusive los de la esfera biológica a más largo plazo, infartos, úlceras gástricas y los trastornos musculo-esqueléticos.
La organización del trabajo en la maquila, en especial la vinculación del ingreso económico al cumplimiento de la meta de producción por el “equipo” de trabajo, genera acoso laboral, incluso entre compañeras de trabajo.
Los datos reportan 242 casos de agresión que corresponde a casi el 55% de la población trabajadora. De estos el 34% menciona haber sido agredida por sus compañeros de trabajo y el 37% reporta haber recibido agresiones por parte de un jefe o supervisor.
Rosa Elena, uno de los muchos casos
Rosa Elena García, trabaja desde hace 16 años en la empresa maquiladora Gildan, de Zip San Miguel, en Choloma, Cortés. Entró a laborar a los 17 años. Durante este tiempo trabajó 11 horas diarias para poder hacer la meta impuesta por la empresa que se traduce en 500 docenas de prendas de vestir.
Una obrera que labora al cien por ciento tiene que hacer casi 54 mil ruedos de camiseta en un mes. Por estas características del trabajo, el 97% de las obreras realizan movimientos repetitivos con sus manos, brazos y pies, lo que les daña los músculos y huesos, y causa agotamiento y estrés, según el estudio.
Es por eso que Rosa Elena García, desde hace 3 años comenzó a tener problemas de hombros, espalda y dolores de cabeza. El médico de la empresa y en el Seguro Social, únicamente le recetaban pastillas para calmar los malestares que sentía. En la actualidad presenta un 40% de discapacidad laboral.
“Los trastornos músculo-esqueléticos ocupacionales, son producidos por los movimientos repetitivos, carga estática, postura, precisión, vibraciones y estrés. Después de varios años de trabajar en las maquilas lleva a la clase trabajadora a padecer de dolencias en los hombros, columna, cuello, brazos y manos, que en muchas ocasiones les deja imposibilitados para desarrollar cualquier trabajo por sencillo que sea”.
En las más de 215 maquiladoras que existen en Honduras laboran más de 130 mil personas, el 80% son mujeres. Se dedican a la confección de ropa. Las prendas de vestir son elaboradas de telas hechas en Estados Unidos, que son cortadas y enviadas a Honduras para su ensamble y luego son regresadas de nuevo a las fábricas norteamericanas.
Ante la triste realidad de la clase trabajadora de la maquila la CODEMUH exige a las autoridades responsables de la prevención y atención de la salud de las trabajadoras, aprueben y apliquen políticas públicas para prevenir los accidentes y enfermedades de trabajo.
Según el Código del trabajo en su artículo 404: Se entiende por enfermedad profesional todo estado patológico que sobrevenga como consecuencia obligada de la clase de trabajo que desempeña el trabajador (o trabajadora) o del medio en que se ha visto obligado a trabajar, bien sea determinado por agentes físicos, químicos o biológicos.
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