WASHINGTON — Marcharon el sábado desde muy temprano y hasta que oscureció, cientos de miles de personas de todas las edades, géneros y credos. Las mujeres y los hombres que se manifestaron aquí y en muchas otras ciudades un día después de la juramentación de Donald Trump lo hacían por distintos motivos, pero a todos los unía el rechazo contra lo que para ellos representa el nuevo presidente: la intolerancia, la misoginia, el desprecio hacia los migrantes y los musulmanes, la arrogancia y la intimidación.
La Marcha de las Mujeres en Washington reunió a diferentes sectores que repudian a Trump –que respondió acusando a los medios de ignorar a sus seguidores– pero también fue para muchos una oportunidad de afianzar lazos; de homenajear a sus madres, hijas y hermanas; de afirmar su identidad y sus valores junto a otros. Fue tanto una manifestación política como un modo de conjurar el temor colectivamente.
La cantidad de personas reunidas era tal que se hizo difícil marchar de un lado a otro: Washington se convirtió en una ciudad tomada por decenas de marchas, en una oportunidad para el encuentro. Se calcula que medio millón de personas salieron a las calles el sábado en la capital de Estados Unidos, una multitud tres veces más grande que la que acudió a la toma de posesión de Trump el viernes.
The New York Times en Español retrató y conversó con distintas mujeres a lo largo del día. Estos son algunos de sus testimonios y sus historias:
Esther López, 60 años, líder sindical:
“Los inmigrantes no llegamos, hemos estado aquí hace varias generaciones construyendo este país. Es nuestro país; no soy invitada. Marcho como una líder sindical comprometida con nuestra democracia y con los derechos de los trabajadores. Estoy pidiendo que este gobierno funcione como una democracia, que respete a los trabajadores. Que las mujeres tengan derechos”.
Ingrid Becaro, 34 años, de Nueva York. Sus padres son de Colombia:
“Marcho por mis padres, por ti, por mí, por ella, por él, por todos. No es solo sobre los derechos de la mujer ni una protesta sobre Trump. Estoy aquí hoy porque siento que todas las voces tienen que ser escuchadas. Es el momento para alzar la voz y hablar sobre los valores sin miedo y ser ejemplos a seguir”.
Gloria Steinem, 82 años, activista y líder feminista:
“No hay ningún lugar en todo el mundo donde preferiría estar. Nos acompañan personas en los otro cinco continentes. Marcho por mí y por toda la humanidad”.
Jackie Cruz, 30 años, actriz. Nació en República Dominicana pero es ciudadana estadounidense:
“No soy perfecta, solo soy una mujer. Todo en lo que creo está siendo atacado, el ambiente, la reforma migratoria. Las mujeres latinas no se callan cuando algo no está bien, las latinas son muy fuertes”.
Morgan Spencer, 18 años, de Los Ángeles:
“Vine a Washington porque la administración Trump amenaza todos los aspectos de mi identidad. Soy latina, soy mujer y soy gay”.
Hellen Berggren, 60 años, de New Jersey pero vive en Miami:
“Estoy marchando por mis nietos y sobrinas y quiero asegurar su futuro. Yo crecí en los sesenta y las mujeres no la pasábamos tan bien. Quiero que ellos puedan escoger su futuro”.
Leila Nazaire, 9 años, New Jersey:
“Las mujeres son lo mejor. Voy a votar por mí misma”.
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