RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

martes, 20 de diciembre de 2016

EL FEMINISMO DE CONSUMO EN BOLIVIA: Nos gusta el feminismo, "pero el light".

Hace un tiempo tuve una charla con un conocido mio, al cual no veía hace más de 10 años, a medida que íbamos charlando y poniéndonos al día, ya saben una de esas charlas donde nos preguntamos de todos; ¿qué fue de tu vida? ¿A qué te dedicas? ¿Tienes hijos? etc, etc. Entre el interrogatorio y las respuestas sale la pregunta; ¿Así que eres "feminista"? a lo que yo respondo; ¡Sí! y el en tono de gracia y con mirada soberbia, me vuelve a preguntar; ¿Eres de las que son buena onda? o ¿De las que se la pasan protestando por todo y parecen marimachos? Mi reacción inmediata fue, echarme unas carcajadas, de esas que ahuyentan e incomodan. Pasado mi ataque de risa, le respondo; soy de aquellas que incomodan, las que no quieres ver, ni hablar, de las desbocadas, cholas, guarusas, malcriadas, marimachas, pelonas, que escucha punk-rock y que le gusta bailar cumbia. 

Después de ese encuentro, me puse a pensar y a pesar, ¿Cuál era ese feminismo buena onda? y cual su opuesto?... Y las primeras imágenes que se me viene a mi cabeza fueron; Emma Watson y su elogiado discurso frente a la ONU, versus una feminista (de las llaman radicales) cualquiera en una manifestación, de aquellas donde tomas la calle, como campo de lucha. Y pues a simple vista, en una comparación de imágenes, es obvio que el feminismo buena onda, va ser aquel del rostro bonito y traje de Channel. Si contextualizamos la imagen de Emma Watson en nuestro país, seguramente se asemejaría a la elogiada y admirada Maricruz Ribera, esposa del alcalde paceño Luis Revilla, quien maneja un programa  de reducción en prevención a la violencia de genero llamado, "Mi primer amor, soy yo". Pero bien después de esa comparación, empecemos armar el rompecabezas, pieza por pieza, empecemos hacer memoria y buscar en la historia.

HISTORIA DEL FEMINISMO Y ONG EN BOLIVIA.

Según Maritza Jiménez, que sistematiza el movimiento de las mujeres bajo dos criterios: La tendencia de las distintas épocas desde los años 50s hasta inicios de los años 90s y la clasificación de los movimientos de mujeres según sus características propias.

Durante la década de los años 50s encontramos en Bolivia 2 modelos de acción protagonizados por mujeres: en primero las acciones protagonizadas por las Barzolas del MNR, que eran mujeres sin trabajo que defendían la Revolución. Con el tiempo ingresaron al aparato estatal y asumieron un rol significativo en la lucha por el abastecimiento. Al finalizar el gobierno de la Revolución Nacional, cuando ya el sindicalismo se había separado de él, eran claramente un "grupo de choque" que colaboró en la represión de la oposición -incluidos los Comités de Amas de Casa de Mineros- y los intentos golpistas de. Paralelamente es en este tiempo también donde surgen los Clubs de Madres, impulsadas y patrocinadas desde el estado, para llevar adelante acciones en el marco de la ALIANZA PARA EL PROGRESO. Posteriormente en los siguientes años de la década de las 60s, se caracteriza por el hecho de que la mujer, especialmente la campesina e inmigrante, fue objeto de asistencialismo, de clientelismo y de donación de alimentos; si bien también en los años 60s  se constituyen los primeros comités de Amas de Casa Mineras, donde las acciones de estas no son en general políticas, sino de popular reivindicativas y de búsqueda de medios de apoyo económico y social.

Pero es fines del años 70s que el movimiento de mujeres adquiere un evidente carácter político, resultando de la consciencia colectiva que surgió a partir de la represión y la ilegalización de la acción política que efectuó el gobierno militar, dictatorial y de facto de Hugo Banzer. Un hito en la historia del movimiento de mujeres plasmado en esa época y que perdura hasta nuestros días fue, la huelga de hambre protagonizada  e iniciada por cuatro mujeres mineras entre ellas la poderosa Domitila Chungara,  que logro doblegar la dictadura de su época.

Ya a partir de los años 80s junto con el trabajo de un grupo denominado Bartolina Sisa, se presentan reivindicaciones claramente  identificadas como genéricas. Y  se inicia el florecimiento de las ONGs (o las plagas),  que empiezan a trabajar con la "problemática de la mujer", especialmente en servicios de salud, educción y proyectos productivos. Haciendo que el carácter político del movimiento de las mujeres bolivianas se exprese en la búsqueda de reformas constitucionales, en modificaciones al código Penal y al Código de Familia.

Y el movimiento feminista tal como lo conocemos, empieza a emergen durante la década de los 80s, en una etapa de transición de las dictaduras  a la democracia. Donde la izquierda-marxista en su época más radical, consideraba al feminismo como un postulado que ponía en juicio la lucha de clases y cuando atentaba  a su discurso de liberación, el feminismo era considerado como un discurso periférico o marginal, venido de la realidad de mujeres gringas o europeas, cuyo acto más heroico consistía en despojarse de sus sostenes. Así el ser feminista se va apropiando de las mujeres de izquierda boliviana. Ya en los 90s se empieza a desmontar los significados culturales de aquella dominación patriarcal que una década antes, las mujeres feministas bolivianas habían empezado a tematizar y politizar. Desnaturalizar la exclusión de las mujeres de los espacios público y cuerpos de liberación, haciendo evidente el desigual reparto de poder, tematizar la violencia contra las mujeres en contextos de democracia y reivindicar la vigencia de los derechos de las mujeres sobre sus cuerpos, fueron entre otros temas de la agenda de los movimientos feministas y ganancias de aquel periodo. La ampliación de la noción de poder centrado ya no en la relación con el Estado sino desplegando en el micro de lo cotidiano, en los intersticios de la sociedad, donde tiene lugar las asimetrías y jerarquías sociales entre hombre y mujeres, el desdoblamiento de lo político “democracia en el país y en la casa", "lo personal es político" constituyeron en un nuevo referente simbólico para interpelar las visiones hegemónicas sobre la democracia.

A partir de esa periodización, Maritza Jiménez también establece una tipología de los movimientos de mujeres en Bolivia que permiten ubicar  al feminismo. Enunciando que existe un movimiento de mujeres articulado al movimiento popular, un movimiento que tuvo que relegar la genérica a la lucha de clases y al que durante varios años, se le negó una organización sindical propia en el seno de la institución matriz de los trabajadores bolivianos, la Central Obrera Boliviana. Por otra parte existe un movimiento de mujeres que trabajan en reivindicaciones de la vida cotidiana; luz, agua, precios del mercado, escuela a estos los denomina movimiento autónomo de mujeres. Y en un tercer lugar se encuentra el movimiento feminista, constituido en Bolivia, según Maritza Jiménez, por sectores medios, profesionales e intelectuales de izquierda que al disentir de las estructuras de opresión, luchan por los derechos de la mujer. Como tal este movimiento no es incompatible al anterior, siendo necesario incluso que fundamente teóricamente la experiencia práctica de las demás mujeres. Así Jiménez concluye afirmando que "el movimiento feminista es parte de los movimientos de mujeres y que debe luchar por la reivindicación de los derechos de la mujer y promover la critica a las organizaciones populares de mujeres".

 Varias críticas surgen en relación a la ideología subyacente de división del trabajo que opera en el argumento que presenta Maritza Jiménez, si bien se reconoce que el impulso del movimiento feminista en Bolivia  y su financiamiento se dé a partir de las organizaciones internacionales que facilitan a las ONGs locales, no se puede reducir el movimiento subversivo de mujeres en la historia de Bolivia (que también es feminista sin declararse serlo) a trabajo de las instituciones y sus patrocinio.   
 Como vemos la  historia del feminismo según Jiménez, en la cual minimiza las luchas de las mujeres venidos de espacios empobrecidos y de explotación constante y pone como feministas a las intelectuales de izquierda, a las de cuello blanco, poniéndola a ellas la misión de; explicar, articular, y dar solidez argumentativa a una práctica que no es la suya directamente, a la práctica política de sectores populares, empobrecidos y miserables a los que asiste y salva, dándoles a parte de "teoría" pan y circo. Constituyéndose así el famoso feminismo de estado, paternalista y servicial.

Pero no todo es asistencialismo, también a finales de los años 90 empiezan a surgir discursos subversivos, radicales y se empieza formar teoría contextualizada al vivir de las mujeres bolivianas. Y es donde empiezan aparecer colectivos autónomos como la Comunidad Creando que posteriormente con el paso de los años se constituyó como el colectivo feminista Mujeres Creando en La Paz y de la misma manera el colectivo de las Tijeras Femeninas de Cochabamba. Que se caracterizaron por llevar un feminismo subversivo y de tomas de los espacios público. Las cuales posicionaron un feminismo anti-estado anti-ONGs, anticapitalistas y anti patriarcal, en los primeros encuentros feministas realizados en Bolivia financiados por las ONGs. Abriendo así puertas para las nuevas generaciones feministas que emergen hasta el día hoy; dando lugar a la formación de  colectivas autónomas integradas por universitarias, fabriles, obreras, indígenas y campesinas.

¿Y AHORA CUAL ES EL  FEMINISMO BUENA ONDA?

Es nuestra propia historia, que nos muestra, que el movimiento de las mujeres en Bolivia, (llamemos lo así en sus primeros etapas) si o si llevo y llevara un discurso feminista, que nació de las necesidades más urgente en nuestro contexto y floreció de nuestras propias opresiones, que  clandestinamente buscaron una reivindicación de los derechos y un quiebre al sistema patriarcal. Y no es nada extraño que las que siempre lucharon fueron las mujeres provenientes de los sectores mas oprimidos, campesinas, indígenas, mineras y migrantes. Y que también fueron ellas mismas las que lucharon, a las que las plagas oenegeistas invisibilizaron y cooptaron para que a través de su asistencialismo las colonicen a un discurso servicial y ponga como figuras despampanantes a sus intelectuales de cuello, aquellas feministas serviciales(estado), feministas burguesas, que con discurso occidental no acorde a nuestra realidad o contexto pretendan reeducarnos y enseñarnos a luchar.

Pero el feminismo light - estatista no es nuevo. Según Silvia Federici, se creó en los años 70 del siglo pasado y se caracteriza por concebir a la mujer en competición con el hombre, arropándose en el concepto de “igualdad de oportunidades” para arribar a los espacios del capital o del ejército. Aquello, enfatiza Federici, no es feminismo, sino un aprovechamiento de la lucha de las mujeres por su autonomía. Para la autora de «Calibán y La Bruja», es importante criticar la conformación de este 'no-feminismo' funcional a los intereses de la clase capitalista mundial, promocionado y dirigido por agencias internacionales de la burguesía. «Las feministas harían bien en tener en cuenta, advierte que las iniciativas de las Naciones Unidas en favor de las mujeres han coincidido con los ataques más devastadores contra ellas en todo el planeta, y que la responsabilidad de los mismos recae sobre las agencias miembro de las Naciones Unidas: el Banco Mundial, el FMI, la OIT y, por encima de todo, el Consejo de Seguridad de la ONU».

Sabemos bien que desde organizaciones internacionales de la burguesía se destinan cuantiosos recursos con tal de domesticar los incipientes núcleos feministas que poco a poco han ido conformando un interesante movimiento que no sólo cuestiona las relaciones patriarcales, sino que el principio de jerarquía, el capitalismo, el racismo, la trans y lesbofobia. En Bolivia números ONGs que con sus agendas infladas con millonarias sumas procedentes del saqueo y la destrucción del planeta, pretenden dirigir las luchas de las mujeres elaborando programas que sitúan en la administración estatal y empresarial, a activistas comúnmente catalogadas en la jerga institucional como “líderes”, un ejemplo de aquello son las cabezas del #NiUnaMenosBolivia , que hasta me pregunto de donde surgió este disque movimiento? Ahora cambiado a Colectivo, y que más adelante será ONG. Así, buscan restar capacidad de movilización del movimiento de las mujeres de las clases populares y, al mismo tiempo, dirigir las luchas contra el machismo por canales acordes a los intereses dominantes. En efecto, el feminismo light-burgués y sus mecanismos constituyen una especie de “parlamentarismo” en el movimiento de las mujeres. 

En pocas palabras el, feminismo ligth-burgués cumple básicamente dos funciones: La primera es reforzar las estructuras de dominación del patriarcado moderno, tales como los parlamentos, los gobiernos, los ejércitos, las policías y los salones ejecutivos de las empresas capitalistas. La segunda es dividir al movimiento de las mujeres por su emancipación entre unas que obedecen y otras que dirigen desde las alturas, fortaleciendo de este modo la Nueva División Internacional del Trabajo (NDIT), a la vez que contaminan las luchas mediante la ideología dominante. El feminismo burgués es el subvencionismo, la importancia del acceder a escaños del poder constituido por sobre y contra el fortalecimiento de los feminismos independientes de base.

  
Como vemos son las de cuello blanco, las serviciales, las clase medianas, pequeñas burguesas, las intelectuales de ONGs y de ayuda humanitaria, en su mayoría extranjeras a las que el sistema ha puesto como figuras aceptables dentro del feminismo light-buena onda. Las llamadas feministas de café, de champán, las de tv, las de calendario. Las que salen a la lucha cada 8 de marzo y 25 de noviembre a cumplir con su cuota solidaria del año, y los restantes días cómodas en sus espacios de poder.  Que por el solo hecho de cumplir con las estereotipas y estándares impuestos por el patriarcado son reconocidas dentro de una sociedad sumergida en su ignorancia. Aquellas cuya estética es apreciada y servil al sistema, como las famosas frases viralizadas desde el feminismo posmodernista " Mujer Bonita es la que Lucha" , " libre bonita y loca".

Pero qué pasa con las que somos transgresoras y disidentes a esos estereotipos de aceptación del feminismo light - burgués de café, pues somos rechazadas, catalogadas de agresivas, marimachas, brujas, feas, gordas, malculeadas, histéricas, cholas, indias, ignorantes, putas, violentas, separatistas, machirulas etc, etc. Nuestra forma de vestir, nuestra estética transgresora los asusta y huyen de nosotras, nuestras voces fuertes les incomodan, porque gritan verdades que no quieren escuchar. Así que si!! Somos esas feministas que se quejan por todo!!!! Porque demandamos, exigimos, denunciamos, interpelamos a al sistema capitalista, patriarcal, machista, misógino, clasista, racista, colonial y extractivista.
 
Si somos las mala onda, porque disparamos balas cargadas de rebeldía y disidencia
Si somos la mala onda, porque de nuestra boca sale verdades incomodas,
Si somos la mala onda, porque exigimos decidir sobre nuestros cuerpos,
Si somos la mala onda, porque mi estética no responde a tus estereotipos ni a tu morbosidad,
Si somos la mala onda, porque me cago en tus flores y mato al príncipe azul,
Si somos la mala onda, porque pongo el cuerpo como primera trinchera de resistencia,
Si somos mala onda porque, antes de ser suya o tuya, soy mía.




FUENTE:  http://lagata-criticona.blogspot.com/2016/12/el-feminismo-ligth-en-bolivia.html?spref=fb


Subido por M.C. Méndez Bejarano

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