Macromachismo en la política, cuando el despreciable alcalde de Alcorcón dice lo que dice y se queda tan ancho. Macromachismo es que los miembros de su partido no se inmuten. Macromachismo de los que cubren la violencia con silencio.
Macromachismo en la empresa, cuando una Asociación (si, esos que van de buenos y desinteresados pero que luego son unos desalmados e hipócritas) despide a un trabajador por pedirse la reducción de jornada por ser padre. Macromachismo como se les debieron fundir los plomos a los macromachistas que recibieron la petición, y su única reacción fue la violencia hacia un padre.
Macromachismo en la televisión, que sigue emitiendo un programa tan execrable como Mujeres y Hombres y viceversa en el que continuamente se cosifica a la mujer y se vanagloria al hombre machista, agresivo y que justifica la violación.
Macromachismo en el sexo. Porque un hombre que folla mucho es un machote, pero una mujer que folla mucho es una puta pero sin cobrar. Y porque la prostitución y la trata de mujeres están ahí, todos lo sabemos y hacemos como si nada. Ah! y de los abusos sexuales a menores o de su libre distribución en redes porque para que hablar ¿no?
Macromachismo en la sociedad, que en su mayoría omite el problema de la prostitución, consume estas mierdas de contenidos, aplaude estas mierdas de asociaciones y vota a estas mierdas de políticos. Y la minoría que no los consume los critica (muy fuerte eso sí) en Twitter desde la comodidad de su sofá.
Macromachismo en el deporte. Esto no es nuevo, y tenemos muchos ejemplos: solo se televisan los deportes de hombres, los deportistas hombres cobran muchísimo más que sus compañeras mujeres, en las olimpiadas se destaca más la belleza y sensualidad de las deportistas que sus éxitos deportivos… pero cuando piensas que no se puede superar, va y se supera: Porque ha salido una noticia de esas que nos hacen vomitar. Que nos hacen gritar al cielo y a los cuatro vientos que, a veces, sentimos vergüenza de ser hombres. Resulta que algunos clubes españoles ponen cláusulas antiembarazo a sus jugadoras en sus contratos; lo han denunciado dos ex deportistas de élite, explicando su propia experiencia. Es decir, que los propietarios o gestores de esos clubes (me juego las pelotas a que son hombres) se creen los propietarios de las mujeres que juegan en sus equipos y se sienten con el derecho de decidir si se quedan embarazadas o no. Porque no son trabajadoras que tienen derechos, sino que son mujeres que son de su propiedad.
¿Y tú, eres Macromachista?
https://papasblogueros.com/2016/12/05/vivimos-en-un-macromachismo/
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