En 1848 se publicaba La dama de las camelias, una de las novelas más conocidas de Alejandro Dumas hijo. Para dar vida a su protagonista, Margarita Gautier, Dumas se basó en su propia historia de amor con una cortesana parisina que se hizo a sí misma, superó su condición humilde y terminó convirtiéndose en condesa. En el camino, robó el corazón no sólo del gran escritor, otros hombres de letras y genios de la música o del arte caerían rendidos a sus pies.
Rose-Alphonsine Plessis nació el 15 de enero de 1824 en Nonant-le-Pin, Orne, en la Baja Normandía. Su padre, Marín Plessis, era un vendedor ambulante de paños, hijo de una prostituta y un sacerdote al que nunca conoció. Su madre, Marie-Anne-Michelle Deshayes, a pesar de descender de una familia aristocrática, había perdido su fortuna y su poder durante la Revolución Francesa. La infancia de Alphonsine y su hermana Delphine, no fue fácil. Además de vivir en la pobreza, ellas y su madre tuvieron que soportar el alcoholismo y la violencia de su padre. Agotada, su madre decidió abandonar a su marido y sus hijas y en 1829 se marchó a trabajar como ama de llaves de una amiga de su madre. Marie-Anne pensaba recuperar a sus hijas pero nunca volvió a verlas. Una tuberculosis terminó con su vida poco tiempo después.
Con la muerte de su madre, las niñas quedaron a cargo de una tía materna. Cuando Alphonsine tenía unos once años, fue violada por un trabajador de la casa por lo que fue devuelta rápidamente a su padre. Junto a Marín las cosas no mejoraron para la pequeña Alphonsine. Sin ningún tipo de escrúpulos, empezó a ganar dinero a cambio de ofrecer los servicios de su hija a distintos hombres.
Alphonsine pasó varios años sufriendo estas vejaciones provocadas por su propio padre hasta que consiguió escapar de su lado. Tenía quince años cuando, después de trabajar en un mesón y una fábrica de paraguas, arribó a París junto a una compañía de circo de gitanos. En la capital francesa continuó buscándose la vida trabajando en distintos comercios hasta que su suerte cambió. Primero fue el propietario de un restaurante en la Galería Montpensier quien se prendó de su belleza y decidió convertirla en su protegida. Así que la instaló en un apartamento y le dio un sueldo con el que poder vivir.
Fue entonces cuando Alphonsine empezó a descubrir el París de la Comedie Française y de la alta sociedad. Era cuestión de tiempo que robara el corazón de algún hombre destacado. El afortunado fue nada menos que un conde, Antoine Alfred Agénor de Guiche, futuro duque de Gramont, príncipe de Bidache y ministro de asuntos exteriores de Napoleón III. Alphonsine decidió cambiar su nombre. Atrás dejaba a la pobre infeliz que había nacido en la miseria para dejar paso a Marie Duplessis. Pero, a pesar del cambio de nombre y de la educación que le ofreció su amado conde para convertirla en una dama elegante conocedora del más exquisito protocolo y de los rudimentos de la danza o la literatura, la familia de De Guiche descubrió que en realidad no era más que una mujer de baja condición y le obligaron a abandonarla.
Por suerte, Marie Duplessis supo aprovechar el tiempo y el conde fue rápidamente sustituido por otros hombres que se rindieron a sus pies y aceptaron dilapidar sus fortunas a cambio de su exquisita compañía. La lista de conquistas culminó en 1841 cuando conoció al conde François-Charles-Edouard Perregaux, con quien se casaría cinco años más tarde. Pero antes de convertirse oficialmente en condesa, Marie se había hecho un nombre en París, donde, convertida en la cortesana mejor pagada, se la conocía como "La divina Marie". Marie convirtió su hogar, un lujoso apartamento en el Boulevard de la Madeleine, regalo del embajador de Rusia en Francia, en un reputado salón literario por el que pasaron hombres de la talla de Alejandro Dumas padre o Charles Dickens.
En 1844, Marie conoció a Alejandro Dumas hijo, con quien mantuvo una relación amorosa que no llegó a celebrar el año pero que marcaría para siempre al escritor. Marie sería inspiración para dar vida a su Margarita Gautier, protagonista de La dama de las camelias, obra que, a su vez, sería fuente de inspiración para el libreto de la famosa ópera de Verdi, La Traviata. Antes de contraer matrimonio con el conde Perregaux, Marie aún mantuvo otras sonadas relaciones, como la que vivió junto al compositor Franz Liszt.
Cuando en febrero de 1846 se casaba con el conde de Perregaux, Marie Duplessis hacía tiempo que se encontraba enferma de tuberculosis. Su matrimonio, y su vida como condesa, duró escasamente un año. El 3 de febrero de 1847 fallecía la condesa Marie Duplessis, otrora la humilde Alphonsine Plessis.
Con la muerte de su madre, las niñas quedaron a cargo de una tía materna. Cuando Alphonsine tenía unos once años, fue violada por un trabajador de la casa por lo que fue devuelta rápidamente a su padre. Junto a Marín las cosas no mejoraron para la pequeña Alphonsine. Sin ningún tipo de escrúpulos, empezó a ganar dinero a cambio de ofrecer los servicios de su hija a distintos hombres.
Alphonsine pasó varios años sufriendo estas vejaciones provocadas por su propio padre hasta que consiguió escapar de su lado. Tenía quince años cuando, después de trabajar en un mesón y una fábrica de paraguas, arribó a París junto a una compañía de circo de gitanos. En la capital francesa continuó buscándose la vida trabajando en distintos comercios hasta que su suerte cambió. Primero fue el propietario de un restaurante en la Galería Montpensier quien se prendó de su belleza y decidió convertirla en su protegida. Así que la instaló en un apartamento y le dio un sueldo con el que poder vivir.
Fue entonces cuando Alphonsine empezó a descubrir el París de la Comedie Française y de la alta sociedad. Era cuestión de tiempo que robara el corazón de algún hombre destacado. El afortunado fue nada menos que un conde, Antoine Alfred Agénor de Guiche, futuro duque de Gramont, príncipe de Bidache y ministro de asuntos exteriores de Napoleón III. Alphonsine decidió cambiar su nombre. Atrás dejaba a la pobre infeliz que había nacido en la miseria para dejar paso a Marie Duplessis. Pero, a pesar del cambio de nombre y de la educación que le ofreció su amado conde para convertirla en una dama elegante conocedora del más exquisito protocolo y de los rudimentos de la danza o la literatura, la familia de De Guiche descubrió que en realidad no era más que una mujer de baja condición y le obligaron a abandonarla.
Por suerte, Marie Duplessis supo aprovechar el tiempo y el conde fue rápidamente sustituido por otros hombres que se rindieron a sus pies y aceptaron dilapidar sus fortunas a cambio de su exquisita compañía. La lista de conquistas culminó en 1841 cuando conoció al conde François-Charles-Edouard Perregaux, con quien se casaría cinco años más tarde. Pero antes de convertirse oficialmente en condesa, Marie se había hecho un nombre en París, donde, convertida en la cortesana mejor pagada, se la conocía como "La divina Marie". Marie convirtió su hogar, un lujoso apartamento en el Boulevard de la Madeleine, regalo del embajador de Rusia en Francia, en un reputado salón literario por el que pasaron hombres de la talla de Alejandro Dumas padre o Charles Dickens.
En 1844, Marie conoció a Alejandro Dumas hijo, con quien mantuvo una relación amorosa que no llegó a celebrar el año pero que marcaría para siempre al escritor. Marie sería inspiración para dar vida a su Margarita Gautier, protagonista de La dama de las camelias, obra que, a su vez, sería fuente de inspiración para el libreto de la famosa ópera de Verdi, La Traviata. Antes de contraer matrimonio con el conde Perregaux, Marie aún mantuvo otras sonadas relaciones, como la que vivió junto al compositor Franz Liszt.
Cuando en febrero de 1846 se casaba con el conde de Perregaux, Marie Duplessis hacía tiempo que se encontraba enferma de tuberculosis. Su matrimonio, y su vida como condesa, duró escasamente un año. El 3 de febrero de 1847 fallecía la condesa Marie Duplessis, otrora la humilde Alphonsine Plessis.
Por Sandra Ferrer
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