Maria Górska, conocida como Tamara de Lempicka, fue una pintora de origen polaco que a principios del siglo XX destacó como retratista y representante del art decó. En París pintó a artistas, nobles, famosos. En Nueva York fue aclamada por la crítica. Viajó y vivió en Europa y Estados Unidos para terminar su vida al lado de su hija en México.
La pasión por el arte
Maria Górska nació en Varsovia el 16 de mayo de 1898 en el seno de una rica familia de la alta sociedad. Inquieta y con carácter, Maria vivió una infancia feliz hasta que sus padres se separaron. Fue entonces su abuela quien se hizo cargo de ella. En 1911 Maria viajó con su nueva cuidadora a Italia donde descubrió que su gran pasión sería el ante. Anteriormente, cuando sólo tenía 10 años, ya había retratado a su hermana.
La separación de sus padres no implicó que Maria dejara de vivir una vida regalada. Estudiaba en Suiza y pasaba las vacaciones con su millonaria familia de San Petesburgo.
De San Petesburgo a París
En una de sus estancias en la ciudad rusa, Maria conoció a un rico abogado, Tadeusz Lempicka, del que se enamoró. Acababa de estallar la Primera Guerra Mundial pero la contienda no afectó a la pareja que vivió unos años de luna de miel. Fue la revolución rusa la que truncó temporalmente la felicidad de la pareja. Tadeusz fue encarcelado por las fuerzas bolcheviques pero la valentía de la entonces Tamara de Lempicka consiguió liberar a su marido. Tamara y Tadeusz huyeron a París donde fijaron su residencia.
La fama en París
En la capital francesa nacería su única hija, Kizette. Durante esos años, Tamara continuó estudiando y empezó a ganar fama entre la alta sociedad parisiense gracias a sus elegantes y glamourosos retratos.
En 1925, en una exposición de art decó, Tamara mostró su obra al gran público y consiguió hacerse un nombre en el mundo de la pintura.
Su éxito profesional se vio ensombrecido por su fracaso matrimonial. En 1929 Tamara y Tadeusz de divorciaron.
De París a América
El inicio de la Segunda Guerra Mundial hizo que Tamara y su hija, junto con la nueva pareja de la artista, Raoul Kuffner, se mudaran a América. Primero se instalaron en Beverly Hills y después en Nueva York donde Tamara, además de pintar, se dedicó al interiorismo.
Cambio de estilo
En 1962 moría Raoul. Dos años antes, Tamara había empezado a experimentar con otros estilos abandonando el art decó para sumergirse en el abstraccionismo. Pero este cambio en su arte parece que no gustó a la crítica neoyorquina. A pesar de ello, Tamara continuó pintando, aunque a partir de entonces no volvió a conseguir los mismos éxitos que durante los años dorados de París.
Reconocimiento a su obra
En 1966 el Museo de las Artes Decorativas de París organizó una exibición conmemorativa del arte en los años 20. Poco tiempo después, en la Galería de Luxemburgo, se organizaba una retrospectiva de Tamara de Lempicka. La pintora del art decó era redescubierta muchos años después.
Descanso en México
Poco antes de morir, con 80 años, Tamara se trasladaba a vivir a México, al lado de su hija. Dos años después, mientras dormía, la vida de Tamara se apagaba, el 18 de marzo de 1980 .
Siguiendo sus propios deseos, Kizette esparció sus cenizas sobre el volcán Popocatepetl.
por Sandra Ferrer
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