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martes, 8 de marzo de 2011

Un pirata de leyenda, Anne Bonny (Siglo XVIII)


La vida de Anne Bonny se esconde entre la realidad y la leyenda. Su dedicación al mundo de la piratería, algo muy poco frecuente entre las mujeres, hizo de ella y su compañera Mary Read, dos mitos de los que se conocen pocos datos feacientes. Aunque una cosa está clara, la rebeldía y las ansias de aventuras fueron dos de sus más destacadas características.
Nacida del adulerio
Su llegada al mundo ya no fue ortodoxa. Anne Bonny, de quien se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, era hija de William Cormac, un abogado irlandés, y de una criada de su esposa. El adulterio desvelado con el nacimiento de la niña fue todo un escándalo. La presión social obligó a William y su amante a emigrar a Carolina del Sur donde empezarían una nueva vida con Anne. Pronto su padre consiguió volver a amarsar una gran fortuna gracias a la explotación de plantaciones y consiguió llevar un alto nivel de vida como el que había llevado en Irlanda.

Joven rica y rebelde
Anne tuvo todo lo que quiso. No le faltó de nada y su padre le dio una buena educación. Sin embargo, empezaba a despuntar en Anne un carácter fuerte y difícil que la hizo enfrentarse constantemente con su padre. El detonante de la ruptura vino cuando William buscó un marido para su hija, quien no estaba dispuesta a vivir una vida de reclusión en un hogar tradicional.

Alentada por las románticas historias de piratas que se oían por aquel entonces, Anne huyó a las Bahamas y se casó con un marinero venido a menos llamado James Bonny. La joven estaba convencida de que su padre se doblegaría ante ella y le daría su herencia. Pero no fue así.

En busca de fortuna
La negativa de su padre de ayudar económicamente a la pareja obligó a Anne y James a marchar de Charleston en busca de una nueva vida. En New Providence, en las Islas Bahamas, James consiguió un puesto de informador del gobernador, trabajo que le supuso pasar largas temporadas alejado de Anne.

A pesar de la buena educación recibida, ni los modales ni la prudencia caracterizaban a la joven esposa que no se aburrió en ausencia de su marido. Pronto se hizo famosa en la isla por sus salidas y escarceos amorosos.

Primer contacto con la piratería
Uno de sus amores fue con un pirata, llamado Jack Rackham pero más conocido como Calico Jack. El enamoramiento prácticamente inmediato del pirata la llevó a embarcarse en un navío junto a él. Debido a la prohibición de que una mujer se enrolara en el barco, Anne no tuvo inconveniente en disfrazarse de hombre.

Ahí empezó su actividad como pirata. Durante un año Jack y Anne se dedicaron a dar pequeños golpes hasta que un aborto espontáneo la dejó sumida en una profunda tristeza y decidió volver de nuevo a New Providence.

Pero Anne se enteró de que su marido era conocedor de sus andanzas con Jack y decidió volver junto al pirata. Después de robar un barco y reunir a su propia tripulación, Anne y Jack iniciaron una intensa actividad como piratas.

Otra mujer pirata
En sus aventuras por los mares Anne no era la única mujer pirata. En un barco capturado por la pareja encontraron a un joven que, como Anne no era un hombre sino una mujer disfrazada. Aquel fue su primer encuentro con Mary Read, otra mujer pirata que se enroló en la tripulación de Anne y Jack.

Fin de las aventuras
Después de constantes golpes y ataques a otros barcos que surcaban el océano, era cuestión de tiempo que el barco pirata de Anne, Mary y Jack terminara siendo capturado. Algo que sucedió en 1720 cuando un navío a las órdenes del gobernador de Jamaica consiguió sin demasiados problemas capturar el barco pirata y a todos sus tripulantes. La mayoría estaban ebrios.

Sus vientres las salvaron
En el juicio, todos los piratas hombres fueron condenados a la horca. Ellas, Anne y Mary consiguieron salvarse gracias a una audaz declaración, no tuvieron inconveniente en afirmar que estaban embarazadas.Abogamos por nuestros vientres, señor, fue su salvadora afirmación. Fueron condenadas a prisión.

Mary murió en su celda poco tiempo después. La fama de las dos mujeres piratas llegó a oidos del padre de Anne quien parece ser que compró la libertad de su hija por una cuantiosa suma de dinero.

Liberada, Anne desapareció de la historia y empezó su leyenda.

Por Sandra Ferrer

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