Anne Vallayer-Coster está considerada como una de las pintoras de naturaleza muerta más importante de la Francia del siglo XVIII. A pesar de que no sabemos cómo llegó a formarse, su talento la llevó a ser elegida por unanimidad miembro de la Real Academia de Arte de París. Contemporánea de otras grandes pintoras como Vigée-Lebrun o Labille-Guiard no pudo competir con ellas en lo que a retratos se refiere. Las críticas a sus pocas obras de ese género la hicieron desistir y centrarse en lo que realmente era buena, las naturalezas muertas. Protegida de la reina María Antonieta, durante la Revolución Francesa no dejó de pintar; sus temáticas poco comprometidas políticamente le permitieron seguir con su arte después de los años convulsos.
Artista por unanimidad
Anne Vallayer-Coster nació el 21 de diciembre de 1744 cerca del río Bièvre. Era una de las cuatro hijas de un orfebre a las órdenes del taller real de tapices de Los Gobelinos y de una pintora de miniaturas. Con diez años la familia de Anne se trasladó a París donde se padre abrió su propio negocio. Se desconoce dónde ni cómo nació la inquietud de la pequeña Anne por la pintura ni cómo llegó a formarse como artista. Pero se sabe que ya en 1762 había pintado alguna obra. En 1770 presentó dos lienzos suyos en la Academia de las Artes de París, una alegoría de las artes visuales y una alegoría de la música. La calidad de sus cuadros no hizo dudar a los votantes quienes la eligieron como miembro de la academia por unanimidad.
Alegoría de la música |
Anne Vallayer continuó pintando y exhibiendo su obra en el salón. Hizo unas 400 obras con temas florales, naturalezas muertas, instrumentos musicales, de caza, y todo tipo de utensilios colocados en unas elaboradas y preciosas composiciones.
En 1780 fue nombrada pintora de la reina María Antonieta y un año después se casaba con J.P.S. Coster, un abogado miembro del Parlamento.
El retrato criticado, la naturaleza alabada
Como pintora de la reina intentó introducirse en el género del retrato como otras pintoras contemporáneas pero las duras críticas que recibió por los pocos retratos que pintó la hicieron desistir de este género y continuar pintando sus perfectas naturalezas muertas.
Bodegón con busto de Minerva |
Con la llegada de la Revolución Francesa, Anne Vallayer no dejó París. Es probable que, a pesar de ser pintora de la reina y cercana a la aristocracia, sus obras de temáticas neutras no estuvieran en el punto de mira de los revolucionarios.
Anne continuó pintando y exponiendo en el Salón de París. Un año antes de su muerte exponía un lienzo en el que plasmaba un gran banquete con langosta.
Moría el 28 de febrero de 1818.
Por Sandra Ferrer
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