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jueves, 15 de mayo de 2014

La princesa de Hollywood, Grace Kelly (1929-1982)


Grace Kelly abandonó su prometedora carrera de actriz por el amor de un príncipe. Su boda con Rainiero de Mónaco se convirtió en el enlace del siglo, fue portada de revistas del corazón de todo el mundo y dio un impulso espectacular a la imagen y el turismo, y por ende a la economía, del pequeño principado. Pero lo que empezó como un cuento de hadas terminó en una tragedia que a día de hoy continúa levantando polémica. Grace Kelly falleció tras sufrir un accidente de coche en el que viajaba con su hija pequeña Estefanía. Las especulaciones sobre quién conducía el vehículo, si Grace o su hija, no han cesado desde entonces. Lo único cierto es que Mónaco perdió a su princesa, como Hollywood la había perdido años antes.

Grace Patricia Kelly nació el 12 de noviembre de 1929 en Filadelfia, en el seno de una acomodada familia católica de origen irlandés. Su madre, de origen alemán, se llamaba Margaret Katherine Majer. Su padre, el empresario John Brendan Kelly, fue también un conocido deportista que ganó varias medallas olímpicas en la especialidad de remo.

Desde bien pequeña, Grace, la tercera de cuatro hermanos, sintió inclinación por el mundo de la interpretación, algo que sus padres no aprobaban. A pesar de su oposición, Grace marchó a Nueva York en busca de su sueño y, como primer paso, consiguió ingresar en la Academia Americana de Arte Dramático, en 1947. Su debut en Broadway no se hizo esperar demasiado, fue en 1949, con la obra de teatro El padre. Después de sus primeras apariciones teatrales, Grace participó en algunos espacios televisivos pero poco después decidió viajar más lejos, hasta Los Angeles, a probar suerte en el cine.  

En 1951 Grace Kelly saltaba a la gran pantalla con Catorce horas, su primera película y tan sólo un año después conseguía su primer papel protagonista en el western Solo ante el peligro en el que compartió reparto con Gary Cooper.

Acababa de empezar una prometedora carrera cinematográfica que continuó con la seductora Mogambo, rodada en 1953 junto a Clark Gable y Ava Gardner y que le valió su primera nominación a los Oscars como actriz de reparto

Grace Kelly se convirtió en una de las principales musas del director de cine Alfred Hitchcok, protagonizando algunos de sus clásicos.




En 1955, su corta y espléndida carrera, había conseguido un Oscar por La angustia de vivir y era una de las actrices más deseadas de Hollywood, la vida de Grace Kelly daría un giro radical. Por aquel entonces, la joven actriz se había trasladado a Mónaco para rodar junto a Cary Grant Atrapa un ladrón. En el pequeño principado, su príncipe quedó prendado de Grace. Raniero de Mónaco empezó un discreto acercamiento hacia la joven, a la que visitó en varias ocasiones, hasta que consiguió su objetivo, llevarla al altar.

Pero la vida no iba a ser tan sencilla. Grace debía tomar una difícil decisión. Su papel de princesa de Mónaco no era en absoluto compatible con su faceta artística. Así que, lo dejó todo por un príncipe y una corona.




El 16 de abril de 1956, Raniero y Grace se casaron en una ceremonia civil en el Salón del Trono del Palacio de Mónaco. Días más tarde, el 19 de aquel mismo mes, se casaban en una pomposa ceremonia religiosa en la Catedral del principado. La que fue considerada durante mucho tiempo como la boda del siglo, convirtió a la actriz Grace Kelly en la elegante princesa Gracia de Mónaco.

Gracia empezó entonces una vida totalmente distinta, dedicada a los eventos oficiales y a su familia, que fue creciendo a medida que pasaron los años. La pareja tuvo tres hijos, Carolina, Alberto y Estefanía. 




Convertida en la reina del glamour y de la elegancia, Gracia puso de moda el pequeño principado monegasco. Todo el mundo de la alta sociedad europea quería codearse e imitar a aquella americana que había vivido un cuento de hadas. 

Pero aquel cuento no tendría un final feliz. El 13 de septiembre de 1982, Gracia de Mónaco sufrió un mortal accidente en una carretera cercana a Mónaco. Crueldades del destino, aquel lugar había sido el escenario de su último film. Al día siguiente fallecía con tan sólo cincuenta y tres años dejando a su esposo y sus hijos sumidos en una tristeza que nunca pudieron superar. 

Junto a Gracia iba su hija pequeña, la princesa Estefania, sobre la que se vertieron durante tiempo sospechas de haber sido la verdadera conductora del coche en el que viajaba con su madre. Un misterio que a día de hoy aún no se ha desvelado. 


La muerte de Gracia de Mónaco fue una terrible desgracia que conmocionó al mundo. Su prematura desaparición la convirtió en un mito y en un símbolo de la elegancia para siempre.


 Si quieres leer sobre ella 


Grace Kelly, Donald Spoto 









Por Sandra Ferrer

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