Por Esquitin
Ninguna mujer debería verse abocada a ejercer la prostitución si no fuera por la sociedad patriarcal y capitalista en la que vivimos en la que las mujeres (niñas y niños también) son un producto más.
Por Esquitín
Por razones que no tengo ganas ahora de explicar, he tenido contacto con muchas prostitutas… empiezo mal, lo intento de nuevo: por suerte o por desgracia he hablado en mi vida con muchas putas; putas de esas de puticlub de carretera extranjeras la mayoría a las que han traído engañadas a España, les han quitado el pasaporte y en muy poco tiempo se han convertido en alcohólicas o drogadictas para poder evadirse de la miseria que cada día les tocaba vivir. De esas que cuando eran jóvenes podían permitirse el lujo de comprar cosas y que a medida que han ido envejeciendo han ido aumentando su desgracia por tener que aceptar hacer o que les hagan cosas que no se atreverían a contar en la mayoría de las ocasiones, para poder sobrevivir en esos mismos puticlubs en los que dejaron su juventud y su vida… también he hablado con muchas putas “ocasionales” que llegaron a ella por droga o alcohol, o que simplemente era algo que podían hacer cuando no tenían otro trabajo que les permitiera vivir: pobreza y necesidad.
Consignas y decisiones.
Ninguna mujer nace para ejercer la prostitución. Ninguna mujer debería verse abocada a ejercer la prostitución si no fuera por la sociedad patriarcal y capitalista en la que vivimos en la que las mujeres (niñas y niños también) son un producto más.
Ninguna mujer nace para decirle a otra qué hacer con su cuerpo” pero todas las que son obligadas a prostituirse necesariamente tienen que tener voz para ser defendidas y todas las mujeres debemos estar unidas en esto ya que por el simple hecho de serlo nos pueden convertir en un producto según las exigencias y demandas del mercado (sin olvidarnos que otros de los productos son las niñas y niños que obligatoriamente deben ser protegidas/os de esto).
Ni víctimas ni esclavas, nosotras decidimos. Más del 80% de las personas que ejercen la prostitución lo hacen de manera forzada y por tanto, sin poder decidir absolutamente nada sobre sus vidas; eso sin contar con que es la pobreza y/o las adicciones en la mayoría de los casos son lo que empuja a las mujeres a la prostitución, es decir: la exclusión social por la violencia estructural que desde el estado y la sociedad se ejerce sobre las mujeres.
Mi cuerpo, mis decisiones. Volvemos al punto anterior: ¿y si no te dejan decidir legislamos para que veladamente puedan convertirnos en una esclava con papeles?
No me liberes, yo me encargo. ¿Y si dejamos que esto sea así quién liberará a todas esas mujeres, niñas y niños que cada día viven y mueren en la miseria de la prostitución forzada?
Nadie vive mejor sin derechos, las trabajadoras del sexo tampoco. El derecho es a una vida digna, no a la explotación libre; lo que hay que ver es la feminización de la pobreza y luchar contra el patriarcado y la cosificación de las mujeres para que deje de estar bien visto utilizar el cuerpo de una persona para su use y disfrute como un producto más del mercado. El derecho debe ser el de tener unas condiciones de vida dignas, no a ser explotada. No son trabajadoras del sexo, son trabajadoras pro-patriarcado que contribuyen a sostener un sistema de explotación de las mujeres sin su consentimiento, ya que esto no se reduce al ámbito de lo privado.
¿No es una forma solapada de paternalismo decir que una persona adulta y en pleno uso de sus facultades mentales no está en condiciones de decidir? Si una mujer toma conciencia de qué es realmente la prostitución (más allá del acto físico en sí y del trámite económico que conlleva) y de cómo es/ha sido manipulada su “minoría” para poder someter a la mayoría será consciente que otras mujeres, niñas y niños se verán seriamente perjudicadas por la mentira que le han hecho creer y serán las primeras en decir que la prostitución debería ser abolida para que se les reconozcan sus derechos fundamentales como personas y que de esta manera puedan hacer lo que realmente quieren y no lo que se han visto en la obligación de hacer.
¿Quién decide de forma realmente libre? Hay una gran diferencia entre decidir de forma supuestamente libre con toda la información y formación y hacerlo entre falacias que engañan, tergiversan y ocultan e ignoran a la mayor parte del sector: trabajadoras forzosas y forzadas (mujeres, niñas y niños) que se eliminan de la cuestión con el fin de hacer válidos argumentos que no se sostienen con el total en la mesa.
¿Son plenamente vocaciones todos los barrenderos(¿ aquí no hay mujeres?), albañiles (¿aquí tampoco hay mujeres?), camareras/os, limpiadoras/es…? Pues no, no necesariamente tienen que estar ejerciendo su vocación, pero es como si dijéramos: no sé de qué se quejan las mujeres maltratadas por ser golpeadas, los boxeadores también reciben golpes y no veo a ninguno a quejarse.
Hay TS abocadas a la prostitución contra su voluntad y explotadas vilmente, y a esas hay que “liberarlas”, sí, como a los subsaharianos que trabajan en los campos en régimen de semiesclavitud; pero esas situaciones extremas no son argumentos válidos ni contra el trabajo sexual ni contra la agricultura. ¿Qué tienen en común ambas cosas? La desigualdad social, la pobreza, la explotación… es contra eso contra lo que se lucha, porque el trabajador subsahariano creerá que es un privilegiado por poder trabajar allí y no morir de hambre, porque pensará que podría estar peor y aceptará lo que le digan y le den, ¿por qué motivo nacieron los sindicatos?, ¿qué fin se pretendía respecto a los trabajadores?, ¿a caso no se pretendía evitar la explotación sistemática de esas personas por ser pobres?… si retrocediéramos en el tiempo, ¿qué cree que pensarían los vasallos de cualquier noble si les habláramos de condiciones de trabajo dignas, de salud, de bienestar?, o sólo retrocedamos cincuenta años: ¿cuántas de las personas que tuvieron que emigrar de sus lugares de origen lo hicieron obligadas a punta de pistola? Pero la pobreza y la miseria les obligó y terminaron aceptando que aquello era mejor, porque entonces tenían para comer, dinero para vivir, para mandar incluso a sus familias… pero no dejaban de tener migajas y de convencerse que era lo mejor a pesar de haber tenido que renunciar a su casa, a su familia, a sus amistades, a sus olores, a sus sabores… a su vida: y tuvieron que renunciar a todo por pobres y se tuvieron que convencer de que era lo mejor para no morir de pena bajo peso de la ausencia, del rechazo, de la xenofobia…
He conocido a muchas TS que prefieren su trabajo a otros a los que tendrían acceso fácilmente, y he oído a menudo frases como esta: “Prefiero aguantas a un cliente diez minutos que a un jefe ocho horas”. Tú y yo, querida Rosa, seguramente preferiríamos aguantar a un jefe; pero no podemos imponer nuestras preferencias a las demás. Ni ellas por minoría pueden pretender que se legalice y legisle a su favor sabiendo que eso será abrir una puerta a la explotación de todas las mujeres (y niñas y niños) de una manera más “sofisticada” (si es que esta palabra se puede utilizar en un contexto tan vil como este), ya que todas podremos ser susceptibles de vernos en la obligación de aguantar que el patriarcado y sus tentáculos nos tengan sujetas un poquito más ya que se convertirá en una amenaza legal, que nos dediquemos a eso, será algo que irá en detrimento de los derechos de las mujeres ya que estará ahí la coletilla, en cualquier trabajo: si no quieres ya lo sabes, siempre puedes hacerte puta… y se terminará obligando indirectamente a la mujer a ejercer porque se cerrarán puertas unas detrás de otras y la pobreza otra vez, obligará a mujeres que a día de hoy lo han superado a tener que ser putas.
¿Qué es la prostitución?
¿Por qué nos perturban tanto los servicios sexuales tangibles y aceptamos los intangibles con naturalidad? ¿Acaso las presentadoras sexys que proliferan en todas las televisiones, y que tanto éxito tienen, no son trabajadoras sexuales? ¿Acaso no se ganan la vida exhibiendo sus atributos femeninos y excitando la libido de los espectadores? ¿Habría que multar, siguiendo el modelo sueco, a quienes se masturben mirándolas? ¿Y acaso no vendemos o alquilamos todas/os por dinero cosas que habría que intercambiar amistosamente, como decía Marx? Respecto a todo esto que aquí escribe sólo tengo algo que decir: ¿sabe usted lo que es la cosificación de la mujer? Porque es algo contra lo que se lucha precisamente para que las mujeres seamos consideradas como personas y no como meros objetos decorativos; malo, muy malo el ejemplo que ha puesto usted.
Y aunque adoptemos una definición concreta y restringida de prostitución, ¿cómo tipificarla sin invadir la intimidad? Paradójicamente, solo las formas de prostitución más toleradas (como las que se anuncian sin ambages en los medios) son inequívocas. Si una mujer se me acerca por la calle, me susurra algo al oído y nos vamos juntos, ¿quién puede demostrar que se trata de prostitución y no de amor a primera vista? Aunque la ropa y la actitud de la mujer dejen poco espacio a la duda, no hace falta que te diga lo que implica reprimir a la gente por su aspecto. ¿De verdad tenemos que meternos en estos terrenos absurdos para defender la explotación del cuerpo de la mujer haciéndola pasar por otra cosa? Eso es considerar poco más que idiotas a las mujeres y decirnos la suerte que tenemos de que haya hombres a los que les gustamos tanto que estén dispuestos a pagar por follarnos… Lo de que la ropa y la actitud de la mujer dejan poco espacio para la duda, posiciona muy bien su visión de la mujer en este momento.
Por otra parte, los típicos ligues de discoteca que se consuman en los lavabos o en el asiento trasero de un coche (o ciertos “contactos” por internet), ¿no podrían considerarse en muchos casos prostitución de trueque? No se cambia sexo por dinero, pero sí sexo por sexo, sin participación (e incluso con exclusión deliberada) de la afectividad. A ver si lo he entendido bien: ¿me está usted diciendo que el sexo libre basado en el deseo, la atracción y la excitación de dos personas es lo mismo que la demanda por parte de un cliente de un servicio con tarifas en el que no existe ni deseo, atracción, ni excitación y sólo una compra/venta de servicios y alquiler del cuerpo de una mujer?… si usted no es consciente de la diferencia que existe entre intercambiar y comprar y lo que ello implica cuando se habla de personas empiezo a tener serias dudas de que usted pueda considerarse marxista en realidad.
El mito del amor
El mito del amor es el mito nuclear de nuestra cultura, y como tal es especialmente resistente a la crítica, incluso al mero análisis objetivo. Y la demonización de la prostitución se debe tanto al puritanismo de la hipócrita moral cristiano-burguesa como al banal “romanticismo” de nuestra sociedad enajenada: la prostitución nos parece execrable porque profana el sagrado templo del amor. No sé porque razón la mayoría de los hombres de izquierdas (los de derechas tienen “razonamientos” diferentes) que me intentan rebatir los argumentos contra la prostitución se empeñan en decirme que es mi puritanismo y mi hipocresía, mi creencia en el “amor” (vaya usted a saber a qué amor se refieren) lo que me impide ver la prostitución como un trabajo como otro cualquiera, como si yo fuera tonta y basara mi sexualidad en el amor y a este a un solo hombre y dentro del matrimonio por la iglesia… pues no, no tiene que ver con eso y pensar así es creer que el resto del mundo no está emancipado de lo de que en sociedad se nos vendió como “lo correcto”. Aún hay hombres que se sorprenden de que las mujeres tengamos desarrollado nuestro deseo sexual y seamos tan tontas de no querer aprovecharnos de eso… vendiéndoles nuestro cuerpo a un buen precio.
Todas estas sugerencias, que espero aceptes con la misma cordialidad con que las hago, se pueden sustituir con ventaja por una sola: habla directamente con las TS, escucha sus argumentos y reivindicaciones, no caigas en el paternalismo (la lógica patriarcal nos contamina a todas) de pretender saber lo que les conviene a otras mejor que ellas mismas. Seguro que las compañeras de Hetaira estarían encantadas de conversar contigo. Obviamente esta carta no iba a dirigida a mí, pero puesto que yo también abogo por la abolición de la prostitución lo he sentido como algo que se me decía a mí directamente también y por ello respondo y le digo que Hetaira, no son todas las putas, que putas hay muchas y que yo he hablado con muchas de ellas y por ello digo lo que digo porque baso mis argumentaciones en un conjunto, y no en algo aislado que no tiene porque ser la norma. No es paternalismo, ni lógica patriarcal, es más bien defensa de todas las personas, mujeres, niñas y niños eludiendo la lógica patriarcal y la capitalista que nos convierte a todas en un producto susceptible de ser vendido y comprado.
Y ojalá que lleguemos a ver un mundo sin prostitución; pero no a base de medidas represivas. Multar a los clientes equivale a dejar sin trabajo a las TS, y el mero hecho de que el PSOE defendiera el modelo sueco debería hacernos desconfiar de él. Debe ser en lo único que estoy de acuerdo con usted, en que ojalá lleguemos a ver el mundo sin prostitución y no a base de medidas represivas, sino a partir de la educación en igualdad y valores sociales, en base a eliminación de la pobreza y las desigualdades sociales, al empoderamiento de las mujeres y sobre todo, a la concienciación de las personas de que no somos objetos, productos que se puedan comprar y vender. Cuando la esclavitud encubierta termine es cuando seremos realmente libres.
Aquí dejo un vídeo muy ilustrativo de lo que podría ser… y espero que no sea jamás.
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