Nació en la cárcel, vivió en Versalles y murió en la institución educativa femenina que ella misma había creado. Nació pobre; murió reina. Pero a los ojos del mundo, nunca lo fue.
Una infancia nada prometedora
Cuando Françoise d'Aubigné nació, el 27 de noviembre de 1635, su padre se encontraba en prisión acusado de falsificación y su madre vivía con él por propia voluntad. La mala cabeza de su padre llevó a la familia d'Aubigné a cruzar el Atlántico en busca de fortuna. Pero sólo encontró la muerte, dejando a toda su familia, que había vuelto a Francia, en la más absoluta de las miserias.
Françoise fue acogida por distintos familiares a lo largo de su infancia. Entre ellos, la madre de su madrina, Madame de Neuillant, que la introdujo en el fascinante y elegante mundo de la alta sociedad y le buscó marido, un protegido suyo. El esposo escogido no era la mejor elección para una joven como Françoise pero la alternativa del convento le hicieron aceptar a un hombre 25 años mayor que ella, tullido y con una riqueza más bien escasa.
De Madame Scarron a Madame de Maintenon
Su esposo, el poeta Paul Scarron no era el marido deseado para Françoise ni para nadie, pero la inteligente joven supo sacarle partido a esta relación. En el salón literario que había creado Scarron, Françoise conoció a personalidades de las letras y las artes del París de mediados del siglo XVII; aprendió a relacionarse con damas de la alta sociedad y tejió una tupida red de contactos que la llevarían directamente a Versalles. Entre ellos, Athenaïs de Montespan fue la dama clave. Amante del Rey Sol, al que le había dado hasta siete hijos ofreció a Françoise la posibilidad de ser su institutriz. Monsieur Scarron había muerto dejando a la joven viuda en una situación económica más que precaria. La perspectiva de vivir en la corte del monarca más espléndido de la época era algo que no podía eludir.
En su papel como institutriz, Françoise conoció una maternidad que nunca experimentaría en primera persona pero cuidó a los hijos del rey con Madame de Montespan como si fueran suyos. Luis XIV visitaba con frecuencia a sus vástagos; ahí fue donde conoció a la viuda de Scarron. Mientras crecía el interés por la cuidadora de sus hijos disminuída el afecto hacia Athenaïs.
El rey se acercó tanto a Françoise que llegó a donarle una suma importante de dinero con la que se compró las tierras de las que tomó su nombre definitivo: Madame de Maintenon.
Un matrimonio de conciencia
La relación de Luis con la nueva señora de Maintenon relegó definitivamente a Madame de Montespan. La muerte de la reina Maria Teresa en 1683 dejó el camino libre a Françoise. Pero el matrimonio morganático entre el rey y Françoise no fue un acontecimiento público. Los consejeros y confesores del monarca decidieron que lo más conveniente era una unión secreta, sin obligaciones públicas, un matrimonio “de conciencia”. Así fue como la nueva reina de Francia no fue ni la amante oficial ni la esposa pública del rey. Vivió lo que le quedó de vida al lado del Rey y viéndose acosada y acusada por el resto de la corte de Versalles. En efecto, su piedad, austeridad y disciplina hicieron que muchos vieran en Madame de Maintenon la instigadora de la revocación del Edicto de Nantes, un decreto firmado en 1598 por Enrique IV por el que se autorizaba en Francia una cierta libertad de culto. Aunque nunca se pudo provar si realmente influyó en esta y otras decisiones reales, lo cierto es que su actitud devota fue utilizada con mucho gusto por sus enemigos para denostarla.
Saint-Cyr: El inicio de la educación femenina
A la muerte del Rey Sol, acaecida en 1715, Madame de Maintenon se retiró a Saint-Cyr donde viviría los últimos cuatro años de su vida. Pensado quizás en su propia experiencia, Françoise sabía que las mujeres, si además de ser mujeres, eran pobres e incultas, tenían poco porvenir en la sociedad que les había tocado vivir. Es por esto por lo que creó la escuela femenina de Saint-Cyr en 1686 y se dedicó en cuerpo y alma a sus alumnas. Dirigiendo personalmente el proyecto educativo y escogiendo ella misma a las profesoras, Madame de Maintenon se implicó en la educación y formación de las jóvenes que acudieron a su institución.
Regreso a palacio
Madame de Maintenon murió el 15 de abril de 1719 y fue enterrada en la iglesia de Saint-Cyr, su último hogar. Al terminar el siglo, llegó la Revolución y Saint-Cyr desapareció como escuela femenina. Los revolucionarios, que habían profanado los cuerpos de la familia real en Saint-Denis, no se quedaron quietos ante los restos de Madame de Maintenon. Al fin y al cabo, para los más radicales sans-culottes, había sido esposa de uno de los más grandes tiranos de Francia. Después de vapulear el cuerpo de Madame de Maintenon, lo dejaron abandonado en el patio de Saint-Cyr donde alguien se apiadó de ellos y los guardó en un cajón. La demolición definitiva de la estructura del edificio de Saint-Cyr ciento cincuenta años más tarde hizo salir a la luz dicho cajón. En esa ocasión se decidió que Madame de Maintenon debía descansar definitivamente en la capilla del palacio de Versalles.
Si quieres leer sobre ella
La reina secreta, André Castelot
Género: Novela
Una exquisita novela sobre la vida y la época de Madame de Maintenon muy rigurosa con los hechos históricos
Amantes y reinas, Benedetta Craveri
Género: Ensayo
Recopilación de la vida de varias reinas y amantes relacionadas con la corona francesa. Entre ellas se encuentra Madame de Mainten
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Por Sandra Ferrer
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