RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

lunes, 20 de octubre de 2014

La madre del feminismo español, Concepción Arenal (1820-1893)


Concepción Arenal es uno de los nombres propios del feminismo en nuestro país, de hecho está considerada como una de las primeras mujeres españolas en enfrentarse al orden establecido y defender los derechos de su género. Lo hizo ayudando a los demás y escribiendo textos cercanos que se convirtieron en lectura indispensable para aquellas que siguieron sus pasos en años posteriores. Se vistió de hombre para poder estudiar en la universidad, se casó en dos ocasiones y luchó en favor de los más desfavorecidos. Entre ellos, las mujeres, a las que por primera vez considera como uno más de los grupos sociales marginados. La educación y el respeto hacia ellas como seres humanos y no como flores débiles a las que hay que tratar como si fueran objetos fueron unas de sus principales ideas que defendió a lo largo de su vida.

Concepción Arenal Ponte nacía el 31 de enero de 1820 en El Ferrol, en el seno de una familia acomodada con ideales liberales. La prematura muerte de su padre cuando contaba con nueve años de edad marcaría a Concepción para siempre. Ángel Arenal Cuesta, un sargento del ejército, ingresó varias veces en prisión por posicionarse en contra del absolutismo monárquico de Fernando VII y fue en una de esas ocasiones en las que cayó enfermo y falleció. 

Su viuda, María Concepción Ponte marcharía a vivir con sus tres hijas a Armaño, en el valle del Liébana donde vivía su suegra. En aquel período de su vida, Concepción perdería a otro miembro de su familia, a su hermana pequeña Luisa. En 1835 su nuevo destino sería Madrid, donde su madre decidió formar a Concepción y su hermana Antonia en los entresijos de la buena educación de las señoritas. Una educación que fue más que insuficiente para las aspiraciones intelectuales de Concepción quien estudió por su cuenta todo lo que pudo mientras empezaba a enfrentarse con una madre anclada en las costumbres que no veía en absoluto con buenos ojos que su hija quisiera formarse como si de un hombre se tratase.

Cuando en 1841, tras el fallecimiento de su abuela paterna y de su propia madre, Concepción se hizo con la herencia de la familia, estuvo en disposición, al menos económica, de realizar su sueño. Así, vestida como un hombre, se coló en las aulas de derecho de la universidad. Y, a pesar de que no pudo conseguir ningún título, algo totalmente inaceptable en aquellos tiempos, si que pudo aprovechar al máximo su presencia en la universidad. Aquellos años fueron también beneficiosos para su vida sentimental. Fernando García Carrasco, al que conoció en las clases de derecho, no sólo se convirtió en su marido en 1848 sino que fue un fiel compañero que apoyó sus ideas progresistas y sus anhelos de romper más de una barrera social. 


©Isabel Ruiz Ruiz 

Sus años de matrimonio, además de darle tres hijos, uno de los cuales fallecería a muy temprana edad, fueron días de enriquecimiento intelectual mutuo. Concepción asistía vestida como un hombre a las tertulias en las que participaba su esposo con el que, además, colaboró en el periódico liberal La Iberia

En 1857 Concepción Arenal sufrió el duro golpe de perder a su marido y fiel compañero. Viuda y con dos hijos, marchó a vivir a Potes donde conocería a un músico y compositor llamado Jesús Monasterio quien con el tiempo se convertiría en su nuevo compañero.

Fue Jesús quien despertó en Concepción su interés por la ayuda activa a los demás. El violinista había fundado en Potes las Conferencias de San Vicente de Paúl y animó a Concepción a organizar su rama femenina. La Beneficiencia, la Filantropía y la Caridad, escrita en 1860 será su fruto teórico que recibirá el premio de la Academia de Ciencias Morales y Políticas quien en un primer momento creyó haber dado el galardon a un hombre, pues Concepción había firmado con el nombre de su hijo de diez años. Descubierta la mentira, la academia tuvo que rendirse a la evidencia de la calidad del texto de Concepción. Aunque fuera una mujer quien lo hubiera escrito.

A partir de entonces, Concepción Arenal siguió escribiendo textos relacionados con la necesaria ayuda a los más desvalidos y trabajando en mejorar su situación. El 4 de abril de 1864 y a instancias de la propia reina Isabel II, Concepción fue nombrada Visitadora de Prisiones de Mujeres y más adelante, en el 68 Inspectora de Casas de Corrección de Mujeres. Además de escribir ensayos explicando las terribles situaciones de estas mujeres, en 1870 creó La Voz de la Caridad, un periódico que se publicó durante más de una década y que se convirtió en el testimonio de aquellas realidades. También en la recién creada Cruz Roja en España tuvo Concepción un papel destacado ayudando en los hospitales de campaña organizados durante las guerras carlistas.



Durante la la monarquía de Saboya, que reinó en España los escasos tres años comprendidos entre 1870 y 1873, Concepción se convirtió en amiga y colaboradora de la entonces reina María Victoria dal Pozzo, cuya breve presencia en Madrid fue recordada sobre todo por aquellos desfavorecidos a los que ayudó y continuó ayudando ya destituida de su real cargo con la ayuda de Concepción.

Concepción Arenal dedicó su vida a reivindicar los derechos de los más desfavorecidos y a intentar rebatir las teorías científicas que hacían de la mujer un ser físicamente inferior. Desde su primera obra feminista, La mujer del porvenir, escrita en 1861, Concepción defendió siempre el derecho de la mujer a la educación como principal escollo para superar las diferencias marcadas en la sociedad entre el hombre, superior siempre, a la mujer. 


Una cansada Concepción Arenal de más de setenta años, fallecía el 4 de febrero de 1893 en Vigo, donde su cuerpo descansa. Concepción terminaba su vida pero dejaba sentadas las bases de lo que sería el posterior feminismo en una España que aún debería recorrer un largo y tortuoso camino antes de conseguir la igualdad entre sexos.

 Libro que habla de ella
Mujeres
Isabel Ruiz Ruiz



 Película que habla de ella 


Concepción Arenal. Visitadora de cárceles

domingo, 12 de octubre de 2014

La esposa del compositor, Anna Magdalena Bach (1701-1760)


En su partida de defunción se la describió como “mujer pobre”. Anna Magdalena, segunda esposa del compositor Johann Sebastian Bach, murió rodeada de dificultades económicas que no quiso solventar malvendiendo los manuscritos de la obra de su marido. Cosa que sí que harían sus hijos. Tal era el amor que sentía Anna Magdalena hacía su pareja y el talento que lo consagró como uno de los compositores más famosos de la historia de la música. Es más que probable que esta soprano se casara por amor con el que entonces era un viudo con tres hijos muchos años mayor que él. Anna Magdalena no sólo fue una buena esposa y madre, sino que compartió con Bach su pasión por la música colaborando en la transcripción de sus partituras o incluso componiendo, como aseguran algunos expertos.

Anna Magdalena Wilcken nació el 22 de diciembre de 1701 en Zeitz, Alemania en el seno de una familia de tradición musical. su padre, Johann Caspar Wilcken, era trompetista en la corte de Zeitz mientras que su madre, Margaretha Elisabeth Liebe, era hija de un organista. De su infancia no se conoce casi nada, aunque su vida posterior como soprano, nos hace pensar que Anna vivió siempre rodeada de música y que aprendería de su propio padre. Junto a Johann Caspar trabajó junto a su padre en distintas iglesias de la zona sajona.

Cercana a los círculos musicales, Anna Magdalena conoció pronto a Johann Sebastian Bach. Viudo de su primera mujer, María Bárbara Bach, el compositor se fijó en la joven soprano, dieciséis años más joven que él. Cuando el 3 de diciembre de 1721 Bach se casaba con Anna Magdalena es más que probable que lo hiciera por amor. De manera excepcional, Anna Magdalena era una mujer independiente económicamente hablando, que se ganaba su propio sustento cantando. Que se casara con un hombre viudo, mucho mayor que ella y con varios hijos a su cargo, sólo podía ser por amor o admiración hacia el compositor. 

Lo cierto es que la nueva señora Bach le dio trece hijos, de los que sólo sobrevivieron seis. Además de dedicarse a sus hijos y a su propia carrera como soprano, Anna Magdalena se volcó en la obra de su marido, ayudándole a transcribir algunas de sus composiciones. Tanto se parecía su caligrafía que en algún momento se llegaron a confundir las plumas. Por su parte, Johann Sebastian amaba tanto a su mujer que le dedicó dos de sus famosos Cuadernos de música.



Su hogar en Leipzig se convirtió en un importante punto de encuentro para los amantes de la música que disfrutaban de las veladas organizadas por los Bach. Anna estaba tan entusiasmada con la obra de su marido, que aprendió mucho de él e incluso parece ser que ella misma probó a componer. Piezas musicales que hoy día son objeto de estudio pues hay especialistas que aseguran que algunas de las obras firmadas por Johann Sebastian Bach fueron realmente compuestas por su mujer.

Sea como fuere, cuando el 28 de julio de 1750 fallecía el gran compositor, Anna Magdalena Bach quedaría en una complicada situación económica. Con cinco hijos aún bajo su techo, uno de ellos con problemas mentales, y una herencia a repartir entre ella y los descendientes de su anterior matrimonio, la viuda de Bach se topó además con la indiferencia de estos, quienes siempre demostraron su hostilidad hacia la segunda esposa de su padre. 



Anna Magdalena Bach terminó sus días viviendo de la solidaridad de sus vecinos. A pesar de tener bajo su custodia muchas obras de Bach que, de haberlas vendido, le habrían supuesto un importante alivio económico, nunca quiso desprenderse de las composiciones de su marido. Tal fue su amor a Bach y a su música. 


Anna Magdalena Bach falleció el Leipzig el 22 de febrero de 1760.

 Si quieres leer sobre ella 



La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach
Esther Meynell 








 Películas que hablan de ella 


Crónica de Ana Magdalena Bach









Por Sandra Ferrer

viernes, 10 de octubre de 2014

La Tintoretta, Marietta Robusti (1560?-1590)


La historia de la pintora Marietta Robusti es la misma que la de muchas otras mujeres artistas que, en su tiempo, tuvieron muchas dificultades para demostrar su talento y conseguir vivir de su arte. Hijas, hermanas o familiares de artistas, esas pintoras tenaces sólo pudieron pintar a la sombra de sus protectores. Con el tiempo se ha descubierto que obras atribuidas a pintores de renombre fueron realizadas por estas mujeres. La Tintoretta es uno de los casos menos conocidos porque aún a día de hoy hay muy pocas obras atribuidas a ella. Protegida por su padre, Marietta vivió muy ligada al gran Tintoretto, del que aprendió e incluso llegó a alcanzar en talento, según algunos expertos.

La biografía de Marietta Robusti es difusa incluso en lo concerniente al año de su nacimiento. Escasas son las fuentes que la citan y ninguna coincide en el año exacto, que rondaría entre 1555 y 1560. Lo que sí está claro es que nació, vivió y murió en Venecia y fue la hija predilecta de la amplia prole de ocho hijos que tuvo el pintor Jacopo Robusti, conocido como Il Tintoretto.

Jacopo encontró en su hija preferida a una alumna aplicada. Vestida de chico para poder moverse con más libertad en los círculos artísticos, Marietta aprendió de su padre las técnicas pictóricas y pronto se convirtió en una artista conocida entre la aristocracia veneciana a la que deleitaba con hermosos retratos y la apodó con el nombre de La Tintoretta.

Su humilde fama llegó a traspasar las fronteras de su pequeño universo veneciano en el que su padre la protegía con gran celo. El emperador Maximiliano o el rey español Felipe II alabaron su obra y requirieron sus servicios como pintora de cámara. Pero su padre no consintió nunca que su hija se alejara de su lado. Incluso a la hora de casarse, Jacopo solamente aceptó a un joyero veneciano llamado Mario Augusti, pues fue el único que consintió en vivir en la casa familiar de los Robusti.


Marietta se habría casado alrededor de 1586. Cuatro años después, fallecía de parto dejando a su padre desconsolado. Sus restos fueron enterrados en la capilla familiar de Santa Maria dell’Orto. Su legado artístico también sería enterrado en el olvido de la historia hasta que a principios del siglo XX, una M descubierta en un cuadro atribuido a Tintoretto despertó las sospechas. Por ahora, escasas obras de La Tintoretta están verificadas como tales. 

 Si quieres leer sobre ella 


La larga espera del ángel, Melania G. Mazzucco 










Por Sandra Ferrer

jueves, 2 de octubre de 2014

La princesa breve, María Manuela de Portugal (1527-1545)


María Manuela de Portugal escribió una página muy corta de la historia de España. Primera esposa del entonces príncipe Felipe de Habsburgo, quien pocos años después de su muerte se convertiría en Felipe II, su matrimonio duró tan sólo dos años. Con dieciocho años, María Manuela fallecería tras dar a luz al problemático príncipe Don Carlos. Había cumplido con el deber para el que estaba llamada a casarse con un heredero tan poderoso como el de la casa de Austria. Pero pagó un alto precio y el hijo que dejó a Felipe no llegó a reinar teniendo una turbulenta existencia que puso en jaque en más de una ocasión a su padre. 

María Manuela de Portugal nació en Coimbra el 15 de octubre de 1527. La princesa de la casa de Avis era hija del rey portugués Juan III y su esposa, Catalina de Austria. Juan era hijo de Manuel I, llamado El Afortunado, y María, hija de los Reyes Católicos. Catalina por su parte, era la hija póstuma de Juana la Loca y Felipe el Hermoso y la hermana más pequeña del emperador Carlos V. Así, la que se convertiría en la primera esposa del futuro Felipe II, era su prima con un parentesco muy estrecho por varias ramas familiares. 

María Manuela tuvo una infancia tranquila en la corte de los Avis donde recibió una buena educación digna de una princesa supervisada siempre por su madre. Catalina quería preparar a su hija para convertirse en una buena candidata para un buen matrimonio, algo que conseguiría gracias a la destacada influencia que ejerció sobre su esposo.

La princesa portuguesa tenía apenas quince años cuando se empezó a pensar en un buen casamiento. El entonces príncipe Felipe, quien tenía la misma edad que María Manuela, estaba siendo instruido por su padre, Carlos V para ejercer su regencia en los territorios españoles debido a sus constantes ausencias. El emperador también aconsejó entonces a su hijo que era importante empezar a pensar en un matrimonio que afianzara la dinastía de los Austria a la vez que supusiera una alianza beneficiosa para el imperio.

Tras descartar varias opciones llegadas de Inglaterra y Francia, Felipe pidió a su padre poder casarse con su prima María Manuela. En Portugal existían razones en contra, como la profunda crisis económica por la que pasaba que limitaría la dote de la princesa o la estrecha consanguinidad de los futuros esposos. 

Después de distintas negociaciones, el 1 de diciembre de 1542 Portugal establecía las capitulaciones matrimoniales entre las que se incluía un segundo casamiento, el de la infanta Juana, hermana de Felipe y el príncipe Juan, heredero de la corona portuguesa. 

Tras solventar el último escollo, conseguir la dispensa papal por parentesco, la boda se celebró el 13 de noviembre de 1543 en Salamanca. 

La pareja, que congenió desde el primer momento, se instaló en la casa natal de Felipe en Valladolid. Dos años después, María Manuela descubría feliz que se encontraba embarazada de su primer hijo. Pero la felicidad terminó cuatro días después de dar a luz al príncipe heredero, don Carlos. El 12 de julio de 1545 la primera esposa de Felipe II fallecía sin haber llegado a ser reina. Su hijo tampoco sería rey, pues fallecería en extrañas circunstancias a los veintitrés años tras una vida tortuosa. El príncipe Felipe quedaba desolado pero debería reponerse para volver a buscar esposa. 

María Manuela de Portugal fue enterrada en el Real Monasterio de El Escorial, en el Panteón de Infantes.

 Si quieres leer sobre ella 


Las mujeres de Felipe II
María Pilar Queralt del Hierro








Por Sandra Ferrer

miércoles, 24 de septiembre de 2014

10 CUENTOS DE PRINCESAS PARA NIÑAS MODERNAS

Si habéis visto la fiesta del cuarto cumpleaños de Martina, adivinaréis que lo que más le puede gustar en el mundo en estos momentos es disfrazarse y “jugar a princesas”. A princesas rosas, muy cursis, que se desmayan, cantan canciones en el bosque, bailan con su príncipe y llevan vestidos con colas de 10 metros de largo…
Y sí, no hay nada más maravilloso que su imaginación, pero esa imaginación se nutre de lo que ve, oye, lee, aprende cada día, y cuanto más diverso sea su entorno, más crecerá su imaginación. Así que para “vengarme” de tanta princesa rosa y purpurina, incluí entre sus regalos varios cuentos de princesas reales, y normales.
Si en casa también tenéis alguna “pinsesa rosa” y queréis leer otro tipo de cuentos en los que no hay príncipes salvadores, pero sí chicas valientes, divertidas e inteligentes, este listado os va a gustar:
Cuentos de princesas
“Olivia y las Princesas” Olivia es una cerdita muy muy simpática que lo tiene clarísimo. Ser princesa es un rollo, ella quiere ser… Olivia enamora por su personalidad, mientras sus amigas se disfrazan de princesas, ella se pone el disfraz de jabalí! Si no la conocéis, no os la perdáis.

“La princesa Isabella” Ser princesa  no es lo más divertido del mundo… Isabella quiere trepar por los árboles, y con esos vestidos y la corona todo el día en la cabeza es imposible! Un cuento muy muy tierno y divertidisimo.
“¿Hay algo más aburrido que ser una princesa rosa?”  Carlota está un poco cansada de que todo a su alrededor sea rosa, hasta su madre! ella tampoco quiere ser delicada como una flor, si no viajar, jugar, correr, brincar y vestir de rojo, de verde o de violeta! Un cuento precioso, con unas ilustraciones muy cuidadas, y que muestra el gran carácter y persistencia de esta pequeña princesa.
Cuentos de princesas“Las princesas también se tiran pedos” La divertida conversación entre Laura y su padre, sobre los secretos mejor guardados de las princesas… A Martina le encanta que se lo cuente su padre, y se ríen muchísimo simulando el ruido de los pedetes de las princesas, tanto, que la hora de dormir se suele alargar…
“¿Las princesas usan botas de montaña?” Claro que usan botas de montaña! ¿Cómo si no perseguirían sus sueños y dejarían su huella en el mundo?. De la misma colección, podéis encontrar “Las Princesas Tienen Amigas Para Siempre?” un precioso cuento sobre la amistad.
“Princesas olvidadas o desconocidas” Este es uno de “mis libros”, por que me reconozco adicta a la literatura infantil y la ilustración, y a veces me compro cuentos para mí que comparto de vez en cuando con las peques. Muchas son las princesas “olvidadas o desconocidas”, y aquí podéis encontrarlas a todas.
“La Princesa listilla” Tristemente, está descatalogado y no he sido capaz de encontrarlo ni si quiera en versión original, pero merece tantísimo la pena que aquí os lo dejo en “slideshare” para que le echéis un vistazo.
“La Cenicienta” y “Blancanieves” de “Cuatro Tuercas”. Una segunda oportunidad a estos dos cuentos en la que Blancanieves se independiza, y Cenicienta no necesita de ningún príncipe que le solucione la vida.
¿Tenéis más títulos para aportar al listado? ¡estaré encantada de añadir vuestras propuestas!

https://madridmartinaandmyself.wordpress.com/2014/09/24/cuentos-de-princesas-para-ninas-modernas/

lunes, 15 de septiembre de 2014

La menstruación me sube la libido

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Bajo el discurso oficial, en nuestra cultura menstruar se supone como algo desagradable y un tanto repulsivo. Aun más si pensamos en tener relaciones sexuales durante la menstruación (un tabú total). Incluso entre mujeres, pocas palabras soltamos cuando de esto se trata.
Para algunas, tener sexo durante la menstruación es una opción altamente placentera y para otras todo lo contrario. Lo que define mucho este hecho es la carga moral que se impone al acto de menstruar asumido como un periodo de enfermedad, dolor e inapetencia sexual.
Aunque no podemos separar la cultura de nuestra historia, somos nosotras las protagonistas del asunto. Será el modo de sentir/convivir con nuestra menstruación el que definirá nuestras percepciones para invocar placer en esos días.
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Si bien la menstruación es un periodo donde nuestro cuerpo necesita descanso, introspección, meditación y pausas para fluir con el ritmo cotidiano, esto no quita que podamos disfrutar de ella y de nuestra sexualidad. Escuchar/sentir nuestro propio ritmo y fluir acorde a eso es la clave para disfrutar de un periodo placentero.
Todas sabemos que es posible tener sexo y que se puede disfrutar cuando se elige hacerlo, sobre todo cuando nos sacamos las durezas de la cultura patriarcal que tanto amordazan nuestra sexualidad.
Alrededor de esto giran muchas historietas, mitos y relatos de morbosos. Sin embargo, es solo un asunto de creencias y de mucho tabú. Debido a que no existe ninguna contraindicación para hacerlo, incluso desde la medicina, es solo decisión de cada una y de la pareja.
He asistido a círculos de mujeres en los que se recomienda y también enjuicia el hecho de tener relaciones sexuales mientras sangramos. Esto me ha provocado sentirme enormemente sucia o culpable de algo que para mí es una práctica común… La explicación de las chicas es que en “aquellos días” debemos guardarnos y dejar que la sangre corra hacia abajo y que con su fluir nos limpie y purifique.
Me agrada eso de alejarme, entrar en mi cuevita, disfrutar entre mujeres, hacer mis rituales de purificación y conexión con la gran Madre… mi cuerpo se hace templo, lo cuido y atiendo… pero este discurso me agrada aun más cuando se da la libertad de hacerlo a nuestra peculiar manera, siendo realmente fiel a nuestros deseos y no acatando los mandatos de una moral impuesta, de una pareja, de un especialista, etcétera.
En mi experiencia, los orgasmos me ayudan mucho a distender mis cólicos menstruales, alivian mi congestión en los pechos y me mantienen de muy buen ánimo. Sentir el cuerpo, conocerlo y agasajarse de autoplacer es una buenísima práctica para estos días. No es necesario tener sexo con otrx, pero si lo deseamos y esto incluye penetración, solo debemos buscar posiciones cómodas para no topar con nuestro cérvix, que suele estar más abajo que de costumbre y por ende más sensible, sobre todos los dos primeros días.
Aun teniendo una pareja estable, protegerse en todos los casos siempre es bueno y con el uso del condón podemos evitar contraer enfermedades de transmisión sexual e infecciones pélvicas por la mezcla de fluidos.
Ser una con el ciclo menstrual me ha entregado herramientas con las cuales he aprendido que mis energías sexuales y libido aumentan a niveles llameantes durante esos días.
Comienzo el primer día con mucho descanso y recogimiento. Me guardo y me regalo tranquilidad absoluta, lo que calza justo con la luna llena. Mi cerebro apacigua su racionalidad y se conecta con la totalidad que habito. Pasando estas primeras 24 horas, mis energías permanecen aún paulatinas, pero sucede algo curioso: siempre tengo sueños intensos y eróticos… durante el día suelen rondar fantasías sexuales en mis pensamientos. Esto pasa durante todos los días restantes de mi menstruación, disparándose un periodo de libido poderosa.
Esta energía no siempre se sacia con masturbación o sexo; muchas veces no es lo que necesito y otras veces es lo único que me completa.
Este periodo llameante satisface muchos otros aspectos de mi ser, haciéndome sentir más plena, creativa, saludable y, sobre todo, confiada, aclarándose aquella renovación que ejerce el menstruar y marcando la pauta para el comienzo de un nuevo ciclo.
Sin embargo, la decisión de darse o recibir compañía sexual, es solamente nuestra, más allá de asuntos machistas, mitológicos o médicos.
https://ginecologianatural.wordpress.com/2014/09/15/la-menstruacion-me-sube-la-libido/

domingo, 14 de septiembre de 2014

¿CÓMO INTERPRETAR LAS OPINIONES DE OTROS USUARIOS?

Con frecuencia en los comentarios del blog o en los correos electrónicos que recibo me encuentro con frases como estas: "He visto muy buenas opiniones de la copa X, me la voy a comprar", "He visto opiniones diversas sobre esta copa X, estoy confundida". Para ayudaros a interpretar mejor las reseñas que os podáis encontrar sobre una copa, compresa o cualquier otro producto os escribo esta entrada. Espero que os sirva de ayuda.


Primer punto: buscar lo que necesitamos
Aunque es importante conocer las opiniones de otros usuarios, yo siempre considero que lo primero es saber si realmente necesitamos ese producto y si nos va a ir bien.
Con la copa menstrual o las compresas de tela no basta sólo con saber si son buenas o no, su precio, dónde comprarlas... lo más importante es saber si son de nuestra "talla" y si se adaptan a nuestras necesidades de flujo. De poco nos sirve comprar una compresa lavable muy mona pero que luego no nos absorba lo suficiente o una copa que sea demasiado firme para nuestras necesidades. Por eso antes de ponernos a leer opiniones sobre distintas marcas recomiendo que "analicemos" nuestro patrón de sangrado y conozcamos nuestro cuerpo para saber que producto se adaptará mejor a nuestras necesidades.
Con anterioridad publicamos entradas sobre como elegir una copa menstrual y como escoger toallas femeninas lavables. Si todavía no las habéis consultado os animo a hacerlo. 

Segundo punto: qué buscar en una reseña
Hay que tener en cuenta que las opiniones de otros usuarios son subjetivas, y van a variar de una persona a otra.
Yo recomiendo siempre intentar "abstraerse" lo más posible al leer una opinión sobre un producto e intentar buscar la información más objetiva que haya dentro de esa opinión.

  • Dimensiones: para saber que copa o que compresas nos va a ir bien es necesario conocer estos datos. Intentad buscar esa información en las reseñas que encontréis en la red, ya que os será una información muy útil.
  • Capacidad de absorción: con las copas es fácil encontrar reseñas que incluyan información objetiva de la capacidad de la copa, ya que la mayor parte de los fabricantes indican cuanto flujo recogen. Con las toallas lavables ya es más difícil tener ese tipo de información. Por eso cuando se lea una reseña sobre compresas lavables hay que intentar sacar información objetiva de su absorbencia. Si la usuaria nos dice como es su flujo y con que frecuencia la cambia podremos hacernos una idea de su capacidad de absorción (siempre recordando que lo que para mí puede ser flujo moderado para otra mujer puede ser ligero o viceversa). Si nos dice de qué materiales está hecha y cuantas capas tiene mucho mejor, así podremos valorar su capacidad de absorción por nosotras mismas teniendo en cuenta como absorben diferentes tejidos
  • Limpieza y cuidados: es importante que las copas y compresas lavables sean fáciles de limpiar/lavar para que sean prácticas. En las opiniones de otras consumidoras buscad si la copa tiene hoyos pequeños que se "atasquen", inscripciones difíciles de limpiar, etc. En las compresas buscad información sobre lo bien que lavan, si guardan olores, si encogen al lavar, etc. En definitiva información que os indique si su mantenimiento os va a resultar fácil.
  • Duración del producto: si tenéis tiempo buscad opiniones de usuarias que hayan usado esa marca de copa o toallas femeninas durante un año o más. Así podréis saber como resiste el producto el paso del tiempo, al fin y al cabo los productos menstruales reutilizables no son baratos y vale la pena gastarse un poquito más y comprar un producto resistente.
  • Atención al cliente: tanto si compráis directamente del fabricante como de tiendas redistribuidoras creo que es importante conocer este punto. Buscad opiniones que digan si la tienda respondía a las dudas que les plantearon, con que rapidez enviaron el producto, como solucionaron cualquier incidencia que pudiese haber surgido... 
  • Otros aspectos: buscad en la reseña cualquier otro aspecto que os pueda servir de ayuda para saber si el producto os va a buscar como pueden ser la rigidez de la copa menstrual, el precio del producto, la procedencia de los materiales, etc. 
Espero que la entrada os ayude a interpretar mejor las reseñas que podemos encontrar sobre productos menstruales reutilizables y ayudaros con vuestra elección. 
Si tenéis cualquier otra duda no dudéis en exponerla en el apartado de comentarios o enviarla a través del formulario de contacto.