Escribo este post un poco indignada, porque hace poco vi como una amiga compartía en su Facebook un artículo en el que explicaban que el origen de la palabra bruja proviene del antiguo Egipto, en concreto de la palabra “Baq” que según ellos significa “sabiduría femenina, la que conoce su poder y lo usa”. Por supuesto era una página con un montón de fans, y tenía infinidad de “me gusta” en el artículo. Porque siempre que la palabra “Egipto” salta a las redes y a los artículos se obtiene un éxito prácticamente garantizado, y por eso muchas personas poco profesionales (por no llamarlas de otra manera) utilizan estos recursos para vender o legitimar sus enseñanzas, o hablando llanamente: para engañar.
Pues bien, lo siento mucho pero la palabra “bruja” NO proviene del egipcio antiguo, ni mucho menos del hebreo como he podido leer en algunos otros sitios. Me licencié en historia, así que tengo un poco de idea de lo que comento. Aunque no hay que ser ningún licenciado para darse cuenta, basta una rápida búsqueda por internet para encontrar información sobre el tema. La palabra “bruja” es de etimología desconocida, esto significa que no sabemos con exactitud su procedencia ni su significado original. Parece ser que la etimología inicial de la palabra es con “x”, de modo que en su forma más primitiva sería “Bruxa” (Gallego-Portugués) o “Bruixa” (Catalán). El primer documento en el que aparece esta palabra data del siglo XIII, y la mayoría de eruditos tienden a pensar que puede tener un origen prerromano, posiblemente ibérico o celta.
A partir de aquí hay diversas teorías, pero no podemos olvidar que estamos siempre en el mundo de la especulación, ya que dadas las fuentes que tenemos no podemos ir más allá. Así pues hay quien establece una relación entre “Bruixa” i el arbusto “Bruc” (podéis leer el post original escrito en catalán aquí), conocido en castellano como brezo, ya que tradicionalmente se suele asociar esta planta a la práctica de la brujería. También hay quien relaciona la palabra con el latín vulgar “voluxa” (que vuela, alado), aunque personalmente me parece un poco forzado (en este enlace tenéis el artículo).
Tal vez os estéis preguntando por qué os digo que estas teorías tienen sentido y en cambio afirmo que no lo tiene la derivación del egipcio. Es sencillo, en estas teorías se están buscando nexos lingüísticos con idiomas que se hablaban en la zona donde surge la palabra “Bruja”. Tiene sentido pensar en un origen latino, pues las propias lenguas donde aparece la palabra “Bruja” (castellano, catalán, gallego…) derivan del latín, y también tiene sentido pensar en un origen prerromano, ya sea íbero o celta, pues muchas palabras de estos lenguajes sobreviven hoy entre las lenguas romances.
Lo que no tiene sentido es decir que proviene del antiguo Egipto, cuando en los idiomas que actualmente se hablan más cerca de esta región la palabra para designar “bruja” no se parece ni por asomo a la nuestra: en árabe es “sahira”, en griego “mágissa” o en turco “cadi”. Como sé que habrá quien a estas alturas aún no esté del todo convencido he buscado un diccionario de egipcio antiguo, y efectivamente como podéis comprobar en las imágenes entre los muchos significados de la palabra “baq” no hay nada parecido a “sabiduría femenina”.
Así pues ya sabéis, sed prudentes cuando os digan que algo “viene del antiguo Egipto”, porque en la mayoría de los casos va a ser un gancho comercial carente de contenido real. Y en cuanto a la etimología de la palabra “Bruja”… que queréis que os diga, a mi casi que me parece más mágico que siga siendo un misterio indescifrable.
Y para terminar os dejamos un enlace a nuestro canal de YouTube donde explicamos lo expuesto en este post de forma más resumida.
Isabel.
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