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lunes, 28 de abril de 2014

ECOFEMINISMO, una primara aproximación

La presente entrada tiene por objeto aproximarnos al ecofeminismo, y contarles de qué se trata. Esta primera entrada sobre el tema es una simple introducción, cuya intención es profundizar a lo largo del presente año.

Ingrid Tusell Domingo - La mujer y la tierra

El ecofeminismo surge como término en 1976, y es acuñado por Francoise D’Eaubonne para “definir las acciones desarrolladas por feministas francesas que protestaban la ocurrencia de un desastre ecológico”(Santana Cova, 2000:39).  El ecofeminismo se traduce en activismo feminista organizado para proteger el entorno, y de la misma manera que el feminismo, la teoría surge posteriormente a la práctica, que desde “la trinchera” llevaban a cabo ya las mujeres, sin nombre ni doctrina que las organice . Mujer referente en el ecofeminismo es Vandana Shiva, quien define al ecofeminismo como “ser feminista y ecologista al mismo tiempo” (Santana Cova, 2000:41).
El ecofeminismo pone de manifiesto la existencia de conexiones importantes entre la explotación, opresión y violencia contra las mujeres, y la explotación, opresión y violencia contra la naturaleza. Estas conexiones se dan porque ambas explotaciones derivan del sistema patriarcal, y de una feminización de la naturaleza que trae como correlato una naturalización de la mujer:

Hasta ahora, la visión mecanicista-cientificista y patriarcal de la sociedades modernas ha colocado a la naturaleza como un sistema externo que aparentemente no tiene nada que ver con los seres humanos, y a las mujeres en el ámbito del hogar donde han permanecido tal y, como ya se señaló, invisivilizadas. Pero además la idea de libertad ha sido considerada como la potestad para reorganizar el mundo natural de forma tal que se acomode a las exigencias y necesidades de quienes se creen dueños de ese gran capital como es la naturaleza, con las consabidas consecuencias: la destrucción de los bosques, el envenenamiento de aguas, tierras y aire, la modificación del cauce de los ríos, la pobreza y el  hambre, entre otros, lo que en esencia significa el aniquilamiento de las especies humanas (Santana Cova, 2000:42).

Dentro de las innumerables conexiones que existen entre esta dominación y explotación que sufren por igual la mujer y la naturaleza dentro del sistema patriarcal, y que son tratadas in extenso en la obra de Karen Warren (2003), se señalan las conexiones histórica y causal, la epistemológica , la simbólica , la ética, las teoréticas  y las políticas. Nos interesa destacar dos tipos de conexiones que servirán para clarificar este trabajo: las conexiones conceptuales y las empíricas entre ambas dominaciones.
La conexión conceptual que existe entre la dominación de la mujer y de la naturaleza por el sistema patriarcal consta de cuatro tipos de vínculos conceptuales. El primero que señala Warren es el dualismo de valores excluyentes y disyuntivos, ordenados jerárquicamente (cultura/naturaleza; varón/mujer). El segundo vínculo conceptual señalado es la incorporación de un marco conceptual de carácter opresivo y patriarcal que justifica relaciones de dominación y subordinación, en especial la subordinación de la mujer con respecto al varón justificado por una construcción cultural de superioridad masculina.
Los marcos conceptuales patriarcales han sido legitimados a través del siguiente argumento (Warren 2003b):

Ϟ    Las mujeres han sido identificadas con la naturaleza en el terreno de lo físico; los varones han sido identificados con lo humano en el terreno de lo mental.
Ϟ    Aquello que es identificado con la naturaleza en el terreno de lo físico es inferior a aquello que es identificado con lo humano en el terreno de lo mental.
Ϟ    Por lo tanto, las mujeres son inferiores a los varones.
Ϟ    Siempre que x es superior a y está justificado para subordinar a y.
Ϟ    Por lo tanto, los varones están justificados para subordinar a las mujeres.

El tercer vínculo conceptual es el que sitúa a las mujeres, por sus experiencias corporales en relación con la naturaleza, en un lugar muy diferente al de los varones basado en una socialización diferenciada. Y el cuarto y último vínculo de los señalados hace referencia al análisis de las metáforas y modelos de la ciencia en el iluminismo, remarcando que en el siglo XVII la naturaleza era concebida en femenino como una madre nutriente, y luego de la revolución científica se la concibe a la naturaleza como un modelo mecánico, como una máquina inerte (femenina). Al respecto de ello, es importante señalar que, coincidiendo con Tardón Vigil:

La feminización de la naturaleza y la naturalización de la mujer son dos metáforas que tras la revolución científica han perjudicado tanto a una como a otra, puesto que la naturaleza se ha convertido en ese ser vulnerable del que se puede abusar; la mujer, por su parte, ha sufrido las consecuencias de esa mecanización de lo orgánico, y al convertirse el hombre en el dueño de la técnica, el mundo femenino ha quedado subordinado a cuidar de lo orgánico, menos considerado económica y socialmente. La feminización de la naturaleza se está utilizando para explotarla, y no para ensalzar sus valores. La transgresión de la metáfora es por tanto el vínculo de colaboración entre feministas y éticos medioambientales (2011:538).

Ante estos vínculos conceptuales, de acuerdo a la autora, el feminismo debe ocuparse de replantear y reconcebir las nociones filosóficas fundadas en dualismos, revelar y transgredir la manera en que los marcos conceptuales se manifiestan en teorías y prácticas que conciernen a la mujer y a la naturaleza; desarrollar lenguajes, teorías y prácticas que tengan en cuenta los géneros y que no promuevan actos y hábitos que exploten a la mujer y a la naturaleza en las culturas disociadas e identificadas con el género masculino y transgredir metáforas y modelos que feminizan la naturaleza y naturalizan la mujer en detrimento de éstas (Warren, 2003).
Analizada la conexión conceptual de la dominación de la mujer y de la naturaleza por el sistema patriarcal, recordaremos el análisis de la conexión empírica entre ambas dominaciones. Se vincula a la mujer con la naturaleza porque la presencia de pesticidas, tóxicos, baja radiación, y otros contaminantes causan problemas de salud que han afectado desproporcionadamente a mujeres y niños y niñas. Incluso en un trabajo de Stephanie Lahar se pone de manifiesto que en los países “subdesarrollados” “hay una correlación directa entre la adopción de la tecnología de la revolución verde (agroquímicos, cultivo intensivo) y el incremento de la violencia y la discriminación de la mujer” (Lahar, 2003:42).

Es interesante resaltar que de la misma manera que no existe un sólo feminismo, sino que se habla de feminismos, lo mismo se aplica al ecofeminismo, que debe considerarse desde su pluralidad. La intención es seguir profundizando en las corrientes ecofeministas y compartir nuestras indagaciones con ustedes.

Julieta Evangelina Cano y María Laura Yacovino

  • Lahar, Stephanie (2003) “Teoría ecofeminista y activismo político” en Warren, Karen (Ed.) Filosofias ecofeministas,  ICARIA.
  • Santana Cova, Nancy (2005) Los movimientos ambientales en América Latina como respuesta sociopolítica al desarrollo global. Espacio Abierto [online], vol.14, n.4 [cited  2014-01-23], pp. 555-571.
  • Tardón Vigil, María (2011) “Ecofeminismo. Una reivindicación de la mujer y la naturaleza” El Futuro del Pasado: revista electrónica de historia, Nº. 2, 2011 (Ejemplar dedicado a: Razón, Utopía y Sociedad), págs. 533-542
  • Warren, Karen (2003) “Introducción. Filosofías ecofeministas: una mirada general”, en Warren, Karen (Ed.) Filosofias ecofeministas,  ICARIA.

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