Durante la Edad Media, fueron muchos hombres y mujeres los que se recluyeron tras los muros de los innumerables conventos que se dispersaban por toda la geografía europea. En una incansable búsqueda de Dios, en un intento de huir del siglo, como se decía entonces, algunos de ellos escogían, sin embargo, la reclusión individual. Y como muchos eremitas que huían a las montañas y buscaban el cielo entre rocas y árboles, muchas mujeres escogieron cuatro paredes pegadas a los muros de las iglesias en medio de las concurridas calles de las incipientes ciudades medievales. Conocemos el nombre de algunas de aquellas místicas emparedadas. Juliana de Norwich fue y es recordada por sus visiones y revelaciones divinas, que plasmó en una obra mística, que se convirtió además, con toda probabilidad, en el primer libro escrito en inglés por una mujer.
La desconocida
Esta mística inglesa adoptó el nombre de la iglesia en la que decidió vivir su vida de santidad, Saint Julian, una iglesia de monjas benedictinas situada en Norwich. Si ese nombre, Juliana, coincide con su verdadero nombre de pila, se desconoce. Tampoco se sabe con exactitud su fecha de nacimiento ni sus orígenes. A partir de la única fecha indicada por ella misma, el día de sus revelaciones místicas, se calcula que Juliana nació a finales de 1342.
Una enfermedad determinante
El 13 de mayo de 1373, con poco más de 30 años, Juliana sufrió una grave enfermedad que la colocó a las puertas de la muerte. Cuando todo el mundo pensaba que no iba a sobrevivir, recibió la extrema unción. Pero cuando Juliana vio una cruz soportada por uno de aquellos que la velaban, según describió ella misma, todo quedó a oscuras menos la imagen de Cristo. Sorprendentemente, la joven sobrevivió.
Durante el tiempo que Juliana estuvo enferma experimentó varias visiones que plasmaría años más tarde, en 1393, en su gran obra mística, "Dieciséis Revelaciones del amor Divino". Desde aquella experiencia vital, hasta su muerte, 43 años después, Juliana decidió vivir recluida en una celda adosada a la iglesia de Norwich donde siguió experimentando revelaciones y visiones místicas.
Visiones positivas
La obra de Juliana recoge sus visiones y experiencias místicas. En un mundo rodeado de penurias y dificultades, en el que además ella misma había decidido vivir aislada del mundo, sin ningún tipo de comodidad, sorprende la actitud optimista de su obra que se puede recoger en su famosa frase "Todo irá bien, y todo irá bien, y toda clase de cosas irán bien". Para Juliana, la enfermedad y el sufrimiento eran el medio para acercarnos a Dios, por lo que no los consideraba como algo negativo.
La obra de Juliana es recordada como una de las obras capitales de la mística en lengua inglesa e incluso podría haber sido la primera en escribirse en dicha lengua.
Juliana de Norwich murió en 1416. Es venerada como santa en la iglesia católica y es reverenciada por el credo reformista.
Si quieres leer sobre ella
La mirada interior. Escritoras místicas y visionarias en la Edad Media, Blanca Gari y Victoria Cirot
Por Sandra Ferrer
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