El siglo XIX vivió el nacimiento de uno de los movimientos culturales más preciosos y profundos, el romanticismo. Grandes nombres como Rossini o Chopin en la música o Goethe en la literatura y la poesía, brillaron con luz propia. Entre ellos, una mujer, María Szymanowska, virtuosa del piano que inspiró los versos de unos y las composiciones musicales de otros.
Virtuosa del piano
Marianna Agata Wołowska nació en Varsovia, el 14 de diciembre de 1789. De su infancia poco se sabe. De origen judío, María estudió piano con Antoni Lisowski y Tomasz Gremm. La joven pronto destacó en el mundo de la música como intérprete al piano, compositora y profesora. Con 21 años María iniciaba su carrera internacional como concertista.
En aquel tiempo, 1810, María se casó con Jozef Szymanowski. Tuvo tres hijos, una niña llamada Helena y dos gemelos, Celina y Romuald. El matrimonio de María duro solamente 10 años, tras los cuales se separó de Jozef. La pianista se quedó con sus hijos, hecho que no impidió que continuara con su carrera musical.
Inspiración romántica
Inspiración romántica
María Szymanowska realizó 113 obras. De ellas destacan piezas breves para piano y el uso del llamado “stile brillante”. María está considerada como precursora de Frédéric Chopin, a quien sin duda influyó con sus danzas polacas y nocturnos. Otros músicos del momento, entre ellos Giacomo Rossini, admiraron su obra y su interpretación. También deslumbró a intelectuales y poetas como Goethe, quien sintió una profunda pasión por la pianista a la que dedicó su poema Aussöhnung. De María dijo: El increíble talento de Szymanowska no se puede explicar con palabras.
La pianista de la corte imperial
La pianista de la corte imperial
María Szymanowska realizó muchos conciertos alrededor de Europa, algunos públicos y otros privados para la realeza del Viejo Continente. En sus giras, María colaboró con las principales figuras del momento como la soprano Giuditta Pasta (1797-1865) y el compositor y pianista Johann Nepomuk Hummel. María volvía a su Varsovia natal donde no permanecería demasiado tiempo. Su fama y virtuosismo la llevaron a San Petersburgo en 1828 donde fue nombrada “Primera Pianista de la Corte Imperial Rusa”.
Tres años después, el 25 de julio de 1831, moría en la capital del imperio ruso.
Si quieres leer sobre ella
Por Sandra Ferrer
No hay comentarios.:
Publicar un comentario