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viernes, 20 de enero de 2012

La impresionista autodidacta, Lilla Cabot Perry (1848-1933)


El impresionismo es quizás una de las etapas de la historia del arte que más mujeres pintoras nos ha dejado. Una de esas mujeres fue Lilla Cabot Perry, una estadounidense que después de pintar durante muchos años de manera autodidacta terminó convirtiéndose en una artista de renombre.

La pintura como recreo

Lilla Cabot Perry nació el 13 de enero de 1848 en Boston. Hija de un reconocido cirujano, el doctor Samuel Cabot, Lilla disfrutó de una vida acomodada rodeada de personajes distinguidos de su tiempo como el escritor y diplomático, James Russell Lowell o la novelista, Louise May Alcott.

Cuando tenía 26 años, el 9 de abril de 1874, Lilla se casó con el erudito Thomas Sergeant Perry, con quien tuvo tres hijas.

Durante muchos años Lilla disfrutó pintando y aprendiendo de manera autodidacta pero en 1884, el mismo año del nacimiento de su última hija, inició una formación artística formal con el retratista Alfred Quentin Collins. Un año después, en 1885, Lilla conoció al que sería su verdadera inspiración y quien despertaría su pasión por el impresionismo, el artista Robert Vonnoh.

Una americana en París

Poco después de iniciar sus clases de pintura en Estados Unidos, Lilla se trasladó a París donde continuó formándose en la Academia Colarossi. Cuando en 1889 presentó dos de sus cuadros en el Salón de la Sociedad de Artistas, uno de su esposo y otro de Edith, una de sus hijas, Lilla se consagró como una verdadera artista profesional.

Aquel mismo año, Lilla descubrió a Claude Monet y no dudó en acercarse hasta Giverny, ciudad del artista impresionista, para aprender de cerca los secretos del pintor.

El retorno a Boston

En 1894, cuando ya había regresado a Boston con su familia, Lille dio una conferencia sobre Monet, hecho que le abriría las puertas de la Exposición Universal de Chicago en la que expuso 7 cuadros.

Tras un breve paréntesis de 4 años en Japón, a donde Lilla siguió a su marido por cuestiones profesionales, Lilla regresó definitivamente a Boston tras una estancia corta en París donde volvió a exponer su obra.

Su primera exposición individual en la Galería Braus de Nueva York en 1922 anunció el declive de la artista. Un año después caía gravemente enferma de difteria. En 1928 se quedaba viuda. 5 años después, el 28 febrero 1933, ella misma moría, a los 85 años de edad.


Por Sandra Ferrer

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