RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

martes, 25 de octubre de 2016

Leyendo el “Cuaderno dorado” de Doris Lessing

Lectura que es completada a un somero acercamiento a la autora .

Por Iñaki Urdanibia
Doris Lessing ( 1919 –2013)
Nació en Kermanshah( Persia; hoy Irán) en donde su padre, mutilado en la primera guerra undial, había sido trasladado por el banco del que era empleado. Más tarde su familia, con el propósito de hacer fortuna, se trasladó a Rhodesia del sur ( actual Zimbaue), donde ella pasó su infancia y juventud, independizándose tempranamente, a los quince años, de su familia y buscándose la vida en trabajos varios; allá permaneció hasta los treinta años, edad en la que se trasladó a Inglaterra en busca de cambiar de vida y poder dedicarse a la escritura de lleno; para entonces se había casado y había tenido dos hijos, dejándoles allá, a cargo de su padre: En aquellos años frecuentaba un grupo de exiliados, soldados movilizados por aquellos lares, exiliados y desplazados varios que compartían ideas socialistas / comunistas bastante sui generis; con uno de quienes mantenía la voz cantante del grupo, judío alemán cuyos orígenes familiares procedían de Rusia y de quien conservó la escritora el apellido Lessing, se casó teniendo un hijo con él. A éste le llevó consigo cuando se trasladó a Londres en busca de nuevos horizontes; marcha a la que se vio impulsada por las dificultades con las que se topaba para compaginar su dedicación literaria y las tareas propias de esposa y madre.
Allá , militando fugazmente en el PC británico, se asentó su carrera literaria, colaborando en diferentes publicaciones y publicando sus primeros libros. Su estreno se dio con la publicación, en 1950, de La hierba canta. Su militancia se debilitó sobremanera ante el informe secreto de Jruschov al XX congreso del PCUS, tras la muerte de Stalin en 1953, en el que se condenaban los crímenes cometidos bajo el mandato del georgiano, y se denunciaba el culto a la personalidad que se le había rendido . Tal informe parecía anunciar aires nuevos que supondrían una apertura mas ese mismo año se dio el aplastamiento de la revolución húngara por los tanques dichos soviéticos. Habiendo abandonado el partido, su compromiso no cesó en lo que hace a defender posturas anti-nucleares y anti-racistas.
Su obra se fue consolidando, en una mirada amplia que se abría a diferentes temas y preocupaciones: la vejez, las relaciones hombre / mujer, el terrorismo, sin obviar los temas africanos, etc. Recibiendo numerosos premios, entre ellos , de manera realmente tardía, el Nobel de literatura de 2007 , como transmisora de « la experiencia épica femenina y su capacidad que, con pasión y fuerza visionaria ha puesto bajo observación a una civilización dividida »; así detalló la Academia sueca los motivos que le llevaron a otorgarle el galardón…Sin entrar en mayores discusiones, ni disquisiciones, sí que se puede señalar que el presente año, por ejemplo, no se les ocurrió, a los académicos suecos, mencionar la “ experiencia épica masculina” de Bob Dylan, por ejemplo ( a modo de anécdota chusca, leo un poema –no me puedo resistir-del gran bardo: « Tal fuerza tengo en el rabo/ que en su magnífico lomo / posarse puede un palomo, / dos avutardas y un pavo ») ¡ cosas !: claro que no lo tenían tan claro los dilectos académicos como la premiada que decía: « el filtro usado por la mujer para mirar a la vida tiene idéntica validez que el que usa el propio hombre…» ( Prefacio de junio de 1971 a la nueva edición del Cuaderno dorado ).
« El cuaderno dorado » ( 1962)
Considerada quizá, y sin quizá, como su novela más destacada, tanto por las temáticas planteadas, intempestivas en la época en la que fueron escritas, como por sus innovaciones formales, habiéndose convertido en un libro celebrado por las feministas en la década posterior a su `publicación. La obra pivota entre varios ejes que se complementan: las relaciones entre hombres y mujeres, la presencia colonial en tierras africanas, la militancia política, y ciertos tonos anti-belicistas, amén de algunas cuestiones relacionadas con la escritura..
Cuando el libro fue escrito todavía no existía como tal el movimiento feminista, fue más tarde cuando el libro fue adoptado como modélico. Cierto es que dos de las mujeres protagonistas, Anna Wulf y su amiga Molly, son unas mujeres que se salen de la norma, independientes, y que a pesar de los obstáculos que salen a su paso se mantienen firmes en mover la rueda para mejorar el mundo, comprometidas políticamente y volcadas en el campo de la creación artística, conservan sin embargo sus afectos para con sus hijos, y buscando amores que realmente les llenen . Siempre por el lado de los objetivos pendientes e incumplidos pero sin cesar en su empeño sisífico, siendo conscientes del permanente fracaso que les acompaña( no hay más que ver además de sus propias carreras, las de sus hijos que les salen netamente rebotados: la hija de Anna, Janet quiere ir a un internado de monjas frente a las pretensiones maternas por llevarle a algún centro “progre”, mientras que el hijo de Molly, Tommy, acaba convirtiéndose en un hombre de negocios laborista, ello sin embargo no hace que las mujeres se rindan…pues el seguir subiendo la piedra-como el condenado Sísifo- siempre conduce hacia un horizonte mejor.
El libro es una obra poliédrica que además de una novela propiamente dicha, que lleva el sintomático título de “Mujeres libres”, se compone de cuatro cuadernos-fechados entre 1951 y 1957, que Anna escribe para tratar de domar el caos en el que vive; de este modo dividiendo sus anotaciones en diferentes cuadernos, dedicado cada cual a alguna de las esferas de su existencia, supone que va a conseguir dar cuenta cabal de ella misma. La empresa no parece llevarle al éxito esperado lo que hace que como último recurso ponga en marcha un quinto cuaderno, el dorado, con el fin de que reúna o englobe la totalidad de todo lo esparcido en los otros. « Escribo cuatro cuadernos, uno negro, que está relacionado con Anna Wult como escritora; otro rojo, que trata de política; uno amarillo, en que invento historias basadas en mi experiencia; y otro azul, que intenta ser un diario »; más tarde, ante el fracaso del intento, escribirá: « Dejaré los cuatro cuadernos. Empezaré un cuaderno nuevo, y me pondré toda yo en un solo cuaderno».
La novela titulada Mujeres libres– presentada en cuatro entregas( pp.23 et ss. / 260 et ss./ pp.367 et ss. / 493 et ss.), y una quinta de conclusión(que es acompañada del quinto cuaderno, el dorado) es la parte del libro que se lee con mayor fluidez ya que la narración es lineal y presenta las relaciones de dos amigas: una escritora, Anna, y la otra actriz, Molly. La primera es autora de una novela de cierto éxito y acaba de separarse de su marido; su situación es de puro bloqueo creativo lo que le tiene como paralizada, su amiga , puro dinamismo y con mayor atrevimiento para enfrentarse a situaciones problemáticas, le incitará a que no abandone la escritura ya que considera que su amiga vale para ello y sería una verdadera lástima que se amilanase y abandonase su labor. En los diferentes trozos se nos irán dando a conocer los amoríos de ambas mujeres, sus aventuras y los crujidos que se producen en la relación con sus hijos: Anna Wult tiene una niña, Janet, mientras que Molly tiene un niño algo más crecido y digamos que, problemático, y encerrado en sí mismo . Los problemas de este segundo hará que en la novela asome su padre , Richard, ex de Molly, dedicado a los grandes negocios tratando de poner un poco de sensatez en el tema, ya que considera que tanto Molly como su amiga Anna- mujeres de vida libre e izquierdista- no son un buen ejemplo para el muchacho y con ellas las cosa no va a funcionar como deberían. El fracaso como eje de sus existencias, que acabarán con Molly que se casa y Anna empleándose como asistenta social en una asociación inmersa en la onda laborista.
Es en esta situación de sequía creativa que he nombrado, cuando con el propósito de intentar poner fin a su confusión, Anna comienza la escritura de los cuadernos nombrados, como si troceando su experiencia fuera a lograr aprehender su confusa vida; cuadernos que en su avance nos serán presentados cuatro veces.
El primero de ellos es el cuaderno negro que tomando como base las vivencias africanas de la escritora que ha tenido bastante éxito con su primera novela, Las fronteras de la guerra, que se centra en las maldades del colonialismo. Junto a las idas y venidas acerca de los defectos y carencias, que ella constata en su novela, en su libro que algunos productores cinematográficos y televisivos, se la rifan para llevarla a la pantalla se nos introduce igualmente en el ambiente africano en el que vivió Anna. No cabe duda de que los tonos autobiográficos asoman por doquier ( como ella misma señala en sus textos autobiográficos, y salta a la vista a cualquiera que se acerque a ellos).
El cuaderno rojo está dedicado a la política, fundamentalmente al compromiso comunista, dándosenos a conocer el grupo de amigos que militan como ella en las filas de tal ideología, viéndose las dudas que surgen en más de uno de ellos, ante las políticas marcadas desde Moscú que según todos los indicios niegan los presupuestos de justicia que se supone deberían representar, además de no tener aplicación alguno en el lugar en el que residen. Junto a la crisis que hace que se den balanceos entre lo individual y lo colectivo, cuya dominación puede conducir a la anulación de lo primero, asoman cada vez con mayor fuerza las discrepancias con respecto a la lengua estereotipada –propia de las proclamas panfletarias- y a las derivas de represión generalizada que irrumpen en la URSS bajo la batuta de Stalin, y quedan netamente desveladas por el posterior informe secreto de Kruschev al XX Congreso del PCUS que denunció el “culto a la personalidad” y los crímenes cometidos en los tiempos del anterior secretario general.
El cuaderno amarillo se centra en la experiencia como mujer de Anna, no privándose de exponer sus relaciones amorosas y los rechazos, sin obviar los aspectos sexuales de tales relaciones. En tal cuaderno se introduce otro personaje Ella, que es la mujer de su amante y que, en cierto sentido, se convierte en una especie de modelo deseado de sí misma, de Anna / Julia.
El cuaderno azul, en busca del realismo y la objetividad, la escritora nos relata sus relaciones de amistad con Molly , y se nos dan a conocer las terapias que ambas siguieron con una psicoanalista, Madre Sugar. El diario se ve invadido por recortes de periódicos que dan noticia de hechos de actualidad: la represión en los países del Este, la oleada anti-comunista ( anti-progresista más bien ya que al abanico absorbía a cualquiera que mostrase ciertas ideas renovadoras) encabezada por MacCarthy y secuaces, la detención-como supuestos espías-de los Rosenberg que posteriormente fueron ejecutados, y algunas otras noticias de índole internacional, en especial centrados en el terreno de la conliictividad . Este modo de llenar las páginas del diario son muestra de la pretensión de objetividad, espíritu que se contagia igualmente a las reflexiones sobre sus relaciones con Molly, y los intentos de solucionar los problemas del hijo de esta última, a lo que se ha de añadir sus cavilaciones sobre su militancia en el partido comunista…en un panorama en que todo la conduce al desánimo ante el espectáculo de la crueldad y las innúmeras injusticias del mundo.
Por último el intento de unificar las anotaciones separadas da lugar al cuaderno dorado, si bien el intento no llega a buen puerto ante el convencimiento de que las palabras no dan de sí, no responden con exactitud a lo que pretenden reflejar; a esto ha de sumarse que en el acto de escribir Anna se ve asaltada por voces de campesinos chinos, de guerrilleros cubanos o argelinos, por líderes sindicales africanos como Mahtborg…. El cuaderno acaba siendo escrito à deux, por dos fracasados, Anna y su amante americano, Saul Green, que han llevado sus relaciones al terreno de la destrucción y a los bordes de la locura, lo que les empuja a emprender cada cual su particular camino.
La estructura y composición de la novela –que incluye diferentes novelas, esbozos, relatos y proyectos, sueños, pesadillas y hasta estados cercanos a los delirios y a brotes de despersonalización- resulta francamente compleja, y no cabe duda de que si no se presta una atenta atención quien se acerque a la obra puede extraviarse por caminos indebidos, o quedarse pillado únicamente por unos de los múltiples caminos. Lo que afirmo hizo que- según la escritora – su novela no fuese entendida ni por la crítica, ni por muchos lectores que hallaron mensajes que ella no pretendió lanzar ( con respecto a esto último podría ponerse un pero, aunque sea de baja intensidad, y este reside en que una escritora-o un escritor, claro- lanza la botella/novela al mar de los lectores y según quien recoja la botella/novela la lectura y consiguiente interpretación puede variar, pero por ahí no seguiré). En fin que la no-comprensión señalada por Doris Lessing le obligó a escribir unprefacio explicativo para la nueva edición de su novela, en 1971, en el que airea algunas reflexiones sobre la escritura, los críticos, la educación/ domesticación, el compromiso del escritor , a la vez que señala algunas claves de lectura, al incidir en los aspectos que ella considera esenciales y que hacen que la novela resulte una obra abierta lo que se aprecia en que tras el tiempo transcurrido desde su publicación la autora siga recibiendo cartas acerca de los diferentes puntos de vista que provoca…Una obra viva, pues. .
Me atrevo a afirmar, desde luego no es mucho atrevimiento que digamos, que si en los primeros tiempos sus mensajes eran prometedores y plenos de esperanza, al confiar en un luminoso horizonte, en lo que hace a la presencia femenina, y sus deseos de justicia que se plasmarían en el futuro socialista, el paso del tiempo le condujo a perder cualquier tipo de esperanza en estos horizontes, mostrándose furiosamente beligerante con el abandonado-y fracasado- comunismo y negando cualquier validez a los mensajes del feminismo, que, según ella afirmaba nada tenían que ver con sus posturas y que, de hecho, se habían convertido en una mera lucha de las mujeres contra los hombres; da toda la impresión que Doris Lessing hace buena la afirmación que se vierte en el libro de que para alcanzar la debida madurez ha de haber sido antes caníbal, llegando hasta el punto de ser autófaga con respecto a sus convicciones anteriores.. Como otro factor fundamental de la postura de la última Lessing, se ha de subrayar el peso que la mujer da a lo individual, y a la subjetividad como esencial en el terreno de la auténtica creatividad, y la alerta a las ideologías, colectivas, que puedan suponer una anulación de la particularidad de cada cual.
A la hora de establecer los datos biográficos de la escritora resulta obligado recurrir a sus entregas autobiográficas, si bien como sucede a menudo en este tipo de textos- y como ella misma explica refiriéndose a sí misma en la primera parte de su autobiografía, Dentro de mí ( 1994 / Destino, 1997; pp. 22-28 ; posteriormente, tres años después, seguiría una segunda entrega autobiográfica: Un paseo por la sombra) – no es posible dar cuenta de los hechos con absoluta fidelidad, en el momento en que estos suceden, mas mucho más difícil resulta hacerlo cuando se pretende hacer con años de distancia, ya que el modo de pensar ha cambiado y con él la valoración que de los sucedido se haga al cabo del tiempo transcurrido, además de que los recuerdos se difuminan y la memoria es selectiva conservando algunas cosas y deshaciéndose de otras, a pesar de la propia voluntad del que narra su vida. Así, no es infrecuente que en su novela, me refiero al Cuaderno dorado, se narren algunas situaciones o episodios que son reflejo , algo distorsionado ( ¿ ficcionado?), de lo que relata en su auto-biografía, si bien en ambos caso no se pintan de la misma manera…¿serán los derechos de la ficción? O tal sea que en sus novelas también se transparenta lo que dice con respecto a su escritura auto-biográfica, lo que hace que las cosas reflejadas sufren la merma , o la erosión, del paso del tiempo: en concreto, la novela, publicada originalmente en 1962, está escrita y relata hechos, fundamentalmente, de los cuarenta y cincuenta; la primera entrega de la auto-biografía, por su parte, se publicó en 1992, y relata hechos que van hasta el año 1949, es decir hasta que la autora cuenta con la edad de treinta años. Estos décalages son los que hacen que algunas cuestiones queden colgando en lo que hace a la exactitud y verdad de lo dicho. Por asociación de ideas se puede pensar en lo que decía David Hume con respecto al yo, definiéndolo como un “haz de percepciones”, mas no ve aprehenden las cosas de la misma manera en una época que en otra( ni se tienen las mismas emociones , ni imaginaciones), a una edad que al cabo de unos años, lo que hace que el paso del tiempo haga que la visión sobre lo vivido se modifique –no por problemas de memoria, que también- debido a los giros en el terreno del pensamiento, de la ideología y del modo de interpretar la vida y el mundo; a lo anterior no estaría de más sumar las precisiones del psicoanálisis ( Freud / Lacan) que ante la supuesta transparencia del cogito cartesiano ( pienso luego soy), puntualizaban: mas me pienso donde no soy. En las páginas autobiográficas que acabo de indicar puede leerse: « decir la verdad o no decirla, y en qué medida, es un problema menor que el de las perspectivas cambiantes, puesto que uno va variando la percepción según la etapa que se encuentra, como se escala una montaña y el paisaje cambia a cada recodo del sendero…Intento ver mis yoes del pasado como podría hacerlo otra persona, me convierto en esa otra persona, y al momento me veo inmersa en una ardiente batalla de emociones, justificadas por pensamientos e ideas que ahora juzgo erróneos ».
El pretendido feminismo de la novela ha de ser tomado-a mi modo de ver- con pinzas ( no solo por ser un texto escrito antes de que irrumpiese el movimiento feminista como tal, sino por la particular visión de la propia Lessing). La independencia de las dos mujeres , Anna y Molly, no cabe duda que rompen con los moldes de la época y en ese sentido ambas pueden ser consideradas como mujeres tiradas palante que no respetan los cánones al uso, ni los estrictos roles que se les supone; tal tendencia a la libertad más allá de las normas consagradas se plasma igualmente en el terreno de las relaciones sexuales, digamos que abundantes, por no emplear el término promiscuas, que se me antoja como netamente peyorativo. Dicho esto, y aun teniendo en cuenta que las mujeres se mueven en un proceso de tanteos ( prueba / error…) resulta sorprendente la necesidad de hombres, para experimentar verdaderos sentimientos que explicítan ( no digo ya, placeres sexuales, en su caso hetero…), lo que parece dejar ver cierta dependencia con respecto a los varones; esta necesidad casi imperiosa hace que las relaciones que establecen en ocasiones resultan mero fruto del azar, o de cierta necesidad, más que de cualquier forma de sintonía o cercanía ideológica u otras con los hombres con quienes comparten, las más de las veces de manera fugaz, su vida . En lo que hace a los hombres estos , generalmente casados o comprometidos, recurren a ellas como en busca de experiencias nuevas, suponiendo que ellas son mucho más lanzadas que sus parejas lo que hará que su disfrute conozca nuevas y más profundas formas, al tiempo que de hecho se convierten en niñitos a los que ellas han de arropar: preparar el desayuno, prepararles la camisita, etc.. Este retrato conduce en línea directa a una visión complementaria en la que todo indica que se ha de dar un cambio en los hombres para que las relaciones con mujeres, del tipo presentado ( diríamos que “liberadas”) se den en el plano de igualdad.
Otro de los aspectos que denotan cierta flojera es el retrato de unos militantes comunistas, cuyo compromiso no parece el más propio de tal tipo de militamcia ideológica. La imagen que se da ( conste que sería así y no hay por qué no creerlo) es la de un grupo de desplazados, que se hallan fuera de lugar y que llevan una vida en la que las relaciones laborales, etc, brillan por su ausencia. Unos son aventureros, otros refugiados, otros soldados- u oficiales- en misiones de cumplimiento con los deberes patrios…y la vida que parecen llevar es de holganza y diversión casi continua, más parecen integrantes de un club de bureo que otra cosa. Seres realmente perdidos en una geografía que no responde a la que para ellos es habitual ( lejos del selecto nivel universitario de Oxford) y con unos habitantes de los que les separa una franja que se antoja poco menos que infranqueable. Nada que ver, desde luego, con la imagen de seres “forjados de acero” y siempre dispuestos para la acción, los componentes del grupo que nos son presentados más parecen los integrantes de un club de debate que cualquier forma de organización puesta en pie de cara a la acción emancipadora. Las condiciones del lugar no eran desde luego las que respondiesen a los esquemas propiamente “marxistas” ( ni en lo que hace a las fuerzas productivas ni, en consecuencia, a las relaciones de producción; allá las relaciones eran más propias de la servidumbre negra frente al dominio blanco), ni a las políticas que se pudiesen llevar adelante en Europa con consignas provenientes de Moscú, lo que les hacía estar fuera de lugar, y con algunas dudas acerca de si no sería necesario buscar en los negros el sujeto para la transformación…ello , no obstante, resultaba complicado ya que las relaciones de estos últimos con los blancos en principio no eran de mayor simpatía, además de que el color de la piel podía convertir a los “revolucionarios” blancos en blanco de las iras de los negros…en caso de que estos fuesen invitados a levantarse contra la opresión.
En lo que hace al colonialismo y el anti-racismo la verdad es que no son enfocados con profundidad ni detenimiento, el asunto se deja ver en base a algunas pinceladas dispersas. El mismo trato que el grupo presentado mantiene con los nativos, negros, es distante y el propio de la relación de amos/sirvientes. Digo esto aun siendo consciente de que no estamos ante un libro de sociología, política o historia, pero un poquito al menos…
Y…otras obras
La variedad de temas abordados por la escritora británica es realmente llamativo; he aquí unas muestras de tal aspectos:
+ « Canta la hierba» ( 1950 / Ediciones B, 2005)
Esta fue su primera novela publicada. Crónica de la segregación racial dominante en África. La atmósfera retratada se mueve en una tensión creciente, y como sabido es las cosas , en este terreno como en otros, no se quedan así sino que se hinchan, llegando a estallar.
+ « Cuentos africanos » ( 1954 / Alianza Tres, 1987)
La infancia y juventud pasadas en aquella tierras hicieron que la huella del continente africano siempre ocupase el corazón de la escritora, y no pequeña parte de su pluma; « África llegó a ser como una fiebre latente en la masa de la sangre o como una vieja herida que palpita en los huesos cada vez que cambia el aire ». Tres volúmenes componen esta pintura que deja ver las condiciones duras y solitarias de los colonos, los tira y afloja de algunas parejas, la minuciosa descripción de la vida de ciertos animales, las ensoñaciones de algunos nativos por incluirse en el modo de vida representado por los colonos, …sin olvidar los vivos paisajes que sirven de escenario a las historias narradas.
+ « Un hombre y dos mujeres » ( 1958 / Seix Barral, 1967)
Diecisiete relatos que se extienden por los temas y obsesiones esenciales de la escritora. Sus preocupaciones políticas, la sinceridad absoluta a la hora de enfocar la vida erótica femenina. No faltan las relaciones amorosas, con sus desamores, y el recurso a la vida animal para establecer comparaciones, sobre la atracción, el deseo y el rechazo. La pluma de Lessing es afilada y los políticos con sus abusos y ambiciones no quedan exentos de su escrutadora mirada, que también apunta con potencia contra la infamia del racismo , en especial, patente en la Unión Sudafricana.
+ « Shikasta » ( 1979 / Edhasa, 1986)
Una muy particular e imaginativa historia del planeta Tierra. A fuer de sincero las incursiones míticas, legendarias y el recurso a la ciencia-ficcioón dan como resultado una obra confusa y prescindible.
+ « Los matrimonios entre las zonas tres , cuatro y cinco » ( 1980 ( Edhasa, 1988)
Otra de las entregas, igual que la anterior, de la pentalogía agrupada bajo la etiqueta de “ Canopus en Argos: Archivos “. Sin que sirva de precedente no hay otra que coincidir con Harold Bloom, cuando califica las incursiones de la escritora en los terrenos de la ciencia-ficción, como verdaderos bodrios, con perdón.
+ « Diario de una buena vecina » ( 1983 / Edhasa, 1987)
Jana Somers, atractiva e inteligente redactora de una revista para mujeres, siempre ha ido a lo suyo, sin preocuparse ni mucho ni poco de los demás; hasta tal punto que ni el fallecimiento de su madre y de su marido no parecieron afectarle. Un buen día conoce en la farmacia a una anciana encorvada , Maudie Fowler, con la que va a establecer una estrecha relación, que le conduce a verse reflejada en la anciana y a preocuparse , más allá de las dificultades de la vida, por la tarea más difícil de todas que es el morir.
+ « Si la vejez pudiera » ( 1984 / Ehasa, 1988)
Una vez más la protagonista es Jana Somers que ya en la cincuentena se enamora de un hombre de su misma edad. A pesar de las cargas de Jana, que tiene a su cargo dos sobrinas y la solitaria anciana, ella se entrega a su amante siendo la entrega recíproca lo que hace que pasen, ambos dos, un verano inolvidable. Los interrogante, no obstante, asaltan a la mujer que duda si el amor que dirige a su compañero no será una sustitución del que profesó a su difunto marido.
+ « La buena terrorista » ( 1985 / Edhasa, 1987)
Alicia es una joven sensata y realista que mantiene desde hace años una relación con un joven homosexual, pelín rarito. Viven en casa de su madre, gorroneando, lo que se contradice con sus posicionamientso izquierdistas y radicales. Expulsados de su casa materna, se buscan la vida en un casa ocupada y allá se topan con un grupo de combativos muchachos que sueñan con colaborar con el IRA. Las incoherencias de estos son pintadas con brocha gorda y las amalgamas caricaturescas toman la página, sin esquivar ningún tipo de truculencias, rebotes y lugares comunes.
+ « Risa africana » ( 2000 / Plaza y Janés, 2001)
Cuatro viajes- 1982, 1988, 1989 y 1992) que la autora realizó a la tierra de su infancia y su juventud , le sirven para entregar estas prosas híbridas en las que se balancean las memorias, historia y narrativa. Los mapas han cambiado, y los nombres de los países también; y la escritora recurre a la ficción con el fin de exponer sus críticas al colonialismo , que soliviantaron tanto a la minoría blanca como a la mayoría negra, que hoy -Rodesia del Sur convertido en Zimbaue- está gobernando. Críticas- en las que se cruzaban el anti-racismo y el comunismo- que en su momento le supusieron la prohibición durante nueve años de entrar en el país. La exhuberancia del paisaje sirve de colorido escenario a los conmovedores personajes que nos son presentados.
+ « El sueño más dulce » ( 2001 / Ediciones B, 2002)
Ojeada aguda sobre el espíritu de la década de los setenta, época de esperanzas y de cierta inocencia que llevaría a la resaca de las décadas posteriores. En esa sentido aquel tiempo resulta ejemplar y la escritora lo enfoca con cercano cariño, si bien la inocencia señalada supuso que ciertos jóvenes fueran engañados y manipulados por gentes sin escrúpulos.
Un par de artículos publicados en su momento
Por tierras afganas
+ Doris Lessing
<<El viento se llevará nuestras palabras>>
Ediciones B. Barcelona, 2002.
191 páginas / 13,99€
+ Robert D. Kaplan
<<Soldados de Dios>>
Ediciones B. Barcelona, 2002.
361 páginas / 17,50 €.
Los dos libros que presento en esta página están escritos durante la guerra de invasión que los soviéticos-con montaje de un partido comunista fantasma y un gobierno títere incluidos- emprendieron contra el pueblo afgano, que resistió por medio de sus aguerridosmuyahidines. Los hechos recogidos corresponden al final de la década de los ochenta, lo que no quita, obviamente, que datos y hechos de épocas anteriores y posteriores ribeteen las narraciones centrales de ambos libros. Magnífica ocasión para conocer los entresijos del país que hace no mucho se convirtió en el centro del interés mundial, cuando en la época visitada, y a pesar de las enormes salvajadas que allí se sucedían al por mayor, Occidente miraba para otro lado; únicamente los yankis con el fin de zancadillear a la, entonces, otra superpotencia, apoyaba sin tapujos directamente o vía Pakistán (con su todopoderoso Zia a la cabeza) a aquellos “combatientes por la libertad” que se enfrentaban a la entonces encarnación del imperio del mal(¡qué miedo!). Saltan a la vista la dureza y la valentía de los luchadores afganos, sus valores que les llevan a-para mostrar su virilidad- penetrar corriendo en posibles campos minados; precisamente escalofriante es la política criminal llevada a cabo por los soviéticos esparciendo distintos tipos de minas(¡qué horrorosa y mortífera sofisticación!) con el fin de vaciar el país, y dejar lisiados y malheridos que diesen trabajo a los familiares supervivientes, además de ampliar de este modo el desánimo. Retratados quedan igualmente algunos de los más importantes jefes militares (Massud, Haq…), la visión de éstos con respecto a las mujeres(<<las mujeres no tienen nariz; comerán mierda>>, <<la propia madre y hermana son repugnantes>>, <<las mujeres tienen que estar en la casa o en la tumba>>…rezan tres proverbios pasthunes)…las distintas tribus o etnias que se disputaban el liderazgo de los muyahidines de cara al mundo…y una serie de variopintos personajes(ex-policías británicos, periodistas lituanos, o aventureros con cuentas pendientes para con el” comunismo”…) que juegan –en algunos casos- un papel esencial a la hora de guiar a ciertos jefes militares y buscar alianzas internacionales…Conoceremos también la zona noroeste de Pakistán, puerta de espera para quienes trataban de penetrar en aquel infierno de polvo, de bombas, de hambre, frío y calamidad que era Afganistán . De todo esto se nos habla: Kaplan, penetrando junto a los guerrilleros afganos al centro de la melée, arriesgando su vida, … con verbo fácil, nos planta ante una amena acumulación de anécdotas y datos significativos, y la compañía de la prosa de Kipling, verdadero guía y maestro de muchas de las características de este indomable y anárquico pueblo. La autora de <<El cuaderno dorado>>, se sitúa en Peshawar, la antes citada entrada pakistaní al país del que hablamos, y allí asiste estupefacta y horrorizada al espectáculo “ignorado” por los países ricos de los numerosísimos exiliados en unos hacinados campos, y allí también tomará contacto con personas significativas(algún comandante muyahidin, algunos mulás, emires, medicos, viudas, lisiados, enfermos, y huérfanos ,…¡y mujeres combatientes!…). La contextualización del <<gran juego>> que se dio en el siglo XIX entre británicos y rusos para ver quién movía ficha en la zona como preámbulo a lo que luego se vería de la mano(y de la bota y el tanque) de la agonizante URSS, está francamente conseguida, del mismo modo que el sistema que sigue la autora: prestar la palabra a los propios protagonistas hacen que el libro resulte ejemplar y clarificador hasta las entretelas . Impresionante cuadro de un país en ruina catastrófica, y el silencio más absoluto y aberrante del resto del mundo como fondo musical. ¡Sinfonía del espanto, de la vergüenza!
Doris Lessing, con la elegancia que caracteriza su escritura toma, para dar título a su libro, una significativa frase de un comandante afgano, Muyahid, <<a gritos os pedimos ayuda, pero el viento se llevará nuestras palabras>>…la escritora británica y el periodista americano dan testimonio de lo que han visto, para luchar contra la barbarie y el ignominioso silencio, mejor manera de que el mundo lo sepa…y ya se sabe aquello que decían los latinos: verba volant, scripta manent, que en roman paladín es: las palabras vuelan, los escritos permanecen.
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Una escritora incómoda
Qué duda cabe que Doris Lessing era una de las eternas candidatas al más preciado galardón del mundo de las letras, el Nobel; desde luego méritos no le faltaban desde hace años, pues su escritura deja ver ya su virtuosismo, su lograda escritura y su intencionalidad crítica nunca abandonada, desde que se inició en la literatura allá a comienzo de los años cincuenta. De entonces son <<Carta a la hierba>> o su ciclo de cuatro novelas <<Hijos de la violencia>>, novelas situadas en el África de su infancia, y en las que se puede comprobar los latidos de los problemas que acuciaban a aquel castigado continente y los desasosiegos varios de hombres y mujeres-especialmente estas últimas- para poder vivir en aquel mundo hostil muy en concreto para ellas, y así hasta el final apocalíptico en el año 2000.
Ya en sus textos primeros , la británica nacida en Irán(entonces Persia) en 1919, vive, sin embargo sus treinta primeros años de su vida(más exactamente desde los cinco añitos) en el continente africano, más en concreto en Rodesia del Sur (hoy Zimbabue) de donde hubo de huir pues sus posturas netamente anti-racistas no eran bien vistas y menos aún su militancia en el partido comunista(en aquel país fue calificada como <<emigrante prohibida>>). Ambas cuestiones señaladas hacían que la futura escritora no fuera bien vista por nadie, ni por negros ni por blancos, y son las que le hicieron partir a Londres en donde ha vivido desde entonces. Lessing(en realidad su apellido era Tayler, siendo Lessing el de su segundo marido) nunca cursó una educación reglada y las únicas universidades, abundantes, que ha pisado lo ha hecho como conferenciante o como receptora de distintos nombramientos honoríficos, siendo ya una escritora consumada.
Si como señalaba líneas más arriba desde los cincuenta comienza a publicar, la obra innovadora, y experimental, que le va a lanzar a la celebridad va a ser su <<El cuaderno dorado>> (1962), en ella se lanza a una crítica al comunismo, militancia que hacía algún tiempo que había abandonado, crítica afilada de las costumbres y los tópicos británicos, el conflicto generacional, y, también, pone en ella las bases de un nuevo feminismo que va a marcar a muchas lectoras(y lectores) de la época. Si hasta entonces se había movido en el terreno de la ficción pura y dura, en esta ocasión aparece sin disimulo la sombra de sus vivencias personales. Destacables en esta línea, mas enmascarándose bajo el seudónimo de Jane Somers publica un par de novelas- <<Diario de una buena vecina>>> y <<Si la vejez pudiera>>- en las que se detiene en la vejez y en las insuficiencias e incapacidades que con tal tiempo de la existencia asoman; entre la ternura y la agresividad, entre la duda y la pasividad, avanzan los personajes en unas relaciones humanas en las que el amor, la compasión y las compañías que quizá ocultan los sentimientos a otros debidos, o desaparecidos ya, protagonistas que nos contagian sus sentimientos y preocupaciones, y la autora, con habilidad, nos atrapa como en una tela de araña que nos enfrenta con aspectos esenciales de la comedia humana en la que todos estamos embarcados. Doris Lessing no muestra ningún tipo de ñoñería y si bien trata a sus personajes con ternura y comprensión, los retrata en situaciones duras, ambiguas y que en muchas ocasiones resultan verdaderos callejones sin salida. En la prosa de la autora parece deslizarse por momentos una especie de fuerza que aprehende a los personajes con la fuerza imparable de un poderoso torbellino del que no parece brotar ningún atisbo de esperanza, llegando hasta un mundo imaginario y mítico como lo deja ver en la última entrega( <<Los matrimonios entre las zonas tres, cuatro y cinco>>) de otro de sus ciclos literarios, <<Canopus en Argos. Archivos>>.

Si señalo que en la obra de la autora se da un retrato ácido de las relaciones humanas, de los afectos, de las rupturas sentimentales, de las amistades estrechas, del mismo modo que se da una profunda inmersión en la tarea de socavar las consolidadas ideas recibidas y reproductoras de la sociedad, en sus primeras obras destaca-como queda dicho- una presencia fuerte de denuncias y críticas políticas y sociales, aspecto al que volvió en <<La buena terrorista>>(1985; publicada en castellano dos años después), a mi modo de ver de una manera francamente demoledora, si bien la demolición la llevaba a cabo de una formas tan atarambanada, maniquea y amalgamadora que en el que esto escribe, al menos, dejó un mal sabor de boca. Ocupas que sueñan con colaborar con el IRA, radicales de izquierda que gorrean de sus padres, y que se gastan en vicios varios los subsidios de desempleo, los agentes secretos soviéticos siguiendo estas movidas para ver si apoyan no dejan de apoyar ciertas actividades…la escritora en tal novela ponía en pie un totuum revolutum que olía a paranoia total. He de reconocer que tal lectura me desencantó, ya señalo desde el encabezamiento que Lessing no resulta una escritora apacible y cómoda, el libro –como digo- me inquietó, me incomodó y me hizo quedarme como paralizado con respecto a dicha autora, son las cosas de los crujidos entre el contenido , la forma y el mundo, etc. Sea como sea, unos años más tarde, en 2001, cayó en mis manos otra obra suya, <<Risa africana>>, en la que se recogían las cuatro vueltas que la autora realizó a su tierra de la niñez(1982, 1988, 1989, 1992)y en la que mostraba además de unos recuerdos sintientes de los años allá pasados, los impresionantes paisajes descritos con una maestría destacable, intercalando hondas reflexiones acerca de los desmanes del colonialismo por aquellas esquilmadas latitudes, y ciertas críticas a las inmensas promesas nunca cumplidas de los políticos…allá latía recuperado, otra vez, el pulso de una gran escritora, de una señora que no se casa con nadie, de una intelectual hecha a sí misma…de esa dama de las letras que hoy ha recibido el Nobel.

lunes, 24 de octubre de 2016

La candidatura de una mujer indígena y el racismo en México

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Alicia Castellanos Guerrero y Gilberto López y Rivas



La gran noticia de que el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) buscarán una candidatura independiente de una mujer indígena para las elecciones presidenciales del 2018, antes que ser reconocida por su valor histórico, ha despertado un racismo velado y abierto entre sectores sociales diversos y algunas voces de la izquierda institucionalizada, lo que no debiera sorprender en  una  sociedad  como la mexicana.

En caricaturas, artículos y opiniones en las redes sociales, se personifica en el Subcomandante Marcos-Galeano, toda idea o decisión que surja del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, y en este caso, del V Congreso Nacional Indígena, negando la participación de cientos de hombres y mujeres que con esfuerzos y penurias llegaron de sus comunidades próximas y lejanas a deliberar en la Universidad de la Tierra, San Cristóbal de Las Casas, Chiapas. No se toman en cuenta los debates previos de los y las zapatistas y de los y las delegadas, así como de los pueblos representados en el Congreso Nacional Indígena. A estos sujetos políticos le son negadas la capacidad de decisión, de  hacer política y de pensar un proyecto incluyente;  para estas mentalidades que operan con una lógica de menosprecio, el subcomandante Marcos-Galeano es el “autor” y “actor” de toda iniciativa  que surge de estas organizaciones.

Desde el inicio de la rebelión de los mayas zapatistas, los indígenas han sido clasificados como cobayas manipuladas por el mestizo visible del grupo insurgente. Esa fue la perspectiva sostenida por Mario Vargas Llosa y la derecha ilustrada, y, lamentablemente, incluso, por quienes, en el diálogo de San Andrés, y a lo largo de estos 20 años de reuniones con los rebeldes, preveían que éstas serían un “fracaso” si el Sub Marcos no asistiera.

Este pensamiento no registra que actualmente la vocería del grupo zapatista radica en el Sub Comandante Insurgente Moisés y que existe una Comandancia General integrada totalmente por indígenas y jerárquicamente superior a los dos Subcomandantes. Se pretende ignorar, asimismo, el proceso de consulta en asambleas de todo paso político importante dado por el EZLN, del extraordinario proceso de votación para iniciar la guerra en 1994, y para aceptar o no, los acuerdos de San Andrés. En otras palabras, habituados a los monótonos discursos de mítines en los que el papel de los ciudadanos se reduce al de ser escuchas, no se alcanza a imaginar que es posible una democracia directa y asambleísta de los pueblos indígenas.

Después de siglos, se sigue pensando que los indígenas pueden ser controlados políticamente, y que de los pueblos sólo puede haber sometimiento  y obediencia a las ideas y órdenes que provengan de los no indígenas. Así, por ejemplo, al inicio del levantamiento, en la propia academia se llegó a afirmar que los indígenas no eran capaces de sostener perspectivas nacionales, por lo que habría que descartar que la rebelión de 1994 tuviera una matriz indígena.

Otra forma de visibilizar estas perspectivas prejuiciadas es considerar que los indígenas no deben ni pueden irrumpir en los espacios considerados exclusivos de una clase política organizada en la partidocracia y la mestizocracia dominantes. Al hacerlo, se tornan “enviados de Salinas”, “peligros para el cambio real”, “aliados de la derecha”, “causantes del fracaso de AMLO”, “divisionistas del voto de izquierda”, “cómplices del fraude”, entre otras descalificaciones. El irrespeto a los acuerdos tomados colectivamente por dos formas organizativas que agrupan a numerosos pueblos indígenas, muestra ese temor a perder una supuesta representatividad única de la izquierda y de la oposición al gobierno. Según esta visión, la “unidad de las izquierdas” sólo se puede lograr sumándose acrítica y subalternamente a un partido político, y excluye la posibilidad de una unidad en torno a proyectos de nuevos sujetos políticos.



Mientras tanto,  paralelamente, las opiniones que saludan la iniciativa de candidatura de una mujer indígena se hicieron públicas: Neil Harvey destacó que este proyecto tiene “el mérito de poner en el centro de atención la defensa de la tierra, bosques, agua, y todo lo que es amenazado por los megaproyectos de desarrollo y el despojo de los bienes comunales.” (La Jornada, 17 de octubre de 2016)

Luis Hernández Navarro piensa que la iniciativa es: “una nueva forma de acción, que tiene como eje central la participación directa en la coyuntura electoral, como una forma de resistencia, organización y lucha. De colocar a los indígenas y a su problemática en el centro de la agenda política nacional. De hacer visibles las agresiones contra los pueblos originarios. De construir el poder de los de abajo” (La Jornada, 19 de octubre de 2016).

En una carta suscrita entre otros, por Pablo González Casanova y publicada en la sección de Correo Ilustrado de La Jornada, se considera que la propuesta “deriva de un pensamiento colectivo; de una práctica histórica de los pueblos que han utilizado distintas estrategias de lucha para asegurar su continuidad y autonomía; de construcción de alternativas que den un sentido distinto al sistema de representación hegemónico, hoy deslegitimado y en grave crisis; surge de quienes mandan obedeciendo, cimientan poder desde abajo, y desean erigir una nueva nación por y para todos y todas; abre un camino de paz en el contexto de violencias de Estado, impunidad, desvío de poder y recolonización de los territorios que está sufriendo nuestro patria.  Esta posible candidatura cuestiona, asimismo, el monopolio de la política y de la representación de la sociedad y la nación, supuesta prerrogativa de la partidocracia; descubre la preocupación de fuerzas políticas que menosprecian las luchas seculares de los pueblos indígenas, y no indígenas, y hacen pública su preocupación por la eventual pérdida de la exclusividad de espacios de la acción política.”

La propuesta de la candidatura de una mujer indígena abrió un debate que no puede ser reducido a los intereses de un grupo, o de un determinado sector social; esta discusión debe hacerse responsablemente a partir de lo que conviene a la nación, los trabajadores, los explotados y oprimidos, al mundo de los de abajo y sus luchas emancipadoras y anticapitalistas. Una discusión que debe llevarse al cabo con respeto  a la pluralidad y en la perspectiva de construir una nación donde quepamos todos.

¿Puede un hombre ser feminista?



Feminismo & ¿hombres feministas?

Eduardo Aguayo
TribunaFeminista

El autor partiendo de su proceso personal de deconstrucción del modelo impuesto de masculinidad hegemónica se pregunta si existen y podemos ser los hombres feministas.

Nací en una familia de izquierdas, mi padre y mi madre tenían un círculo progresista de amistades, y en este ambiente en los años ochenta, cuando nuestra democracia empezaba a andar, para mí era muy común escuchar conversaciones sobre los avances de las mujeres y cómo los hombres de la generación de mi padre, se definían “feministas”. Sus razones, para ellos, eran claras: lavaban los platos, alguna vez hacían la comida, no les importaba que sus esposas salieran, a sus hijas les daban cierta educación sexual, etc. Claramente estos señores no eran feministas, se lo creían y así podían caer en la autocomplacencia para no renunciar a privilegios que les había dado el patriarcado. Como si hubiesen llegado a una especie de nirvana místico, lleno de sabiduría, en el que no debían hacer más esfuerzos para que las mujeres alcanzasen la igualdad. Esto me ha hecho suspicaz ante los hombres que nos definimos como feministas, ¿lo somos realmente o actuamos como nuestros padres? Mi opinión, que puede estar equivocada, es que hemos asumido ciertas cosas para sentir la conciencia tranquila pero estamos lejos de conocer nuestros privilegios y mucho menos de haber renunciado a ellos.

Me considero en reconstrucción de mí mismo desde el feminismo, pero es un proceso que me llevará toda la vida
Me he encontrado con hombres que, al considerarse feministas, se creen con la superioridad moral respecto otros hombres machistas, de hablar a las mujeres sobre temas que son de ellas, y hacer mansplaining sobre todo tipo de temas, como la prostitución, la venta de las capacidades reproductoras de las mujeres, etc. Me considero en reconstrucción de mí mismo desde el feminismo, pero es un proceso que me llevará toda la vida; estoy rodeado de privilegios (artificialmente dados por la sociedad) por haber nacido hombre, y muchos de ellos invisibles para mí (tomados de manera gratuita); es un proceso de aprendizaje continuo.
Pregúntate todos los días cuáles son tus privilegios y cómo puedes hacer para que tus amigos hombres y tú renunciéis a ellos
He visto muchas veces hombres feministas que se ofenden cuando las mujeres nos sacan de nuestra zona de confort (que es inmensa). He vivido cómo hombres feministas, ante un grupo de mujeres, tienen la necesidad de destacar ante ellas en vez de respetar sus espacios, o cómo estos hombres, en ambientes heteropatriarcales, mantienen silencio sobre temas que les podrían comprometer con sus amistades o en el trabajo (por ejemplo). Una de las cosas que más me sorprenden es la constante de algunos hombres feministas de hablar sobre las ventajas que tiene el feminismo para nosotros (que las tiene) pero me parece es querer ponernos una vez más en el centro del asunto. Por ejemplo: es muy común que digan que gracias al feminismo los hombres podemos llorar o expresar nuestros sentimientos. De lo que tenemos que hablar y convencer es que, por culpa del machismo, asesinan a mujeres, las comercializan, las mutilan, las maltratan, les dan peores puestos de trabajo, les pagan menos…son insultadas, acosadas, violadas, etc. Que tú, como hombre, puedas o no llorar, comparado con esto, me parece una nimiedad.
Quizá para los hombres de esta generación que quieren ser feministas sea inalcanzable la meta, pero nos convertimos en mejores personas al intentar conseguirlo
Hombre feminista, nunca pienses que lo sabes todo, cuestiónate a tí mismo y escucha a tus compañeras feministas, procura que te hagan replantear las cosas. Caer en el convencimiento de que ya se es feminista no te hará avanzar, te convertirá en un ser pasivo. Pregúntate todos los días cuáles son tus privilegios y cómo puedes hacer para que tus amigos hombres y tú renunciéis a ellos; intenta transformar tus espacios en espacios igualitarios.

Fuente:http://tribunafeminista.org/2016/08/existen-los-hombres-feministas/ 

Iñaki Gil de San Vicente “El imprescindible feminismo socialista”

Platicamos con el intelectual vasco Iñaki Gil de San Vicente sobre el necesario engranaje entre la lucha por el socialismo y la lucha antipatriarcal.
Muy por el contrario, nosotras opinamos que este es un momento donde la lucha de género debe asumir un rol importante en el proyecto anticapitalista. Las mujeres pobres son las que cargan la mayor parte del peso de la crisis sobre sus hombros, y si bien la superación absoluta de esta situación es solo posible en el socialismo, estamos convencidas de que la lucha por la emancipación de la mujer debe ser del presente. Es así porque mientras la mujer sea dominada por el hombre y la crisis se desplace sobre ella, la tendencia es a postergar la confrontación con el capital. En un momento de crisis económica y política, ¿cómo engranarías la lucha por el socialismo con la lucha antipatriarcal?

Cira Pascual Marquina (CPM): En el continente latinoamericano somos testigos de rápidos procesos de pauperización. En casos como el venezolano, donde un gobierno progresista se mantiene en el poder, el horizonte de lucha del pueblo tiende a limitarse a resolver los graves problemas familiares que se presentan cotidianamente de forma individualizada. En un contexto así, la lucha antipatriarcal podría ser caracterizada como trivial o pequeñoburguesa.


Iñaki Gil de San Vicente (IGSV): Las fuerzas revolucionarias venezolanas, y en especial las que luchan con más decisión y perspectiva histórica por la emancipación de la mujer trabajadora, cometerían un error suicida si minusvalorasen la importancia de la lucha antipatriarcal como una piedra basal del socialismo. El error consistiría en creer que como ya se han logrado algunos derechos elementales de la mujer, y dadas las serias dificultades actuales que pueden llevar a la derrota del Proceso Bolivariano, teniendo todo esto en cuenta, ahora es necesario volcarse en otras luchas “más importantes”.
Otros muchos procesos revolucionarios han cometido este mismo error: el ruso de 1917, el del Estado español de 1936, el chino de 1949 y el chileno de 1970 por citar algunos. En ellas la emancipación de la mujer, con grandes conquistas iniciales, terminó debilitándose y posponiéndose a otras “prioridades”. Los resultados fueron desastrosos a medio y largo plazo: resurgimiento de valores patriarcales y sexistas primero en la vida mal llamada “privada” y luego en lo “público”; debilitamiento de la fuerza social de los movimientos populares y obreros que son la base del poder revolucionario; reforzamiento de las tendencias burocráticas inherentes al poder patriarcal renacido dentro de la izquierda; envalentonamiento de la burguesía, y, junto a otras causas, la derrota última de la revolución.

CPM: Aunque reivindicamos y somos partícipes de luchas por cambios en la legislación que garanticen, por ejemplo, la legalización del aborto –que por cierto, está penalizado en Venezuela–, somos también conscientes que los cambios en la ley no implican la superación de la doble explotación de la mujer. En La mujer, August Bebel plantea algo muy importante: conceder derechos de igualdad a la mujer no cambia la condición de sujeto subalterno para la mujer trabajadora. Hay estructuras económicas y culturales que reproducen la condición de dominación de género. ¿Podrías explicarnos cómo funcionan estas estructuras económicas y culturales?

IGSV: Las estructuras económicas y culturales de explotación de sexo-género funcionan en dos áreas diferentes pero unidas en la práctica: la de la explotación de la fuerza de trabajo sexo-económica de la mujer por el hombre, y la de la dominación cultural, afectiva, emocional, amorosa, sexual, política, etc., del patriarcado. La unión práctica entre explotación y dominación produce la opresión capitalista de sexo-género. El sistema patriarcal es anterior al capitalismo, pero éste lo ha integrado, subsumido en su lógica, convirtiéndolo en una pieza clave de su existencia, pieza que demuestra especialmente su eficacia en dos circunstancias decisivas. Durante las crisis, el patriarcado refuerza el aplastamiento de la mujer en todos los sentidos para aumentar los beneficios capitalistas en todas sus expresiones; durante las luchas revolucionarias, el patriarcado intenta convencer a las mujeres de que no luchen, que sean pasivas y, sobre todo, que se opongan a la revolución.

CPM: Silvia Federici ubica una parte importante de la resistencia al desarrollo capitalista en la mujer trabajadora y pobre (la campesina, la obrera, la desempleada, la trabajadora sexual). Según Federici, durante los últimos 500 años se han dado grandes luchas por la protección de lo común (y de lo comunal) desde el bloque social de la mujer trabajadora. Reconociendo el acumulado histórico de estas luchas que pueden convertirse en faros, ¿cómo debemos orientar la lucha hoy día?

IGSV: Otras revolucionarias han dicho lo mismo o parecido que Federici, pero con otros énfasis y en otros contextos, y todas ellas tienen razón. En el capitalismo actual hay, al menos, cuatro luchas cruciales en las que la mujer trabajadora debe ejercer la dirección. Éstas son: la reproducción como parte de la producción; la (re)construcción de lo colectivo, comunal; la lucha cultural y ética contra las ideologías patriarco-burguesas; y la actualización del principio de autodefensa social como contrario a la violencia patriarco-burguesa.

http://generoconclase.blogspot.com.es/2016/10/inaki-gil-de-san-vicente-el.html?m=1