RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

jueves, 4 de mayo de 2017

El oficio de sirvienta

Por Ilka Oliva Corado


Las sirvientas conocemos la intimidad de las familias, hasta de lo que no quieren que nadie se entere, conocemos temperamentos, vicios, miedos, jactancias, vacíos y pretensiones. Porque estamos ahí todo el tiempo, invisibles, muebles viejos que se mueven de un lugar a otro para que no estorben.

Últimamente defensores de derechos humanos nos llaman asistentes domésticas, para aminorar el golpe, pero a las cosas por su nombre: somos sirvientas, nuestro oficio es servir.


Partiendo de ahí, podemos desmenuzar la gama de abusos que vivimos quienes trabajamos en el servicio doméstico y en mantenimiento. No importa el   país, la realidad de los sirvientes es   la misma en todos lados. No nos vamos a dar baños de pureza y a señalar a Estados Unidos como el causante de todos nuestros males. En India, existen las castas, en Latinoamérica las mentes colonizadas, y así vamos por país y continente, cada uno con sus propios males.
No se trata del color, de la nacionalidad, ni del idioma, se trata de quién tiene el poder y quien tiene el poder abusa y discrimina, con propios y extraños. El oficio de niñera y empleada doméstica es el mismo, solo varía el nombre: en ambos el trabajo es servir. Y digo servir con todo el peso de la palabra: de día y de noche. Cuando los niños están en la escuela o en clases particulares, las niñeras nos encargamos de limpiar la casa, los cuartos de juego, cocinar, lavar la ropa: el oficio doméstico. El de la empleada doméstica es igual y ambas son tratadas como muebles viejos. Porque una limpia pañales sucios y la otra baños sucios: ambas trabajan entre la mierda.
Las niñeras somos las mamás emergentes, estamos ahí todo el tiempo porque las mamás están en sus clases de yoga, tomando el té con amigas o viajando por el mundo. Algunas, contadas, son las que trabajan. Entonces las niñeras sin querer, como consecuencia de nuestro trabajo, damos abrazos, entendemos emociones, cuidamos enfermedades, contamos cuentos y nos desvelamos y damos apoyo moral a niños que aprendemos a querer como propios y, que en el futuro cuando se den cuenta de nuestro papel en su casa y en la sociedad, nos tratarán como los muebles viejos desechables. Porque es el patrón, porque son parte del círculo de la cultura del capital.
Las sirvientas conocemos la intimidad de las familias, hasta de lo que no quieren que nadie se entere, conocemos temperamentos, vicios, miedos, jactancias, vacíos y pretensiones. Porque estamos ahí todo el tiempo, invisibles, muebles viejos que se mueven de un lugar a otro para que no estorben. Trabajamos en silencio, a manera de pasar desapercibidas porque, ¿qué tiene qué contar una sirvienta? ¿En qué forma puede una sirvienta interactuar con sus empleadores? Máximo cuando ellos tienen cuna de oro, y pergaminos y se codean con la crema y nata de la sociedad. De ninguna, la sirvienta no siente, no piensa, no tiene emociones, está ahí para servir, jamás es vista como persona, no existe como ser humano.
Las sirvientas no nos cansamos, nunca tenemos derecho a enfermarnos, a estar deprimidas, a anhelar, a extrañar, no tenemos derecho tampoco a los beneficios laborales, las vacaciones son para otros no para nosotras. No tenemos derecho a las emergencias porque entonces, ¿quién va a limpiar los cuartos, a lavar los platos, a planchar la camisa del patrón, a hacer el desayuno y a trapear? ¿Quién irá por el correo, por el pan y al supermercado? ¿Quién le cuidará la fiebre a los niños? ¿Quién limpiará el vómito del señor que llegó borracho en la madrugada?
Y si a pesar del abuso todo sobrepasa los extremos inconcebibles, las empleadas domésticas también somos abusadas sexualmente por el empleador, hijos de los empleadores, amigos de los empleadores y bajo la tutela de la empleadora que hace que no ve. Porque al fin y al cabo los hombres son así, sedientos de placer todo el tiempo y mejor que se cojan a la sirvienta que a una trabajadora sexual que les puede pegar enfermedades… Y en la mayoría de los casos esa empleada doméstica es una niña que no pasa de los 12 años.
Las empleadas domésticas no tenemos derecho a los dolores menstruales, porque somos máquinas, y tampoco a angustiarnos cuando nuestros hijos están enfermos en casa o en la guardería donde los dejamos para ir a trabajar. No tenemos derecho a añorar a nuestros padres y hermanos que dejamos en el pueblo cuando nos fuimos a la capital o emigramos a otro país. Tenemos la obligación de estar íntegras para servir a nuestros empleadores, vivimos por ellos y para ellos, nuestras vidas no existen, no tienen derecho a existir. Tampoco los cumpleaños, ni las navidades, ni los días festivos, nosotras estamos de planta todos los días del año, a todas horas.
Las empleadas domésticas, guardamos secretos íntimos que cualquier amigo de nuestros empleadores daría el brazo derecho por saber. Nunca nos dicen gracias por nuestra ética, ¿qué puede conocer de ética una limpia baños? ¿Qué puede saber de pintura, arte, lectura, de vinos, de quesos finos y comidas gourmet? Una cosa es que las cocinemos y sirvamos y otra interactuar.
¿Qué puede saber una sirvienta de ropa de marca, lociones caras y teléfonos inteligentes? Tal vez nada, pero es la que cuida los más preciado de los empleadores: sus hijos. A una sirvienta jamás le darían sus automóviles para ir al supermercado o a la farmacia, pero sí les confían a sus hijos todo el día y les dan las llaves de su casa. Un automóvil se lo pueden rayar, ensuciar y chocar, pero qué valor tienen sus hijos para que los dejen con una completa extraña que no sabe ni el idioma, ni marcar a un número de emergencia y además indocumentada si se trata de una migrante. ¿Cómo pueden confiar sus hijos a una ignorante carente de conocimientos básicos para sobrevivir en la sociedad del ego y el oportunismo?
Jamás le prestarían su carro de último modelo pero permiten que sea la que cocine y limpie sus habitaciones y lleve los niños a la escuela. Que encuentre los dildos tirados en el suelo o entre las sábanas y los lave y coloque en las gavetas donde se guardan. Intimidades que solo conocemos las empleadas domésticas. Y no tenemos derecho a encariñarnos porque los muebles no sienten, esos niños no son nuestros, un día crecerán y nos lo recordarán con una patada en el trasero y con un despido sin aviso, de una día a otro. Como si de un día a otro uno pudiera olvidar los recuerdos, cortar de tajo el afecto y asimilar que uno solo fue un mueble viejo al que le llegó el tiempo de terminar en elbasurero.
¿Qué descanso necesitará una paria que trabaja como mula? Ninguno porque para eso nació, generacionalmente para eso nació, para cargar como mula.
Por eso se extrañan tanto cuando una empleada doméstica rompe el círculo y extiende las alas y vuela. Con sacrificio estudia y se convierte en una profesional, se sumerge al mundo de las artes, se convierte en negociante y empresaria, o regresa a los campos de donde salió, para hacerlos florecer. Pero por cada sirvienta que logra salir del averno, hay miles que se secan y mueren lentamente en el abuso y la exclusión. Y todas tienen un nombre propio, familias, raíz, identidad, sueños. Y todas sienten en lo más profundo de su ser y tienen pasiones y aman y crean, porque son seres humanos.
¿Alguno de ustedes, queridos lectores, alguna vez ha conversado con una empleada doméstica, viéndola a los ojos y la ha tratado de igual a igual? ¿Alguna vez se ha puesto en sus zapatos y se ha preguntado qué sería de su vida si le hubiera tocado trabajar en el servicio doméstico? ¿Qué cambiaría de ser así? ¿Por qué no lo cambia para los otros? Y no hablemos de agallas, hablemos de humanidad y humildad.


Ilka Oliva Corado @ilkaolivacorado 
contacto@cronicasdeunainquilina.com




19 de abril de 2017, Estados Unidos.

miércoles, 3 de mayo de 2017

Líderes musulmanas emiten edicto religioso contra matrimonio de niñas en Indonesia

Por Agencia Islámica de Noticias

AIN.- Líderes musulmanas reunidas en Indonesia emitieron una fatwa (edicto religioso) sin precedentes contra el matrimonio infantil.
La decisión de las líderes religiosas fue anunciada al término de un congreso de tres días que tuvo lugar en la localidad de Cirebon, en la isla de Java, ha sido descrita como “rara” por la prensa indonesia, que destacó la noticia este viernes en sus primeras páginas, segun informa Notimex.
El edicto, que no es jurídicamente vinculante pero si influyente, resulta inusual debido a que por lo general las fatwas son emitidas por el Consejo de Ulemas de Indonesia, que es la máxima autoridad islámica en el país y está compuesto casi en su totalidad por varones.
Además porque es una muestra de que las mujeres están asumiendo un liderazgo en asuntos religiosos en Indonesia, donde una de cada seis niñas se casan antes de cumplir los 18 años, es decir, 340 mil de ellas cada año, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las clérigos en Cirebon explicaron que la fatwa es un intento por impedir que las menores de edad se conviertan en esposas tan jóvenes, pues con ello incluso se ponen en riesgo de mortalidad materna, cuya tasa es muy alta en Indonesia.
Debido a los problemas que enfrentan las jóvenes indonesias, las líderes religiosas pidieron al gobierno que las proteja, incrementando la edad mínima legal para que puedan contraer matrimonio, de los actuales 16 años a los 18 como mínimo.
Fuente: http://www.ain.com.ar/nota.php?nota=14558

El presidente de Austria plantea que todas las mujeres lleven el velo en protesta contra la islamofobia

Por Agencia Islámica de Noticias
El presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, señaló en marzo que todas las mujeres deberían ponerse el ‘hijab’ (el velo en la cabeza) en solidaridad con los musulmanes para luchar contra la “galopante islamofobia”, según se ha trascendido el pasado viernes.
“Toda mujer tiene derecho a vestir como quiera; ésta es mi opinión sobre la cuestión”, afirmó en una escuela cuando fue preguntada al respecto por una alumna, según informa el diario británico ‘The Independent’, citado por el periódico.comEl presidente de Austria, Alexander Van der Bellen, señaló en marzo que todas las mujeres deberían ponerse el ‘hijab’ (el velo en la cabeza) en solidaridad con los musulmanes para luchar contra la “galopante islamofobia”, según se ha trascendido el pasado viernes.
“Y no es solo las mujeres musulmanas, todas las mujeres pueden llevar el velo y si esta islamofobia real y galopante continúa, llegará un día en que tendremos que pedir a todas las mujeres, todas, que se pongan el velo en solidaridad con aquellas que lo hacen por motivos religiosos”, añadió Van der Bellen que pertenece al ecologista e izquierdista Partido Verde, del que fue líder.
Fuente: http://www.ain.com.ar/nota.php?nota=14559

martes, 2 de mayo de 2017

“Se nos olvida que la función de la naturaleza es producir diferencia”

Brigitte Baptiste en el gran foro Semana 2017. Foto: Juan Carlos Sierra

La bióloga transgénero Brigitte Baptiste, directora del Instituto Alexander von Humboldt, participó en un conversatorio sobre la biodiversidad y la identidad de género en la FILBo. Hablamos con ella sobre los prejuicios, la ciencia y las maneras en que debe evolucionar la sociedad colombiana.

POR ANA GUTIÉRREZ


El primero de mayo, el auditorio del pabellón de Francia en Corferias, país invitado de honor a la Feria Internacional del Libro de Bogotá, recibió a Brigitte Baptiste, la directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. La bióloga, conocida en Colombia por ser una mujer abiertamente transgénero, discutió con el actor francés Éric Massé sobre los límites del concepto de género, la increíble diversidad tanto biológica como identitaria de la vida y la emancipación femenina. Desde sus respectivos campos -la ciencia y el arte-, ambos abordaron la manera en que entendemos la masculinidad y la feminidad desde la cultura.
Para Baptiste, la naturaleza es el mejor ejemplo de la variedad de género y sexualidad. Contó un chiste que le oyó a dos niños en la Feria: ‘¿cuál es la diferencia entre un colibrí y una colibrí?‘ ‘Si acaricias al niño se pone contento, se acaricias a la niña se pone contenta‘. Con una risa, no sólo ilustró lo distinto que se ve el género en distintas especies. También introdujo uno de los temas recurrentes de la charla: el lenguaje.
Para la bióloga, la naturaleza está llena de ejemplos a seguir. “Lo más importante que se nos olvida de la naturaleza es que su función es producir diferencia. Es indispensable para la evolución, porque todo está en cambio constante, desde el clima hasta el paisaje. Puede ser lento o brusco, pero de todas formas la naturaleza es lo más creativo que puede haber. Me causa perplejidad cuando tratamos de llamar a los comportamientos humanos naturales o antinaturales, porque cómo podemos juzgar lo natural en lo humano, con qué criterio. Por ejemplo, la tecnología no es muy natural, ni mucho de lo que hacemos. ¿Es natural tener religión? ¿O este auditorio?”.
Tras la charla, nos sentamos con Baptiste para hablar sobre los prejuicios en la ciencia y el lenguaje y lo que le falta a la sociedad en Colombia.
En el conversatorio usted mencionó varias formas de lenguaje, desde el idioma como tal al vocabulario científico. El español, como el francés, es un lenguaje que siempre marca el género. ¿Qué efecto tiene esto sobre la sociedad?
Tiene un tremendo peso cultural, porque es un dispositivo que identifica en todo momento la condición biológica de la persona. Siempre se hace la asociación estereotípica de ella o él y le cierran espacios a esa persona en sus actividades en todos los ámbitos.
De hecho, a mí me pasa con frecuencia. La condición “híbrida” que represento por ser una persona trans hace que las personas tengan problemas para referirse a mí en términos de ‘ella’ o ‘él’ y les causa una profunda desazón. Algunas por respeto, porque quisieran saber leer e interpretar mi voluntad y respetarla, otras porque al contrario les cuesta trabajo y no están dispuestas a ni siquiera aceptar mi existencia.
Se me hace muy curioso porque si hay algo que es absolutamente contingente y cambiante es el lenguaje, los nombres de las cosas son solo nombres de las cosas. Si la gente piensa que el idioma es algo estático y puro que siempre hace referencia a la realidad pues realmente denotan un nivel muy básico de comprehensión de lo que es la cultura.
En la charla se habló sobre cómo la ciencia se ha visto viciada por teorías machistas o prejuiciosas. ¿Qué papel juega ahí el lenguaje?
Ese es el debate de fondo entre modernidad y postmodernidad porque construimos las ciencia positiva basada en categorías aparentemente muy claras y muy contundentes para poder dar razón de la realidad. En la medida en que entendemos la naturaleza del lenguaje, que evoluciona y cambia, se convierte en algo mucho menos firme para describir la realidad y el conocimiento. Ahí aparece un sentimiento crítico sobre el poder de nombrar la realidad pero ya pasó el momento de la crisis de los años ochenta y noventa cuando los filósofos, sobre todo franceses posmodernos, llevaron la polémica al extremo de plantear la imposibilidad del conocimiento objetivo. Hay ciertas categorías que se han ido consolidando y tienen mucha solidez en el presente y no se diluyen por el hecho de que el lenguaje evolucione o cambie.
De todas maneras sabemos que muchas cosas si tienen que volver a pensarse y que se pueden renombrar. Los científicos no deberían temerle a este ejercicio, ya que siempre, en teoría, estamos dispuestos a escuchar dudas sobre la identidad de las cosas y los fenómenos que estudiamos porque lo que importa es la coherencia y la consistencia de los modelos explicativos por encima los nombres de las cosas. El universo es tremendamente diverso y flexible, mucho más de lo que nos generaría tranquilidad.
Uno de sus últimos apuntes es que la ciencia, en particular la biología, ayuda a demostrar lo variada que es la vida y ayuda a descomponer los prejuicios que existen en la sociedad. Pero a menudo los argumentos discriminatorios surgen de las emociones, no de la razón. ¿Cómo combatirlos?
Reconociéndonos como personas emocionales. No deberíamos convertirnos en personas que rechazan los sentimientos porque los datos empíricos de la realidad no parezcan respaldarlo o no entren en consonancia con lo que creemos. Una vez hecho ese reconocimiento estamos en mejor capacidad de crear cierta distancia de los hechos y ponerlos en su propio valor.
Por ejemplo, a mi mamá le parece terrible la existencia de los depredadores grandes que muestran en documentales de naturaleza. No es capaz de ver al jaguar que se come al chigüiro. Pero una cosa es que ella se solidarice con la víctima y le parezca que el ejercicio de la violencia natural es impresionante y otra cosa es que no lo acepte como parte de la realidad y este dispuesta a hacer brigadas en defensa de los chigüiros y protegerlos contra los jaguares porque entonces sabe perfectamente que los chigüiros sobrepoblarían su ecosistema si no hay algo que se los coma. Entonces hay unos hechos que somos capaces de reconocer y aceptar aunque nos causen incomodidad.
A nadie se le pide que se convierta en homosexual para entender a un homosexual, pero una persona puede aceptar que no se siente cómoda pensándose a sí misma en relaciones con personas de su mismo sexo y mantener una posición de respeto pero no necesariamente de empatía con esa condición. Otra cosa es la persona que actúa abiertamente de manera homofóbica o violenta contra otros. Para que haya respeto necesitamos poder manejar esas diferencias.
Tenemos todavía el deber de implantar la noción de respeto como eje central de la ética en la sociedad, porque persiste una tremenda inequidad. Es necesario el respeto a la diferencia, a todas las diferencias, porque a veces creemos que la gran diferencia es solo entre hombres y mujeres pero esas identidades se entrelazan con muchas otras como la edad, la etnia, la raza, etc.
Para cerrar, ¿cómo una mujer trans en Colombia, si ha visto avanzar en el país la temática de género?
Ha habido una visibilización y una oportunidad de debate público sobre el tema de género que está progresando y es muy importante. Se ha avanzado en el ámbito de derechos también gracias a la Corte Constitucional y en general a una interpretación muy apegada a la carta de derechos humanos y la carta laica de la constitución colombiana. Pero no veo en la cultura un avance similar.
Veo al contrario una polarización y una resistencia que es realmente amenazante. Eso me preocupa mucho.

FUENTE: http://www.revistaarcadia.com/contenidos-editoriales/feria-del-libro-bogota-2017/articulo/brigitte-baptiste-habla-sobre-diversidad-y-naturaleza-en-la-filbo/63411



Feminismo y “putofobia” / Análisis

Por Julie Bindel, Tribuna Feminista


Si el “consentimiento” tiene que ser comprado, no es consentimiento.La “putofobia” no es ninguna amenaza para el feminismo; ignorar las violencias que sufren las mujeres, sí.
La primera vez que oí la insultante expresión “putofobia” -que viene a ser estigmatización y odio a las mujeres prostituidas- fue en 2005, en una conferencia a la que acudí para hablar sobre las violencias infligidas a las mujeres en la industria del sexo. En el transcurso del turno de palabra, una joven feminista me dijo que mi “putofobia” era un grave problema. “Las feministas de la segunda ola odiáis a las trabajadoras sexuales”, me dijo. “Vuestra política ya está superada”.
La acusación de “putofobia” se utiliza cada vez más con fines disuasorios y para acallar cualquier crítica a la industria del sexo. Es un punto de vista sobre la prostitución que está avalado por las normas que rigen los “espacios seguros” universitarios, en las que el alumnado trata a menudo de clasificar la prostitución como identidad sexual en lugar de algo que se hace a las mujeres más pobres y privadas de derechos del planeta, con la excepción de unas pocas, del tipo “prostituta feliz”, muy conocidas y mediáticas.
La prostitución no es sexualidad. Hay una clara diferencia entre orientación, identidad sexual y prostitución (una forma de violencia ejercida por los hombres). Las feministas radicales reconocemos esa diferencia, pero para las de la tercera ola todo forma parte de un gran crisol, a menudo llamado “queer”.
Pensar que yo o cualquier otra feminista que critique la industria del sexo sufrimos una “aprensión irracional” hacia las mujeres prostituidas es algo que me deja atónita. Esa utilización retorcida -como si fuera una condecoración- de la palabra “puta” para designar a una mujer prostituida, no es ni más ni menos que grotesca. Son los hombres quienes determinan quién es “puta” y las mujeres no podemos reivindicar una palabra que desde su origen nunca fue nuestra.
Las sobrevivientes de la prostitución me la han descrito una y otra vez como una violación de pago. Los hombres que pagan por sexo compran subordinación sexual. Si el “consentimiento” tiene que ser comprado, no es consentimiento. Conocí centenares de mujeres sobrevivientes y ninguna de ellas se libró de graves formas de violencia, de abusos y de trato degradante en su paso por la prostitución. También llevo entrevistados a montones de puteros y todos muestran actitudes de desprecio hacia las mujeres. ¿Y por qué no? Para tratar a una mujer como una mercancía, primero hay que deshumanizarla.
¿Cuándo empezaron las feministas a apoyar esas estructuras y esas prácticas que son indisolublemente causa y consecuencia de la opresión de las mujeres? Las más jóvenes, las feministas de la tercera ola, se muestran hoy en día más propensas a sentirse ofendidas por las abolicionistas que luchamos por acabar con la industria del sexo que con el proxenetismo y la compra de sexo. Montones de intelectuales que se autodefinirían progresistas insisten en que el “trabajo sexual” es empoderante y pura y simple elección personal.
Mientras que las feministas radicales entendemos que las mujeres somos una clase y nos empeñamos en desmantelar la opresión estructural ejercida por la supremacía masculina, las feministas de la tercera ola o “liberales” ven a las mujeres como entidades sin conexión con elecciones puramente individuales. Las liberales tienden también a centrarse en las opciones disponibles que tenemos las mujeres en lugar de hacerlo en las que nos son negadas. Es un sofisticado argumento político carente de sofisticación y política. Sin embargo -qué curioso-, lo acepten o no, los hombres sí que están capacitados para hacer causa común: pocas cosas unen tanto a los hombres como la violencia que ejercen contra las mujeres.
Tampoco es de extrañar que las feministas que se forman políticamente en la universidad se empapen de esa cultura política neoliberal de la “elección”. Existe una hostilidad declarada entre universitarias pro-prostitución y quienes se desvían de la línea pro-prostitución. Esas personas con titulación universitaria que defienden el comercio sexual no son seres inofensivos que viven en sus torres de marfil y publican cosas que nadie lee. Son, al contrario, activistas influyentes que utilizan su posición y sus credenciales académicas para influir en las políticas sociales en materia de prostitución desde su calidad de integrantes de organismos de investigación nacionales e internacionales. Es muy preocupante que las investigaciones sobre la industria sexual centradas en la ideología -y no en pruebas empíricas académicamente sólidas- acaben por influenciar el discurso con consecuencias perniciosas para las mujeres y las niñas pero favorables, en cambio, para quienes se benefician de ese sistema de violencia.
He dedicado estos dos últimos años a investigar la industria del sexo a nivel mundial para mi próximo libro y he viajado alrededor del mundo, entrevistando a casi 250 personas, entre las que se cuentan sobrevivientes de la prostitución, activistas pro “derechos de los trabajadores y las trabajadoras sexuales”, proxenetas, compradores de sexo y mujeres y hombres que lo venden. El movimiento abolicionista liderado por sobrevivientes va en aumento y ya son varios los países que recogen legislativamente sus reivindicaciones, penalizando a quienes crean la demanda de prostitución en lugar de penalizar a las que se encuentran atrapadas en ella.
Traducido por Berta O.G.
Fuente: http://www.tribunafeminista.org/2017/04/feminismo-y-putofobia/

lunes, 1 de mayo de 2017

Estibadoras se manifiestan para “desmentir la falacia” de que el sector es machista

Por Kaos. Lucha de clases

“Somos parte de esta gran familia y estamos respetadas igual que cualquier otro miembro”, reivindican en un manifiesto.

Estibadoras de los puertos de Valencia, Castellón, Bilbao, Barcelona, Tarragona, Málaga, Sevilla, Cádiz y Las Palmas se reunieron este domingo en Valencia para reivindicar su visibilidad tras “tres meses sufriendo las consecuencias de un ‘paquete de odio’ vertido a la opinión pública desde el Gobierno“, en referencia al conflicto de la estiba iniciado con la liberalización del sector, informa Europa Press.Las trabajadoras aseguran que sí existe un “intento de exclusión” por parte del Ejecutivo, que trata de hacerlas “invisibles”
Con este encuentro, las trabajadoras tratan de “desmentir la falacia de que los estibadores son un colectivo machista y las mujeres no tienen cabida en él” y, así, “dar un paso al frente” y mostrar que se encuentran “perfectamente integradas en un colectivo heterogéneo, bien avenido y solidario”.
“Somos parte de esta gran familia y estamos respetadas igual que cualquier otro miembro“, reivindicaron bajo el manifiesto Existimos, en el encuentro convocado por la Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar (CETM).
Las estibadoras reconocieron que la estiba, “como la mayor parte de los trabajos manuales que utilizan maquinaria pesada y requieren el uso de la fuerza”, era tradicionalmente una labor masculina. En su opinión, esto “ha ido cambiando con el tiempo y, cada vez más, las mujeres participan en la carga y descarga de los barcos”.
Como ejemplo, indicaron que la primera mujer estibadora se contrató en Valencia en 1998 y que desde 1995 había mujeres encargadas de labores de estiba como trabajadoras eventuales.
Sin embargo, las encargadas de cargar los buques incidieron en que “las titulaciones promovidas por el Gobierno para acceder al trabajo de la estiba las cursan entre un 90 y un 98% estudiantes masculinos“.
Piden un certificado de profesionalidad
Para revertir esta situación, apuestan por el desarrollo de un certificado de profesionalidad que permita que “toda aquella persona que quiera ser estibador o estibadora pueda desarrollar sus estudios específicos”.
Respecto al proceso de selección, explicaron que, para acceder a un empleo en el sector, “primero tiene que abrirse una convocatoria en el puerto”, a la que se pueden presentar los aspirantes que tengan la titulación exigida y, finalmente, “hay que superar una serie de pruebas”.
“Son las mismas para hombres que para mujeres”, recalcaron, para subrayar que, una vez contratadas, desempeñan “idéntica labor, con la misma responsabilidad y los mismos sueldos: no existe discriminación”.
“No lograrán hacernos invisibles”
Las trabajadoras sí constaron un “intento de exclusión” por parte del Ejecutivo, que a su juicio trata de hacerlas “invisibles”. “Por más que lo intenten no lo lograrán. Somos mujeres, somos estibadoras y contamos con el apoyo de nuestros compañeros”, advirtieron.
Por todo ello, en el encuentro insistieron en la importancia de “mostrar al Gobierno, a los medios de comunicación y a aquel segmento de la sociedad que aún lo desconozca”, lo que “verdaderamente” son: “parte del colectivo de estibadores, igual de importantes en el trabajo y en la lucha por los derechos que el resto de compañeros”.

http://www.infolibre.es/noticias/economia/2017/04/30/estibadoras_toda_espana_manifiestan_valencia_para_desmentir_falacia_que_sector_machista_64501_1011.html

México: La SCJN, ante un reto histórico | Decidirá sobre omisión legislativa y matrimonio igualitario en Yucatán

Por Kaos. México


Es la Suprema Corte la que, este 3 de mayo, deberá resolver el amparo directo interpuesto, decidiendo si debe ordenarse o no al Congreso del Estado de Yucatán, que modifique sus leyes para respetar el derecho al matrimonio y al concubinato entre personas del mismo sexo.

En el año 2009, la Constitución y el Código Civil, ambas del estado de Yucatán, fueron reformados para prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo, definiendo esa figura como la conformada entre un hombre y una mujer. A partir de esa reforma y a través de amparos resueltos favorablemente por los tribunales federales, han contraído matrimonio cerca de 40 parejas del mismo sexo. En el año 2013, se reconoció también la condición de concubinato entre dos personas del mismo sexo. El próximo 3 de mayo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación resolverá la demanda de amparo directo que presentamos de manera conjunta Indignación, UNASSE y Oasis de san Juan de Dios en contra del Tribunal Superior de Justicia del estado de Yucatán, erigido en Tribunal Constitucional.
Por eso, en el año 2014, las tres organizaciones civiles mencionadas promovimos ante el Poder Judicial del Estado, una acción tendiente a la modificación de la reforma de 2009, de manera que dejara de violarse el derecho de las personas del mismo sexo a contraer matrimonio. En el año 2015, el Poder Judicial del Estado sobreseyó la acción presentada por las organizaciones, negándose a mandatar al Congreso del Estado de Yucatán que legislara para establecer el derecho al matrimonio, sin distingos de orientación sexual, en la Constitución y en el Código Civil. Las organizaciones promovieron entonces un amparo ante un tribunal colegiado, que confirmó lo resuelto por el Poder Judicial del Estado. 
El año pasado, las organizaciones impugnaron lo resuelto por el Tribunal Colegiado ante la máxima autoridad judicial: la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Es la Suprema Corte la que, este 3 de mayo, deberá resolver el amparo directo interpuesto, decidiendo si debe ordenarse o no al Congreso del Estado de Yucatán, que modifique sus leyes para respetar el derecho al matrimonio y al concubinato entre personas del mismo sexo. 
 
La SCJN y distintos tribunales federales han emitido resoluciones que reconocen y protegen los derechos y el principio de igualdad y no discriminación en esta materia. Consideramos que este 3 de mayo la SCJN está ante un enorme reto para proteger derechos humanos de la manera más amplia y eliminar la discriminación incluida en la Constitución de Yucatán para negar el derecho al matrimonio y al concubinato a las personas homosexuales.
Atentamente
Indignación A.C.
Oasis de San Juan de Dios A.C.
UNASSE A.C.