RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

domingo, 14 de septiembre de 2014

La ministra de la moda, Rose Bertin (1747-1813)


En los años previos a la revolución, mientras el pueblo francés acumulaba crisis económicas y problemas sociales, veían con perplejidad las excesivos gastos de su última reina. María Antonieta, amante del lujo y el desenfreno, organizaba fiestas y gastaba dinero de manera descontrolada. De sus muchos caprichos, la moda fue uno de ellos. Una joven modista que poco antes había llegado a París se convertiría en su confidente en cuestiones de vestimenta y peinado. Rose Bertín, a pesar de ser plebeya y provocar las envidias de muchos miembros de la corte, pasaría a la historia como la primera mujer en convertir en arte del vestir en alta costura.

Marie-Jeanne Bertin nació el 2 de julio de 1747 en la Picardia francesa, en la ciudad de Abbeville. Tras pasar su infancia en provincias, Marie-Jeanne decidió trasladarse a París y cumplir su sueño de dedicarse al mundo de la moda. Con tan sólo dieciséis años cambió su nombre por el de Rose y abrió una tienda de ropa en la calle Saint-Honoré con el pomposo nombre de Le Grand Mogol.

Cuando la princesa austriaca María Antonieta llegó a París para casarse con el delfín de Francia, conocería a Rose de la mano de de la duquesa de Chartres, quien era una clienta habitual de Le Grand Mogol. Pronto la joven emprendedora se ganó la confianza  de María Antonieta a quien no le importó el origen plebeyo de Rose. Así, ante la mirada atónita de los miembros de la corte, la modista se paseaba con total libertad por los salones de palacio haciendo las delicias de su real clienta.

Entre Rose Bertin y el peluquero Leonard Autié, crearon para la reina todo un estilo propio que marcó aquellos últimos años del Antiguo Régimen. Peinados imposibles con recreaciones navales y vestidos revolucionarios que marcaron el inicio de la alta costura. Durante casi dos décadas, las creaciones de Bertin fueron las más codiciadas entre la alta sociedad parisina. Su fama traspasó fronteras y Le Grand Mogol produjo trajes para la aristocracia y la realeza de buena parte de europa.

Pero mientras María Antonieta lucía aquellos costosos trajes y Rose Bertin se enriquecía de manera vertiginosa, París se preparaba para levantarse contra la injusticia. La toma de la Bastilla el 14 de junio de 1789 cambiaría el destino de la familia real y con ella el de la que hasta entonces era conocida como ministra de la moda.

Aun así, la reina tardó tiempo en resignarse a renunciar al lujo en el que había vivido hasta ese momento y continuó pidiendo encargos a Rose. Incluso para el plan de fuga de los reyes que se vio frustrado en Varennes, la reina hizo un encargo especial a su modista.

Cuando los acontecimientos revolucionarios se precipitaron y el terror empezó a invadir las calles de París, fueron muchos los aristócratas y nobles que empezaron a huir a Inglaterra. Con ellos se iban las posibilidades de ventas de Rose quien también decidió traspasar el canal de la Mancha. Pocos meses después, su clienta más importante, y quien la encumbró en lo más alto del mundo de la moda moría en la guillotina.

Años después, en 1795, Rose Bertin volvería de nuevo al París que la vio nacer como modista. Pero a pesar de que durante un tiempo recobró un cierto renombre gracias a Josefina Bonaparte, el esplendor pasado y vivido con María Antonieta ya no se volvería a repetir.


Cansada y mayor, Rose Bertin trasladó su tienda y se retiró a vivir a Epinay Sur Seine hasta su muerte el 22 de septiembre de 1813.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Diez canciones del rock duro español contra la violencia machista


Ska-P, Reincidentes, Barricada y Soziedad Alkohólica son algunos de los grupos que han compuesto contra el maltrato


La música española siempre se ha volcado en la denuncia de esta lacra. Existen decenas de canciones que tratan el tema: Bebe (Malo), Alejandro Sanz (Completamente loca), Amaral (Salir corriendo), Víctor Manuel (El club de las mujeres muertas) o El Barrio (Verbo sufrir), entre otros muchos. El rock fuerte español también le ha dedicado al tema un puñado de canciones. Y lo hace con sus señas de identidad: visceral y expeditivo. De las muchas que existen hemos seleccionado 10, cada una poniendo en foco en alguno de los muchos aspectos que llevan a este drama.
¡Ay Dolores!, de Reincidentes
Estremece escuchar el estribillo de esta canción, entonada como un lamento heavy aflamencado: “Ay Dolores, los palos en tu espalda, la tortura en tu mente/ Ay Dolores, con el silencio de la sociedad”. Los sevillanos Reincidentes nunca se quedan en la superficie. Cavan hondo y atizan. Lo hacen con sus letras sociales, políticas y comprometidas. Como en Ay Dolores, donde denuncian al maltratador, pero también a una consentidora sociedad. Y siempre desde la crudeza: “Las llaves tornan gris tu habitación, entrando con el odio tras sus ojos./ Ya no tienes su calor, el alcohol es su sabor./ Empezando con reproches, los insultos, el desprecio”.
El grupo apuesta por un final feliz y esperanzador para su Dolores: “Por fin esta historia ya terminó./ Dolores cambió su nombre por Libertad./ Escapando del cabrón que tu vida destrozó./ Porque la vida es solo un cuento que hay que vivir en el momento”.
Pégame a mi, de LosDelGás y El Drogas
Los guipuzcoanos LosDelGás en compañía del barricada El Drogas se muestran desafiantes. El estribillo dice: “No se puede ir por la vida siendo tan imbécil./ No se puede ir machacando a la gente por ahí./ La maltratas a ella porque sabes que es más débil./ Pues si tantos huevos tienes, pégame a mí”.
La canción va trazando el perfil de maltratada y maltratador. Sobre este último, incide en que este tipo de sujetos puede nacer en cualquier clase social: “David era un tipo de lo más sencillo, el novio que todas querrían tener, de buena familia e incluso un poco pijo, trabajador intachable y un amigo fiel…/ Quién iba a sospechar que tiene una cara oculta”.
No le grites, de Los Suaves
Un lector deja el siguiente comentario sobre esta canción de Los Suaves: “Es como un libro de texto para trabajar contra la violencia de género”. Un halago nada exagerado. Es la letra más larga de nuestra lista y es difícil decir que le sobran palabras. Sí, cruda, pero también extraordinariamente poética. El indomable Yosi (cantante y letrista de los gallegos) demuestra una gran sensibilidad al contar la historia de esta mujer valiente que no dio con la persona que ella soñaba. Yosi canta con esa voz que parece forjada a base de cuchillas en la garganta. El cantante le habla al maltratador: “¿No se rompe tu corazón cuando la ves deformar sus manos en un taller de sol a sol?/ Horas extras de trabajos forzados./ Tal vez cuando el día se va y la ves regresar agotada./ Tú sigue aplastando el sofá, a ella aún le quedan las cosas de casa./ Sigue cometiendo errores, empujando su vida a la desgracia./ Zapea tirado en la sala mientras sola solloza en la cama”.
En la parte principal, Yosi espeta al maltratador: “No le grites, a tu mujer no le grites./ No le grites, nunca le grites a tu mujer”. Como casi todos los antihéroes de Yosi, la historia acaba en derrota.
Violencia machista, de Ska-P
“Nací y crecí en un barrio donde la violencia de género era algo normal. Cualquier vecina se podía levantar una mañana con un ojo hinchando y todos sabíamos por qué había sido”, explica el cantante de Ska-P, Roberto Gañán, en el documental Podrías ser ella, contra la violencia machista. Por ello, después de verlo de cerca, en su canción Violencia machista entona: “No merece la pena, mujer, tu pasividad./ No merece la pena, mujer, debes de actuar…”. Mezclando su habitual fórmula de guitarras duras y acelerado ska, el grupo vallecano opta por hablar a la víctima: “No, ni una más, no te dejes humillar./ Abandónale, que se pudra en soledad… Rompe de una vez las cadenas, vuelve a la libertad”.
Obsesión, de Barricada
“Desgraciadamente la situación no ha cambiado durante todos estos años”, dice El Drogas, bajista y cantante, sobre la violencia machista. Barricada, que se disolvió recientemente, aporta su visión de la tragedia en Obsesión. Después de plantear la situación (“no, de esta noche no pasa, mucho tiempo bajo su mano, aguantando como un trapo usado”), apunta a un final siniestro (“en tus manos un cuchillo, decidida a terminar; en la silla sentado, borracho está como siempre; un golpe en el corazón, ojalá nunca despierte”).
Exit, de Soziedad Alkohólika
Los expertos en violencia de género señalan que uno de los sentimientos que pueden generar estas situaciones en las mujeres maltratadas es el de culpa y fracaso. Los vitorianos Soziedad Alkohólika inciden en Exit en luchar contra esta sensación: “Te echas la culpa de todo, es lo que él te hace creer./ Te vas hundiendo en el lodo, y ya casi no puedes ver…/ Por el hombre de tu vida te sientes acorralada./ Por el hombre de tu muerte, te echas la culpa a ti misma”. Y la letra empuja a la mujer a actuar: “Tú sabes lo que hay que hacer./ ¿Cuántas mentiras necesitas?, ¿cuántos golpes, cuántas heridas?”.
Bajo el suelo, de Boikot
Banda siempre reivindicativa, Boikot también ha tratado el tema de la violencia de género. Con una visión muy expeditiva: “Y no me importa estar encerrada, si hubiera sido yo no valdría la pena./ Aún sigo viva, aguanté tus golpes, reventando en mis entrañas tu miseria”. La parte central del tema incorpora un logrado coro infantil: “Y volveré a ver el cielo, y tú estarás 10 metros bajo el suelo./ Y tocaré de nuevo el viento, y tú estarás 10 metros bajo el suelo”.
A golpes, La Fuga
El grupo cántabro La Fuga se mete en la piel de la mujer para cantar sus desdichas. El terror empieza cuando una llave trastea para abrir la puerta: “Miedo, la noche está cerca./ Sientes que se abre la puerta./ Tiemblas, suda tu cuerpo./ Callas, su fiesta empieza”. Lamentablemente, y como pasa muchas veces, la historia tiene el peor de los finales: “Esta noche no aguantó./ Hubo paliza y, al final, disparó a tu corazón./ A tu corazón”.
Ellas denuncian, Def Con Dos
“Ellas denunciaron, no las escucharon./ Ellas murieron, los jueces consintieron”. Es lo que cantan, con su habitual explosión de rap y metal, Def Con Dos. Es otra visión del drama: denunciar el, a su juicio, mal funcionamiento de determinados estamentos. En otra parte de la canción, el grupo de Cesar Strawberry escupe: “¿Quién acusa al cazurro cobarde que pega a su mujer y le dice que calle? ‘Ya se lo advertí entre puñetazos: si me denuncias te mato’./ País de mierda, país infame, que ataquen a las mujeres no le importa a nadie./ Las torturas y las amenazas según los jueces son cosas de casa”.
Espinas en el corazón, Lujuria
Lujuria siempre se ha mostrado muy activo en la lucha contra la violencia machista. Sobre todo su vocalista, Óscar Sancho, que ha ofrecido charlas sobre el tema, ha acudido a manifestaciones y está en contacto con asociaciones que luchan para erradicar esta tragedia. Justo después de un verano especialmente dramático, Sancho decidió escribir sobre el tema. “Me llamaba la atención que el Telediario tuviera noticias constantemente sobre nuevos casos de violencia machista. Y siempre pensé que el rock debería servir para algo más que divertir”, ha declarado el cantante. Así que compusieron Espinas en el corazón, donde cantan: “El anillo de oro en el dedo, en grilletes se transformó./ Donde antes había caricias, cada día hay un moratón”. La historia finaliza trágicamente: “Cuando al fin cerró la maleta, un hierro frío quema su sien./ Para nadie será tu sonrisa./ Suena un disparo: ha sido él”. Lujuria donó lo generado por la venta de este disco a asociaciones contra la violencia de género.

Para tener más información sobre la página y nosotrxs, nos puedes escribir al mail: ecofeminismo.bolivia@gmail.com

lunes, 8 de septiembre de 2014

Rincón reflexivo más allá del género



Somos seres sociales, en eso todo el mundo esta de acuerdo. Pero además estamos conformadas en un sistema y en una sociedad heteropatriarcal. Sin embargo, ¿Qué es exactamente eso del heteropatriarcado?


El concepto heteropatriarcado no aparece, como era de suponer, en la RAE pues es un concepto utilizado por grupos sociales que por lo normal, se encuentran al margen de este sistema heterosexual o bien tienen un posicionamiento político crítico con el sistema hegemónico. 

Para entenderlo mejor vamos a dividir la palabra en dos: Hetero y patriarcado
El hetero hace referencia a la heteronorma. Esta es la norma social que establece la heterosexualidad y las prácticas hetero como acto natural del ser humano, imponiendo la heterosexualidad como sexualidad normal con la que se nace y con la que nos tenemos que relacionar por el resto de nuestras vidas. 
Para que exista esta heteronorma, debe existir unos roles de género que permitan las relaciones entre hombres y mujeres, si no hay hombres ni mujeres no hay heteros, tampoco gays, bolleras ni bisexuales. A su vez, para que exista una norma, en este caso la heterosexualidad dominante, debe haber un otro, un oprimido, en cuyo caso es la homosexualidad y el lesbianismo, cuyas prácticas están igual de condicionadas por el binomio hombre-mujer, macho-hembra y femenino-masculino.
Así, la heterosexualidad se convierte en una sexualidad, o norma, dominante por encima de otras como la homosexualidad y el lesbianismo, que son "lo otro", reduciéndose toda esta falacia instaurada al binomio
homo-hetero. 

Por todo ello las prácticas heternormales consisten en la relación de cuerpos considerados como opuestos (hombre-mujer) y en una limitación del cuerpo en las prácticas sexuales, por ejemplo el ano en el cuerpo del hombre. Las prácticas anales no entran dentro de la heteronorma, considerándose como una pérdida de masculinidad o un acto no propio de un cuerpo asignado como hombre. A la misma vez, la heteronorma reduce a los genitales las prácticas sexuales, por ello el ano, como hemos mencionado antes, junto al resto del cuerpo más allá de los genitales no entran dentro del ideario heterosexual para las prácticas sexuales, es considerada también una aberración, un acto no heteronormativo. Es también por esta limitacion de los cuerpos por lo que vendría el origen de la llamada “virginidad” (que bajo mi perspectiva no existe) y la seguida “penetración” (en otro momento hablaré de lo que puede conllevar este concepto pene-tración) sin la que el sexo se establece que no existe. 

Cuando un cuerpo no reproduce esta norma heterosexual, una serie de mecanismos se encienden contra éste, que es lo que denominamos heterosexismo, la discriminación y ataque a todas las prácticas no heteronormales y no heterosexuales. No hace falta ser un lince para admitir que en pleno siglo XXI y aun con la igualdad siempre en la boca la realidad establecida muestra este panorama.

Por otro lado tenemos al patriarcado. El patriarcado es un sistema que hace referencia a una distribución desigual del poder entre hombres y mujeres en la cual los varones tendrían preeminencia en uno o varios aspectos. Esto es, una relación autoritaria y jerárquica que se da entre un hombre y una mujer, siendo tratado el hombre como un ser superior, bien biológicamente o culturalmente, sobre la mujer, siendo un ser inferior a servicio del macho que la cuidará y protegerá durante su vida.
Esta relación hombre-mujer se debe a la asignación, otra vez, de ciertos valores a un rol o a otro, como por ejemplo la competitividad, el orgullo, el valor, el deber de proteger y defender, la fuerza o la masculinidad al rol de hombre, mientras que el de la mujer recibe valores como la dependencia, la fragilidad, la tranquilidad, el romanticismo y el sentimentalismo o el consumismo. 

Cuando un cuerpo no se rige al rol de género que se le ha sido asignado nada más nacer, igual que en el caso de la heteronorma, se llevan a cabo una serie de actos o ataques contra dicho cuerpo, bien hasta que “se adecue” a su rol o bien de forma perpetua.

Así, vemos, que tanto la heteronorma como el patriarcado tienen su base en los roles de género, que funcionan como actos represivos hacia nuestra libertad afectiva y sexual, incluso en cualquier otro ámbito de nuestra vida cotidiana, ya que, tanto el patriarcado como la heteronorma, no se dan puntualmente sino que actúan o funcionan día a día, en cada instante de nuestras vidas.
De este modo se puede decir que heteropatriarcado es un concepto que engloba a la heterosexualidad desde una perspectiva política y de poder que va más allá de la sexualidad. Es también un factor que fundamenta la opresión a nivel social del individuo humano.

Bien pues entendiendo esto es fácil comprender que este sistema se basa en la represión de los cuerpos a través de mecanismos sociales que construyen nuestra identidad. Nos construimos como hombres o mujeres, sin otra oportunidad de acción, y entendemos estas clasificaciones de los cuerpos como estados naturales del individuo humano, estados anteriores a la sociedad que siempre han existido y están intrínsecos en la naturaleza. Percibimos que somos lo que somos porque fue así siempre, sin atender a que los conceptos y nombres que utilizamos para clasificarnos son términos creados con el fin de estructurar nuestro pensamiento y que es este el que tiende a establecer nuestra realidad y no al revés.
De este modo todo lo que surge a raiz de poner en tela de juicio todo ello o todo lo que a veces sentimos o algunos sienten sin reflexionarlo hacen romper nuestros esquemas, esquema en los que asentamos nuestra realidad. Al no caber en nuestros esquemas ni en nuestros mecanismos o bien los rompemos y empezamos a reconstruirnos a nosotros mismos – tarea dificil y que conlleva trabajo de uno mismo- o formar muros cuando más altos mejor y crear sin tener clara conciencia una actitud de opresión, represión y confrontración a todo ello que se escapa de la realidad que nos formaron, que nos instauraron sin darnos lección a asimilarla o a reconstruirla.
La construcción social de los géneros es el origen de todo esta problemática. El género es una construcción social y cultural basada en las diferencias dadas por el sexo biológico, a partir de ellas se socializa diferencialmente a varones y mujeres dirigiéndoles hacia ideales tradicionales de hombre-masculino y mujer-femenina.
Comprender que el género asignado a mujeres y varones está social y culturalmente determinado tiene un efecto liberador en el tanto lo que se construye es susceptible de deconstruirse. 

De esta forma el surgimiento de homosexales, transexuales, transgeneros, desidentes... son solo la reacción de una realidad creada que no se ajusta a la realidad real. Se nos ponen limites según sexos, se nos dividen, se nos inculcan roles, características, modos de sentir y actuar. Cuando algo no esta en estos régimen se les oprime, se les señala y se les excluyen pues no caben es esas estructuras. Así surgen movimientos como los LGTB, o el movimiento QUEER, o el feminismo que luchan contra esto ante un mundo que no les deja existir.

Estamos tan inmersos en las mentiras sociales universales occidentales de nuestra época que a veces somos incapaces de ver la auténtica realidad. Una realidad injusta, desigual y represiva. Una realidad social que excluye a todo el que no esta en la norma clasificándolos también a éstos y limitando su realidad al intentar adaptarla a la hegemónica. Nos asustamos de todo lo que no nos parece normal porque es ajeno a nosotros sin atrevernos a cuestionarnos nuestra propia posición ante aquello que nos asombra o nos incomoda, sin mirarnos cada uno a nuestro propio espejo interior. 

He oído mucho decir que lo primero que se ve son personas pero me gustaría que os replantearais vuestras respuestas y fuerais leales a vosotros mismos porque muchos os daríais cuenta que tenemos unas estructuras de clasificación tan fuertes y tan arraigadas que no nos hemos percibido de ello. Esto hace que primero veamos un hombre, mujer, travesti, algo que no sabemos si es hombre o mujer... pero siempre SIEMPRE intentamos con todas nuestras fuerzas clasificarlo, nombrarlo para que nuestras estructuras no estallen en mil pedazos. A veces nos olvidamos de las personas en sí aunque nos repitamos una y otra vez lo contrario.

Hay una cantidad de cosas por explorar fuera de estas estructuras y normas que nos insertaron, algo tan rico que es tabú, y que da demasiado miedo a este heteropatriarcado en el que vivimos inmersos.

M.A

jueves, 4 de septiembre de 2014

La inventora del lavavajillas, Josephine Cochrane (1839-1913)

En 1850 Joel Houghton patentó la idea de fabricar un lavavajillas que nunca se llevó a cabo. Unos treinta años después, una mujer patentaría y construiría ella misma la primera máquina para lavar platos de manera mecánica. Esa mujer, Josephine Cochrane, fue una dama de la alta sociedad quien, gracias a su ímpetu y su determinación, puso en el mercado uno de los aparatos domésticos que hoy en día no falta en muchos de nuestros hogares. 


Josephine Garis Cochrane nació el 8 de marzo de 1839 en el condado de Ashtabula, en Ohio. De su infancia se sabe muy poco, solamente que vivió buena parte de su infancia junto a su padre, John Garis, entre Ohio e Indiana. Huérfana de su madre, llamada Irene Fitch, y con su única hermana lejos de casa, Josephine se crió junto a John, un ingeniero hidráulico que a buen seguro inculcó en su hija el interés por la mecánica y la ingeniería.

Tras estudiar en la escuela, Josephine vivió un tiempo con su hermana en Illinois hasta que contrajo matrimonio. Tenía diecinueve años cuando Josephine se casó con William Cochran, un hombre de negocios dedicado también a la política del que adoptó su apellido añadiéndole una "e" al final.

La señora Cochrane se convirtió pronto en una dama de la alta sociedad y una perfecta anfitriona. En sus largas y continuas veladas había mucho trabajo por hacer, entre otras cosas, limpiar los múltiples platos que se ensuciaban. Evidentemente ella no hacía aquella tediosa tarea reservada al personal de servicio de su casa pero la ruptura de muchas piezas de su lujosa vajilla empezó a suponer para ella un problema, sobre todo si tenemos en cuenta que algunos de los platos de los que disfrutaban sus invitados era porcelanas chinas del siglo XVII.



Mujer emprendedora y defensora de la máxima "si quieres algo, hazlo tú mismo", decidió diseñar una máquina que lavara su suntuoso arsenal de cocina. Dentro de una caldera de cobre dispuso una rueda con una serie de compartimentos con cables en los que cupieran a la perfección platos, vasos y otros utensilios. Dicha rueda se movía gracias a un motor mientras entraba y salía por distintos conductos agua con jabón. Había nacido la conocida como "Lavavajillas Cochrane".

Pronto la invención de su artilugio llegó a oídos de distintos hoteles y restaurantes de la zona que obligaron a Josephine a patentar y fabricar de manera más o menos masiva su nuevo invento, presentado de manera oficial en la Exposición de Chicago de 1893 donde ganó el premio al mejor invento.

Josephine Cochrane fundaría la Companía Garis-Cochran que sería uno de los remotos orígenes de la empresa Whirpool.

Josephine Cochrane fallecía el 3 de agosto de 1913. 

Por Sandra Ferrer

miércoles, 3 de septiembre de 2014

La rosa de Turín, María Victoria dal Pozzo (1847-1876)


Cuando en 1868 Isabel II fue destronada, España quedó en una situación complicada. Mientras unos defendían un cambio de régimen otros abogaban por encontrar un rey en el extranjero. Fueron estos últimos los que consiguieron imponer su decisión liderados por el General Prim. El elegido sería Amadeo de Saboya. Junto a él, llegaría a España su esposa, una dama de ideas liberales, con un triste pasado, inteligente, culta y decidida a ayudar a los más necesitados. A pesar de que el reinado de Amadeo fue efímero (escasos tres años), María Victoria, la reina consorte, quedó en el recuerdo de todas aquellas personas que recibieron su sincera solidaridad. 

Una infancia de luto

Maria Vittoria Carlotta Enrichetta Giovanna dal Pozzo della Cisterna nació el 9 de agosto de 1847 en París. Fue la mayor de las dos hijas de Carlo Emanuele dal Pozzo della Cisterna y la Condesa Luisa Carolina de Mérode-Westerloo.

Maria Vittoria pasó su infancia a caballo entre el palacio familiar de Turín y el Castillo de Reano donde vivió unos años felices y recibió una esmerada educación, acorde a las ideas liberales de su familia. La pequeña llegó a aprender siete idiomas y estudió ciencias y literatura mientras recibía de su madre una profunda educación cristiana, todo ello en un ambiente dominado por la austeridad.

Pero aquellos días de tranquila existencia se vieron truncados con la repentina muerte de Carlos Emanuele en 1864. Aquel fatídico acontecimiento provocó la enajenación mental de su madre quien se negó a enterrar el cadáver de su esposo al que veló durante largas noches acompañada de sus dos hijas. Aquello terminaría con la vida de Beatrice, su hermana pequeña, quien fallecería de tifus un mes después. Maria Vittoria viviría entonces un tiempo recluida y junto a una madre totalmente ajena al mundo real.  

Un matrimonio feliz

Maria Vittoria abandonaría su vida cubierta de luto y tristeza al conocer a su futuro esposo. Amadeo de Saboya, hijo del que se convertiría en el primer rey de la Italia unificada, Victor Manuel, se enamoró desde el primer momento que vio a la joven y no dejó de agasajarla con notas y regalos y propiciar sus encuentros. 

Su insistencia dio frutos y la pareja contrajo matrimonio en 1867. Maria Vittoria sería conocida desde entonces como princesa de Italia y duquesa de Aosta. Dos años después nacería su primer hijo, Manuel Filiberto, y un año después Victor Manuel. 

Reyes de España

Aquel mismo 1870, Amadeo viajaba a España para tomar posesión del trono. El General Prim, quien fallecería en un atentado antes de ver al rey Saboyano ejerciendo su cargo, fue el principal artífice de aquella difícil elección. 

Un año después, la nueva reina Maria Victoria llegaba con sus dos hijos pequeños ante el excepticismo y la resistencia de buena parte de la sociedad española. Los recién estrenados reyes lo tuvieron muy difícil para ejercer su nueva tarea, sobre todo a causa del rechazo abierto de la nobleza.

Maria Victoria no sólo sufrió el vacío de la alta sociedad sino que tuvo que soportar las infidelidades de su marido quien pronto inició una relación amorosa con Adela de Larra, hija del escritor Mariano José de Larra.

La reina solidaria

Maria Victoria se volcó en las obras de beneficencia y en ayudar a los más necesitados en estrecha colaboración con Concepción Arenal, quien fue una de las pocas amigas que tuvo en su estancia en España. 

El más conocido de sus actos benéficos fue la creación de laprimera guardería en nuestro país. Después de conocer las difíciles condiciones de las mujeres que debían lavar la ropa en el río Manzanares durante largas jornadas con sus hijos a su lado, decidió crear un centro en el que los pequeños pudieran permanecer en condiciones saludables mientras sus madres trabajaban. Tiempo después fundaría también una casa-escuela para los hijos de las cigarreras y un hospicio para niños necesitados.

Los reyes efímeros
En 1873 nacía Luis Amadeo, tercer hijo de la pareja. Un mes después, agotado y sin apoyo de los políticos, Amadeo I de Saboya decidió abdicar. Sin ningún tipo de acto oficial, partían de España rumbo a Lisboa, con la triste sensación de no haber cumplido con su deber. Instalados definitivamente en Turín como duques de Aosta, María Victoria continuó con sus labores solidarias hasta que la muerte le sobrevino con tan sólo veintinueve años el 8 de noviembre de 1876 en Villa Dufour, en San Remo.


Enterrada en la Basílica de Supergade de Turín, son las lavanderas españolas las que le rinden eterno homenaje en su epitafio.

 Si quieres leer sobre ella 



La reina de las lavanderas, Carmen Gallardo