El 8 de octubre del año 468, un ermitaño aparecía muerto en su cueva. Dispuestos a iniciar el ritual de ungimiento con mirra, los hombres que lo encontraron descubrieron que se hallaban ante el cuerpo de una mujer.
Una actriz arrepentida
Santa Pelagia de Antioquía había sido una bailarina en la Turquía del siglo V. No se conocen muchos datos acerca de su vida. Se sabe que de pequeña había estado en contacto con los catecúmenos de su ciudad pero con el tiempo se alejó de las creencias cristianas para vivir una vida de libertinaje.
En el año 453, Pelagia entró en un templo cristiano llevada por la curiosidad. Allí escuchó las palabras del obispo Nono y tuvo tal revelación que decidió dejar su vida pasada y convertirse al cristianismo.
De mujer a eremita
Pelagia se deshizo de todos sus bienes materiales y, tras recibir el bautizo y la comunión, decidió dejar su ciudad natal y marchar a Jerusalén.
Para proteger su persona, se hizo llamar Pelagio y ocultó su verdadera identidad de mujer. Los últimos años de su vida los pasó en una gruta rezando y meditando. No fue hasta su muerte, acaecida el 8 de octubre de 468 que se descubrió su condición real.
Santa Pelagia fue introducida en el martiriologio romano y venerada como santa, sobretodo por la iglesia ortodoxa.
por Sandra Ferrer
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