RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

martes, 28 de febrero de 2012

La mujer del sultán, Roxelana (1505-1558)


En la Europa del Renacimiento, del gran imperio de Carlos V, el emperador de la casa de Habsburgo tuvo que luchar con enemigos dentro y fuera del viejo continente. En los límites orientales, el sultán de la Sublime Puerta, el turco Solimán, llamado el Magnífico, fue el enemigo más temido. Si al lado del emperador cristiano hubo una gran mujer, Isabel de Portugal, junto a Solimán, una esclava, convertida en concubina, consiguió casarse con el sultán y dirigir en la sombra, y de manera excepcional, los destinos del turco. Ambas mujeres serían retratadas por el gran artista del momento, Tiziano. 

Difusos orígenes de la sultana
Roxelana es conocida con muchos y distintos nombres. Hürrem para los otomanos, podría tener como nombre de nacimiento, Anastazja Lisowska. Karima o Ruziak son otros de los nombres por los que se conoce esta mujer de la que se supone que nació alrededor de 1505 en algún lugar de Ucrania. 

Hacia 1520, Roxelana fue raptada por los tártaros y vendida como esclava en la capital del imperio turco, Estambul. Pronto formaría parte del harén del entonces sultán, Solimán el Magnífico. 

La favorita del harén
El sultán turco tenía un numeroso harén de bellas mujeres entre las que había esclavas, favoritas y concubinas que competían por captar la atención del gran Solimán. La belleza de Roxelana no pasó desapercibida a sus ojos y el sultán se fijó en ella.

Roxelana tendría cinco hijos del monarca, entre ellos el que sería su sucesor, Selim. Por aquel entonces ya existía un heredero, Mustafá, hijo de la esposa de Solimán Mahidevran. Muchas teorías se barajan acerca de la desaparición del heredero, desde un intento de asesinato orquestado por Roxelana hasta un exilio forzado. Sea como fuere, lo cierto es que Selim terminaría colocándose el primero en la línea de sucesión al Imperio Otomano.

La sultana fue una mujer influyente en la corte de Solimán. A pesar de que las mujeres no tenía demasiado poder, consiguió hacerse cargo de algunos asuntos políticos e influenciar en su esposo en lo referente a algunas personas de su gobierno, como el visir, al que haría ejecutar tras una acusación de intento de asesinato. 

Roxelana murió el 18 de abril de 1558 dejando al sultán sumido en la tristeza. Años después, en 1566 Solimán moría también, dejando el imperio que seguiría atemorizando a occidente en manos de Selim, hijo de Roxelana.

por Sandra Ferrer 

lunes, 27 de febrero de 2012

Una definición del decrecimiento sostenible



El “decrecimiento” es un concepto planteado en la década de 1970 por el economista rumano-estadounidense Georgescu-Roegen. El sistema económico, buscando un aumento constante de su riqueza material, reduce el capital natural de la planeta. Como esto es limitado, el crecimiento conduce lógicamente al fracaso por el agotamiento de los recursos naturales, o a la acumulación de contaminantes en un nivel tal que la biosfera ya no puede absorberlos. La respuesta tradicional es que los avances tecnológicos pueden prevenir estos riesgos mediante la mejora continua de la eficiencia del uso de materias primas y la sustitución de materiales viejos con los nuevos.
Sólo que por el "efecto rebote", la mejora de los procesos industriales en términos de eco-eficiencia se traduce, paradójicamente, por el aumento de consumo de materiales: de hecho, un costo más bajo permitido por esta mejora genera un ingreso adicional disponible para nuevo consumo que se transfiere a otros productos o servicios. Por ejemplo, las ganancias de ahorro de energía se pueden utilizar para viajar más.
Según Serge Latouche "para salvar el planeta y asegurar un futuro aceptable para nuestros hijos, no sólo tenemos que moderar la tendencia actual, pero tenemos que salir del desarrollo y del 'economísmo'."
Esto decrecimiento tiene que ser "sostenible", es decir que no genera una crisis social que amenaza la democracia y el humanismo. De hecho, una fuerte reducción en el consumo crearía una reducción significativa de la demanda global, y por lo tanto un aumento del desempleo y malestar social.
La clave es, por tanto, una distribución diferente de las preferencias, de modo que los consumidores eligen los activos intangibles sobre la base de las relaciones humanas en lugar de productos materiales nocivos para el medio ambiente. El decrecimiento aumentara el crecimiento de relación social y espiritual o no será.
Para obtener más información sobre el decrecimiento (en francés):
http://www.decroissance.org/
en español :
http://www.decrecimiento.info/
http://es.wikipedia.org/wiki/Decrecimiento

lunes, 20 de febrero de 2012

La hermana de Shakespeare, Virginia Woolf (1882-1941)


Virginia Woolf dio vida a una imaginaria hermana de Shakespeare en su obra Una habitación propia, una mujer que murió sin demostrar al mundo su gran talento. Con ella, Virginia ponía de manifiesto la necesidad de crear un mundo en el que la mujer fuera reconocida por sus obras y sus méritos propios. Virginia Woolf fue una feminista destacada. Fue también y sobretodo, una de las mejores escritoras en lengua inglesa del siglo XX. Regaló al mundo de la literatura grandes títulos. Muchos más habría escrito si una fuerte depresión causada por un carácter bipolar no la hubieran conducido al abismo del suicidio.

Alumna de la sociedad victoriana
Adeline Virginia Stephen nació el 25 de enero de 1882 en Londres, en plena era victoriana. Virginia era hija de Sir Leslie Stephen, un novelista e historiador reputado y de la bella Julia Prinsep Jackson. La pequeña Virginia vivió su infancia rodeada de muchos hermanos, tres de padre y madre y cuatro habidos de los matrimonios anteriores de sus padres.

En el número 22 de Hyde Park Gate, en Kensington, Virginia fue educada en un ambiente culto e intelectual. A pesar de que no pudo recibir una educación formal como sus hermanos por su condición de mujer, ella y sus hermanas recibieron una buena formación por parte de su padre y de distintos tutores.


©Isabel Ruiz Ruiz 
La infancia de Virginia y su familia transcurrió feliz, a caballo entre la capital inglesa y el hogar de veraneo que tenían en Cornualles. Felicidad que se vio truncada por una serie de tristes acontecimientos.

La tristeza como compañera
El 5 de mayo de 1895, cuando Virginia tenía poco más de 13 años, sufrió la pérdida inesperada de su madre. Dos años después desaparecía una de sus hermanas y el 22 de febrero de 1904 moría su padre a causa de un cáncer. Aquellas pérdidas en su juventud desencadenaron en Virginia una serie de ataques de ansiedad, crisis nerviosas, depresiones y cuadros de personalidad bipolar que la perseguirían a lo largo de su vida.



El círculo de Bloomsbury
Huérfanos de padre y madre, Virginia y algunos de sus hermanos, entre ellos su querida hermana Vanessa, decidieron vender el hogar familiar y se trasladaron a vivir a Bloomsbury. La nueva casa de Virginia se convirtió en poco tiempo en un importante centro intelectual gracias a las reuniones organizadas por sus hermanos con antiguos compañeros universitarios y algunos nombres de la talla de E.M.Forster. J.M. Keynes o Bertrand Russell. El conocido como círculo de Bloomsbury dio a Virginia la oportunidad de aprender y compartir conocimientos con los más ilustres hombres y mujeres del momento.



Fue en aquella época cuando empezó a escribir. En 1905 había empezado a publicar para el Times Literary Supplement. Aunque sus dos primeras novelas, Fin de viaje, publicada en 1915, y Noche y día, no fueron demasiado relevantes, la publicación de La señora Dalloway y Al faro dieron a Virginia el reconocimiento que se merecía.

La señora Woolf
En 1912 Virginia se casó con Leonard Woolf, un economista miembro del círculo de Bloomsbury y con el que fundó en 1917 la editorial Hogarth Press que editó parte de la obra de Virginia.

Desde entonces y hasta su muerte, Virginia publicó obras tan importantes como Orlando Una habitación propia, un alegato feminista en favor de los derechos de la mujer. En 1941 escribía Entre actos. Ese mismo año se suicidaba.

Los constantes episodios depresivos y el trastorno bipolar que sufrió toda su vida terminaron haciendo mella en la personalidad de Virginia. Nada, ni el amor de su marido, pudieron impedir que la gran escritora decidiera terminar con su existencia lanzándose el río Ouse. Virginia Woolf moría ahogada el 28 de marzo de 1941.


 Si quieres leer sobre ella 


Virginia Woolf. La vida por escrito
Irene Chikiar Bauer







La pasión de ser mujer
Eugenia Tusquets y Susana Frouchtmann







A contracorriente, Escritoras a la intemperie del siglo XX
Mª Ángeles Cabré
 


Virginia Woolf
Quentin Bell






Virginia Woolf,
Nigel Nicolson







A Virginia le gustaba Vita
Pilar Bellver






16 mujeres muy, muy importantes
Jordi Sierra y Violeta Monreal




Mujeres
Isabel Ruiz Ruiz


 Algunas de sus obras 

La Señora DallowayVirginia Woolf







Al faro, Virginia Woolf







Orlando, Virginia Woolf







Una habitación propia, Virginia Woolf








 Películas que hablan de ella 


Las horas

sábado, 18 de febrero de 2012

La esposa sumisa, Katharina von Bora (1499-1552)


Cuando en el siglo XVI Marín Lutero definió una nueva forma de fe católica, en su doctrina afirmó que la mujer debía obedecer al marido por mandamiento de Dios. Convencido del papel sumiso de la esposa frente a su cónyuge, Lutero tuvo la suerte de encontrar a quien sería el ejemplo de su propia teoría. Katharina von Bona fue una monja católica que se convirtió al protestantismo y se ofreció a casarse con el reformador. Lutero se convirtió en el primer reformista en contraer matrimonio y Katharina en la primera mujer y modelo de esposa y madre de la nueva fe. 

La juventud en un convento

Katharina von Bora nació el 29 de enero de 1499 en Lippendorf, Alemania. Su padre se llamaba Hans von Bora y su madre, que tenía el mismo nombre que Katharina, murió cuando ella tenía 5 años. Por aquel entonces su padre se volvió a casar y Katharina fue enviada a vivir a un convento benedictino en Brehna. Tiempo después, en 1508 volvió a trasladarse, esta vez al convento cisterciense de Marienthron del que varias familiares suyas formaban parte. En 1515 tomaba el hábito y se convertía en monja. 

Cuando la reforma protestante empezó a extenderse por Alemania, los muros del convento donde vivía Katharina no fueron lo suficientemente gruesos como para frenar su eco. Puede que fuera por el hecho de haber sido obligada a entrar en religión pero lo cierto es que Katharina y otras monjas del convento empezaron a sentirse insatisfechas por la vida en el monasterio y atraídas a su vez por la nueva reforma religiosa. 

Conocedores de este hecho, Marín Lutero instigó a las jóvenes a huir del convento, fuga que se materializó con la ayuda de un comerciante llamado Leonhard Köppe. Lutero se sentía responsable del destino de las nueve monjas a las que había incitado a huir por lo que decidió buscarles marido entre sus consejeros y amigos. Katharina sorprendió entonces a Lutero con una sencilla y sincera propuesta de matrimonio que éste no pudo negar. 

La esposa del reformador

El 13 de junio de 1525 Martín Lutero se casaba con Katharina von Bora. La nueva pareja convirtió un monasterio agustino que habían cedido a Lutero en su hogar y en el refugio de muchos otros allegados. Además de los seis hijos que tuvieron, Katharina se hizo cargo de ocho sobrinos de Lutero y de multitud de huéspedes que llenaban las 40 habitaciones del monasterio. Además, gestionó con eficacia el ganado y la tierra que formaba parte de su propiedad.

Mujer luchadora incansable, que vio morir a dos de sus hijos, no desfalleció en todos los años de su matrimonio. Cumplió con el modelo de mujer sumisa que predicaba Lutero 

La viuda luchadora

En 1546 moría Martín Lutero dejando a Katharina sola y con un grave problema financiero. A sus problemas económicos se sumó la amenaza de las tropas imperiales de Carlos V que obligaron a Katharina a huir en varias ocasiones. Katharina se arruinó y volvió a salir a flote, fue perseguida y siguió huyendo, siempre con fuerza y sentido de la obligación. 

El 20 de diciembre de 1552, la incansable Katharina murió tras una terrible caída de su carruaje cuando tenía 53 años. 

Katharina fue sin duda la esposa fiel de Lutero que ayudó a reafirmar la reforma protestante en media Europa y se convirtió en el modelo de esposa y madre que su esposo siempre defendió.

viernes, 17 de febrero de 2012

Pintando su propia vida, Frida Kahlo (1907-1954)


Frida Khalo se retrató a sí misma a lo largo de su vida en una obra que, mientras vivió, no fue justamente valorada.

La niña enferma
Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón nació el 6 de julio de 1907 en Coyoacán, Ciudad de México en el seno de una numerosa familia. Frida era la tercera hija de Guillermo Khalo y su segunda esposa, Matilde Calderón. Su padre era de origen judío-húngaro y su madre tenía ascendencia española. Además de sus dos hermanas mayores, Matilde y Adriana, y su hermana pequeña, Cristina, Frida tenía tres hermanas de padre.

Cuando Frida tenía 6 años contrajo poliomielitis que le dejó la pierna derecha más delgada que la izquierda. Con 15 años ingresó en la prestigiosa Escuela Nacional Preparatoria de Ciudad de México donde empezó a estudiar medicina.

La joven accidentada
En 1925 Frida sufrió un terrible accidente de tranvía que dejó secuelas en su cuerpo toda su vida además de un insoportable dolor durante mucho tiempo. En su recuperación, Frida inició su incursión en el mundo de la pintura. A pesar de que años antes había recibido clases de dibujo, la formación de Frida fue mayoritariamente autodidacta. Empezó pintando autorretratos en los que intentaba exponer sus sentimientos y distintos retratos de personas allegadas.

La esposa del artista
Frida entró entonces en contacto con el mundo artístico de México. Entre los pintores que conoció estaba el muralista Diego Rivera, con el que se casaría en 1929. Su matrimonio estuvo caracterizado por los constantes desencuentros e infidelidades y por la tristeza de no poder ser madre, una de las secuelas de sus enfermedades y accidentes pasados.

Frida encontró un cierto consuelo en el pincel con el que plasmó sus experiencias más íntimas como el aborto que sufrió en 1932 cuando se encontraba viviendo en Estados Unidos por motivos de trabajo de su marido. La obra Aborto en Detroit reflejó los sentimientos más íntimos de la artista.

Después de soportar múltiples infidelidades de su marido, una de ellas con la hermana de Frida, decidió poner fin a su matrimonio. El divorcio de Diego en 1940 sería también origen de otra de sus más famosas obras, Las dos Fridas.


Las dos Fridas (1939)

A pesar de que su matrimonio no fue demasiado feliz, Diego Rivera hizo de Frida el icono que todos conocemos hoy. Animó a su esposa a vestirse con el traje tradicional de México, una vestimenta que junto con su aspecto cejijunto crearon una marca inconfundible. Tiempo después, volverían a juntarse.

Pintora de su realidad
La obra de Frida fue catalogada de surrealista aunque nunca se sintió a gusto con esta definición pues para ella su obra era el reflejo de su propia vida y no de sus sueños.

En los últimos años de su carrera como pintora, Frida dio clases en la escuela La Esmeralda de México D.F. y recibió varios reconocimientos artísticos. El más multitudinario fue sin duda la única exposición individual que se organizó de su obra en vida. Fue en 1953 en la capital mexicana.

Aquel mismo año Frida sufrió una horrible infección de gangrena por la que perdió la pierna por debajo de la rodilla. Sumida en una profunda depresión, desahogó su tristeza escribiendo poemas.

Un año después, el 13 de julio de 1954 moría en la misma ciudad que la había visto nacer 47 años antes. Sus cenizas permanecen en la Casa Azul, su hogar reconvertido en el Museo de Frida Kahlo.


 Si quieres leer sobre ella 

Frida Khalo, Rauda Jamis
Género: Biografía






Frida: Una biografía de Frida Khalo, Hayden Herrera
Género: Biografía







16 mujeres muy, muy importantes, Jordi Sierra y Violeta Monreal









Consulta online toda su obra en Wikipaintings
http://www.wikipaintings.org/en/frida-kahlo





por Sandra Ferrer

jueves, 16 de febrero de 2012

La reina perdida, María Antonieta de Austria (1755-1793)


La Restauración monárquica del siglo XIX la ensalzó como mártir mientras que los nostálgicos de la Revolución continuaron abocando sobre su memoria terribles historias. La figura de María Antonieta, la última reina del antiguo régimen francés, ha provocado múltiples opiniones pero pocas veces ha dejado indiferente. Al final fue una niña que fue reina demasiado pronto con pocas cualidades y que aceptó su papel demasiado tarde.

La hija de la gran emperatriz
María Antonia Josefa Juana de Habsburgo-Lorena nació en Viena el 2 de noviembre de 1755. Fue la decimoquinta y penúltima hija del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Francisco I y su esposa, María Teresa I.

María Antonieta creció al lado de sus diez hermanas y cuatro hermanos en los palacios vieneses de Hofburg y Schönbrunn bajo una estricta educación por parte de ayas y gobernantas controladas en todo momento por la emperatriz. La pequeña María Antonieta no fue nunca una niña muy predispuesta ni a la educación ni a las normas. Cuando en 1768 el abad de Vermont recibió el encargo de educar a la pequeña archiduquesa y prepararla para ser una buena reina de Francia se encontraría con una niña muy graciosa pero para nada disciplinada.

La austriaca Marie Antoinette
María Teresa había sufrido mucho para conseguir el trono imperial de su padre y no dudó en utilizar a su amplia prole para afianzar sus alianzas europeas. María Antonieta no sería una excepción.

María Teresa decidió que su hija conseguiría afianzar la alianza con Francia tras la Guerra de los Siete Años, una alianza que Luis XV y sus consejeros habían aceptado a falta de una alternativa mejor. Así que la pequeña María Antonieta fue prometida al delfín Luis Augusto, nieto de Luis XV y futuro Luis XVI.


El 13 de junio de 1769 tuvo lugar la petición de mano de la archiduquesa para el delfín por parte del embajador francés en Viena, el marqués de Durfort. Conocida la noticia en Francia, la pequeña futura reina empezó a ser conocida con el sobrenombre despectivo de “la austriaca”. Incluso su futuro marido, educado desde pequeño en el odio hacia todo lo que viniera del imperio, no pudo menos que recibir la noticia con profundo desagrado.


El 17 de abril de 1770 María Antonieta renunciaba a sus derechos sobre el trono de sus padres y cuatro días más tarde marchaba hacia su nuevo destino. El 16 de mayo se casaba en Versalles con un joven delfín de poco más de 15 años, un joven de mirada miope y poco agraciado. Al fin, María Antonieta había sido colocada en el trono francés por su madre para favorecer a los intereses políticos del Imperio de los Habsburgo.


La reina disoluta
Los primeros años en la corte de Versalles los vivió María Antonieta como había vivido en Viena: feliz, desinteresada y ajena a cualquier obligación que nadie le intentara imponer. Llegó incluso a tener la osadía de afear la presencia de la favorita del rey Luis XV, Madame du Barry, algo escandaloso en una corte que había aceptado durante siglos la figura de la favorita.

Cuando el 10 de mayo de 1774 Luis y María Antonieta fueron proclamados reyes de Francia y de Navarra, tenían respectivamente 20 y 19 años. La pareja real llevaba entonces una vida más o menos alejada, acercándose para cumplir con su obligación fallida de dar a la corona un heredero, hecho que no sucedería hasta años más tarde. Pero mientras que el nuevo rey se intentaba esforzar por aprender los entresijos del gobierno, María Antonieta disfrutó de su nueva posición para seguir con sus fiestas, burlarse de su marido y enemistarse con las principales familias de la aristocracia más antigua de Francia.


Poco a poco su actitud alimentaría la circulación de historias sobre ella, más o menos ciertas, más o menos exageradas, entre los pasillos de palacio y a través de panfletos.


Cumpliendo con su deber
El 19 de diciembre de 1778 María Antonieta cumplió por fin con su principal deber como reina, tuvo su primer hijo, María Teresa. Tres años después, el 22 de octubre de 1781, nacía el ansiado delfín, Luis José Javier Francisco. En 1785 tendría su tercer hijo, el futuro Luis XVII de Francia, y un año después nacería su última hija, María Sofía, que moriría con un año de vida.

Cumplido su principal deber, a pesar de que su actitud cambió ligeramente queriendo cuidar de sus hijos y haciendo crecer en ella su instinto maternal, no abandonó sus veladas y fiestas en el bello Petit Trianon construido especialmente para ella. Continuó también creciendo el número de críticas hacia la reina, voces que llegaron a límites tan graves como llegar a dudar de la paternidad del rey de alguno de sus vástagos.


Un collar peligroso
Las calumnias, críticas y difamaciones parecían no afectar demasiado a María Antonieta hasta que se vio inmersa en un truculento asunto conocido como el “asunto del collar”. En 1785, un joyero de París llamado Charles-Auguste Böhmer, reclamó a la reina el pago de un misterioso collar que valía nada menos que 1,5 millones de libras y que María Antonieta habría encargado al cardenal Rohan. El collar era una pieza única de 647 diamantes que había llevado al joyero a invertir buena parte de su capital.

María Antonieta negó haber encargado nunca dicho collar. Parece ser que el cardenal, conocido por su aborrecimiento hacia la reina, fue utilizado por Jeanne de Saint-Rémy, condesa de la Motte e hija ilegítima de un Valois, para urdir una trama rocambolesca. De la Motte engañó a Rohan haciéndole creer que la reina había encargado el collar a espaldas de su marido. Cuando la joya llegó a manos de la marquesa, fue desmontado y vendido a trozos mientras ella y su marido desaparecía sin dejar rastro.


La reina acusó sin dudarlo a Rohan. Miembro de una importantísima familia aristocrática y uno de los príncipes de la iglesia, su acusación fue una nefasta maniobra para María Antonieta quien pronto fue consciente de que las críticas hacia su persona ya no eran simples anécdotas.


Una conciencia tardía
A las puertas de la Revolución Francesa, María Antonieta abrió los ojos y se dio cuenta de la importancia de su figura. Se volcó en la educación de sus hijos e intentó colaborar con su marido en el gobierno cada vez más deteriorado del país. Pero ya era demasiado tarde.

La reina siguió los acontecimientos de la revolución con un cierto escepticismo, ferviente defensora de una monarquía absoluta. Después de la proclamación de la monarquía constitucional y del aceleramiento de los acontecimientos revolucionarios, Luis XVI y su esposa decidieron huir al extranjero en la fatídica huida de 1790. Cuando el 20 de junio fueron descubiertos en Varennes sus esperanzas se fueron reduciendo a la mínima expresión.


El 21 de enero de 1793 moría guillotinado Luis XVI. María Antonieta ya poco podía esperar de la patria que desde el primer momento la había acogido con hostilidad. Separada de sus hijos, la reina fue recluida en la Conciergerie y sometida a un cruel interrogatorio en el que se le llegó a preguntar por una terrible acusación de incesto.


Declarada culpable de alta traición, María Antonieta fue condenada y guillotinada el 16 de octubre de 1793.

 Si quieres leer sobre ella 


Amantes y reinasBenedetta Craveri
Género: Ensayo
Recopilación de la vida de varias reinas y amantes relacionadas con la corona francesa


María Antonieta, Stefa Zweig
Género: Biografía








María Antonieta, Catalina de Habsburgo
Género: Biografía
La nodriza, María Vallejo Nájera
Género: Novela histórica



Jaque al trono, Cristina Muñiz
Género: Novela histórica sobre el asunto del collar








Reinas malditas
Cristina Morató
Madres e hijas en las historia
María Pilar Queralt






 Películas que hablan de ella 


María Antonieta








Por Sandra Ferrer