RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

viernes, 6 de septiembre de 2013

5 mitos y realidades sobre el ABORTO...y su despenalización

Mitos sociales, mitos históricos y mitos religiosos sobre el ABORTO. Un aporte para el debate y la despenalización del aborto en Bolivia, con cifras y datos de fuentes importantes. Un grito por el "Aborto Libre, Gratuito y Seguro". Conozca los argumentos.

 aboto
1.“DESPENALIZAR EL ABORTO CAUSA MÁS ABORTOS”

Falso. A ninguna mujer le gusta abortar. Son situaciones extremas que obligan a millones de mujeres a abortar, mayormente en situaciones muy precarias, peligrosas y humillantes. Hoy por hoy en Bolivia mueren cada año cerca de 500 mujeres a consecuencia  de un aborto clandestino y son sobre todo mujeres pobres; pues, es una verdadera criminalización de la pobreza.
La Organización Mundial de la Salud, OMS,  informa que en América Latina hay casi 4 millones de abortos al año y que la principal causa de muerte de adolescentes de entre 15 y 19 años son embarazos tempranos. También informa que hay mayor cantidad de muertes en el mundo,  en los países donde existe la PROHIBICION del aborto.

Para nuestro conocimiento, el aborto es legal en 117 países, que comprende el 74% de la población mundial y sobre todo en aquellos países donde la política del “aborto legal y gratuito” va acompañada de una educación sexual y de una promoción libre y accesible de anticonceptivos, ahí el índice de abortos ha disminuido. Un buen ejemplo es Uruguay que hace pocos meses despenalizó  el aborto.

2. “ABORTAR ES MATAR”

Es muy interesante saber que el Padre de la Iglesia, San Agustín, en el Siglo IV advirtió que en los primeros meses “no llega el alma racional”. 
Por su parte Santo Tomás de Aquino, filósofo cristiano en el Siglo XIII  dijo que “el alma de los varones se formaba a los 40 días y la de las mujeres a los 80”.
Sin embargo -según el comunicador ecuatoriano José Ignacio López Vigil- “los obispos de la iglesia dicen, que cuando el espermatozoide accede al óvulo ya existe un alma, pero, si esto fuera verdad, la Naturaleza y Dios serían abortistas, ya que dos de cada tres óvulos fecundados son expulsados naturalmente. No se implantan. Por lo tanto las alcantarillas estarían llenas de almas racionales”.

3.    “EL ABORTO VA CONTRA LA MORAL”

“La Iglesia condena el aborto en base a la moral creada por los papas y sacerdotes pero, en los 32.000 versículos de la Biblia no existe ni una sola referencia sobre el aborto.
Estas organizaciones culpabilizan y criminalizan a la mujer que decide interrumpir su embarazo; sin embargo, Jesus de Nazaret no dijo ni una sola palabra sobre el aborto, es más, las parteras interrumpían los malos embarazos y nadie se metía en ello, porque se consideraba un tema de mujeres”. (J.I.López Vigil)
Incluso dentro de la misma iglesia existen movimientos que cuestionan esta política anti-abortista:  www.catolicasporelderechoadecidir.net

4.“LA CULPA ES DE LAS MUJERES”

Hombres de la iglesia, hombres de la justicia, hombres políticos, cargan el peso, la culpa y el miedo a las mujeres, pero en realidad en Bolivia y América Latina los abortistas son mayormente varones que violan, se despreocupan y abandonan a la mujeres. En estos casos deberíamos hablar de hombres “abortistas”, mientras buena parte de la “culpa” debería cargar los Estados que mantienen la situación de pobreza para la mayoría de las mujeres.

5.”EN LA CULTURA ANDINA NO HAY ABORTO”

Es conocido que en todas las sociedades ha existido y existe la práctica del aborto. Según documentos históricos,  la cultura andina no es una excepción, solo que con la colonia y la introducción de la iglesia se empezaba a satanizar y a castigar el “delito” de diferentes maneras, anulando saberes ancestrales de las mujeres que aplicaban remedios naturales para abortar, y costumbres comunitarias que velaban por “restablecer el equilibrio de la naturaleza”.   

Seguramente existen más mitos que desmentir; mientras tanto la voz de las mujeres crece con la demanda:

¡ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO!



LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO

Por Luis Villoro
Ante el actual debate sobre la despenalización del aborto sería útil recordar, como un antecedente, lo que muchos pensadores de la Iglesia Católica han escrito sobre ese tema.
En los primeros siglos del cristianismo, los Santos Padres tuvieron opiniones divididas entre la aceptación de la “animación inmediata” (el alma informa al feto inmediatamente después de la concepción) y la “animación retardada” (el alma da forma al feto –forma humana, de cuerpo y alma– después de cierto tiempo).
sanagustinSan Agustín (354-430), en su Comentario al Evangelio de San Juan y en el De Anima, sostiene que no se considera homicidio el aborto de un feto aún no formado, y señala la animación del feto en el día 45 después de la concepción. San Buenaventura (1225-1274), In sententias, opina que el aborto es posible “antes de que el feto esté organizado”. San Alberto Magno (1206-1280) sostiene que el alma es infundida por Dios, la del varón a los cuarenta días y la de la mujer a los noventa. (Es bien conocido que el varón se forma más rápido que la mujer.) Santo Tomás de Aquino (1225-1274), en el De Potentia, acepta la animación hasta que el cuerpo esté organizado por “formas sustanciales” anteriores; en su Comentario a las Sentencias sostiene –al igual que San Alberto Magno– que la animación del feto se da a los cuarenta días para el varón y a los noventa para la mujer. Más tarde, el jesuita Luis de Molina (1535-1600) dice que, en la práctica, la Santa Sede admite que el feto sólo después de cincuenta días de concebido tiene un alma racional.
Éstos son sólo ejemplos de muchos autores católicos, aceptados por la Iglesia, que aprueban la posibilidad del aborto si se realizara antes de cierto tiempo (entre cuarenta y noventa días, según el caso). Las opiniones de esos pensadores diferían de quienes sostenían la idea de la animación inmediata del feto, obra –igual que la retardada– directa de Dios.
Sin embargo, en 1917 (hace, por lo tanto, casi un siglo), después de una amplia discusión, en la época del pontificado de León XIII, se estableció la doctrina de la animación siempre inmediata del feto, que es la opinión católica oficial, la de la Santa Sede y la jerarquía, condenatoria del aborto tanto inmediato –muy cercano a la concepción– como retardado. Es la doctrina actual de la Iglesia Católica, basada en el Derecho Canónico de 1917.
En las últimas encíclicas de los papas, de Pío XI y XII en adelante (desde 1930), se da por sentada la condenación del aborto, bajo pena de excomunión. Esto fue confirmado en varias conferencias episcopales de diversos países, desde 1969 (en México, en 1975).

¿Qué podemos concluir?

1. En primer lugar, la despenalización del aborto plantea un problema que, aunque es estrictamente jurídico y moral, debe tomar en consideración razones basadas en la situación actual de la ciencia.
La ciencia establece, como condición mínima para considerar un cigoto hasta cierto punto desarrollado –un óvulo humano fecundado por un espermatozoide humano que ha progresado un tanto en su desarrollo– como una persona humana, el que contenga también cierto desarrollo de la corteza cerebral que pueda hacer posible, en un futuro, el razonamiento y la comunicación con otros hombres. En este sentido, en el nivel metafísico, ese estadio inicial de la corteza del cerebro coincidiría con la “animación retardada” de la tradición aristotélica –que supone la división de la persona entre alma y cuerpo–, e igualmente podría aceptar la teoría darwiniana de la evolución –que supone la transformación del ser humano a partir de manifestaciones vivas de especies anteriores. En este mismo sentido, una concepción científica, por antigua que sea, como la aristotélica, o como la actual en la genética y la de la Teoría de la Evolución, serían compatibles con ciertas ideas morales o religiosas.
2. Es sólo en ese campo (el religioso y no el científico) donde puede plantearse una discusión teológica sobre la animación en el feto (que podría ser inmediata o retardada). Ésta ya no es, pues, una discusión científica sino teológica. Es obvio que la doctrina católica no plantea dudas actualmente sobre la animación inmediata. Pero es la concepción de la animación retardada la que suscitó muchas discusiones. Por esa razón, la Santa Sede, durante siglos, se inclinó por la idea de la animación retardada como condición mínima para la existencia humana. En eso concordaba con los teólogos antiguos que antes recordábamos, y era también congruente con la ciencia entonces conocida. Es lo que sostenían, con convicción casi unánime, los teólogos de la Edad Media.
Es solamente en la época actual, en que la alta jerarquía de la Iglesia emite un fallo, basado en razones religiosas o metafísicas, y consensuado en los Concilios, desde 1930 en adelante, cuando se sostiene la condenación del aborto.
Es claro, en consecuencia, que la despenalización del aborto evoca ideas que, durante siglos, fueron aceptadas por el catolicismo como una base de discusión entre la animación inmediata y la animación retardada. Muchos teólogos serios siguen sosteniendo la doctrina de la animación retardada, en contra de la decisión actual de la alta jerarquía eclesiástica –que muchos fieles aceptan– a favor de la llamada animación inmediata, con base en la cual se condena moral y religiosamente el aborto. ~

http://somossur.net/bolivia/politica/testimonios-de-movimientos-sociales/1261-5-mitos-y-realidades-sobre-el-aborto-y-su-despenalizacion.html

martes, 3 de septiembre de 2013

La dama de los derechos raciales, Rosa Parks (1913-2005)


Muchos años después de la abolición de la esclavitud en los Estados Unidos, la igualdad racial no se había conseguido aún a principios del siglo XX. Los negros vivían en guetos y debían seguir estrictas normas en los lugares públicos. Muchas personas llevaban tiempo luchando contra todas aquellas injusticias. Pero Rosa Parks se convirtió en un símbolo y un icono de aquella batalla contra la desigualdad racial al negarse a ceder su asiento a un hombre blanco en el autobús.

La niña negra que iba a pie al colegio
Rosa Louise McCauley nació en Tuskegee, Alabama, el 4 de febrero de 1913. Su madre, Leona, era profesora, y su padre, James, carpintero. Rosa fue una niña de complexión débil que tuvo que sufrir la separación de sus padres cuando era muy pequeña.

Rosa se crió en la granja de sus abuelos maternos donde se trasladó con su madre y su hermano pequeño. Hasta los once años estudió en una escuela rural y más tarde ingresó en la Escuela Industrial para Chicas de Montgomery. La mala salud de su abuela y su madre la obligaron a dejar los estudios. Aun así, en los años en los que asistió a la escuela ya fue testigo de la discriminación racial. Mientras los niños blancos podían ir al colegio en autobús, los niños negros debían hacerlo a pie.

En aquellos años de su infancia fue también testigo de algunos de los actos racistas perpetrados por el Ku Kux Klan.

La chica negra que terminó el instituto
En 1932 rosa se casó con un peluquero de Montgomey implicado en distintos actos reivindicativos en favor de los derechos de los negros. Un año después, siendo ya la señora Parks, Rosa consiguió reemprender y terminar sus estudios en el instituto, algo realmente extraordinario pues muy pocos chicos de color, y menos si eran mujeres, llegaban a estudiar.

Una década después, en 1943, Rosa empezó a trabajar activamente en movimientos en favor de los derechos civiles hasta el punto de ser elegida secretaria en Montgomery de la NAACP, Asociación Nacional por el avance de las personas de color. 




La mujer negra que no cedió su lugar a un blanco
Fue en aquellos años de activo trabajo en la NAACP cuando tuvo lugar el incidente que la haría famosa. El 1 de diciembre de 1955, en un autobús de Montgomery no cedió su sitio a un hombre blanco tal y como mandaban las leyes raciales. Su negativa a obedecer al chófer del autobús fue motivo de detención por haber alterado el orden público. Tuvo que pagar una multa de catorce dólares.

La detención de Rosa indignó a la comunidad negra de Montgomery donde un pastor baptista llamado Martin Luther King decidió iniciar una protesta en todos los autobuses públicos de la zona. La repercusión de los actos reivindicativos supuso la eliminación de aquella norma de segregar a negros y blancos en los autobuses públicos.

Convertida en un icono de la lucha racial, Rosa y su marido se marcharon a vivir a Detroit donde continuó trabajando hasta su muerte por los derechos de los negros en Estados Unidos.




Su trabajo incansable le valió varios reconocimientos públicos, entre ellos la medalla de oro del Congreso y la medalla Spingarn de la NAACP.


Rosa Parks falleció el 24 de octubre de 2005 en Detroit. Fue la primera mujer cuyos restos fueron honrados en la Rotonda del Capitolio.

Por Sandra Ferrer

lunes, 2 de septiembre de 2013

"La historia de la mujer, es la historia de su opresión"


"La mujer y el trabajador tienen esto en común: los dos están oprimidos. Esta opresión ha sufrido modificaciones en cuanto a la forma, según el tiempo y el país, pero la opresión se ha mantenido. A través de la historia, los oprimidos tuvieron habitualmente conciencia de su opresión, y esta conciencia condujo a modificaciones y alivios en su situación. Pero ellos no pudieron determinar la verdadera naturaleza de esta opresión. Tanto en la mujer como en el trabajador, este conocimiento data de nuestros días. 

Era necesario antes de nada conocer la verdadera naturaleza de la sociedad y de las leyes, que sirvieron de base a su desarrollo, antes de desencadenar, con alguna posibilidad de éxito, un movimiento para poner fin a situaciones reconocidas como injustas. La importancia y la extensión de un movimiento semejante dependen de la conciencia de las capas golpeadas y de la libertad de movimiento que ellas tengan.

Bajo esta doble relación la mujer es inferior al trabajador, tanto por los usos y la educación como por la libertad que le es dada. Por otra parte, las condiciones mantenidas durante una larga serie de generaciones acaban por convertirse en costumbres: la herencia y la educación las hacen aparecer como « naturales » a las dos partes interesadas. Es así como la mujer acepta todavía hoy su situación de inferioridad como una cosa evidente por sí misma. Nos cuesta mucho demostrarle que su situación es indigna de ella, y que ella debe buscar por convertirse en un miembro de la sociedad que posea los mismos derechos que el hombre, y sea su igual bajo toda relación.

Si hay muchos puntos parecidos entre la situación de la mujer y la del obrero, también hay una diferencia esencial: la mujer es el primer ser humano que tuvo que sufrir la servidumbre. Ella ha sido esclava, antes de que lo fuera el esclavo.


Toda dependencia social encuentra su origen en la dependencia económica del oprimido frente a la del opresor. Desde tiempos inmemoriales, la mujer se encuentra en esta situación; la historia del desarrollo de la sociedad humana nos lo enseña."

Fuente: "La mujer y el socialismo"
             Auguste Bebel

domingo, 1 de septiembre de 2013

La mujer supersónica, Jacqueline Cochran (1906-1980)


Los datos que rodean la carrera como piloto de aviación de Jacqueline Cochran son espectaculares. Primera mujer en romper la barrera del sonido, en aterrizar y despegar de un portaaviones, en pilotar un bombardero a través del atlántico… y muchos otros logros que convirtieron a una joven aprendiz de esteticién en uno de los nombres propios más importantes de la historia de la aviación. Ambiciosa e inteligente, tuvo un importante papel en la Segunda Guerra Mundial e influyó también en la carrera política del que se convertiría en el trigésimo cuarto presidente de los Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower.

Una infancia olvidada
Bessie Lee Pittman era el nombre real de Jacqueline Cochran. Nació el 11 de mayo de 1906 en Florida en el seno de una humilde familia. La más pequeña de los cinco hijos de Mary e Ira Pittman, tuvo una infancia difícil. Su padre era carpintero por lo que su sueldo no llegaba a mantener a su amplia familia. Así, Bessie empezó a trabajar con tan sólo seis años de edad en distintas tareas. 

Fueron posiblemente esos primeros años difíciles los que la llevarían en un futuro a negar sus orígenes e inventar una infancia distinta como niña adoptada. Aun así, nunca se olvidó de su familia a los que acogió y ayudó económicamente siempre que tuvo ocasión.

Bessie se casó por primera vez el 13 de noviembre de 1920, siendo muy joven. El marido, Robert Cochran, era mecánico de la base naval de Pensacola. Aquel primer matrimonio terminó tristemente con el fallecimiento de su hijo con cinco años y un posterior divorcio.

La empresaria de cosméticos
Entonces convertida en Jackie Cochran, nombre que adoptaría hasta su muerte, tuvo que buscarse de nuevo la vida trabajando como peluquera en Pensacola hasta que decidió mudarse a Nueva York donde consiguió un empleo en el Saks Fifth Avenue, uno de los salones de belleza más importantes de la gran manzana.

Situada en Nueva York, Jackie conocó a Floyd Bostwick Odlum, empresario considerado como uno de los diez hombres más ricos del mundo en aquellos años. A pesar de ser catorce años mayor que ella, Odlum se enamoró de Jackie. Antes de contraer matrimonio en 1936, el rico empresario ayudó a la joven a iniciar un negocio propio de cosméticos.

Fue durante aquellos primeros años como empresaria cuando Jacqueline descubriría su verdadera pasión. Cuando Odlum le propuso la original idea de que fuera ella misma la que pilotara un avión anunciando su propia línea de cosméticos, por cierto llamada Wings (alas), Jacqueline no se lo pensó dos veces. En pocas semanas había aprendido a dominar una aeronave.



La mujer piloto
Desde entonces y hasta que se retirara de la vida pública, Jacqueline Cochran no dejó de volar y de superarse a ella misma y a todos cuantos la habían precedido. Ya en 1938 recibió el reconocimiento de ser la mejor mujer piloto de los Estados Unidos. No en vano había ganado la Bendix Race, competición en la que el año anterior se había enfrentado solamente con hombres. Habían sido ella y otra gran piloto, Amelia Earhart quienes lucharon para que las mujeres pudieran participar en dicha carrera.

Piloto en la guerra
Iniciada la Segunda Guerra Mundial, Jacqueline se implicó en la colaboración estadounidense con Gran Bretaña. En ese sentido, formó parte de una organización llamada Wings for Britain, Alas por Bretaña, encargada de transportar aeronaves construidas en Norteamérica hasta Gran Bretaña. Se convertía así en la primera mujer en volar un bombardero a través del Atlántico.

Cuando Estados Unidos entró en guerra, Jacqueline no dudó en proponer a la entonces primera dama Eleanor Roosevelt la creación de una división aérea femenina que se encargara de los vuelos domésticos no combativos para que todos los pilotos posibles pudieran entrar en combate solucionando así el problema de la escasez de pilotos.

Su duro trabajo tuvo como compensación la creación de la Women Airforce Service Pilots (WASP), organización de dirigió desde el primer momento y que tenía como objetivo la formación y entrenamiento de mujeres piloto.

Rompiendo la barrera del sonido
Terminada la guerra, Jacqueline no dejó de volar ni de superarse a sí misma. Cochran superaba la barrera del sonido y se convertía en la primera mujer en volar un jet a través del océano y en la primera mujer en aterrizar a ciegas, entre otros muchos récords.


Del cielo a la política

Al margen de su vida como piloto, Jacqueline Cochran era una republicana convencida que ayudó en la carrera presidencial del entonces general Eisenhower. Fue sin embargo su propia carrera como congresista la que no llegó a buen término. Posiblemente el único hito que se propuso y que no consiguió.

Por la igualdad en las alturas
A pesar de todo, Jacqueline Cochran siguió volando hasta 1967. Durante todos esos años no dejó de batir récords de velocidad y de abrir el camino de la aviación a otras mujeres apasionadas por volar. También la primera mujer en convertirse en presidenta de la Federación Aeronáutica Internacional, Jacqueline trabajó de manera incansable por la igualdad de hombres y mujeres en el mundo de la aviación.

Retirada en su rancho de California junto a su segundo marido, Jacqueline Cochran fallecía el 9 de agosto de 1980.

Por Sandra Ferrer

¿Es posible un movimiento unitario de mujeres en una sociedad divida en clases?


Kollontai responde:

"El mundo de las mujeres está dividido —al igual que lo está el de los hombres— en dos bandos. Los intereses y aspiraciones de un grupo de mujeres les acercan a la clase burguesa, mientras que el otro grupo tiene estrechas conexiones con el proletariado, y sus demandas de liberación abarcan una solución completa a la cuestión de la mujer. Así, aunque ambos bandos siguen el lema general de la “liberación de la mujer”, sus objetivos e intereses son diferentes. Cada uno de los grupos inconscientemente parte de los intereses de su propia clase, lo que da un colorido específico de clase a los objetivos y tareas que se fija para sí mismo…

A pesar de lo aparentemente radical de las demandas de las feministas, uno no debe perder de vista el hecho de que las feministas no pueden, en razón de su posición de clase, luchar por aquella transformación fundamental de la estructura económica y social contemporánea de la sociedad sin la cual la liberación de las mujeres no puede completarse.

Si en determinadas circunstancias las tareas a corto plazo de las mujeres de todas las clases coinciden los objetivos finales de los dos bandos, que a largo plazo determinan la dirección del movimiento y las estrategias a seguir, difieren mucho. Mientras que para las feministas la consecución de la igualdad de derechos con los hombres en el marco del mundo capitalista actual representa un fin lo suficientemente concreto en sí mismo, la igualdad de derechos en el momento actual para las mujeres proletarias, es sólo un medio para avanzar en la lucha contra la esclavitud económica de la clase trabajadora. Las feministas ven a los hombres como el principal enemigo, por los hombres que se han apropiado injustamente de todos los derechos y privilegios para sí mismos, dejando a las mujeres solamente cadenas y obligaciones. Para ellas, la victoria se gana cuando un privilegio que antes disfrutaba exclusivamente el sexo masculino se concede al “sexo débil”. Las mujeres trabajadoras tienen una postura diferente. Ellas no ven a los hombres como el enemigo y el opresor, por el contrario, piensan en los hombres como sus compañeros, que comparten con ellas la monotonía de la rutina diaria y luchan con ellas por un futuro mejor. La mujer y su compañero masculino son esclavizados por las mismas condiciones sociales, las mismas odiadas cadenas del capitalismo oprimen su voluntad y les privan de los placeres y encantos de la vida. Es cierto que varios aspectos específicos del sistema contemporáneo yacen con un doble peso sobre las mujeres, como también es cierto que las condiciones de trabajo asalariado, a veces, convierten a las mujeres trabajadoras en competidoras y rivales de los hombres. Pero en estas situaciones desfavorables, la clase trabajadora sabe quién es el culpable…


La mujer trabajadora, no menos que su hermano en la adversidad, odia a ese monstruo insaciable de fauces doradas que, preocupado solamente en extraer toda la savia de sus víctimas y de crecer a expensas de millones de vidas humanas, se abalanza con igual codicia sobre hombres, mujeres y niños. Miles de hilos la acercan al hombre de clase trabajadora. Las aspiraciones de la mujer burguesa, por otro lado, parecen extrañas e incomprensibles. No simpatizan con el corazón del proletariado, no prometen a la mujer proletaria ese futuro brillante hacia el que se tornan los ojos de toda la humanidad explotada…

El objetivo final de las mujeres proletarias no evita, por supuesto, el deseo que tienen de mejorar su situación incluso dentro del marco del sistema burgués actual. Pero la realización de estos deseos está constantemente dificultada por los obstáculos que derivan de la naturaleza misma del capitalismo. Una mujer puede tener igualdad de derechos y ser verdaderamente libre sólo en un mundo de trabajo socializado, de armonía y justicia. Las feministas no están dispuestas a comprender esto y son incapaces de hacerlo. Les parece que cuando la igualdad sea formalmente aceptada por la letra de la ley serán capaces de conseguir un lugar cómodo para ellas en el viejo mundo de la opresión, la esclavitud y la servidumbre, de las lágrimas y las dificultades. Y esto es verdad hasta cierto punto. Para la mayoría de las mujeres del proletariado, la igualdad de derechos con los hombres significaría sólo una parte igual de la desigualdad, pero para las “pocas elegidas”, para las mujeres burguesas, de hecho, abriría las puertas a derechos y privilegios nuevos y sin precedentes que hasta ahora han sido sólo disfrutados por los hombres de clase burguesa. Pero, cada nueva concesión que consiga la mujer burguesa sería otra arma con la que explotar a su hermana menor y continuaría aumentando la división entre las mujeres de los dos campos sociales opuestos. Sus intereses se verían más claramente en conflicto, sus aspiraciones más evidentemente en contradicción."

Fuente: "Los fundamentos sociales de la cuestión femenina" 
                Aleksandra Kollontái

Antología de textos marxistas: La mujer y el comunismo



Libro en pdf: http://www.boltxe.info/berria/wp-content/docs/LA_MUJER_Y_EL_COMUNISMO.pdf

miércoles, 28 de agosto de 2013

La santa visionaria, Santa Isabel de Schönau (1126-1164)


Santa Isabel de Schönau se incluye en una larga lista de mujeres que durante la Edad Media tuvieron profundas visiones y experimentaron éxtasis místicos. Situaciones que describieron en forma de poemas o de libros. Monja alemana, Santa Isabel mantuvo correspondencia con la gran abadesa de Bingen,Hildegarda, en la que se inspiró para escribir su obra, El libro de los caminos de Dios. No está canonizada por la iglesia católica pero fue incluida en el martirologio romano y la tradición la reconoce como santa.

Isabel de Schönau nació el año 1126 en la diócesis de Tréveris, en Alemania en el seno de una familia noble. Fue educada en un monasterio benedictino doble, masculino y femenino, de Schönau, cerca de Bonn. Ya nunca abandonaría sus muros. En 1147 hizo votos y se convirtió en monja.

La vida de Isabel fue una vida de piedad y sacrificio. Volcada en la vida monástica, a pesar de su frágil complexión física y de su salud, no sólo ayudaba en las tareas diarias sino que se infligía distintos tipos de mortificaciones. 

Pronto empezó a tener visiones y a experimentar momentos de éxtasis, experiencias místicas que inmortalizaría su hermano Egberto, monje y con el tiempo abad del mismo monasterio doble en el que residía Isabel. 

Contemporánea de Hildegarda de Bingen, con la que mantuvo una relación epistolar, Isabel muy posiblemente se inspiraría en el famoso Scivias de la abadesa para escribir su obra El libro de los caminos de Dios

Isabel de Schönau siguió escribiendo, esta vez una obra dedicada a Santa Úrsula.


Desde 1157 fue superiora del convento en el que vivió y murió el 18 de junio de 1164.

Hasta el momento no se ha beatificado a Isabel de Schönau y existen muchas voces que dudan tanto de sus visiones como de la autoría de sus obras escritas atribuidas en gran medida a su hermano. Aun así, la Iglesia Católica nunca a desautorizado su culto.


Por Sandra Ferrer