RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

viernes, 8 de julio de 2016

Derribando mitos


Página 12

Mitominas, muestra emblemática de los ochenta por la que pasaron más de 60.000 personas, fue sin embargo el hecho maldito del arte argentino por su carácter transgresor y disruptivo que puso en estado de alerta a las instituciones eclesiásticas de la época, pero también porque sentó precedente al cuestionar por primera vez desde el campo de las artes la condición femenina, la heteronormatividad y las libertades sexuales. Aquella muestra convirtió en referentes ineludibles a artistas feministas y no feministas, entre las que se encontraban Angélica Gorodischer, Liliana Maresca, Ilse Fuskova y Silvia Berkoff, por nombrar algunas. La nueva puesta, Mitominas 30 años después, expone problemáticas como la trata, la violencia de género y la búsqueda de autonomías en un tono reflexivo, pero deja con ganas de reencontrar aquel under querido.

Apenas despuntaba la democracia en la Argentina cuando un estallido de juventudes en estado volcánico se inundaban de placeres en estado de pura demostración, piel a piel, desborde imperioso de las lenguas para tragarse la vida a borbotones y reinventarla con pasión y creatividad. Muchas de esas expresiones que dieron en la tecla y en el punto justo de experiencias disruptivas y vitales para la época surgieron desde el movimiento de mujeres, en plena reorganización, y las representantes del feminismo que buscaban subvertir el orden patriarcal y salir de los años de asfixia de la dictadura. Transgredir ya no era consigna sino el alma de una reconstrucción colectiva y poderosa que se palpó en las muestras Mitominas I, en 1986, y Mitominas II, en 1988, donde se problematizaron los roles de las mujeres desde diferentes disciplinas artísticas y fundaron un espacio único para pensar las interpretaciones míticas pero también para corporizar instalaciones de enormes vaginas dentadas o cristos transfundidos. Mitominas 30 años después reedita aquellas muestras inaugurales donde se servían canapés de tampones envueltos en hojas de lechuga sobre una bandeja de plata, se derramaban mensajes guarros en cuadernos de saludos, y una performer disfrazada de mujer gallina empollaba huevos para luego destrozarlos y abalanzarse sobre la gente, convertida en mujer demonio. Tres décadas más tarde, la convocatoria replica una masividad ya no disruptiva y desafiante, pero sí entusiasta, con un público bien dispuesto a invadir el Centro Cultural Recoleta, desde las terrazas hasta el Patio de los Naranjos, en lo que semejó un fresco del under de la época. Vale decir que a esta aventura grupal se sumaron varones que preguntaron ‘¿Para cuándo Mitomachos?’


Tres décadas después, la muestra se reactiva, se refresca y se actualiza pero sin reconstruir las exposiciones anteriores. Justamente esa es la premisa. Reactivarla trayendo al presente temas reactualizados con problemáticas vigentes como la trata, la violencia de género y las autonomías. De esa idea partió María Laura Rosa, docente, investigadora del Conicet y doctora en arte contemporáneo, cuando decidió enlazar aquellas experiencias de los `80 con el presente. Conversó con su amiga e historiadora de arte feminista, Karen Cordero Reiman (Nueva York, 1957) sobre el trabajo que estaba desarrollando en la nueva muestra de Mitominas, y Cordero le puso palabras a lo que faltaba: enunció la tarea de María Laura como una reactivación curatorial. “Una reactivación implica volver a activar aquellas viejas propuestas actualizadas”, señala María Laura. “En los `80 se hablaba de los mitos que cristalizaron una idea de mujer determinada, y en realidad estaban haciendo referencia a los estereotipos que cristalizan a lo largo del tiempo y que son reproducidos por la cultura.”
En ese universo mítico femenino aparecían nombres como Penélope, la mujer que espera; Afrodita, la mujer pecadora y sexualizada; Pandora, la mujer que origina todos males; Atenea, la mujer fuerte y estratégica en la toma decisiones. Son tramas que cimentaron durante siglos las bases sobre las que se consolidaron los estereotipos de géneros que cristalizaron ciertos relatos. “Hoy puede haber un uso de la palabra mito, por ejemplo los mitos de la violencia de género o los de la trata, sin embargo aquí se apunta a desmitificarlos y a exhibir que las problemáticas son más graves de lo que parecen. En ese sentido siguen teniendo actualidad las Mitominas”, sostiene María Laura.
¿Cómo aparecen esos estereotipos hoy?M.L.: -Hoy le damos un nombre más claro a estos estereotipos y los nombramos como marcas sexistas que habitan en nuestra sociedad patriarcal. Quizás la palabra mito ya no se emplee con la misma fuerza para evidenciar en esas construcciones culturales que congelaban “características de lo femenino” como la pasividad de Penélope, o el origen de las desgracias de la humanidad en la figura de Pandora. Sin embargo en los `80 esto disparó poder hablar de la violencia de género de nuestra sociedad sexista, de la discriminación por el VIH o de los nuevos métodos de fertilización asistida que comenzaban a circular por entonces. A partir de los mitos sexistas que se plantearon en Mitominas I, en Mitominas II ya la cuestión tomó otro color, más crítico si se quiere. Ese tono es el que traemos a nuestro presente para hablar de problemáticas que hoy tienen nombre, como ser la de la trata. Ya no hablamos de la prostitución sino de una cuestión sumamente compleja como la trata. O por ejemplo hablamos de la violencia de género y su incremento en estos últimos años, o de la soledad e imposibilidad de muchas mujeres autónomas e independientes de encontrar un compañero que respete esa autonomía. Esos mitos que convocaron la primera Mitominas, ya en la segunda se llenan de una actualidad, que es la que traemos a nuestro cotidiano y nos lleva a la reflexión sobre las continuidades de muchas problemáticas.

Saliendo del freezer

Si Mitominas I revisó la historia de los mitos para reflexionar sobre cómo las mujeres pasaron a la historia cristalizadas en esas tramas, Mitominas II tomó los mitos de la sangre. Hablar sobre la sangre y las interpretaciones literarias de la sangre en el contexto del sida. La muestra se centró en lo que sucedía en aquel momento: el VIH, la violencia de género y la violencia familiar, el encierro, la maternidad, la sexualidad femenina y los métodos de fertilización asistida fueron algunos de los tópicos trabajados. Las musas recorrían el Centro Cultural en zancos, tapadas con sábanas y con una boca grande como máscara, salían a buscar público a Plaza Francia e invitaban a espectadores y espectadoras a entrar y participar. “Fueron maneras de crear concienciación”, define María Laura. Y Monique Altschul suma: “La muestra actual es estéticamente más pareja y a la vez estática. En la inauguración, el público se dividía entre quienes sabían qué era Mitominas, que habían compartido el clima de hace 30 años -lxs añorantes-, y quienes venían a ver una muestra del Centro Cultural. Faltaba el ‘espíritu de cuerpo’.”

Mitominas 30 años después, reactiva entonces aquellas exposiciones con figuras del plantel histórico y otras que se suman a esta nueva edición que hasta el 31 de julio podrá verse en el Centro Cultural Recoleta, donde además habrá mesas redondas en el CeDIP (Centro de Documentación, Investigación y Publicaciones) y ciclos de cine como el de Narcisa Hirsch, curado por Tamara García Iglesias. La exposición propone revisitar los trabajos de dieciocho artistas que se unen para homenajear aquel hito feminista que se impuso con la participación de artistas como Liliana Maresca, Pilar Larghi, Carolina Antoniadis, Marcelo Pombo, Liliana Mizrahi, Nora Correas y tantas más que invitaban a pensar otras miradas sobre las mujeres.
El mismo día de la inauguración, mientras recorre las salas donde están terminando los montajes, María Laura enfatiza: “La idea es descongelar los mitos treinta años después”. Muchos de aquellos debates continúan siendo las luchas de nuestra cotidianeidad. Monique agrega: “Hace treinta años las temáticas de género recién comenzaban a expresarse. No teníamos ni siquiera una ley de divorcio. El sida era casi desconocido. Los derechos LGBTI estaban en el placard. Se comienza a reclamar por la despenalización del aborto recién en 1986, cuando se organiza el primer Encuentro Nacional de Mujeres. Miembros de la iglesia católica (como la Iglesia del Pilar, pegada al CCR) hacían denuncias intentando clausurar nuestras muestras. Todo era transgresión. Nuestra sociedad actual ha estado expuesta a estas temáticas durante tres décadas y muchas de ellas se han transformado en leyes.”

Las ediciones pasadas de Mitominas sentaron un precedente en el campo de las artes para reflexionar sobre las temáticas que marcaban el pulso de las mujeres: la construcción de la sexualidad, el trabajo doméstico, la procreación como condición de lo femenino, el cuestionamiento a la heteronormatividad y la defensa de las libertades sexuales. “En cada Mitominas -sigue Monique- se trabajó un año en la conceptualización interdisciplinaria, en el descongelamiento de los mitos, en el trabajo multimedia grupal. A partir de reuniones semanales iniciamos un proceso de creación de articulaciones y consensos que permitía resolver la mayoría de los conflictos sobre la marcha. En 2016, con la introducción de los recursos digitales y las redes sociales -de los cuales soy una ferviente usuaria- y con los cambios en el uso del tiempo en nuestras vidas, esta elaboración resulta impensable.”
Mitominas reactivadas

Son dieciocho las artistas que se reúnen para volver a poner sobre el tapete las temáticas que las preocupan. Ana Gallardo trabaja el tema de la prostitución en el video Carmen Muñoz, en el que una prostituta mexicana y longeva es expulsada del asilo al que van las prostitutas mayores. Nora Correas denuncia con su obra la trata de niñas y pone el dedo en la figura del prostituyente. A Pilar Larghi, la historia de Raquel Liberman la tomó por completo y tuvo la necesidad de plasmarla a través de su obra Las Invisibles. En este trabajo retoma la historia de esta mujer rusa, víctima de la trata que logró denunciar a sus tratantes y deshacer la red judía de trata Zwi Migdal, que operaba en Argentina desde principios del siglo veinte. Carolina Antoniadis sugiere con sus dos murales el abuso sexual de menores: mujeres-muñequitas que exacerban el estereotipo brutal de la moda, objetualizadas y con un fondo donde se entretejen imágenes ambiguas de abuso. Diana Raznovich trae una gráfica que tiene que ver con situaciones cotidianas de mujeres, como las dificultades de encontrar pareja. La obra de Viviana Zargón se llama Hogar dulce hogar y es una casa detonada, totalmente desarmada. Anna Lisa Marjak trabaja en su pintura el tema de las relaciones heterosexuales y la violencia. La instalación de Silvia Berkoff sugiere pedazos de cuerpos metidos adentro de medias de nylon, y hace alusión a la masacre de mujeres. Susana Rodríguez trabaja en su pintura el tema de la soledad. Narcisa Hirsch presenta su corto Celebración, y Paola Vega propone un video de mujeres artistas de la historia de arte. Las activistas feministas Mujeres Públicas traen el tema del aborto (ver recuadro) y Carola Rousso propone ver el cuerpo femenino como un lienzo sobre el cual se escribe un mensaje. “Fotografié a mujeres colgando de una soga de tender la ropa, luego las imágenes fueron sublimadas a sábanas de algodón. Las sábanas, refieren a la vida íntima de las mujeres y a sus sexualidades - casamiento, concepción, nacimientos. Evocan también un oficio, el de lavandera, históricamente ejercido sólo por mujeres, metáfora textil de la denigración de la mujer, ayer y hoy, en el mercado del trabajo”, se explaya.

¿Cuáles son las cuestiones que siguen vigentes en esta reactivación de las muestras que se desarrollaron en los 80?

M. L.: –Sigue vigente la violencia, y no solo sigue vigente sino que se incrementó de una manera brutal. Algo que no se nombraba en los años `80 era el tema de los géneros. Hoy no podemos decir solamente mujeres y varones, tenemos un arco iris de géneros que no estaban nombrados en esos años. La cuestión del aborto sigue vigente, es una lucha que continúa. No fue trabajada en las Mitominas anteriores desde lo artístico sino en las mesas redondas. El aborto es un tema que se viene luchando desde los años `70, pero más desde un activismo feminista en la calle que desde el arte.

¿Se problematizan en la actualidad estos mitos? ¿O aparecen otras problemáticas?

–Me parece que más que mitos aparecen problemáticas que siguen sin solución. Ahora, lo que se trabaja son temas: la violencia, el aborto, el abuso, la trata. Quizás haya algunos mitos que surgen a partir de estas problemáticas como la presión del mercado para un ideal de belleza de las mujeres, o la construcción del cuerpo femenino a través de las cirugías y cómo opera el sistema capitalista en función de eso, o la hipersexualización de las mujeres en los medios. Son temáticas más actuales que parten de viejos mitos de la belleza femenina. Estas cuestiones van a ser muy trabajadas en las mesas redondas que acompañan la muestra.

¿Qué rescatás de la dinámica entre el plantel histórico y las artistas que se sumaron?

–Primero la polenta que tienen las mujeres del plantel histórico. A mí me gustaría envejecer como ellas. Se siguen preguntando desde hace treinta años por estas cuestiones y es tal la pasión que le ponen que siguen peleando. En ninguna de ellas encuentro esto de “no quiero saber más nada de eso”, o “no tiene solución”. Estas mujeres siguen en la lucha. Y luego, esta genealogía del activismo, que no sólo se hace en la calle o en una marcha sino desde las instituciones. Es sano implicar a las instituciones en esta forma de hacer activismo. Ese espíritu de lucha continúa y es un aprendizaje.

En uno de los escritos de sala elegiste citar la frase de Simone de Beauvoir, de su libro El segundo sexo, “Nada en la naturaleza legitima un orden social discriminatorio.” ¿Por qué te interesó traerla?

–No podía no citar a Simone porque la admiro profundamente. Históricamente la mujer, por su naturaleza, fue confinada al orden doméstico. Socialmente fue muy duro para las mujeres –y ese es uno de los orígenes de la violencia de género– establecerse en un ámbito que no sea el doméstico, el privado –privado de todo derecho–. Lo que Simone plantea con esa frase es que esa discriminación no tiene ningún tipo de justificación de nada. ¿Por naturaleza, qué naturaleza? ¿Y qué naturaleza de qué cuerpo? El uso que le ha dado el patriarcado a la palabra naturaleza ha sido un uso discriminatorio. No hay nada que en la naturaleza avale esa discriminación que nosotras vivimos constantemente.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-10699-2016-07-08.html

jueves, 7 de julio de 2016

50 LIBROS LIBRES Y GRATUITOS DE GRANDES MUJERES ESCRITORAS


Hemos preparado una recopilación de 50 libros de dominio público con una peculiaridad: son todos escritos por mujeres. Reconocidas escritoras, poetisas e intelectuales que trascendieron a lo largo de la historia por su invaluable aporte a la literatura universal.
A través de las obras de dominio público el acceso al pensamiento de los grandes escritores no tiene ningún coste económico para los lectores, que pueden descargar y leer los libros digitales de forma ilimitada. Una obra de dominio público también es aquella que pasado un período de tiempo ya no está protegida por el derecho de autor, 70 desde el fallecimiento del autor.
La disponibilidad gratuita de estos contenidos es posible gracias a la gestión de reconocidas instituciones como la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, la Biblioteca Digital de Uruguay, la Biblioteca de la Universidad de Chile, entre otras.
La huella que han dejado las mujeres en la escena literaria es indiscutible, a pesar de que hasta tiempos recientes no han gozado de la misma visibilidad que los hombres. En orden cronológico, éstas son las que mayor impacto han tenido.

Entre ellos encontraremos a:
Gabriela Mistral (Chile, 1889-1957) En 1945, esta poeta se convirtió en el primer escritor latinoamericano en recibir el premio Nobel.
Alfonsina Storni (Argentina, 1892-1938) Poeta feminista cuyos primeros poemas se caracterizan por la influencia del modernismo, mientras que su obra posterior tiende a la vanguardia. Se quitó la vida poco después del suicidio de Horacio Quiroga, escritor uruguayo con quien mantuvo una estrecha amistad.
Carmen Martín Gaite (España, 1925-2000) Esta escritora de la generación del medio siglo ha sido galardonada con los premios Nadal, Nacional de Literatura, y Príncipe de Asturias, entre otros. Se dedicó a la narrativa y al ensayo, con un enfoque en la memoria dialogada, la metaliteratura, y el juego entre la realidad y el sueño.
Ana María Matute (España, 1926) La galardonada novelista es una de las voces más prominentes de la posguerra española. Su narrativa es realista y marcada por la tragedia, con niños o adolescentes protagonizando muchas de sus historias. Es la tercera mujer escritora en ingresar en la Real Academia Española. En 2010, a los 85 años, recibió el Premio Cervantes, el más prestigioso de las letras en lengua española.
Para acceder a la biblioteca digital sólo tienes que dirigirte al enlace que incluimos después de cada título:
#1. Existencialismo y moral (un libro de Simone de Beauvoir) / por Eugenio Frutos (leer aquí)
#2. El segundo sexo – Simone de Beauvoir (leer aquí)
#3. Los mandarines – Simone de Beauvoir (leer aquí)
#4. Memorias de una joven formal – Simone de Beauvoir (leer aquí)
#5. La Mujer Rota – Simone de Beauvoir (leer aquí)
#6. El diario íntimo de Frida Kahlo: amor y transgresión / Armstrong Priscilla (leer aquí)
#7. Frida Kahlo: La inquietante extrañeza femenina en un arte de ruinas  (leer aquí)
#8. La Pintura de Fridas Kahlo y el Barroco Americano: Diálogo e inserción en una tradición (leer aquí)
#9. La ambigua escritura de Simone de Beauvoir – Grau Duhart, Olga (leer aquí)
#10. Simone de Beauvoir: un análisis comparativo de dos teorías de la libertad – Hannah Arendt (leer aquí)
#11. La escritura de Simone de Beauvoir como proyecto global (leer aquí)
#12. Dedicatoria de Ana María Matute en un ejemplar de su libro “Olvidado rey Gudú” Ana María Matute (leer aquí)
#13. Demonios familiares – Ana María Matute (leer aquí)
#14. El Universo Literario de Ana María Matute (leer aquí)
#15. Ana María Matute – Pequeño teatro (leer aquí)
#16. Rosario Castellanos : la inteligencia como única arma – Raquel Lanseros (leer aquí)
#17. Compilación de Poemas . Alfonsina Storni (leer aquí)
#18. Manuscritos y material valioso – Alfonsina Storni (leer aquí)
#19. Subjetividad Femenina y experiencia moderna en la escritura – Alfonsina Storni (leer aquí)
#20. El imaginario eròtico femenino en Delmira Agustini y Alfonsina Storni (leer aquí)
#21. La poesía de Alfonsina Storni (leer aquí)
#22. Caperucita en Manhattan: Carmen Martín Gaite al margen de Perrault (leer aquí)
#23. Carmen Martín Gaite – El cuarto de atrás (leer aquí)
#24. Los Cuadernos de Todo de Carmen Martín Gaite: lengua y memoria (leer aquí)
#25. Lo que queda enterrado, de Carmen Martín Gaite (leer aquí)
#26. La construcción del sujeto femenino en la cuentística – Rosa Montero (leer aquí)
#27. Lágrimas en la lluvia – Rosa Montero (leer aquí)
#28. Agatha Cristie, la reina del crimen : (un ensayo sobre sus novelas policiacas) / por Carolina-Dafne Alonso-Cortés (leer aquí)
#29. Anatomía de Agatha Christie / Carolina-Dafne Alonso-Cortés (leer aquí)
#30. Diez negritos – Agatha Christie (leer aquí)
#31. La ratonera – Agatha Christie (leer aquí)
#32. Virginia Woolf en los Testimonios de Victoria Ocampo: tensiones entre feminismo y colonialismo  (leer aquí)
#33. “Orlando” de Virginia Woolf, en la traducción de Jorge Luis Borges (1937) / Leah Leone  (leer aquí)
#34. Una habitación propia – Virginia Woolf (leer aquí)
#35. Virginia Woolf, el fluir de la conciencia (leer aquí)
#36. Cumbres Borrascosas – Emily Brontë  (leer aquí)
#37. Frankenstein – Mary Shelley (leer aquí)
#38. El mortal inmortal – Mary Shelley  (leer aquí)
#39. Cuaderno de poesía crítica nº. 05: Gloria Fuertes (leer aquí)
#40. El abecedario de Don Hilario. Selección – Gloria Fuertes (leer aquí)
#41. Animales en familia. Selección – Gloria Fuertes (leer aquí)
#42. Bajo el sol y sin abrigo. Selección – Gloria Fuertes (leer aquí)
#43. Animales trabajadores. Selección – Gloria Fuertes (leer aquí)
#44. La noria de Gloria. Selección  Gloria Fuertes (leer aquí)
#45. La Oca loca. Selección – Gloria Fuertes (leer aquí)
#46. Coleta la poeta. Selección – Gloria Fuertes  (leer aquí)
#47. Chupachús : chistes, acertijos y canciones. Selección – Gloria Fuertes (leer aquí)
#48. Cuentos de animales : la pata mete la pata. Selección – Gloria Fuertes (leer aquí)
#49. Diccionario estrafalario. Selección – Gloria Fuertes (leer aquí)
#50. Tala – Gabriela Mistral (leer aquí)

miércoles, 6 de julio de 2016

¿Pueden los hombres ser feministas?

Catalina Ruiz-Navarro
Thomas lo menciona en una pregunta sobre si hay un divorcio entre las leyes y la cultura frente a los derechos de las mujeres, hablando sobre la voluntad política necesaria para que estos derechos se hagan efectivos y sobre la falta de sensibilidad de género en las y los políticos. El título, provocador, seguro ganó muchos clics; un acierto, sin duda, porque a Thomas siempre conviene leerla. Pero la entrevista apenas toca el tema de pasada. Aún así, la pregunta de si los hombres pueden ser feministas es muy interesante.
En este caso particular difiero con Thomas. Yo pienso que los hombres sí pueden ser feministas. Pero antes de que empiecen a regodearse con la idea de que somos dos feministas “enfrentadas”, es importante entender que los feminismos no son un movimiento unificado. Esto, lejos de ser un problema, es una ventaja, los permanentes disensos entre los feminismos los mantienen vivos y emocionantes, no tener que estar obligada a una postura es de las cosas más bonitas de ser feminista. En vez de ser una lista de mandamientos, los feminismos son una permanente conversación.
El feminismo se puede entender como un movimiento para, por y sobre las mujeres, para mejorar las condiciones de vida de todas; un movimiento por la equidad de género en lo social, lo político y lo económico. Desde este punto de vista los hombres pueden tener el rol de aliados o solidarios. También se puede entender el feminismo como un movimiento para combatir la opresión institucional, estructural y sistémica que afecta de manera desproporcionada a los grupos de la sociedad por fuera del modelo patriarcal y especialmente a quienes se identifican como mujeres. En este caso, cualquier persona, incluso un hombre cisgénero, puede ser feminista siempre y cuando esté dispuesta a desmantelar activamente estas discriminaciones y desigualdades en todos los aspectos de su vida.
Aunque el patriarcado afecta a todo el mundo, los hombres cisgénero (hombres con genitales masculinos que se ven y se identifican como hombres) son los mayores beneficiados. Quizá no todos los hombres son machistas, pero todos se benefician del privilegio masculino. Por ejemplo, solo por verse como un hombre una persona estará más segura en el espacio público. Esto es un privilegio irrenunciable. La crítica feminista no es “contra los hombres”, es contra la misoginia, el machismo y las desigualdades del patriarcado (que muchas veces se encarnan en los hombres). Esto quiere decir que cualquier hombre cis que se acerque genuinamente al feminismo tiene que comenzar por examinarse a sí mismo. Y sí, va a ser muy incómodo darse cuenta de todos esos injustos privilegios de los que se ha gozado toda la vida. Si un hombre cis no se incomoda profundamente con el feminismo es porque no está entendiendo de qué se trata. Cualquier hombre sensible, inteligente y comprometido con la equidad de género usará su privilegio para acabar con esas desigualdades, para abrirles espacios a las mujeres y escucharlas con la humildad necesaria, para decirles a sus pares que dejen de agredir o discriminar. Esto es un trabajo difícil, de todos los días y nadie les va a dar una estrellita por dejar de ser machistas, ya que es lo mínimo, apenas lo justo para que haya equidad en nuestra sociedad.
Una razón por la que muchas feministas no aceptan hombres en sus espacios es porque las mujeres necesitamos espacios seguros y nuestros, que nos han sido negados históricamente y porque con frecuencia lo progresista no quita lo macho (y los machiprogres tienen la costumbre de buscar un protagonismo innecesario e inmerecido en estos espacios). Lo importante aquí es que los hombres no pueden autodenominarse feministas, ese título se lo tienen que ganar a punta de desaprender y criticar su machismo a diario. Al final, si un hombre está verdaderamente comprometido con la equidad de género, poco le importará el asunto nominal y hará lo que le corresponde sin esperar reconocimientos especiales. Y lo más importante: ningún hombre puede ser feminista si no reconoce y cuestiona públicamente todos sus privilegios.

4 cuentos infantiles para prevenir y detectar a tiempo el abuso sexual

Abuso sexual, infancia, niños, violencia

Para evitar este daño irreparable es necesario educar a los niños a temprana edad sobre cómo reconocer un abuso sexual. Así, logramos empoderarlos y de pasada, debilitamos a los abusadores. ¿Cómo hablar este tema tan difícil con los niños? Leyéndoles cuentos.


Las estadísticas son alarmantes. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que 1 de cada 5 niños son víctimas de violencia sexual, incluido el abuso sexual, y que esto afecta a niños de todas las edades, razas, clases sociales y religiones. Generalmente se da en entornos cercanos y de confianza, es decir, con tíos, abuelos, primos mayores, profesores, sacerdotes, vecinos o amigos de los padres.
Sabemos que como padres no es fácil abordar este tema con nuestros hijos cuando son muy pequeños, porque tenemos miedo a sexualizarlos a muy temprana edad, a pervertir su infancia, a inculcarles la desconfianza en los mayores, y, en resumen, a presentarles la idea de que el peligro puede estar cerca, cuando lo único que queremos es proteger su inocencia e infancia, criándolos en base a la confianza, el amor y la seguridad.
Pero, aunque suene cliché, la frase "más vale prevenir que lamentar", en este caso es la gran clave. ¿Por qué? Porque los abusos pueden cometerse a cualquier edad, y porque, si los niños no saben de antemano qué es lo que está permitido que otras personas hagan con su cuerpo, jamás lo verán como un acto abusivo, y será mucho más fácil que el abusador los someta por períodos prolongados a esta violencia tan dañina.
En cambio, un niño que sabe qué es lo que es normal y qué no, estará más alerta y ante un eventual abuso, lo reconocerá rápidamente y podrá negarse, incomodarse o molestarse frente a este hecho, y comunicarlo a sus seres de confianza a tiempo, o al menos impedir que el abusador cometa el abuso. La mayoría de los abusadores actúa en base a la confianza que tiene con el niño, aprovechándose de su inocencia e ignorancia frente al tema.
¿Cómo tratar directamente estos temas tan complicados, sin ser tan explícitos? ¿Cómo llegar a la sensibilidad de nuestros hijos y hacerlos entender qué está bien y qué mal respecto a sus cuerpos, sin violentarlos con el lenguaje? ¿Cómo lograr que interioricen el tema del abuso y que sepan que es tan malo como el maltrato físico o sicológico?
Una buena forma de hacerlo es a través de cuentos infantiles creados por psicólogas especialistas, que enseñan el tema mediante un lenguaje directo y sencillo, acompañado de lindas ilustraciones que potencian el contenido y captan rápidamente la atención de los menores. Aquí les dejamos algunas recomendaciones para diferentes edades.

1. Kiko y la Mano: para niños pequeños

Este cuento infantil español se ha convertido ya en un clásico, y es material pedagógico para muchos jardines infantiles y escuelas públicas de Europa. Cuenta con una serie de materiales, llamados La Regla del Kiko, que incluye una guía, un cuento, un video y carteles, elaborados por el Consejo de Europa, para ayudar a los padres y educadores a explicar a los niños dónde otras personas no pueden tocarles, cómo reaccionar y a quién dirigirse para pedir ayuda.
Kiko, entonces, es un personaje que llega para combatir la violencia sexual contra los niños con una regla importantísima basada en tres ideas fundamentales: su cuerpo le pertenece sólo a él, existen secretos buenos y malos, y formas de tocar buenas y malas.
Los personajes son dos: Kiko y una mano, y la historia se basa en los tipos de contactos que van teniendo ambos, evidenciando así los que están permitidos y los que no, de forma clara y directa.
Aquí pueden leer el cuento, y le dejamos también el video.

2. Ojos Verdes: para niños entre 6 y 12 años

Este libro de la psicóloga española Luisa Fernanda Yágüez, cuenta la historia sobre un niño y su vecino adulto, y la relación secreta que mantienen.
Todo empieza cuando Alex, el niño, va en búsqueda de su pelota perdida y llega a una gran casa con un jardín maravilloso y se encuentra con Max, el entrenador de básquetbol del colegio, que resulta ser su vecino. Max le ofrece enseñarle a jardinear, siempre y cuando fuese un secreto. Y, al ser un conocido, Alex no ve el riesgo en esto y se somete a esta relación que termina en abuso. Por ende, el libro enseña que no se puede mantener secretos con adultos, aunque sean personas conocidas.
Aquí les dejamos el link del cuento.

3. ¡Estela grita muy fuerte!: a partir de 6 años

Este libro busca entregar a los niños una herramienta para enseñarles a hacerse respetar, para prevenir así tanto el maltrato como el abuso infantil. "Una excusa para que niños y niñas, y mayores, entablen un diálogo sobre el derecho de cualquier persona a decir no ante situaciones que nos disgustan o hacen daño", señala Isabel Olid, autora del cuento.
Además, Olid, junto a la Asociación de Red de Ayuda a Niños Abusados, en colaboración con la Editorial Fineo, elaboraron un Programa de prevención de maltrato y abuso sexual infantil para acompañar el mensaje del cuento, mediante herramientas didácticas que permite que los niños se reconozcan en situaciones de maltrato y abuso y sepan cómo reaccionar.
El libro muestra a la protagonista Estela, una niña pequeña, en dos escenarios diferentes que involucran maltrato o abuso con personas cercanas: el primero es sobre maltrato físico con su mejor amiga del colegio y el segundo sobre abuso sexual con un tío.
Les dejamos el link del cuento en PDF y también el video.

4. Cata y Benja: para todas las edades

El gobierno chileno, a través del Ministerio de Justicia, el año 2012 publicó tres libros como guía básica de prevención del abuso sexual infantil:
Cata, Benja y su Hada Madrina es el primer libro, destinado a niños menores de seis años, que enseña los límites de las demostraciones de cariño de una persona de confianza, representada por un hada madrina.
Cata, Benja y Pincho es el libro destinado a niños entre 6 y 12 años, y explica a través de un amigo, lo que significa directamente el abuso sexual, por qué es malo, y que nadie puede tocarlos de manera indebida, incluidas las personas de confianza como: tíos, primos, abuelos, vecinos, etc. Enseña que no deben existir secretos con adultos y que siempre deben contarle a sus padres aquello que les molesta.
Cata y Benja online es el último libro destinado a adolescentes y que explica los abusos que se pueden cometer a través de internet y cómo evitar exponerse de forma online ante desconocidos. La historia está basada en la conversación por el chat de Facebook entre dos amigos, quienes van exponiendo lo peligroso que es entablar relaciones con personas desconocidas a través de internet, explicándolo mediante lenguaje juvenil y casos puntuales que supuestamente le pasaron a otros amigos cercanos.
Aquí pueden leer los tres libros.

¿Cómo actuar ante un caso de abuso infantil?

El Centro de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales (CAVAS), pone a disposición pública una serie de actitudes adecuadas en el caso de enfrentarnos a un abuso infantil:
1. Creer al niño/a: con tipos de respuesta: "Gracias por confiar en mí Y contármelo, así puedo ayudarte a solucionarlo".
2. Hacerle sentir orgulloso por haberlo contado: con tipos de respuesta: "Has sido muy valiente al contármelo y estoy muy orgulloso/a de ti".
3. Decirle que no es culpable: con tipos de respuesta: "Tú no has hecho nada malo", "No es culpa tuya".
4. Asegurarle que no le ocurrirá nada malo: con tipos de respuesta: "Ahora que me lo has contado, puedes estar tranquilo porque esto no volverá a ocurrir".
5. Decirle que saldrá adelante: con tipos de respuesta: "Aunque ahora estés un poco triste, todos te vamos a ayudar a que te sientas mejor".
6. Expresarle afecto con tipos de respuesta: "Te quiero y estaré junto a ti siempre que me necesites".
7. Mantener la calma: no hablar al niño nunca con demasiada carga emocional, trasmitiendo nuestro desasosiego y preocupación.
8. Asegurarse de que el menor no ha sufrido heridas, y en el caso de que las haya sufrido, acudir a un médico.
9. Proteger a la víctima: impedir que el abusador pueda volver a acceder al menor. Y el mejor método es la DENUNCIA.
En esta nota tratamos el tema de prevención, alertas y formas de acompañar a una víctima de abuso sexual infantil con mayor detalle. Esto gracias a la entrevista que le realizamos al filósofo José Andrés Murillo, víctima del ex párroco Fernando Karadima, y director de la Fundación Para La Confianza, la que se dedica a acompañar a víctimas, generar información relevante sobre abusos y su difusión y a entregar formación y capacitación especializada en abuso sexual infantil a instituciones que trabajan con niños.

¿Qué otros métodos de prevención ante el abuso sexual conoces tú?



fuente http://www.eldefinido.cl/actualidad/pais/7117/4-cuentos-infantiles-para-prevenir-y-detectar-a-tiempo-el-abuso-sexual/

martes, 5 de julio de 2016

"El feminismo ha sido la revolución más importante del siglo XX"

Entrevista a Virginie Despentes, escritora

Periódico Diagonal

'Vernon Subutex 1' es la nueva novela de la escritora Virginie Despentes.

La escritora y cineasta responsable de Teoría King Kong (Melusina, 2007) y Fóllame –novela y película–, Virginie Despentes, tiene una presencia intimidante, pero unas maneras cálidas. Se siente muy cómoda entre libros.En la habitación en la que estamos hay varias estanterías y, antes de comenzar la entrevista, su vista se posa en los lomos de algunos de ellos, siempre a la caza de algo interesante. Tiene curiosidad por saber el punto de vista de los otros, curiosidad que se explica por una necesidad de saber sobre contextos parecidos al que actualmente se está viviendo en Francia.
Incide en su edad, 47 años, y en lo ilusionada que está por la fuerza demostrada en La Noche en Pie (Nuit Debout). Esta emoción contrasta con el sentido de la novela que ha venido a promocionar a la Feria del Libro de Madrid, Vernon Subutex 1 (Penguin Random House, 2016), primer episodio de un relato poliédrico donde se exponen las hebras de todo un tejido generacional.


Entendiendo que el final de esta novela es un principio, pues estamos ante una trilogía, me gustaría comenzar preguntándote por la generación que retratas, una generación perdida pero resistente, que ha llegado tarde a las batallas por el capital simbólico que se libran en las redes sociales, en internet, pero que, a pesar de haber sido atropellada por el presente, se mantiene, sobrevive.Lo que a mí más me interesa de toda esta cuestión es un tipo de guerra de clases que es declarada desde arriba, que ha sido mucho más violenta, potente e inteligente de lo que esperábamos la gente de mi generación. Es una derrota de la clase media, ahora precariado. Y mi sensación es de sorpresa; mi generación no se esperaba este ataque, no podríamos haber advertido cómo hemos perdido todo. Cierto es que lo vimos venir, pero no creímos que fuera tan fácil. Es la velocidad lo que nos ha desconcertado. Por eso me interesaba especialmente la alegoría, el símbolo de cómo ha desaparecido el disco, parecido a cómo desapareció la Alemania del Este.
El hecho clave es que mi generación, al menos la gente de mi alrededor, no esperábamos quedarnos sin nada a los cincuenta. Al estar entre dos generaciones, la tuya y la de mis padres, puede que hayamos resultado ser los más confundidos: hemos visto todo un mundo desaparecer, no entendemos muy bien dónde encajamos y nos sentimos entre dos realidades; pero, a la vez, como te comentaba antes, no nos ha pillado desprevenidos del todo. Es la velocidad lo que nos ha desconcertado. No tenemos recursos, pero tenemos una super forma física que nos empuja a preguntarnos: Y ahora, ¿qué hacemos?


Lo ves como un potencial.Veo a mi alrededor que, para sobrevivir, tendremos que convivir, de manera colectiva, porque no vamos a tener muchas otras opciones. Es probable que nos toque experimentar otras maneras de envejecer, tejiendo redes de solidaridad, pues no tenemos recursos materiales, pero sí fuerza física y ganas de hacer cosas.


En ese sentido, ¿detectas una falta de confianza en las instituciones, en ese supuesto Estado del bienestar?En Francia está completamente destruido. La pregunta de sí o no al Estado era una cuestión candente en los 80, incluso en los 90; ahora no tiene sentido, el 1% ha acabado con él. Están destruyendo todas las instituciones públicas, como aquí, pero en Francia lo veo más cerca. Desde hace dos legislaturas, y no van a acabar mañana.
Lo que está ocurriendo en Francia lo veo claramente como una violación: van a descomponer el Estado, te guste o no te guste; pero mejor si lo que quieren de ti te lo pueden arrancar por la fuerza. Las instituciones, tal y como yo las conocí, están totalmente destruidas; y si todavía existen, están tan corrompidas que da igual.
Estamos ante los albores de una nueva explotación laboral. Una en la que la mayoría de la gente será completamente inútil. No estoy hablando de un lumpen proletariado; me refiero a auténticos inútiles. Entonces, ¿qué harán con esta gente? Entramos en la lógica del campo de explotación, de concentración.
Creo que no sería descabellado pensar que en la cabeza de los poderosos pueda haber ciertas ideas relacionadas con la explotación del cuerpo; reservas con las que poder experimentar para farmacéuticas, por ejemplo.
Lo que puede que no sepan es que la resistencia va a ser feroz, ya sea en forma de terrorismo islámico o extrema izquierda. Y que nuestro conocimiento de la historia es mucho más sofisticado de lo que creen. En Francia es evidente estos días, el país funciona con nuestra fuerza y somos cada vez más numerosos. Después de las huelgas, somos más conscientes de que podemos parar el país.


Se espera, entonces, una resistencia.Lo pienso y lo espero. Quizás lo pienso porque lo espero. Ensayos como La doctrina del shock (Paidós, 2007), de Naomi Klein, te permite entender hasta qué punto está sistematizada esta forma de control. Asimismo, pienso que no se dan cuentan de que tenemos una gran cantidad de herramientas a nuestro alcance, y aquí veo internet con mucho espíritu crítico, pero también veo el potencial de la herramienta para saber, para aprender.
Donna Haraway, en sus últimos textos, habla sobre estas situaciones antagónicas haciendo fuerza a la vez. Por ejemplo, la resistencia de la extrema izquierda en Francia coexiste con la resistencia del terrorismo islámico. Coexisten, pero no se encuentran, porque no tienen nada que ver la una con la otra.


En Vernon Subutex 1 hay diferentes retratos de aquellos y aquellas que entendieron y vivieron la industria cultural en los 80 y los 90; personajes que lograron vivir de ella. Además, tu novela parte de un desahucio, en París. Me preguntaba qué pensabas sobre la responsabilidad de la llamada "clase creativa" (Richard Florida) sobre todo lo que ha supuesto la gentrificación, no sólo urbana, sino cultural. O lo que es lo mismo, hasta qué punto la industria cultural, también la musical, ha sido cómplice de la situación presente.Para mucha gente en los 90 el único destino posible era el neoliberal. Creímos que podríamos entrar en este juego y salir limpios, pero con el cambio de siglo nos dimos cuenta de que nadie sale limpio de ahí. Sales muerto, vaciado de tu contenido. Y aquí veo la figura de Kurt Cobain y de la propia Nirvana como un síntoma interesante, pues era cómplice, pero, a su vez, fue el primer sorprendido por el éxito. Ocurrió también en el ámbito del arte, o en el de la novela, y no era algo que muchos de nosotros buscáramos, simplemente sucedió. Como una ola que te arrolla y de la que te preguntas 'mierda, cómo salgo'. No encontramos la respuesta.
Pero creo que ser cómplice o no, no es lo más importante. A mi lo que más me impacta al ver de vuelta los movimientos sociales es la falta de películas, de novelas que inviten a la acción. Es como si el arte, la cultura estuvieran en un estado de depresión. Y no es que la gente no espere nada del arte, tiene más que ver con una cierta incapacidad para producir canciones, películas, novelas, textos políticos… y no sé a qué es debido.


Con ser cómplice me refería a cómo los artistas son utilizados para gentrificar espacios, incluso sin que ellos sean conscientes de ello.
Esto es muy interesante. En París, los barrios que se gentrifican son aquellos en los que la gente como yo puede vivir. Quizá lo que deberíamos estudiar es por qué no podemos entrar en los barrios de las clases altas, aquellos que no necesitan de la gentrificación.
Yo vivo en un barrio del norte de París que se llama Belleville, que está sufriendo un proceso de gentrificación. Sin embargo, no me siento como un agente de limpieza. Siempre he vivido en barrios populares, y no tengo dinero para costearme una casa en los barrios pudientes. ¿Cómo infiltrarnos en estos últimos? Nosotros, artistas, deberíamos pensar más en cómo entrar en los barrios ricos y destruir, metafóricamente, estas zonas ultra protegidas.


La tensión que, creo, existe en esto que estamos hablando, y en la novela, es catalizada por tu protagonista, Vernon, en una inercia suicida impensable en estos tiempos donde el pragmatismo siempre gana la batalla.Inercia suicida es una buena descripción. En estos momentos, me encuentro entre el pesimismo total y la necesidad de una alternativa. Y, a la vez, me fascina este sistema que le pide a las víctimas que respondan del mismo. Es como pedirle a las mujeres, que somos las principales víctimas, que hagamos algo, cuando lo interesante sería que los hombres comenzaran a cambiar de actitud. Creo que es más importante saber quiénes son los poderosos, cuáles son sus agendas, para así disparar al sistema en la sien, y traer algo diferente.
No tenemos que sentir demasiada culpabilidad por un sistema que nos oprime con tanta fuerza. Hay que cuidar de no hacernos demasiado daño a nosotros para estar fuertes, para resistir. También porque no es justo sentirse sucio por formar parte de un juego que no hemos elegido. No obstante, soluciones de verdad no tengo, pero la búsqueda me parece importante.


¿Cómo ves el presente del feminismo, tanto en el ámbito de internet como en la influencia del mismo en la actual cultura popular?El tema del feminismo lo veo muy complejo. Están ocurriendo muchas cosas al mismo tiempo. Internet ha transformado la realidad de toda una generación: todos los textos, todos los artículos, muchos libros están accesibles para cualquiera, algo que era imposible hace quince años.
El ecosistema social ha cambiado. Por ejemplo, ante una violación, ahora es posible no sentirse tan aislada como antes. Algo parecido ocurre con la comunidad feminista. Gracias a ella, las chicas de veinte años tienen la posibilidad de acceder a una cultura que a nosotras nos costó toda una década adquirir. Espero mucho de las feministas jóvenes; tengo curiosidad por saber qué tipo de síntesis van a hacer del presente. Por ejemplo, plantearte el género y la raza ahora me parece mucho más complejo que antes, y eso es un progreso. Y es que, con internet, es difícil ignorar otros feminismos, la interseccionalidad.
Por eso estoy esperanzada con todo lo que está por venir de estas mujeres jóvenes que tienen a su alcance tantas herramientas. A la vez, tengo la sensación de que, desde que yo tuve veinte años a ahora, el mundo ha cambiado radicalmente. Nadie lo reconoce, pero la práctica militante del feminismo de estos últimos cuarenta años, en sus múltiples manifestaciones, lo ha cambiado todo. Incluso a aquellas mujeres que dicen que el feminismo no les interesa.


¿El feminismo ha cambiado entonces la ficción?Sí. Ahora existen personajes que eran impensables en los 90. Cuando publiqué Fóllame el mundo era completamente diferente al de ahora, y me encanta que hayamos avanzado. Pero, al mismo tiempo, otras cuestiones evolucionan muy lentamente en el ámbito público.
Los hombres siguen teniendo el poder de la palabra, en asambleas, en política. En Francia, en barrios precarios musulmanes, tanto las chicas jóvenes como las mujeres de mi edad defienden discursos reaccionarios mediados por la religión.
Pero, a su vez, estas mujeres son testigo de todo lo que está ocurriendo, de un escenario en el que hay otras posibilidades, por lo que no querría dejar de subrayar que, desde mi punto de vista, el feminismo ha sido la revolución más importante del siglo XX, y veo interesante que unos y otras lo estén descubriendo.


Creo que estamos en un momento muy interesante para imaginar otras formas de relación, otras ficciones. Tu ensayo Teoría King Kong, sin ir más lejos, supuso para toda una generación el poder imaginar, por medio de una metáfora tomada de la película de Peter Jackson, la posibilidad de otra sexualidad, "polimorfa e hiperpotente". Echo de menos el riesgo. Parece que ya nadie quiere imaginar otros mundos más allá del nuestro.Lo hemos comentado antes. Parece que hemos perdido la potencia, la chispa, e internet no parece que esté ayudando en este tema. Pero, cuando te digo que espero los textos de las feministas jóvenes es sincero. También espero otros puntos de vista desde el feminismo.
Estoy cabreada con los hombres. No termino de entender por qué en cuestiones tan graves como la violación son las mujeres las que se reúnen para hablar de ello y no los hombres; más aún cuando esto ocurre en ámbitos de la izquierda y de los movimientos sociales.
Los hombres tienen que pensar que la violación es asunto suyo; nosotras estamos hartas. Si no os importan nada nuestros problemas, por favor, decidlo de manera clara y tendremos una guerra. Pero, si vamos a vivir juntos, sentaos a pensar y actuar en consecuencia. Sed feministas, pero sedlo de verdad.

Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/30868-virginie-despentes-feminismo-revolucion-importante-siglo-xx.html

Subido por M.Cecilia Méndez B.

sábado, 2 de julio de 2016

La verdad es siempre revolucionaria. El desprecio al feminismo de Unidos Podemos





La causa de que la formación Unidos Podemos no haya obtenido los votos esperados se está atribuyendo, por todos los comentaristas y expertos diversos, a variados factores: desde las características psicológicas y mediáticas de los protagonistas a las convulsiones internacionales producidas con el triunfo del Brexit. Pero lo que ni siquiera se menciona es la ausencia de propuestas que beneficiaran a las mujeres, ni que se obviaran los temas más cadentes que está defendiendo el feminismo desde hace varias décadas. Igual que hace cincuenta años. Supongo que los “sabios” —todos los que he leído son hombres— pensarán al leerme —si es que alguno me lee— que qué tontería —una más de las mías— creer que el tema de la mujer tenga importancia en unas elecciones y mucho menos pueda atraer votos. Porque esos señores, los políticos y los comentaristas, todavía no se han enterado de que las mujeres conquistaron el derecho al voto en 1931 y que vale la pena atraerlo porque constituimos el 52% del censo electoral.
He repetido continuamente, a unos y otros, durante estos últimos años, que si no poseen la sensibilidad humana para dolerse de las desgracias que afligen a las mujeres, si nunca han asimilado el feminismo, al menos que actúen por egoísmo electoral.
La penosa campaña de Unidos Podemos ha puesto de manifiesto que el criterio de los dirigentes de las formaciones que la componen era que los problemas irresueltos de las mujeres desde hace décadas —alguno como la igualdad de salario denunciado desde hace 220 años— no tenían la importancia suficiente para darles protagonismo ni en sus programas ni en sus mítines y comparecencias públicas. Y no solo los hombres que se muestran absolutos protagonistas de la formación, acompañados, a veces, por un coro de muchachas de buena apariencia siempre mudas, sino que aquellas que alguna vez hablan nunca lo hacen ni como feministas ni en nombre de las mujeres.
La sospecha de que de este tenor iba a ser la campaña la tuve mucho antes cuando escuché declarar a Carolina Bescansa que el “aborto no es un tema que construya potencia política de transformación, por lo que para ellos no era prioritario”. Aparte de la inútil retórica de la frase, en esta definición queda resumido el criterio de Podemos: No queremos enfadar ni a la Iglesia ni a los sectores católicos. El aborto es cosa de mujeres, las mujeres no tienen importancia en la política ni aportan votos, por tanto no vamos a ocuparnos de ellas.
Tampoco el comité electoral de Izquierda Unida admitió representación del Partido Feminista de España ni del Área de la Mujer de la formación, a pesar de que ambas organizaciones lo pedimos reiteradas veces. En razón de este criterio se ha diseñado una campaña masculina, sin participación de las feministas, ni en las listas ni en los actos, y donde los más sangrantes temas como los feminicidios que se cometen cada dos días han consumido 8 segundos del valiosísimo tiempo de Pablo Iglesias, en el debate televisivo más importante, en el que ofreció la broma de las soluciones habitacionales. Es decir que a las maltratadas se las meterá en una habitación mientras el agresor se pasea libremente. Fue un debate televisivo concebido por hombres, desarrollado por hombres y dirigido a hombres.
Mientras los cursis carteles del corazón en technicolor y el eslogan de las sonrisas, no digamos el empalagoso discurso de Mónica Oltra en el final de campaña hablando de besos, y dándolos, y regalándonos unos versos de amor de Miguel Hernández, que no iban a ser de guerra porque Hernández sirve para todo, parecían estar dirigidos a las lectoras del Hogar y la Moda de los años cincuenta, las ofertas de cambio ni atendían la penosa situación de las mujeres españolas de hoy ni proponían soluciones a su miserable vida.
Del mismo modo ninguna de las mujeres que han participado en la campaña ha tenido sensibilidad feminista. No digamos el remedo de debate a cuatro de las que fueron a Antena3, imitando la discusión de los hombres pero eso sí, solo entre mujeres. Pronto harán otro solo entre negros y después uno más entre negras.
La brecha salarial, aún mayor en las pensiones, las esclavas que trabajan con el marido en la agricultura sin cobrar para que este llegue a ganar su jornal, las limpiadoras de hoteles, las cultivadoras de plátanos violadas por el capataz, las amas de casa sin salario ni jubilación, las profesionales marginadas trabajando de telefonistas, no tienen ningún espacio en las denuncias de nuestros políticos.
Pero la violencia, además de golpes, abusos sexuales, acoso en el trabajo, feminicidio, es la entrega de la custodia de hijas e hijos a sus padres maltratadores, a través de infamias depravadas como el SAP o erotomanías que no son admitidas por ninguna organización científica y sí en los juzgados españoles. Las mujeres que padecen durante años esta violencia judicial patriarcal son demasiadas, y es electorado. La candidatura de Unidos Podemos no ha dicho nada al respecto para ese electorado.
Como tampoco ha dicho nada de la violencia salvaje que es la prostitución –Alberto Garzón se pronunció abolicionista sin concretar medidas, mientras Pablo Iglesias en la SER dio a entender que existían mujeres que sí quieren prostituirse, Ada Colau planifica su legalización, y Manuela Carmena no tiene opinión al respecto-. Han podido ganar electorado prostituyente, no ahuyentarlo, pero han quebrantado Derechos Humanos, han pisoteado la educación sexual de un país donde el deseo y el placer han de ser recíprocos y no se han de mercantilizar personas. Con el silencio han abandonado a mujeres sumidas en una vida de pesadilla en un país que está el primero de Europa en el ranking de prostitución.
Tampoco el electorado feminista puede quedar satisfecho cuando ha conseguido que Izquierda Unida no acepte en su programa la “paternidad subrogada”, i.e.: los vientres de alquiler, que conllevan la manipulación –como el peligroso bombardeo hormonal- de cuerpos femeninos mercantilizados, una gestación arriesgada, y una falta de control intolerable respecto al destino de los bebés a diferencia de la adopción, sólo por un narcisismo genético que resulta absurdo y es ilegal en nuestro país. Porque la candidatura Unidos Podemos ni aún ha hecho mención de esta grave explotación de mujeres pobres.
La mujer ha sido abandonada en Unidos Podemos. El lenguaje no inclusivo ya lo auguró desde el inicio. Para los diseñadores de campaña la queja por el lenguaje no implica cuestiones de gran trascendencia. Han tenido que ser las mujeres de las formaciones políticas que pertenecemos a la candidatura electoral las que nos hemos hecho llamar Unidas Podemos, ante la sonrisa paternalista de los hombres que dirigen los comités electorales.
Las militantes del Partido Feminista que llevamos décadas defendiendo los derechos de la mitad de la población no hemos tenido ni participación en las conversaciones de la coalición ni en el diseño de la campaña ni en las listas electorales ni en los actos importantes. Y los resultados les han pasado la factura correspondiente.
Pero estos razonamientos no tendrán protagonismo en los análisis que van a hacer en los próximos días los señores dirigentes de la candidatura.


Fuente: http://blogs.publico.es/lidia-falcon/2016/07/01/el-desprecio-al-feminismo-de-unidos-podemos/
Subido por M.Cecilia Méndez B.