RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

martes, 30 de agosto de 2016

España: El Ministerio del Interior privatiza la seguridad y protección de las mujeres que sufren las violencias machistas



Rebelión

El Partido Feminista de España denuncia los consejos ofrecidos por el Ministerio del Interior a las mujeres maltratadas

Los asesinatos de mujeres por violencia machista superan ya los 60 según datos oficiales, siendo el más reciente el de una mujer que al ir a denunciar el maltrato infligido por su marido el cuerpo de seguridad que la atendió le aconsejó simplemente que pidiera el divorcio, hallándose pocas horas más tarde asesinada presuntamente por aquel a quien pretendía denunciar.

Es por ello que el Partido Feminista de España del que soy militante ha enviado una queja al Ministro de Interior por este caso y por los consejos que ha ofrecido este verano, haciendo recaer toda responsabilidad sobre la víctima: que cambie su cerradura, o que “entrene” a sus hijas/os a encerrarse para saber huir cuando llegue el padre.

El Ministerio de Interior ha delegado sus propios deberes de protección a la ciudadanía en la propia mujer maltratada a través de esta serie de instrucciones, mostrando de este modo su ineptitud para acabar con esta lacra que no cesa ni disminuye. Este incumplimiento de su responsabilidad debe ser motivo de repulsa de todas las formaciones políticas y sociales.

Solicitamos al Ministerio la retirada inmediata de tales instrucciones y que proceda a responsabilizarse con la dotación suficiente de medios económicos, materiales y personales para que atiendan inmediatamente las denuncias de las mujeres maltratadas y realicen los atestados pertinentes –con unas fuerzas y cuerpos de seguridad cuyo adiestramiento y concienciación sobre la gravedad del problema esté a la altura de las circunstancias-, detengan a los maltratadores durante el plazo constitucional y los pongan a disposición del juzgado, con la celeridad y eficacia necesarias para que no se consume el delito.

También deseamos que por respeto a tantas mujeres asesinadas y maltratadas, y a las otras víctimas involucradas: huérfanos, hij@s afectad@s como mínimo psicológicamente, familiares y allegad@s, se propicie un Pacto contra la Violencia Machista, en el que se resuelvan las lagunas de la actual Ley Orgánica contra la Violencia de Género, y así conseguir paliar esta barbarie que todos los años acaece.


Paola Martínez Pestana, profesora de Filosofía en IES público y militante del partido feminista de España. 

Mirando para otro lado

Resultado de imagen para Mirando para otro lado  Carolina Vásquez Araya

Rebelión


Más allá de la insensibilidad manifiesta, es un tema de cultura.


Enconcharse en la vida propia e inmediata parece ser un recurso cultural propio de sociedades organizadas bajo un régimen de silencio. Desde la infancia se impide la libre expresión y desde ese punto de partida, ya con la represión bien instalada como rasgo de educación y buena conducta, seguimos el camino hacia una adultez cargada de hipocresías.
Si a eso añadimos un patriarcado machista y extremo contra el cual no hay modo de rebelarse sin parecer desquiciada y loca, tenemos una vida normada bajo pautas ajenas, creadas con el fin de llevar la obediencia al sistema a fuerza de leyes y reglamentos aparentemente indiscutibles. De hecho, así funcionan las Constituciones cuyo contenido, sin ser necesariamente malo para la concordia ciudadana, tampoco representa una garantía de bienestar para las mayorías.
Ese es, por ejemplo, el caso del aborto. Tema espinoso como ninguno, precisamente porque a partir de conceptos sectarios y profundamente fundamentalistas, surgidos de instituciones de eminente corte patriarcal, ha sido reproducido por cortes y asambles de estilo similar, sin la menor incidencia de voces femeninas.
Pero las voces femeninas sí se han hecho escuchar desde los sectores más conservadores para condenar su práctica y convertirla en un asunto de moral, de pecado –perverso como ningún otro- perpetrado por mujeres libertinas y malvadas. Estas mujeres carentes de sentimientos atentan contra el decoro y las buenas costumbres y la sociedad tiene la obligación de imponer severos castigos a quienes cometan tan graves fechorías.
Lo que esas voces no consideran en el predicado son los derechos humanos de las mujeres, las niñas y adolescentes víctimas de incesto y violación. De acuerdo con estudios ampliamente divulgados desde que el tema de violencia contra las mujeres por fin saltó a los medios de comunicación (después de un silencio de siglos) de cada 3 mujeres, por lo menos una sufre de una agresión sexual. Son agresiones muchas veces no denunciadas por miedo a las represalias del agresor, a la condena social, a la vergüenza.
En Chile, el no muy brillante ex presidente Piñera le negó el derecho al aborto a una niña de 11 años, con un embarazo de alto riesgo producto, obviamente, de una violación. El mandatario, al ver a la niña, adujo que la menor había mostrado “profundidad y madurez” y por lo tanto debía tener a ese hijo a como diera lugar porque “en este país la vida de la madre está siempre en el primer lugar” (sic).
Sin embargo, esa actitud obtusa del ex presidente de Chile –por cierto, un país extremadamente conservador y machista- no es única en el continente.
La negación de un aborto seguro en casos de violación y en embarazos de alto riesgo tanto para la madre como para el feto, son frecuentes a todo lo largo y ancho de Latinoamérica y en muchos otros países del mundo. Es el castigo supremo para una mujer o una niña que exige su derecho a la vida. La visión patriarcal, de resortes bien aceitados para defender la postura extrema de negar ese derecho sin tener ni haber tenido una experiencia similar en carne propia, de no ser tan nefasta resultaría hasta ridícula.
Remitirse a la idea absurda y retorcida de creer que las mujeres disfrutan abortando, es el colmo de la ignorancia. El aborto es un drama personal subsecuente a otro drama como la agresión sexual, cuando ha sido ese el motivo. Como corolario, es preciso subrayar ese recurso extremo está muchas veces a disposición de quienes pueden pagar fortunas en hospitales privados para obtenerlo en ambiente seguro. Las mujeres pobres, que se resignen.

Blog de la autora: http://www.carolinavasquezaraya.com

La sexualidad patriarcal en nuestras camas. El derecho a educación sexual y a un orgasmo pleno y real de las mujeres

En esta sociedad está naturalizada la opresión y el rol secundario de la mujer; no solo se ve expresado en los trabajos más precarios, pensiones y salarios, en las prácticas machistas cotidianas, sino que también en la cama.

Escrito por: Mona Yuca
La desigualdad de género está constantemente acechando nuestras vidas, en las relaciones afectivas y encuentros sexuales. El capitalismo que sostiene el patriarcado es tan salvaje, que además de no permitirnos como mujeres tener los mismos derechos que los hombres, también nos priva muchas veces de gozar del placer sexual y lograr un orgasmo pleno. Se ha normalizado que en las relaciones heterosexuales, el rol de la mujer en la cama es satisfacer y servicial al hombre: otorgar placer y no recibirlo.
Para lograr sensaciones de placer, es necesario recibir los estímulos para desconectarnos de nuestra cabeza y disfrutar libremente de nuestro cuerpo. Si esto no es así, se inhibirán las sensaciones subjetivas del placer y de poder gozar completamente de un encuentro sexual.
Las mujeres no somos un envase para penetrar, nuestro cuerpo puede experimentar muchas más cosas, de hecho nuestra vagina con diversas caricias y besos puede transformarse en una máquina del placer, dando paso a la lubricación vaginal, como también a la erección de nuestro clítoris y pezones para poder disfrutar realmente de una relación sexual.
Si analizamos las condiciones objetivas en las que nos encontramos, podremos visualizar que esta opresión no solo se ve expresada en el acto mismo de una relación sexual sino en las distintas aristas y temas relacionados a nuestros cuerpos y cuidado, arraigados en el sentido común de las personas.
Por ejemplo: una disfunción eréctil, puede ser fácilmente transformado en una tragedia, y puede ser un tema de contingencia, tratado, bien hablado y difundido, porque el machismo, no es sutil en cuanto a los temas directamente relacionados con las fallas sexuales de los hombres, la misma industria farmacéutica le da con bombo y platillo con el famoso viagra para solucionar el problema. Ahora, si a nosotras nos sucede algo parecido, ¿Por qué no es un tema igualmente tratado y difundido?
A diferencia de ellos, ocurre que muchas veces se da el caso de que mujeres intenten justificar y normalizar las distintas dificultades para alcanzar la excitación, e incluso llegamos a encubrirlas o callarlas, ya sea por miedo a decepcionar a la pareja, por mostrarnos perfectas o simplemente porque la educación sexista que predomina, nos educa para agradar y no para pedir, ni para buscar ayuda, ni para evidenciar algún grado de disconformidad, respondiendo a una sexualidad complaciente donde nuestro goce sexual pasa a un segundo plano, manteniéndonos inseguras e ignorantes.
Además de todo esto, la moral conservadora y de iglesia han logrado implantarse de tal forma que existe un desconocimiento de los genitales, de las enfermedades de transmisión sexual y del erotismo femenino por parte de los hombres y mujeres, por hallarse estas temáticas ocultas en un mundo de tabúes y mitos impuesto en nuestras vidas, posicionando estos temas como prohibidos, en donde si alguien comparte sus experiencias sexuales o habla de partes de nuestros cuerpos es juzgado moralmente, lo que también genera que exista una ignorancia en relación a las enfermedades sexuales que pueden ser transmitidas tanto en hombres como en mujeres, con mayores consecuencias para la mujer en la mayoría de los casos. Desde la niñez nos han venido inculcando que explorar nuestros genitales o hablar de nuestra excitación son conductas y temas que no se discuten. Además de todo esto, la dictadura moral nos aleja de la aceptación, conocimiento y cariño de nuestros cuerpos.
Por otra parte también, el sistema nos implanta creencias populares, como que basta con la penetración para conseguir placer, lo que es totalmente falso. Se hace imperiosamente necesario comprender que las caricias y los besos son indispensables en el acto sexual, ya que el placer aumenta exponencialmente.
Estos no solo son una herramienta de la excitación en el preludio, sino que debe ser mantenida durante el encuentro de las personas, donde tanto los hombres como la mujeres tienen el derecho de vivir su sexualidad en total plenitud. En definitiva la penetración a secas no basta. Se debe conocer que el orgasmo femenino se alcanza con mayor satisfacción y se logra de manera más fácil a través de jadeos, caricias, besos en distintas partes del cuerpo, acompañados de una estimulación dedicada y constante a nuestras zonas más sensibles como el clítoris.
Lamentablemente, en esta sociedad misógina, se cree que el placer sexual es cosa de hombres y a nosotras simplemente nos corresponde el rol del deber ante la sexualidad, entre cuyas obligaciones se encuentra satisfacerlos a ellos. De ahí que al situar los deseos, erotismo y el placer masculinos como ejes centrales de la sexualidad, y que la sociedad se muestre tan dispuesta a comprender y justificar que un hombre sea opresivo y naturalizar hechos de dominación sexual hacia el género femenino.
¿Por qué no es una preocupación, ni un objetivo, el estimular y conocer el goce sexual femenino?
Ya basta! Nos niegan el derecho a abortar, nos esclavizan al trabajo doméstico y a la crianza, tenemos los trabajos más precarizados, no tenemos derechos a sala cuna, corremos el riesgo de ser violadas, nos acosan en la calle, existe propiedad sobre nuestros cuerpos y no tenemos el derecho a decidir sobre ellos, los sueldos son más bajos por los mismo trabajos, sufrimos discriminación, somos condenadas por cualquier actitud que no cumpla con la nefastas normativas morales de la iglesia, somos violentadas por este sistema capitalista y disminuidas por el machismo, y como si fuera poco nos privan del goce sexual.
Las mujeres debemos buscar terminar con la sexualidad complaciente y poder acceder a una educación sexual que nos permita decidir informadas y empoderadamente.
Se debe aprender a disfrutar, respetar, conocer, tocar y a querer nuestros cuerpos. Dejemos de aparentar orgasmos, de aguantar opresiones y silenciar nuestra sexualidad. Levantemos una gran lucha contra el sistema que sostiene y reproduce todas las miserias machistas, heteronormativas, clericales y patriarcales. En la calle y en la cama.

México: Ministerio Público de Quintana Roo hostiga a mujer que fue liberada al comprobarse la tortura que sufrió

Comunicado de la Red de Feministas Peninsulares sobre el acoso que sufre la señora Reyna Gómez.

Durante su juicio sufrió distintos tipo de discriminación por parte del juez y se ignoró el historial de violencia que había vivido por parte de quien fuera su pareja. Fue condenada por homicidio a 25 años en la cárcel de Chetumal, Quintana Roo. Diversas organizaciones feministas de la sociedad civil acompañaron su caso y se logró demostrar las irregularidades durante su juicio por lo que la sentencia se anuló y logró su libertad, sin embargo, los familiares de Reyna Gómez han denunciado las amenazas y hostigamientos que ha sufrido por parte de agentes ministeriales de Quintana Roo.La señora Reyna Gómez fue detenida por la policía de Quintana Roo en agosto de 2015 luego de herir, en defensa propia, a su concubino. Durante su detención fue torturada y no se fue presentada ante la instancia correspondiente dentro del tiempo que la ley establece.
La Red de Feministas Peninsulares ha emitido un comunicado al respecto.
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Comunicado de la Red de Feministas Peninsulares
Apela Fiscalía de Quintana Roo a libertad, advierten acoso
Familiares de Reyna Gómez Solórzano denunciaron un ambiente de hostigamiento y acoso por parte de agentes del ministerio público de Quintana Roo, en Chetumal,  quienes insisten en amenazar con nuevas acciones, esta vez con la apelación a la sentencia absolutoria, amedrentando además con su detención cuando así lo consideren.
Aun cuando la detención solo sería factible con una orden de juez, las amenazas sobre Reyna Gómez Solorzano y su familia se centran en que su libertad está “en manos de los agentes del ministerio público”, por lo cual la familia solicitó la intervención de la Red de Feministas Peninsulares, Mayas sin Frontera AC, y del Observatorio de Violencia Social y de Género para hacer pública esta situación de acoso y hostigamiento que los agentes insisten en mantener.
Si bien la posibilidad de una apelación forma parte de las garantías del debido proceso, las amenazas y el acoso del que es víctima Reyna Gómez, hace temer por su seguridad, ya que precisamente fue con una detención ilegal y su retención por más de 24 horas sin que ningún familiar suyo tuviera conocimiento de su paradero, y que como consta en las sentencias y en la Recomendación CDHEQR00/002/2016/1 de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, fue durante este tiempo en cual se ejercieron actos de tortura.
Por esta razón, las organizaciones de la sociedad civil, hacen un llamado a las autoridades a regular y sancionar a los agentes implicados en la detención arbitraria que derivó en una serie de eventos que ocasionaron la detención ilegal y un proceso viciado en contra de Reyna Gómez, además de hacerlos responsables de la seguridad de Reyna Gómez y sus familiares.
Desde que Reyna salió de la cárcel no ha tenido un día de paz por las constantes amenazas que recibe de parte de los ministerios públicos que ahora la hostigan con la presión de que van a detenerla, una vez más alegando que esto se encuentra bajo su arbitrio y que no depende de ningún juez, abusando del desconocimiento del proceso.
Las organizaciones solicitaron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos la emisión de medidas cautelares para evitar el acoso y hostigamiento por parte de agentes ministeriales, además que las organizaciones aseguran que continuarán en el apoyo y acompañamiento del caso hasta que Reyna pueda tener una vida de tranquilidad y se castigue a los responsables de la tortura que sufrió.
Como se recordará Reyna fue absuelta al erirgirse un tribunal colegiado que determinó actúo en legítima defensa y que no había elementos para proceder en su contra, luego de que un juez anulara la apelación a la sentencia de 25 años en contra de Reyna Gómez.
 http://kaosenlared.net/mexico-ministerio-publico-de-quintana-roo-hostiga-a-mujer-que-fue-liberada-al-comprobarse-la-tortura-que-sufrio/

Subido por M.C. Méndez Bejarano

lunes, 29 de agosto de 2016

“El papel que desempeñan los medios no es pasivo ni inocente”

Entrevista con Argentina Casanova, comunicadora profesional, activista mexicana contra la violencia de género


Rebelión

Entrevista que aborda el papel y uso del lenguaje de los medios de comunicación sobre la violencia de género.


(Foto: Argentina Casanova)

-FSJ: ¿Qué papel cumplen los medios de comunicación en la multiplicación de la violencia contra la mujer? 

-AC: Junto a quien comete el feminicidio o la tortura, un medio que le da cobertura - la mayoría de las veces- con un discurso cuyo efecto es sembrar terror en otras mujeres alecciona y multiplica su efecto a través de las redes sociales. Por sí mismo, el “terrorismo sexista” de los medios debe ser visibilizado para ser desmontado. El papel que desempeñan los medios de comunicación no es pasivo ni inocente.

-FSJ: ¿Qué elementos se requieren para informar con rigor sobre violencia contra la mujer? 
-AC: Identificar los elementos que criminalizan a las víctimas de la violencia feminicida y evitar hacer uso de estos; además, comprender y asumir que existe responsabilidad social de los medios de comunicación como reproductores de la violencia, pero también entender su rol en la prevención, evitando la reproducción de modelos, estereotipos y figuras sexistas o discriminatorias que naturalizan la violencia contra niñas y mujeres.

-FSJ: ¿Qué se debe evitar al reportar sobre violencia contra la mujer? 

-AC: Exhibir los cuerpos desnudos, sus rostros, ofrecer datos personales que faciliten su identificación y de familiares, ya que esto contribuye a la violencia comunitaria. Evitar aportar elementos que contribuyan a la criminalización en la sociedad y, por el contrario, ocultar o minimizar aquellos que permiten comprender los contextos de violencia e identificar las intersecciones de la discriminación. Los medios “ocultan”, por ejemplo, los datos cuando son menores de edad, su situación de discapacidad y violencias previas para evitar que haya una “idenficación o empatía” con la víctima y, en cambio, generan morbo y enjucian con frases como estas: “era puta”, “era bailarina”, era “mala madre”, “era drogadicta”, todo lo que apunta a justificar la violencia y al agresor.

-FSJ: ¿Es “epidémica” la violencia contra la mujer en México? 

-AC: Recientemente la ONU consideró la violencia contra la mujer como una “pandemia mundial”, que afecta a algunos países, entre ellos México. Esto se relaciona con las anquilosadas estructuras de género que contribuyen a la violencia; además de ser, en sí mismas, formas de violencia contra las mujeres pues restringen el pleno desarrollo y la libertad de elegir sobre las vidas y los cuerpos de las mujeres. La ONU estima que 70% de las mujeres sufren violencia en su vida.

-FSJ: ¿Los medios revictimizan a la mujer, a su familia y a las supervivientes de violencia?


-AC: Sí, por supuesto. En el ensayo Los derechos humanos de las mujeres y la criminalización de las identidades femeninas en las coberturas periodísticasi expongo este proceso de victimización. Cuando las mujeres son víctimas de un hecho de violencia que vulnera su dignidad, lo que tenemos son páginas de periódicos, notas en radio o en televisión en las que entrevistan a familiares o a las mismas víctimas, se replica información en la que sus datos personales son expuestos con la consecuente sobre-victimización y riesgo de discriminación en sus espacio de trabajo y convivencia social. Incluso en casos de víctimas de violencia sexual la información se convierte en un factor detonador de violencia comunitaria y/o escolar.

-FSJ: En México varios medios de comunicación parecen haberse especializado en la necrofilia, relatan el número de muertes y de muertas, pero… ¿Analizan la violencia machista contra las mujeres? 

-AC: Creo que se ha abordado una cobertura necrofílica, pero no con perspectiva de género. Por eso proponemos una metodología más allá del “uso del lenguaje incluyente” o que evite la criminalización. Proponemos una pauta de análisis que identifique, y elimine, los elementos de la criminalización y la discriminación y la cobertura periodística que contribuyen al terrorismo sexista. El terrorismo sexista de los medios se manifiesta en cinco formas: por un lado, está lo que Rita Segato ha llamado “pedagogía de la crueldad”; una segunda forma es la criminalización de las identidades femeninas; la tercera, la reproducción de los discursos patriarcales de control, especialmente sobre el cuerpo de las mujeres; la cuarta es la propaganda-proclama de los hechos violentos contra el cuerpo de las mujeres y, la quinta, violenta y alecciona. Así las he clasificado para el análisis para “desmontar” estas formas de redacción, edición, estilo y diseño periodístico.

-FSJ: ¿Qué impacto tiene en una niña o en una adolescente la información que recibe a través de los medios? 


-AC: La propaganda-proclama de la violencia ocurre cuando la cobertura hace apología de los hechos violentos, que se cometen contra el cuerpo de las mujeres, naturalizándolos, e incluso utilizando palabras que las despojan de su identidad y su condición de persona para referirse a ellas como cosas sin vida y sin valor. Un ejemplo son los títulos de noticias como: “Encuentran enmaletada”. Los medios pueden ser reforzadores de estereotipos/roles y las coberturas-enfoque-lenguaje, son distintas formas de una violencia, estableciendo causas-efectos ligadas a conductas femeninas, es decir, plantean lógicas de castigo frente a ciertos actos de las mujeres. Por eso encontramos portadas ilustradas con hechos que relacionan una mujer desnuda tipo playboy y, simultáneamente, la fotografía de una víctima de violación o feminicidio desnuda. El impacto de esos enfoques es el terror en el cual vivimos las mujeres en México en donde hemos aprendido que transgredir tiene consecuencias que se pagan con la vida.

-FSJ: ¿Pueden los medios contribuir a disminuir la violencia contra la mujer?

-AC: Sí. Creo que el trabajo de análisis, observación, monitoreo y documentación tiene como fin encontrar esos “hilos conductores” que atraviesan estas coberturas y plantear su deconstrucción a partir de nuevas propuestas y ejercicios. Personalmente creo que no se trata solo de incorporar un lenguaje incluyente o evitar la discriminación, ya que la información visual, el lugar que se otorga a las notas, la forma como se aborda, lo que se enuncia y lo que se omite contribuye a la criminalización y al terrorismo en las coberturas periodísticas.

-FSJ: Finalmente ¿Qué impacto tienen las guías para periodistas que muchas veces permanecen en los escritorios sin ser utilizadas? 


-AC: He mirado muchas guías y creo que cada una tiene sus propios aportes, pero no bastan. Se requiere el compromiso de los propietarios de los medios, la aprobación y aplicación de leyes que sancionen la apología a la violencia y los discursos de odio; además el compromiso del profesional de la comunicación. En México hemos formado redes y alianzas de comunicadoras feministas, periodistas con perspectiva de género.


Fernanda Sánchez Jaramillo periodista colombiana, maestra en relaciones internacionales.
Publicado originalmente: http://insyde.org.mx/wp-content/uploads/2014/11/VyM5-La_co


Subido por M.C. Méndez Bejarano

viernes, 26 de agosto de 2016

IMPACTO de la GLOBALIZACIÓN LIBERAL en (la vida de) LAS MUJERES


Rosa Cobo
Universidad de A Coruña


La charla se estructura en dos partes, la primera dedicada a caracterizar la globalización neoliberal, la segunda a describir y valorar su impacto sobre las mujeres del tercer y del primer mundo.

I.

-- La izquierda y el feminismo, como pensamientos críticos, niegan la realidad y aspiran a transformarla. Para ello comienzan por redefinirla, proponiendo conceptos nuevos, a veces complejos o de difícil aceptación; así ocurrió con las nociones marxianas de plusvalía y alineación. Conceptuar la realidad es politizarla, hacerla visible de otra manera. Pues bien, a la hora de redefinir el neoliberalismo en términos que subrayen la necesidad de transformar la realidad (necesidad objetiva, por sus propias contradicciones, y subjetiva, porque se hace insoportable), cabe hablar de un genocidio económico.

En efecto, las políticas neoliberales están provocando, especialmente en el tercer mundo, un genocidio. El término está asociado a dictaduras que intencionalmente hacen desaparecer a grupos humanos. En este caso, la intención quizá no sea directa, pero el efecto resulta equivalente. Tal genocidio se proyecta especialmente sobre las mujeres. El Nobel de Economía Amartya Sen constata empíricamente: “faltan cien millones de mujeres”: el menor acceso a los recursos de alimentación, sanidad y educación, especialmente en ciertas zonas de Asia y África, da lugar a este desequilibrio en las tasas de mortalidad. Pero el empobrecimiento que deriva de las políticas neoliberales conduce, en general, a una esperanza de vida más baja, también por ejemplo en la Inglaterra de Margareth Thatcher y John Major.

La lógica del neoliberalismo resulta excluyente: aumenta la desigualdad social, se abre un abismo entre el primer y el tercer mundo y, en cada uno de ellos, se reproduce ese abismo diferenciador: de manera que las elites de cada uno generan la pobreza que las circunda. Las políticas económicas neoliberales tienen efectos perversos para diversas zonas del planeta y para ciertos colectivos sociales, en el sentido de que excluyen a quienes no tienen acceso a los recursos informacionales y empobrecen a los que no poseen la cultura necesaria para integrarse en el nuevo y polarizado mercado laboral.

-- La globalización supone el más amplio y profundo proceso de transformación social desde la revolución industrial. Cabe destacar algunas de las transformaciones: la crisis de la familia patriarcal y el surgimiento de nuevos modelos familiares, la sustitución de la ética del trabajo por una anestesiante ética del consumo, la flexibilización del mercado de trabajo y la pérdida de derechos sociales (cuando apenas se habían consolidado en algunos países del mundo desarrollado), el debilitamiento de la política frente a los poderes financieros (Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de Comercio, etc.), la precarización de la ciudadanía, el reforzamiento del individuo como consumidor o la posición dominante de las nuevas tecnologías en nuestras sociedades. Estos diversos cambios no son meros fenómenos aislados; pueden ser identificados como partes de un vertiginoso proceso que está cambiando de diversas formas no sólo el tejido social global, sino también nuestro imaginario colectivo.

El telón de fondo de estos fenómenos sociales es la crisis de un modelo de sociedad, el de bienestar, que se había gestado tras la segunda guerra mundial. Se manifiesta tal crisis en la quiebra del pacto social firmado entre la derecha económica y la izquierda sindical y política que garantizaba el papel del Estado en la redistribución económica; en el derrumbe del pacto patriarcal por el que se consagraba al varón como proveedor único del salario familiar y se asignaba a las mujeres el papel de amas de casa sin salario; en el fin de un proyecto único de emancipación dirigido por un sujeto político único -el proletariado-, como agente de transformación social; en la guerra declarada a la igualdad como núcleo central de ese proyecto político. Pues, en efecto, las fuentes ideológicas que alimentan esta práctica neoliberal intentan clausurar el principio ético y político central sobre el que se ha edificado la modernidad: la noción de igualdad, que incluye la dotación de medios públicos para procurar el equilibrio de las condiciones sociales y de vida de los ciudadanos; este principio de igualdad es presentado por el neoliberalismo como un valor obsoleto y disfuncional, que entorpece el crecimiento económico.

-- En el origen de la globalización se encuentran las tecnologías informacionales. El sociólogo Manuel Castells señala que el capitalismo en los años setenta y ochenta las utilizó eficazmente para inducir un salto espectacular en las fuerzas productivas y el crecimiento económico: la posibilidad de invertir “en tiempo real” permitió acumular capital de forma exponencial, manipular las decisiones políticas y decidir sobre el destino de los Estados. La globalización hoy es un proceso que pretende hacer del planeta un espacio único y sin fronteras para el dinero, las mercancías y los servicios. La idea clave de la globalización es la libertad de movimiento de capitales sin ningún tipo de restricción, así como la libertad de movimiento de mercancías, sobre todo para los países del primer mundo.

Pero esas tecnologías informacionales, con internet a la cabeza, no han servido sólo para el desarrollo del neoliberalismo, sino también, por ejemplo, para la articulación política internacional de los movimientos críticos con este modelo económico. La idea de fondo es que la globalización tiene su cara positiva y su cruz perversa. La dimensión perversa de este proceso es el imperio de lo económico por encima de consideraciones éticas y políticas. La dimensión positiva reside en las facilidades que abre a individuos y comunidades a efectos de comunicación intercultural.

La idea de construir una comunidad moral global va tomando cuerpo, y las tecnologías informacionales pueden ser una herramienta esencial en este proceso. La intensificación de la comunicación entre personas, países y continentes hubiese podido desembocar en el interculturalismo, en la posibilidad de que nuestras creencias, opiniones, conductas y prácticas culturales pudiesen contrastarse interculturalmente. Sin embargo, la mundialización del neoliberalismo tiene una insólita capacidad para uniformar costumbres e imponer modas globales por encima de tradiciones y culturas. Este poder de uniformización a través del mercado global está provocando fuertes movimientos sociales y políticos reactivos que se agarran a su identidad cultural –en muchos  casos a los aspectos más fundamentalistas de esas culturas- como única forma de sustraerse a la estandarización cultural que impone el consumo capitalista.

II.

Las investigaciones sobre globalización están marcadas por lo que Isabella Baker denomina un ‘silencio conceptual’: “se niegan a reconocer explícita o implícitamente que la reestructuración global se produce en un terreno marcado por el género”. Y, sin embargo, los efectos de la globalización neoliberal sobre la vida de las mujeres son tan significativos como para que la feminización de la pobreza o la segregación genérica del mercado laboral se traduzcan en cifras imposibles de obviar, a pesar de que los Informes de Desarrollo Humano de Naciones Unidas ya no segreguen por género sus tasas. La pobreza, la supervivencia, la exclusión y el trabajo gratuito se están feminizando cada vez más.

-- Las mujeres no acceden al mercado con los mismos recursos y la misma movilidad que los varones, y por ello no pueden competir en igualdad de condiciones. Su acceso se ve muy condicionado por lo que la economista feminista Ingrid Palmer denomina ‘el impuesto reproductivo’ que se genera en el ámbito doméstico. El trabajo no pagado que realizan las mujeres en el hogar consagra al varón como proveedor económico universal de la familia y a las mujeres como cuidadoras familiares y domésticas. Este trabajo gratuito es un serio obstáculo a efectos de la integración de las mujeres en el mercado laboral. El “impuesto reproductivo” tiene raíces muy profundas: en la familia, los varones controlan y explotan el amor de las mujeres; los actuales renacimientos de pautas morales tradicionales tienen la función objetiva de fortalecer esa asignación a la mujer del papel social vinculado al cuidado doméstico.

Uno de los efectos más rotundos de los programas de ajuste estructural es el crecimiento del trabajo gratuito de las mujeres en el hogar. En general, hay que señalar que los recortes en el gasto  social tienen como efecto el incremento del trabajo gratuito que realizan las mujeres en el marco familiar, mientras que las políticas que aumentan el gasto público reducen el trabajo gratuito de las mujeres, fundamentalmente porque el Estado se hace cargo de tareas reproductivas o porque el empresariado asume algunas cargas, como las bajas por maternidad. Los recortes de las ayudas sociales por parte del Estado hacen que aquellas funciones de las que el Estado abdica (salud o nutrición, entre otras) vuelven a recaer invariablemente en la familia y nuevamente son asumidos por las mujeres, del mismo modo que antes de que se aplicasen políticas sociales. Las políticas neoliberales afectan más negativamente a las mujeres de los países en desarrollo; este hecho está relacionado con el grado de desarrollo de los derechos sociales, de las democracias y de la formación cultural de cada sociedad.

-- La globalización económica está haciendo crecer el empleo y el trabajo de las mujeres. Los nuevos sistemas de producción flexible, consistentes en un cambio rápido de una línea de producción, que producen para el momento y apenas mantienen existencias mínimas de productos, requieren un nuevo perfil de trabajador. Deben ser personas flexibles, capaces de adaptarse a cambios rápidos, a los que se puede despedir fácilmente, que estén dispuestos a trabajar en horas irregulares, etc. Este segmento del mercado laboral se está convirtiendo en mano de obra heterogénea, flexible y temporal, trabajadores sin puestos fijos, mal pagados, con empleo a tiempo parcial, trabajadores a domicilio, trabajadores subcontratados por pequeñas empresas semi-informales que se encargarán de partes descentralizadas de los sectores dominantes, etc. La entrada de considerables contingentes de mujeres al mercado global de trabajo en unas condiciones de sobreexplotación difíciles de imaginar en el mundo desarrollado es una de las condiciones de posibilidad de aplicación de las políticas neoliberales.

Manuel Castells señala que la globalización es un proceso que está intensificando cada vez más la segregación del mercado laboral entre dos clases de trabajadores: los autoprogramables y los genéricos. La diferencia clave es la educación, aunque advierte que no hay que confundir educación con cualificación profesional: “quien posee educación, en el entorno organizativo apropiado, puede reprogramarse hacia las tareas en cambio constante del proceso de producción. Por el contrario,  el trabajador genérico es asignado a una tarea determinada, sin capacidad de reprogramación, que no presupone la incorporación de información y conocimiento más allá de la capacidad de recibir y ejecutar señales”. Entre los trabajadores autoprogramables, la mayoría son varones y entre los genéricos la mayoría son mujeres. El mercado mundial de trabajo muestra una creciente diferenciación entre una capa de trabajadores mayoritariamente varones altamente cualificados con ingresos altos y una ‘periferia’ creciente excesivamente representada por mujeres e inmigrantes con empleos no permanentes, subcontratados, bajo condiciones laborales precarias y con ingresos bajos e inestables.

En definitiva, en casi todas las regiones del mundo la participación de las mujeres en el mercado aumentó, pero las condiciones bajo las cuales se insertan las mujeres en ese mercado son desfavorables. La importancia numérica de mujeres en las maquilas o zonas francas vinculadas al vestido y al montaje electrónico significa que hay sectores económicos ocupados mayoritariamente por mujeres.

III.

Hay que señalar que la globalización de las políticas neoliberales para las mujeres significa mucho más trabajo gratuito y mucho más trabajo mal pagado; además, la lógica excluyente implícita en el neoliberalismo ha empobrecido más a los pobres, que en su mayoría son mujeres. Todos los datos avalan empíricamente la idea largamente sostenida por el feminismo de la feminización de la pobreza. En este contexto de ganadores y perdedores, las mujeres no se encuentran entre los ganadores, porque su inserción en la nueva economía se está realizando en un terreno marcado por la desigualdad de género.

Ahora bien, ningún sistema de dominación es perfecto, ni todos los procesos son controlables. El trabajo remunerado, por ejemplo, presumiblemente reforzará la autonomía de las mujeres frente a quienes eran los tradicionales proveedores económicos de la familia. En definitiva, el siglo XX es, ante todo, el siglo de la revolución de las mujeres: una revolución peculiar por su forma, pero también por su extensión y profundidad.

Resumen del debate


En el debate se plantearon, fundamentalmente, dos cuestiones: en qué medida subsisten diferencias entre las políticas de izquierda y derecha a la hora de abordar los retos de la globalización, y cómo combinar las exigencias del feminismo y del diálogo intercultural.

-- Por lo que se refiere a la primera de las cuestiones, es cierto que la globalización reduce los márgenes de acción de los gobiernos. Pero lo cierto es que los Estados pueden resistirse a las presiones del capital financiero; la posibilidad efectiva de hacerlo depende de la influencia que en cada Estado conserven los distintos movimientos sociales. Por ello, la política de izquierda se distingue no sólo por sus decisiones en materia social, las que tradicionalmente daban cuerpo al pacto social del Estado del bienestar, sino por dar voz a los colectivos más desfavorecidos; es una diferencia que se plasma no sólo en decisiones de política económica, sino en el ámbito del fortalecimiento democrático. Sólo de ese modo cabrá restaurar las bases del pacto social, que, aún respetando el mercado como forma básica de la asignación económica, asume la necesidad de la intervención pública, a cargo del Estado, para redistribuir el producto social de forma justa.

-- En cuanto a las posibilidades de un feminismo global que se enfrente a las diversas formas en las que las culturas del mundo valoran la posición de las mujeres, hay que comenzar apreciando que también las mujeres del tercer mundo, con su incorporación al mercado laboral, adquieren valor para sí y para el conjunto de la sociedad, también para los hombres. Ello se aprecia especialmente en el caso de las inmigrantes, que asumen las pautas de conducta del país de acogida y, en ocasiones, lideran el propio proceso migratorio, siendo ellas las que se anticipan en el viaje en busca de trabajo y arrastran a su familia en régimen de reagrupación. En los países en los que esa valorización de la mujer se ha consolidado, la llegada de colectivos menos emancipados fuerza a un diálogo complejo. Es necesaria la movilización de cada grupo social concreto: dicho en términos de Marx, cada grupo debe salvarse a sí mismo. Pero la solidaridad entre las mujeres, consideradas como un colectivo único con características comunes de opresión, permite confiar en la agregación de intereses; la postmodernidad, que asume acríticamente la disgregación cultural, actúa en este sentido como una rémora.





Rosa Cobo Bedia
Profesora Titular de Universidad en el Departamento de Sociología de la Universidad  de A Coruña. Además de la docencia en su Facultad, ha impartido o imparte cursos de doctorado en las Universidades de Málaga, Oviedo, Granada y Pablo de Olavide de Sevilla.
Licenciada en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, obtuvo el grado de Doctor en esta misma Universidad con la tesis Democracia y patriarcado en J.J. Rousseau. Entre sus obras pueden destacarse el libro Fundamentos del patriarcado moderno (1995) y múltiples artículos sobre la posición social de mujer y la teoría feminista; por ejemplo, “Feminismo y globalización”, “La situación actual de las mujeres en las democracias occidentales”, Multiculturalismo y feminismo”, “El análisis feminista en la sociología”, “Socialización e identidad de género”, “Las implicaciones políticas del feminismo”, “Sexo, democracia y poder político”, “Feminismo y democracia paritaria”, "Feminismo, democracia y ciudadanía",“Mujeres y ciudadanas”, “La discriminación positiva”, etc.
Ha intervenido en numerosos Congresos científicos y ha impartido un sinnúmero de Cursos, Conferencias y Seminarios por toda España y también fuera de ella, especialmente en Iberoamérica (México, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Ecuador, Nicaragua, Colombia, Chile).
Ha sido miembro de la Comisión Ejecutiva del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense. Entre las Becas y Premios recibidos puede mencionarse elV Premio de Divulgación Feminista “Carmen de Burgos”, otorgado al mejor artículo publicado en los medios de comunicación escritos en el año 1996, sobre Mujeres, Género y Feminismo.


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5 ejemplos de violencia simbólica

Young black woman with afro hair style
Young black woman with afro hair style

La violencia simbólica es un concepto acuñado por Pierre Bourdieu en la década de 70 y se utiliza para describir una relación social donde el “dominador” ejerce un modo de violencia indirecta y no físicamente directa en contra de los “dominados”, los cuales no la evidencian y/o son inconscientes de dichas prácticas en su contra, por lo cual son “cómplices de la dominación a la que están sometidos” (Bourdieu, 1994).

Esta violencia está interiorizada y naturalizada hasta el punto de que creemos que las cosas “siempre fueron así” y por lo tanto, nuestros valores y lugares dentro de la sociedad serían no solo incuestionables, sino también inmutables.
En los medios de comunicación, es violencia simbólica todo lo que refuerza los estereotipos, pues están poniendo a cada uno “en su sitio”, todo el que es capaz de estigmatizar es responsable del pensamiento segregacionista, todos los segregados son “distintos a mi” y vistos como menos personas en el inconsciente. Cuanto menos persona se es, menos derechos y más susceptible se vuelve uno a los abusos en todas las esferas.
Pincelemos unos ejemplos de la violencia simbólica patriarcal como ejercicio de reflexión:
1) Enseñando a la mujer en situaciones de subalternancia y/o violencia
No basta que un porcentaje tan significativo de las pelis no pasen el test de sexismo, la última fue una campaña de divulgación en vallas publicitarias de la nueva película de X Men: Apocalipsis. El cartel de estas vallas, divulgado en junio de 2016 en Los Ángeles y Nueva York, circuló por las redes sociales y recibió diversas críticas feministas por promover la violencia contra la mujer. La campaña fue acusada de estar fuera de contexto al enseñar a Mística siendo estrangulada por su antagonista Apocalipsis. La frase de cartel reza: “Solo los fuertes sobrevivirán.”
La 20th Century Fox, responsable de la película se vio obligada a disculparse. Retiraron la escena de la película en que Mística era estrangulada y justificó el cartel diciendo: “En nuestro entusiasmo en enseñar la villanía del personaje Apocalipsis, no reconocimos inmediatamente la connotación perturbadora de esta imagen en la forma impresa”. Nótese que solo hubo preocupación por la imagen de Apocalipsis, nada se habló sobre la de Mística.
La 20th Century Fox, responsable de la película se vio obligada a disculparse. Retiraron la escena de la película en que Mística era estrangulada y justificó el cartel diciendo: “En nuestro entusiasmo en enseñar la villanía del personaje Apocalipsis, no reconocimos inmediatamente la connotación perturbadora de esta imagen en la forma impresa”. Nótese que solo hubo preocupación por la imagen de Apocalipsis, nada se habló sobre la de Mística.
2) Diciendo a las mujeres que sus cuerpos no son suficiente buenos y que necesitan ser moldeados/camuflados
Sujetadores push-up que nos sugieren que nuestros senos deberían ser a prueba de la gravedad. Cremas para arrugas y tintes de pelo que insinúan que la edad es algo a ser disimulado a todo coste. Tacones, porqué siempre podemos parecer más larguiruchas y elegantes. Maquillajes que borran pecas, nos cambian el tamaño de los ojos, afinan nuestros rasgos. La “operación biquini” que no significa otra cosa sino que una mujer que no parece perfecta no es digna de enseñar su cuerpo con orgullo.
La gran novedad en este campo son los dilatadores de labios por succión. Estas ventosas se llevan comercializando varios años, pero alcanzaron la popularidad este año gracias a un reto planteado en las redes sociales.
laViolenciaSimbolica2
3) Restringiendo la movilidad de las mujeres
Otra manera de hacer de las mujeres prisioneras de sus propios cuerpos (y de la propia condición de mujer) es limitando sus movimientos. El burka es el ejemplo grafico más sencillo, entretanto, la ropa femenina occidental esta creada y sirve más bien para realzar nuestra figura, e identificar quienes somos dentro de nuestra sociedad, que para vestirnos.
Así, se habla nuevamente de los tacones, de la ropa ajustada, de las faldas desproporcionadas que se les ponen a la niñas diciendo “estate al caso, cierra las piernas, pórtate como niña”. Las bragas hechas de material pobre y desechable, que en conjunto con los pantalones ajustados contribuyen a una mala salud vaginal porque no están pensadas para nuestro bien estar, y si, para que seamos deseables para ellos.
Otra manera de restringir la movilidad de las mujeres es determinando que sitios deberían ocupar y “sugiriéndolas” a cuales pertenecer, y como dice Irantzu Varela, “nosotras queremos la mitad de todo. Siempre que no seamos la mitad, se debería preguntar el por qué”.
La mujer también tiene su movilidad restringida cuando se cuestiona si va a viajar sola, cuando las jóvenes son advertidas de lo que hacer y no hacer para no “ganarse” mala fama, cuando en la denuncia de una violación, se pregunta a la víctima que ropa llevaba, y así en tantos otros ejemplos.
4) Por un lenguaje tradicionalmente machista y racista
Doy por hecho que vosotras que leéis Afroféminas conocéis la fuerte representación del patriarcado través del lenguaje castellano. ¿Pero, ya os fijáis en las palabrotas?
Hablando de palabrotas, os invito a pensar como la palabra “coño” tiene su significado degenerado cuando es utilizada como expresión de insatisfacción cotidiana, y cuanto exprime una violencia simbólica hacia las mujeres, naturalizando el “coño” como una cosa vulgar, banal y despreciativa.  Las palabrotas y tacos que descalifican a las mujeres con connotaciones sexuales tienen una gran representación, vale la pena cuestionar por qué las seguimos repitiendo si comprendemos ya su origen ideológico.
Las bromas que utilizan los estereotipos como muleta para hacer reír, sin considerar que estos chistes están anclados en determinados valores y prejuicios solidificados en la sociedad, son tan desagradables como las expresiones racistas estilo “moro”, “sudaca”, “negrata”, “trabajar como un negro”, “trabajo de chinos”, “ir hecho un gitano”, “feliz como un enano”, etc. que aunque no sea la intención de quien las usa, exprime igualmente un discurso ideológico. Hacerse consciente de lo que se dice también es empoderamiento.
5) Por la manipulación de la historia e invisibilidad de las minorías
La hegemonía patriarcal blanca desde siempre necesita reafirmarse. Nuestra sociedad se sustenta tal y como la conocemos también por enseñar al hombre blanco como el gran pionero, así como a sus elementos biológicos, culturales e incluso morales, justificando de esa manera no solo su posición y privilegios, sino también el dominio social y político.
Ejemplos clásicos serian la representación de un Jesús rubio de ojos azules y también la representación cinematográfica de los egipcios como a una cultura blanca en medio del desierto africano. En el propio sentido ideológico de lo que es civilización y en lo que entendemos como salvajismo, donde queda implícito quienes son los “buenos” y quienes son los “malos”.
Representación de la llegada de Cristóbal Colón a las islas caribeñas en 1494, fijaos en la aura divina y de autoridad con que retrataron a Colón, además, todos los europeos están de pie, mientras la postura corporal de los indios es de sumisión y servilismo, uno, incluso, está de rodillas
Representación de la llegada de Cristóbal Colón a las islas caribeñas en 1494, fijaos en la aura divina y de autoridad con que retrataron a Colón, además, todos los europeos están de pie, mientras la postura corporal de los indios es de sumisión y servilismo, uno, incluso, está de rodillas
Así, el patriarcado blanco determina lo que es deseable dentro de una cadena de valores y todas las demás personas ajenas a él, se vuelven un poco menos personas, ya que son recreadas a través de la mirada de éste para que asuman papeles y posiciones sociales que les son otorgados.
No ser consciente de que se vive en una sociedad que actúa con un sistema de privilegios permite que ellos sigan existiendo, ya que los privilegios siempre se obtienen a costa de los derechos de alguien.
marianaOlisaFoto_Afroféminas_ColaboradoraAutora: Mariana Olisa









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jueves, 25 de agosto de 2016

¿Todas las “lindas” son “tontas”?

Semiótica de cierta inteligencia monstruosa en la ética y en la lógica del mercado
¿Todas las “Lindas” son “Tontas”?

Rebelión/Universidad de la Filosofía


Mascaradas de la “belleza” burguesa. Por si fuese poca la avalancha represora que la ideología de la clase dominante descargó, históricamente, contra las mujeres, llegó el capitalismo con su creatividad y rápidamente las convirtió en masa explotada con carácter decorativo y estigma de “cabeza hueca”. La burguesía tardó siglos en confiar el voto político a las mujeres, por ejemplo. “En el comportamiento hacia la mujer, botín y esclava de la voluptuosidad común, se manifiesta la infinita degradación en que el hombre existe para sí mismo… Del carácter de esta relación se desprende en qué medida el hombre ha llegado a ser y se concibe como ser genérico, como ser humano: la relación entre hombre y mujer es la más natural de las relaciones entre uno y otro ser humano”. MarxConvertidas en seres superfluos, serviles y dóciles las mujeres del ideal burgués debieron asumir, además, un mandato mercantil útil para reforzar el consumismo. Se las habilitó culturalmente para hacer las compras de las cosas menores. Jamás lo “caro”, jamás los “electrodomésticos” de “alta gama”, jamás las cosas que el hombre compra. Los publicistas saben bastante de esas trastadas ideológicas. Esa “capacidad” de compra establece el grado de éxito que las mujeres deben conquistar en el torneo burgués del éxito social, la aceptación y la admiración de otras mujeres. Especialmente. Para la burguesía la mujer (que se vuelve, también, propiedad privada) depende -su ontología- de la cantidad de dinero que el marido le da para gastar en las cosas “del día a día” y en la ropa que se pone para decorar bien a su personaje. Les llaman “señoras”.
Pero hay un reducto ideológico (de falsa conciencia) en el que se producen y reproducen las patologías más humillantes del capitalismo. Es un reducto histriónico en el que las mujeres se ven obligadas a ser “tontas” rentables. Eso se ve en la “tele”, en los “diarios”… en todos los medios y en todos los horarios. Es el reino del individualismo y de la egolatría de mercado que busca en las mujeres “lindas” a su presa predilecta porque, según reza la moral mercenaria de la publicidad, “lo lindo vende”. A eso se debe la profusión histérica de estereotipos que la burguesía impone a las mujeres para derrotarlas en una prisión ideológica invisible alambrada con anti-valores de mercado y conductas convenencieras para poner a salvo las instituciones de la familia, las iglesia y el estado burgués. El fetichismo de la belleza femenina y su valor de mercado. Vestidas o desnudas.
Se trata de un reducto ideológico en el que se amasan convicciones y conductas que, por colmo, cuentan con la complicidad de algunas mujeres y muchos hombres. Las más colonizadas tienen tendencia a hacerse famosas en la farándula mediática burguesa. Con o sin éxito, en las artes de exhibicionismo de las “lindas” los principios de mercado predominan, más allá de lo imaginable, en el centro mismo de la vida diaria. Incluso en el cuarto de baño donde recalan cientos de los productos “indispensables” para dar mantenimiento al modelo de “belleza” ordenado por los “medios”. Pero se trata de una “tontería” impostada que envuelve una gran astucia mercenaria y una moral de vendedor que, para venderse a sí mismo, cuenta con muchos clichés y muy poco tiempo. La “lindura” de mercado dura poco por que la velocidad del consumismo es una maquina productora de desechos humanos a destajo.
Las “lindas” “tontas” son ese cliché que ha tenido éxitos mercantiles resonantes. Dicen algunos que es una forma del “sex appeal” que condimenta magníficamente la imposición de los valores burgueses y todas esas aplicaciones, decadentes y humillantes, que uno mira por las calles en la apariencia más cruel que la realidad impone. Hay personas que transitan su vida entera sin percatarse del rol impuesto por una sistema económico enfermo, también, de “mercancías humanas”. Desde su mascarada, aquellas mujeres que juegan (con su voluntad o sin ella) el papel de “tontas” “lindas” van midiendo con una vara burguesa la cantidad y la calidad de sus victorias seductoras más rentables. Suele haber detrás de la apariencia de “tontas”, inteligencias mercenarias muy brillantes agazapadas entre los pliegues efímeros de su “lindura”. Garantizadas las reglas del negocio, algunas se contentan con la “fama”, otras aspiran a ser “divas” bajo el supuesto de que se puede ser “bella”, “tonta” y además “madura”. “Vieja”, es un término que la burguesía usa casi exclusivamente para las mujeres proletarias.
Por todo eso es que las luchas de género (que son realmente de clase) en el mundo revisten, con grados diversos, un carácter revolucionario fundamental. Especialmente esas luchas, no exclusivas de mujeres, en las que se demuele sistemática y profundamente la ideología de la clase dominante y todas sus trampas opresoras. Por más sutiles o seductoras que se presenten. A pesar de eso no contamos aun con una corriente crítica internacionalista capaz de generar repudios contundentes contra el modelo de humillación con que la burguesía somete a no pocos millones de mujeres. En todo el mundo y en pleno siglo XXI. Es necesario ser concientes, sensibles, solidarios y proactivos en las luchas emancipadoras que no son sólo de “género” porque son fundamentalmente de clase. Es necesario el desarrollo de una praxis revolucionaria que deplore y combata todo modelo de opresión por más “lindo” que parezca y siempre abrazando -con fuerzas amorosas y fuerzas científicas- a toda víctima. Aunque lo “lindo” y lo “tonto” haga creer a esas víctmas intocables, reverenciables o superiores.
Una larga lista de luchas, luchadoras y luchadores sociales enriquece la perspectiva revolucionaria que nos acerca a un mundo liberado, por fin, del capitalismo y de toda la parafernalia grotesca que nos ha impuesto, también, con sus mercancías humanas y sus mercancías ideológicas. En esa larga lista de frentes para la lucha se desarrolla, de manera desigual y combinada, un repertorio de crítica que se impulsa científicamente porque aprendió a no ser víctima de los chantajes morales, éticos o estéticos que la ideología burguesa despliega, fundamentalmente, para inmovilizarnos y dominarnos. Un buen día los pueblos dejarán de ser vulnerables a la guerra psicológica que usa “lo lindo” y lo “tonto”(entre miles de subterfugios) como estrategias de ablandamiento, como trampas para generar solidaridades que, tarde o temprano, operarán en contra de las víctimas. Nada más anti-cristiano, por cierto. Un día aprenderemos a dejar de ser usados por la lógica del mercado aunque se presente en “paños menores”, con gestos sugerentes o con “hermosa” “tontería” impostada, de esa que tanta chatarra ha ayudado a vender en un mundo ahogado con mercancías que buscan millones de compradores compulsivos.


Subido por M.C. Méndez Bejarano