RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

sábado, 31 de marzo de 2012

La divorciada que cambió la historia, Wallis Simpson (1895-1986)


A menudo pequeños hechos sin aparente importancia modifican sustancialmente el curso de la historia. Otras veces son personas que nacen sin estar destinadas a nada importante y terminan cambiando el destino de todo un país. Ese es el caso de la extravagante y distinguida Wallis Simpson. Su vida es una vida de novela, o digna del papel couché, del que protagonizó alguna que otra portada. Wallis Simpson fue la razón de un cambio importantísimo en la monarquía inglesa, pues fue la causa de la abdicación del rey Eduardo VIII. El amor ciego e incondicional hacia aquella rica americana le llevó a abandonar la corona, su familia y su país. 

La niña pobre de una familia rica

Bessie Wallis Warfield nacía el 19 de junio de 1895 en Blue Ridge Summit, una estación de montaña de Pensilvania. Allí se habían instalado sus padres, Teackle Wallis Warfield y Alice Montague. A pesar de pertenecer a sendas familias patricias ricas de Baltimore, los padres de Wallis habían terminado en aquel lejano refugio huyendo del rechazo de sus seres queridos. Teackle era un hombre de constitución débil que sufría de tuberculosis. Su madre, Alice, enamorada de Teackle no dudó en iniciar con él una peligrosa relación en la que la bella dama podría haberse contagiado. La pareja provocó un escándalo sonado cuando ella se quedó embarazada. Es por esto por lo que Teackle y Alice se habían refugiado en las montañas. Así, la mujer que decidiría el futuro de la corona inglesa del siglo XX, había nacido de una relación pecaminosa, sola y sin el recibimiento oportuno por parte de su familia. 

A pesar de que los padres de Wallis se casaron tiempo después, el matrimonio no llegó a los seis meses. Teackle moría dejando a su mujer y a su hija en una complicada situación económica que las llevó a vivir de la ayuda de familia y amigos.

El primer sitio en el que se instalaron fue en la lujosa mansión de la madre de Teackle, una rica dama de la alta sociedad quien, a pesar de haberse opuesto a la relación de su hijo con Alice, la acogió en su casa. Wallis tenía entonces cinco meses. 


Su estancia con la señora Warfield duró poco porque Alice se vio acosada por su cuñado, quien también vivía en la mansión. La madre de Wallis decidió entonces mudarse con su hija a un hotel. Allí también estuvieron poco tiempo. La hermana de Alice, Bessie, quien también se había quedado viuda, la acogió a ella y a su sobrina, una niña de 7 años que empezaba a destacar por su fuerte carácter.


De la casa de su tía, Wallis pasó a vivir a un apartamento con su madre, quien se ganaba la vida realquilando sus habitaciones. A pesar de ser algo vergonzoso para su familia, Wallis recordaría aquel tiempo al lado de su madre como uno de los más felices de su vida. Un tiempo que, sin embargo, duraría poco. Aquel mismo año, 1908, Alice se volvía a casar, algo que a su hija le costó de aceptar. El matrimonio de su madre duró poco más de 5 años. En 1913 moría su esposo por culpa del alcohol. 

Aquellos años, Wallis se había alejado de su madre y había ingresado en el Oldfields School, uno de los centros más exclusivos en el que su carácter obstinado y un tanto rebelde no encajaría demasiado. 


La esposa del aviador

En 1915, aquella joven de 20 años, esbelta, con una belleza peculiar, se trasladó a pasar unas fabulosas vacaciones con sus primas en Florida. Un apuesto y cautivador aviador, Earl Winfield Spencer, invitado de estas, encandilaría rápidamente a Wallis. A pesar de la oposición de su recta familia, Wallis se casó poco después.

La rapidez de aquella relación no permitió a Wallis descubrir antes de casarse que Earl era un alcohólico, algo que sí conocían sus superiores, por lo que, ante el peligro de volar en estado en embriaguez, lo destinaron a San Diego para organizar una escuela de pilotos y alejarlo así del aire. 


Fue precisamente en su nueva residencia forzada donde la señora Spencer vería por primera vez al Príncipe de Gales. Eduardo estaba de paso en un viaje oficial a Australia. Wallis y su esposo no fueron invitados a los actos oficiales, solamente estuvieron presentes en un baile en el que Wallis vio al joven príncipe de lejos. 


El matrimonio con Earl duró escasos 4 años. Wallis no pudo divorciarse pero sí se separó de él en 1921. Durante 3 años, la bella joven de 25 años vivió la vida entre Washington y París y tuvo algún que otro romance. Sin embargo, Earl no se olvidó de ella y le pidió insistentemente que reanudaran su relación, algo que Wallis aceptó tras sufrir una fuerte decepción amorosa. 


En 1924 la esposa de Earl Spencer viajó hasta China, donde había sido destinado su marido. A pesar del largo viaje, Wallis no consiguió salvar el matrimonio. Durante un tiempo estuvo viviendo en Shanghái donde al parecer tuvo relaciones que varios hombres. Uno de ellos fue Galeazzo Ciano, quien con el tiempo se convertiría en el yerno de Mussolini. De esta relación sin futuro Wallis solamente sacó un embarazo que la llevó a abortar en tan malas condiciones que dejaron en ellas secuelas que no le permitirían tener hijos nunca más. De vuelta a los Estados Unidos se recuperó físicamente y consiguió el divorcio.


La señora Simpson

Durante las navidades de 1926 Wallis conoció en una cena con unos amigos al que sería su segundo marido, Ernest Simpson, un millonario hombre de negocios del que se enamoró desde el primer momento. Dos años después se casaban y se trasladaban a vivir a Londres. 
Wallis se había convertido al fin en una dama de la alta sociedad, con dinero y sin más ocupación que decorar su casa y organizar exquisitas fiestas y veladas con las personas más distinguidas de Londres. 

En 1930, en una cacería del zorro a la que los Simpson fueron invitados, Wallis volvió a coincidir con el Príncipe de Gales. Habían pasado 10 años desde que aquella jovencita recién casada observara con curiosidad a un príncipe llegado de la vieja Europa. Ahora era una dama distinguida que había sido invitada con todos los honores. Eduardo y Wallis coincidieron en muchas ocasiones más en encuentros y eventos de la vida social londinense pero no vivieron lo que se conoce como un amor a primera vista.


Poco a poco, después de muchas veladas, cenas y fiestas, el Príncipe de Gales empezó a incrementar el número de salidas con los Simpson hasta que durante la primavera de 1934 su relación con Wallis empezó. Eduardo y Wallis empezaron a mostrarse en público mientras la familia real presenciaba un idilio que era algo más que un capricho del príncipe. La primera ofensa pública de los Windsor hacia la señora Simpson fue negarle la invitación a un baile de gala que se celebró antes de la boda del hermano pequeño de Eduardo, Jorge. 


La amante del rey

El 19 de enero de 1936 moría el rey Jorge V. Eduardo no tuvo tiempo de llevar a términos sus planes pues pensaba casarse con Wallis antes de convertirse en rey. A pesar de ello, el nuevo rey estaba dispuesto a llegar hasta donde fuera para seguir viviendo al lado de Wallis quien conseguiría el divorcio de su esposo ese mismo año. 

A pesar de que se intentó que su relación no traspasara los muros de palacio, Eduardo y Wallis cometieron el imprudente error de iniciar unas vacaciones por el Mediterráneo y aceptar ser recibidos, como pareja, por algunos reyes y jefes de estado. 


Mientras tanto, el rey continuó buscado una salida a aquella situación cada vez más insostenible. Las posibilidades que se barajaban eran, por un lado, que Wallis continuara ejerciendo de amante en un discreto segundo plano, algo que sus consejeros y allegados creían que era lo más inteligente; por otro, estaba la opción de un matrimonio morganático, es decir, casarse con Wallis y aceptar que ni ella ni su descendencia fueran considerados de la familia real. 


A todo esto, la bella amante nunca se planteó ni casarse con el rey ni convertirse en reina. Con vivir aquella vida de lujo al lado de Eduardo, aunque fuera en un relativo anonimato, ya le satisfacía. 


Al final, en un callejón sin salida, el rey Eduardo VIII escogió la opción que agradó a bien pocos. El 11 de diciembre de 1936 hacía oficial su deseo de abdicar de la corona inglesa, una de las más poderosas del planeta. 


Wallis recibió la noticia con desesperación y enfado. Ahora no sólo dejaría de vivir aquella vida que tanto había disfrutado, sino que tendría que convertirse en una exiliada y sufrir el reproche y las críticas de toda una nación. De hecho, durante toda su vida recibió amenazas de muerte.


La duquesa de Windsor

El 3 de junio de 1937 Eduardo y Wallis se casaban en Francia en una ceremonia sencilla y sin la presencia de ningún miembro de la familia real británica. Wallis se convertía entonces en duquesa de Windsor pero perdía, igual que su marido, el derecho a ser llamada Alteza Real. 

Eduardo y Wallis vivieron desde entonces una vida ociosa viajando por Europa buscando un verdadero hogar en el que instalarse y volver a vivir la época dorada de su idilio londinense.

Durante la Segunda Guerra Mundial, después de un vergonzoso acercamiento a la Alemania nazi, Eduardo fue destinado por su hermano, entonces rey Jorge VI, a las Bahamas, donde asumió el cargo de gobernador general. Su aventura transatlántica duró poco más de 5 años pues el duque dimitió de su cargo para consuelo de su esposa a quien la vida en las islas no satisfizo en absoluto pues no estaba a la altura de sus altos niveles de exigencia, lujo y glamour. 


Continuaron entonces viviendo una vida lujosa y vacía formando parte de la jet set internacional. En 1952 la pareja se instaló definitivamente en París donde vivieron 20 años. El 29 de mayo de 1972 el duque de Windsor fallecía al lado de su esposa. La entonces reina, su sobrina Isabel II, aceptó su última voluntad de ser enterrado en el cementerio familiar en Frogmore. Isabel II permitió que Wallis fuera alojada en el palacio de Buckingham durante los funerales. 


De vuelta a París, Wallis viviría 14 años más sola y alejada cada vez más de la vida social. Rodeada del constante miedo a ser atacada, convirtió su casa en una auténtica cárcel de oro. Tenía 90 años cuando Wallis Simpson moría en su casa de París el 24 de abril de 1986. Fue enterrada al lado de su esposo en Frogmore. Solo en la muerte pasó a formar parte de la familia real británica.

 Si quieres leer sobre ella


Divas rebeldes, Cristina Morató
Género: Biografía








Te prometo un imperio
Juan Vilches


Esa mujer: la vida íntima de Wallis SimpsonAnne Sebba
Género: Biografía




Amantes poderosas de la historia
Ángela Vallvey








Por Sandra Ferrer

jueves, 22 de marzo de 2012

La iluminación de su retrato, Claricia (Siglo XIII?)


En un tiempo en el que el artista estaba al servicio de Dios y su fama y reconocimiento no tenían sentido alguno, el arte que entonces se produjo ha quedado a menudo falto de firma. Esculturas, frescos o libros iluminados son algunos de esos ejemplos. Creados por hombres o por mujeres, su nombre, en la mayoría de los casos, no ha permanecido.
A lo largo de la Edad Media fueron muchas las mujeres que tras los muros de los conventos dedicaron su vida al estudio y a la iluminación de libros. Como muchos monjes, su nombre se perdió. Aunque alguno de ellos ha sobrevivido. Ese es el curioso caso de una mujer que inmortalizó su nombre y su retrato en un salterio de finales del siglo XII o principios del XIII.



Claricia o Clarica fue una joven, posiblemente una estudiante que no era monja, o aun no lo era, que dedicó parte de su vida en un monasterio alemán a ilustrar libros. En uno de ellos, conservado en el Museo de Arte Walters de Baltimore, en Estados Unidos, aparece retratada columpiándose cogida a una gran letra Q y con su nombre escrito sobre sus hombros. Con la melena suelta y una actitud desenfadada, Claricia gravó así su nombre para la historia.


Por Sandra Ferrer

viernes, 16 de marzo de 2012

DOMITILA BARRIOS "CHUNGARA








Biografía de Domitila Chungara Domitila Barrios de Chungara

Nació en 1937 en el campamento minero de Siglo XX, en Potosí, Bolivia. Indígena, luchadora y activista por los derechos de su pueblo boliviano. Hija de un minero, que fue apresado por sus actividades sindicales, vivió su niñez con mucha pobreza y carencias; con gran sacrificio terminó la escuela primaria. En 1952 se casó con un minero y es madre de siete hijos. Viviendo en una habitación, sin agua corriente y con luz algunas horas, las mujeres trabajaban jornadas de largas horas para aumentar la escasa paga de los mineros. Domitila fue una de las primeras mujeres líderes de los movimientos mineros y desde 1963, participó en el Comité de Amas de Casa de Siglo XX, una de las comunidades mineras que se enfrentó a las fuerzas represivas de distintas dictaduras: Víctor Paz Estenssoro, René Barrientos, Banzer. Bolivia estuvo y está sometida a las empresas multinacionales que controlan la riqueza del país: petróleo, gas, zinc, estaño, hierro, oro, han salido fuera del país, mientras la clase obrera y el campesinado viven en la miseria. Domitila sobrevivió a la masacre de las minas de San Juan en 1967, ejecutada por Barrientos, para reprimir las reivindicaciones de los trabajadores y porque los mineros apoyaban la guerrilla del Che. En 1975 asistió como representante de Siglo XX al Año Internacional de la Mujer, realizado en México. Allí se dio a conocer y su participación tuvo repercusión internacional. Alzó su voz denunciando a los dueños de las minas bolivianas y afirmando que, a través de la lucha y la participación de la mujer, Bolivia alcanzará la liberación. En 1979 esta luchadora indígena, junto a otras cuatro esposas de mineros, hicieron una huelga de hambre, a la que se unieron miles de personas por muchas ciudades de Bolivia, reclamando la amnistía política y la liberación de los dirigentes mineros presos. La presión social e internacional logró que Hugo Banzer accediera a conceder la amnistía, y derribó su dictadura, pero en 1980 otra dictadura, la de García Meza condujo a Domitila al exilio. Domitila vivió exiliada en Suecia y en México; en estos países vio también injusticias: "el capitalismo no necesita capital humano, las máquinas sustituyen a los hombres". Fue invitada a varios congresos y reuniones internacionales. En 1982 volvió a su país, con coraje y firme convicción, siguió luchando contra las injusticias, la desigualdad, la explotación y la opresión. En 1985 el Decreto Supremo 21060 echó a la calle a más de 50.000 obreros mineros: cerró todas las minas estatales, entre ellas, la comunidad minera de Siglo XX. Su pueblo ahora es Cochabamba, y allí fundó en el 2004 el Movimiento Guevarista, agrupación política que pretende representar la lucha del pueblo, pero su accionar es sobre todo educativo: conferencias, talleres sobre la historia del sindicalismo en Bolivia. Intentan formar futuros dirigentes.Domitila Barrios, luchadora incesante y valiente, con sus 73 años, quiere dejar a las generaciones futuras la herencia válida: un país libre y con justicia social. Tiene muchos años de sacrificios y lucha, soñando por la paz mundial y por su profundo anhelo de igualdad nacional.








 ROSA SALGADO Autora del texto


“Nuestro enemigo principal no es el imperialismo, ni la burguesía. Nuestro enemigo principal es el miedo, y lo llevamos dentro” BOLIVIA, 1937Es una de las primeras mujeres líderes de los movimientos mineros de Bolivia. Desde el año 1963 participó en el Comité de Amas de Casa de la comunidad minera Siglo XX, que se enfrentó a las fuerzas represivas de distintos Gobiernos dictatoriales. En el año 1975 representó a Siglo XX en la Tribuna del Año Internacional de la Mujer, organizada por Naciones Unidas en México. Su participación tuvo repercusión internacional. En el año 2007, el Gobierno le entregó la Medalla al Mérito Democrático por su contribución al restablecimiento de la democracia en Bolivia, tras más de 20 años de dictaduras. Domitila Barrios de Chungara, mujer, indígena, ama de casa, trabajadora, es una luchadora tenaz por los derechos de su pueblo. Activista en lo cotidiano, tiene el coraje de dar a conocer la explotación de los trabajadores bolivianos y una voluntad inquebrantable a la hora de pedir justicia. Bolivia tiene un patrimonio natural, petróleo, gas, zinc, estaño, hierro, oro, con el que se han hecho inmensas fortunas que tradicionalmente han salido fuera del país. Las grandes multinacionales se han llevado la riqueza a costa de la miseria de sus propietarios por derecho. La inversión en mejorar las condiciones de los trabajadores es una deuda histórica. Hace ya muchos años, Domitila se preguntaba que “si Bolivia es un país tan rico en materias primas, ¿por qué es un país de tanta gente pobre? ¿Y por qué su nivel de vida es tan bajo en comparación con otros países de América Latina?”. Su activismo y su compromiso le dieron la respuesta: “Bolivia se halla sometida a las empresas transnacionales que controlan la economía de mi país. A pesar de que somos tan poquitos habitantes, esta riqueza no nos pertenece, hay muchos que se han vuelto ricos pero invierten toda su plata en el extranjero”. En Siglo XX, el campamento minero donde vivió Domitila, no había agua corriente y sólo disponían de electricidad algunas horas. En una sola habitación de cuatro o cinco metros cuadrados vivían nueve personas, sin baño, sin ducha, sin una vida digna de seres humanos. Los niños podían morir aplastados en las colas para conseguir un poco de carne, escasa en los campamentos mineros y utilizada como medida de presión para hacer claudicar a los mineros cuando planteaban reivindicaciones. Las mujeres trabajaban jornadas de 20 horas diarias para cuidar de toda la familia además de emplearse en otras actividades para aumentar la escasa paga minera: “La primera batalla a ganar es dejar participar a la compañera, al compañero y a los hijos en la lucha de la clase trabajadora para que este hogar se convierta en una trinchera infranqueable para el enemigo”. El Comité de Amas de Casa Siglo XX, del que Domitila fue parte activa y representante, estaba organizado igual que el Sindicato de Mineros y formaba parte de la Federación de Trabajadores Mineros y de la Central Obrera Boliviana. La participación de las mujeres en la realidad de la comunidad minera y en la política era para Domitila parte de un todo: “Si la mujer está politizada, si ya tiene formación, desde la cuna educa a sus hijos con otras ideas y los hijos serán otra cosa”. Domitila representa a mujeres anónimas, silenciadas casi siempre (algunos maridos las pegaban al volver de una reunión del Comité) que han defendido los derechos de los trabajadores y que han pedido medicinas y comida para no morir de hambre de frío y de enfermedades evitables. La propia Domitila tuvo una hermana que murió porque hambrienta comió restos que se encontró en una basura que contenía ceniza de carburo. Mientras, “los señores del estaño” continuaban enriqueciéndose: “la burguesía siempre ha sido brutal, mentirosa y ladrona”. En junio del año 1967 sonó la sirena en Siglo XX: “Bien-bien fuerte. Dicen que era de un barco”… “¡Cuántas cosas vimos esa noche!”. El dictador René Barrientos envío a las comunidades mineras de Catavi y Llallagua unidades militares para reprimir las reivindicaciones de los trabajadores, era la noche de San Juan: “El ejército planificó todo. Entraron como civiles. Bajaron, metieron bala a todos los que encontraron en su camino. ¡Fue algo terrible, terrible!”. Miles de personas murieron, entre ellas muchos niños y niñas. Domitila no perdió la palabra y denunció: “No es justo lo que han hecho con nosotros. Si el Gobierno mismo nos ha quitado nuestro salario y lo único que pedimos, es lo que en justicia nos corresponde…Y que nos maten así, no es justo. ¡Cobardes!”: Dos días después se la llevaron junto a su hija de dos años y la metieron en una cárcel de La Paz. En esta ocasión salió ilesa pero meses más tarde fue de nuevo detenida. Las torturas se llevaron parte de sus dientes y la vida de un hijo al que su cuerpo no pudo contener en su interior y decidió nacer entre palizas y golpes. La acusaron de ser enlace de la guerrilla del Che que en esos años actuaba en Bolivia. El Gobierno de Hugo Banzer primero intentó la extorsión pero Domitila una vez más eligió seguir luchando con su comunidad y por ella. Era el año 1978, Banzer prohibió los partidos políticos y los sindicatos. Los trabajadores protestaron y se enfrentaron a la represión con unidad y huelga; cuatro mujeres y una veintena de niños comenzaron una huelga de hambre a la que se unirían posteriormente miles de personas en muchas ciudades y pueblos de Bolivia. La dictadura de Hugo Banzer cayó pero en 1980 otra dictadura, la de García Meza, condujo a Domitila al exilio a Suecia y a México, país donde había estado cinco años antes invitada por Naciones Unidas a participar en la Tribuna del Año internacional de la Mujer. Para Domitila fue una experiencia de vida donde comprendió que su sabiduría procedía de su pueblo y de su lucha milenaria. Su discurso no coincidía con aquellas nuevas corrientes feministas occidentales: “No veían cómo nuestros compañeros están arrojando sus pulmones trozo más trozo en charcos de sangre. No sabían lo que es levantarse a las cuatro de la mañana y acostarse a las 12 de la noche solamente para dar cuenta del quehacer domestico, debido a la falta de condiciones”. Doña Domi, como la llaman algunos, volvió a Bolivia y ha seguido enfrentándose a los que han querido acabar con el movimiento minero, como los que aprobaron el decreto 21060 que puso en la calle, sin casa y sin trabajo, a todos los habitantes de Siglo XX. Domitila Barrios de Chungara reflexiona a los 72 años y piensa que se ha conseguido poco o nada después de más de un siglo de pelear contra los patronos nacionales y extranjeros, pero al mismo tiempo espera que la injusticia no sea eterna.  




Acompañada de sus hijos, Domitila Chungara falleció ayer a los 75 años de edad, víctima de un cáncer terminal; su cuerpo es velado en la Gobernación de Cochabamba y el sepelio será mañana. En su honor, el Gobierno decretó tres días de duelo nacional.


 “Fuerza, voluntad, valor, no rendirse hasta el final, es lo máximo que ella ha podido darnos”, es la frase inscrita en un cartel que se leía en el velatorio, a donde acuden decenas de personas para rendirle un homenaje. 


 Hasta el mediodía del lunes, Chungara estuvo internada en la Unidad de Terapia Intensiva del hospital Viedma. La familia contó que su deseo era pasar los últimos días en su hogar y así lo hizo. “Estaba mejor en la casa, con nosotros, sus siete hijos y así hemos pasado sus últimas horas. Falleció a la 12.45”, contó María Chungara Barrios, hija de la minera. 


 Doña Domi, llamada así por familiares y amigos, murió en su vivienda ubicada en la calle Derechos Humanos y Pasaje 2 de la zona Huayra K’asa. Según María, en ningún momento perdió la lucidez y hasta el último minuto conversó con sus siete hijos. padecimiento. María explicó que “el miércoles se nos estaba yendo y le hice entubar (conectar al ventilador artificial), recuperó. Ella no quería estar en el hospital, anhelaba ir a casa, cuando la llevamos se tranquilizó”. “Era la tercera vez que enfrentaba al cáncer, estaba muy infectada, el lunes presentó una neumonía aguda, los riñones no le funcionaban y la internamos”. El sueño de la mujer y madre de familia era ver a sus siete hijos junto a ella. “Después de que Luis García Mesa nos exilió, todos vivimos en el exterior y decidí llamar a mis hermanos, y con ellos resolvimos estar con mi madre y eso es lo que hemos hecho, atenderla en sus últimos momentos”, recordó su hija María.


 Sus restos mortales fueron trasladados la mañana de ayer hasta el Salón de Honor de la Gobernación, las exequias se instalaron a las 09.20 y permanecerán hasta el mediodía del jueves. “El velorio será de dos días, el Presidente anunció su arribo mañana (hoy) por la noche. El jueves la enterraremos, habrá una misa en la Catedral Metropolitana al mediodía y luego será llevada al Cementerio General”, informó Paola Chungara, otra de las hijas. 
 Despedida. En La Paz, el Gobierno decretó tres días de duelo sin suspensión de actividades por la muerte de la exdirigente. “El presidente Evo Morales y el Gobierno quieren expresar sus profundas condolencias a la familia, a los mineros bolivianos, a los revolucionarios, por el deceso de Domitila Chungara”, manifestó la ministra de Comunicación, Amanda Dávila. Se informó que Morales y otras autoridades del Ejecutivo estarán presentes hoy en el velorio
 En tanto, en Cochabamba, autoridades, dirigentes y exdirigentes, amigos y familiares llegaron a la Gobernación para darle el último adiós. “Será acogida por Dios en su seno por lo abnegada que fue y lo que significó para el pueblo su ejemplo de lucha, que Dios la acoja y le de descanso”, manifestó el gobernador Edmundo Novillo, cuando ofreció las condolencias a los familiares. 
 El alcalde del Cercado, Edwin Castellanos, sostuvo que “Domitila es un ejemplo para todos, su decisión, su entrega para que podamos hoy disfrutar de la democracia”. El Concejo Municipal aprobó una resolución disponiendo un sitial de honor en el Cementerio General. Se tiene previsto que el entierro se realice mañana con actos protocolares en homenaje a su valor. 



Hasta el final dio lecciones de vida



 Siempre con una sonrisa en los labios y dispuesta a enseñar todo lo que aprendió en su vida sindical, Domitila Barrios de Chungara dio lecciones de vida hasta el último suspiro. Llegó a Cochabamba en 1984, vivió en Huayra K’asa, a dos cuadras de la avenida Suecia, donde habilitó su sala como aula de enseñanza sindical.


 La vivienda a medias aguas era frecuentada por quienes querían aprender de doña Domi. El 27 de marzo iba a ser nombrada Doctor Honoris Causa por la Universidad Mayor de San Andrés. Un grupo de mujeres tramitó la distinción Cóndor de los Andes, homenaje que será entregado de forma póstuma. “Cuando le dieron la noticia dijo: que traigan ese cóndor, vamos a hacer una chanqheta y vamos a comer”, dijo Félix Ricaldi, el compañero de vida de Domitila.


 Los réditos que recibió por su libro titulado Si me permiten hablar la ayudaron económicamente, pero tuvo que solicitar apoyo para batallar contra el cáncer que por más de 20 años la aquejó. Patric, uno de sus 14 nietos, vivía con ella. La dictadura y la crisis económica la separaron de sus hijos Rodolfo, María, Fabiola, Alicia, Rina, Ricardo y Paola, que radican en el exterior, hace un mes nació su tercer bisnieto.
 Le gustaba la música nacional y el buen comer, no despreciaba ningún platillo, pero exigía que le sirvan la comida caliente. “Si le dábamos algo frío, se levantaba y la calentaba”, contó Paola Chungara, la hija. 
 “Siempre estaba ocupada, nunca tenía un momento de descanso, daba cursos, especialmente a las mujeres”, recordó Ricardo. En los últimos años, estuvo en el olvido. “Lastimosamente la gente se olvida de los dirigentes o les basta con dar reconocimientos o trofeos. Ella, tal vez, no requería dinero, pero por lo menos que preguntaran cómo está y no abandonarla”, reclamó María. 
 “Si nosotros la olvidamos recién va a estar muerta, no podemos matarla, debe continuar en la memoria y lucha del pueblo”, dijo Félix Ricaldi, quien además aseguró que la líder pidió hasta el último preservar “la unidad sobre todas las cosas en la vida”.


 CHUNGARA EL NOMBRE DE LA DEMOCRACIA Y SUS BATALLAS 


 Tras la huelga de 1978, Domitila adoptó el apellido de su esposo René 
 Y terminó como una Chungara de verdad. Domitila Barrios Cuenca adoptó el apellido de su esposo/compañero René tras la huelga que propició entre finales de 1977 y comienzos de 1978, por una descripción equivocada o no de parte de los medios y periodistas de entonces. Su nombre de la vida resultó un homenaje a los mineros, a las mujeres que inspiró con su lucha y a la democracia que heredó el país.
 “¿Cuándo conseguiremos tener una sociedad sana? Y si al hombre lo vamos a seguir tratando como una fuerza que tiene que producir, tiene que producir y que se muera; y cuando muere se lo cambia por otra fuerza, que es otro hombre, también para arruinarlo”. Así reflexionaba en Si me permiten hablar, testimonio de una mujer de las minas de Bolivia, que escribió a su nombre y con sus palabras sencillas Moema Viezzer. 
 Claro, tenía una definición concreta respecto al papel de la mujer, aunque siempre aclaraba que las luchas debieran ser “en pareja”, como la dualidad aymara chacha-warmi (hombre-mujer) que comienza a asumir el Estado Plurinacional de hoy. “Yo considero que el machismo es el arma del imperialismo, como lo es el feminismo”, decía convencida.

 Minera. Nacida el 7 de mayo de 1937 en el centro minero de Siglo XX (Potosí), Chungara falleció la madrugada de ayer enferma de cáncer de pulmón y otras dolencias. Se fue pobre, condición por la que luchó desde cuando fue nombrada en 1961 Secretaria General del Comité de Amas de Casa del distrito minero de Siglo XX.


 Pero su vida fue marcada 26 años después por su gravitante participación en la huelga que entre finales de 1977 e inicios de 1978 derribó el gobierno dictatorial de Hugo Banzer Suárez. Se había sumado a la huelga en el Arzobispado de La Paz que iniciaron el 28 de diciembre de 1977 cuatro mujeres, Luzmila Rojas de Pimentel, Nelly Colque de Paniagua, Carmen Villarroel de Lora y Angélica Romero de Flores, junto a 14 niños.
 Tras 22 días, y con Chungara como la principal interlocutora de la crisis política contra el régimen de Banzer Suárez, el gobierno de facto declaró la amnistía, que permitió el retorno de los exiliados, y las “garantías” a favor de los dirigentes y trabajadores movilizados, entre ellos periodistas. 
 Humilde. Domitila creció en el seno de una familia humilde. A la muerte de sus padres, se hizo responsable de sus cuatro hermanos. Cuando se casó con René Chungara (éste murió hace años en Cochabamba), combinó sus quehaceres de madre de siete niños con los de dirigente sindical. Se levantaba a las 04.00 para preparar salteñas que vendía en el campamento de Siglo XX. “Lo que ganaba el compañero no alcanzaba”, relató en Si me permiten hablar. Su convicción social era innata. Contaba que de niña solía tirar a la calle envoltorios con azúcar para que los pobres los recogieran; hasta que un día su padre la descubrió... 
 En 1975, en la Tribuna del Año Internacional de la Mujer, celebrada en ciudad de México, la mujer, en representación del Comité de Amas de Casa de Siglo XX (Potosí), deslumbró al mundo con un discurso que reivindicó las luchas de sus compañeras y los sueños de sus compañeros. Así vivió hasta ayer, una luchadora.


 Con Gabriel García Márquez Mujer de izquierda y socialista, dijo que en 1982 conoció al escritor Gabriel García Márquez. También a Rigoberta Menchú y Eduardo Galeano. Éste relató en sus Memorias de fuego que “Domitila grita contra los asesinos, desde lo alto del muro de un cementerio. Ella vive en dos piezas sin letrina ni agua, con su marido minero y siete hijos. El octavo quiere salir de la barriga. Por insultar al ejército boliviano se la llevan presa. Un militar le escupe la cara, ella le escupe la cara y él le da una patada. ‘Le di un sopapo. Me apretó mi cuello y estaba por ahorcarme’ (...)”.




 ‘Ella abrió el camino a la democracia’ - Rolando Villena 




 La Defensoría del Pueblo boliviana le da un valor superlativo al trabajo que ha hecho la dirigente minera y de amas de casa, Domitila Chungara, en momentos difíciles de nuestra historia. Cuando todos los derechos civiles y políticos eran conculcados, ella ha abierto junto con otras compañeras mineras un espacio de dignidad para la recuperación de la tan ansiada democracia.




 Este proceso de democratización del país que ya lleva 28 años de vida se debe precisamente a ese compromiso político y a esa convicción por los derechos humanos, que es el resultado de una escuela sindical y política de mucha importancia que han tenido los compañeros mineros y compañeras de todo el país.
 Particularmente, las mujeres han jugado un papel seguro en la redemocratización y han asumido esa posición clara, contundente y nítida frente a una política impuesta por Hugo Banzer, que en muchos casos propició persecución, represión y desaparición de centenares de bolivianos.
 Es precisamente esta parte lúgubre de nuestra historia en la que todavía estos hechos del pasado quedan como temas pendientes, porque están en impunidad. En ese sentido, hemos hecho un homenaje a Domitila Chungara el 8 de marzo, en el Día Internacional de la Mujer. Yo, personalmente, hablé con doña Domitila; le hicimos llegar con nuestros representantes con asiento en Cochabamba una plaqueta de distinción, rindiendo un sentido homenaje a su labor como defensora de los derechos humanos, en la lucha irrenunciable de la conquista boliviana de su democracia vigente hasta hoy.


CONDOR DE LOS ANDES POSTUMO PARQA CHUNGARA 

De forma póstuma, Domitila Barrios de Chungara fue condecorada ayer con la Orden Nacional Cóndor de los Andes. La distinción  fue impuesta por el presidente Evo Morales, quien llegó al valle para rendir homenaje a la dirigente de las mujeres mineras. La condecoración fue creada por Decreto Supremo del 18 de abril de 1925, elevado a la categoría de ley de la República el 10 de octubre de 1941. Es la más alta distinción que otorga el Estado boliviano a ciudadanos e instituciones nacionales o extranjeros, por eminentes servicios que hubieren prestado a la nación. “Rendir homenaje a la hermana es siempre recordar sus grandes luchas por la patria, por Bolivia”, afirmó el Mandatario y luego recordó que supo de la tarea sindical de Chungara a través de su libro Si me permiten hablar. Años más tarde y ya de dirigente, Evo Morales la conoció en persona. “Me dijo: ‘Fuerza Evo, sigue luchando, no te rindas’. Después, durante la campaña, mucha fuerza; en la presidencia, muchas recomendaciones, como también observaciones para hacer una buena gestión”, recordó. Aseguró que espera seguir contando con los consejos de la dirigente igual que antes. “Que esas recomendaciones y observaciones puedan continuar de la hermana Domitila, desde donde se encuentre”, sostuvo y después rememoró que “la compañera me daba fuerza, me aconsejaba, y ojalá me siga guiando en mis sueños”. Al igual que Morales, las autoridades nacionales y departamentales, las instituciones y exorganizaciones femeninas como el Comité de Amas de Casa, rindieron homenaje póstumo. La Universidad Mayor de San Simón la nombró Doctor Honoris Causa. También la Universidad Mayor de San Andrés le dio la distinción. Familia. Los gestos fueron agradecidos por los hijos de la dirigente minera. Paola Chungara manifestó el agradecimiento “por las expresiones de cariño y admiración hacia mi madre, Domitila Barrios de Chungara. Este reconocimiento y expresiones de cariño recibidos de todos ustedes y del pueblo boliviano, que mi madre tanto amó, nos llena de alegría”, dijo y luego agradeció especialmente “al presidente Evo Morales”. El acto sencillo y emotivo se inició con una eucaristía. El sacerdote Evar Luis Fernández indicó en la homilía que es necesario mantener en la memoria histórica del pueblo la imagen de la “mujer de pueblo, sencilla, ama de casa, que en su tiempo representó a las amas de casa, que mostró valor”. Según el prelado, Domitila si bien no fue “una beata de rosario en mano, en los hechos fue una cristiana de primera línea”. Concluido el acto, una de las exdirigentes del Comité de Amas de Casa alzó la voz para reclamar que, en vida, Chungara no fue atendida. “Le quitaron su renta vitalicia y ella no dijo nada; eso hay que reclamar al Gobierno”, dijo y luego pidió velar por Nelly Colque de Paniagua, una de las cuatro mujeres que inició la huelga de hambre contra la dictadura de Hugo Banzer, quien estaría enferma. El entierro de los restos de Chungara está previsto para hoy a las 13.00 en el Cementerio General de Cochabamba.




Domitila Barrios de Chungara es velada en el salón de honor de la Gobernación de Cochabamba, lugar donde fueron traslados sus restos en medio de profundo dolor de sus familiares, consternación de autoridades locales, además de dirigentes sindicales que lamentan su partida y destacan su contribución a la democracia boliviana.
Domitila pidió que la recuerden como una gran madre, mujer y luchadora social, pues fue víctima de muchas crueldades durante los gobiernos dictatoriales de René Barrientos, Hugo Banzer y Luis García Meza.

  •  La democracia llora fallecimiento de dirigente minera Domitila Chungara
  • La dirigente minera Domitila Barrios de Chungara (75) murió la madrugada de ayer en su domicilio de la zona de Huayrak’asa de esta ciudad. Desde diversos sectores del país hubo expresiones de pesar por su deceso.
    La que fuera una de las artífices de la caída de la dictadura de Hugo Banzer en 1978, libró los últimos años una lucha contra el cáncer, que finalmente provocó su muerte. 
    Los restos de la dirigente, quien desde muy joven se destacó por su espíritu combativo, son velados desde ayer en el Salón de Honor de la Gobernación, que durante toda la jornada abrió sus puertas para recibir a las decenas de personas que llegaron a darle el último adiós con flores, velas, cartas y oraciones.
    Su hija, María Chungara Barrios, contó que la líder nunca habló de su muerte, sino de una vida que gastó en sus luchas sociales. “Nos explicaba: si bien nosotros tenemos pan, hay muchos niños que están sufriendo. La hemos entendido y apoyado, hasta cuando ha habido masacres”, remarcó.
    En su recorrido por las luchas sociales, Domitila llegó a ser secretaria general del Sindicato de Amas de Casa del Distrito Minero de Siglo XX, desde donde resistió a las dictaduras. Vivió estos últimos años en Cochabamba, primero se instaló en Quillacollo y luego en el barrio de Huayrak’asa junto a cientos de mineros expulsados de las minas, en 1986.  
    La legendaria dirigente y autora del libro “Si me permiten hablar…” es recordada por su coherencia política. El senador Roger Pinto la describió como “el paradigma de la mujer boliviana” por su lucha y defensa de la democracia.
    Sus familiares contaron que doña Domitila se mantuvo lúcida hasta el último momento. Expresaron que les enseñó a mantenerse unidos y del gran amor que le tenía a su país. “Ella volvió en 1982 al país, después del exilio. No quiso quedarse y decía que quería seguir luchando”, contó una de sus hijas.
    La fuerza de sus convicciones por transformar su sociedad la llevaron a separarse de sus siete de 11 hijos (cuatro fallecidos, uno durante su confinamiento) por muchos años, después de que ella fue detenida, torturada y confinada por sus ideales.
    La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, dijo que “Bolivia está de luto, ha muerto Domitila Chungara, líder revolucionaria que representó la lucha del pueblo boliviano por conquistar la democracia, la representante del pueblo minero que aportó a la lucha”.
    El Gobierno anunció que le rendirá un homenaje póstumo a la dirigente y se prevé que el presidente Evo Morales la condecore hoy con la medalla del Cóndor de Los Andes. La Gobernación de Cochabamba le rendirá un homenaje especial antes de su entierro, previsto para el jueves.  Según Amanda Dávila, el Gobierno está compungido por la pérdida de la líder minera que “representaba a la mujer, a la feminista, a la revolucionaria que logró la conquista de la democracia”.
    Declaran tres días de duelo
    Tras el fallecimiento de la mujer minera que encarnó las luchas sociales de los años 70, el Estado Plurinacional de Bolivia declaró tres días de duelo nacional sin suspensión de actividades, en homenaje a la madre, dirigente, revolucionaria y mujer.

    Después de que el país amaneció con la noticia de su fallecimiento a causa de un cáncer, la Gobernación se sumó al duelo y emitió el Decreto Departamental 559, por el cual se instruye izar la Bandera Nacional con el crespón negro. 
    El Concejo resolvió otorgar un espacio en el sitio de los notables del cementerio, donde será sepultada mañana. Hoy se prevé que el presidente Evo Morales le entregue una distinción póstuma.

De forma póstuma, Domitila Barrios de Chungara fue condecorada ayer con la Orden Nacional Cóndor de los Andes. La distinción  fue impuesta por el presidente Evo Morales, quien llegó al valle para rendir homenaje a la dirigente de las mujeres mineras. 

(Tomado de notas del periódico "La Razón" de La Paz, Bolivia y notas de periodistas del pais del altiplano)
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jueves, 15 de marzo de 2012

La consejera de la reina, Beatriz de Bobadilla (1440-1511)


Reseguir la biografía de Beatriz de Bobadilla es hacer un repaso a la vida de Isabel la Católica. Desde muy jovencita, Beatriz estuvo al lado de la reina de Castilla como su consejera y camarera mayor. Confidente y amiga, llegó incluso a salvarle la vida. 

Encuentro en Arévalo
Beatriz de Bobadilla nació en Medina del Campo en el año 1440. Sus padres, Pedro de Bobadilla y María Maldonado eran personas allegadas a la corte. Cuando Beatriz era aún una niña, su padre fue nombrado guardián de la fortaleza de Arévalo, en la que la reina Isabel de Portugal y sus hijos, Alfonso e Isabel (la futura Reina Católica) fueron recluidos por orden de su hijastro, el entonces rey, Enrique IV. 

A pesar de que Beatriz y la pequeña Isabel se llevaban 10 años de diferencia, congeniaron desde el primer momento. En aquel tiempo compartieron juegos, estudios y confidencias1

A la sombra de la reina católica 
Los principales hechos en la vida de Isabel I de Castilla tuvieron como protagonista en la sombra a Beatriz de Bobadilla. El primero de ellos fue durante el asunto de la boda de su amiga con el noble Pedro Girón. Una boda organizada por su hermanastro, el rey Enrique IV pero que asustaba a la joven Isabel. Beatriz no dudó en organizar el asesinato del noble, algo que no llegó a suceder pues Pedro Girón murió antes de encontrarse con su prometida y su dama de compañía, oficialmente de muerte natural, supuestamente envenenado. 

El pacto de los Toros de Guisando o el atentado a la reina en las murallas de Granada fueron otros hechos importantes de la vida de Isabel en los que Beatriz y el que sería su esposo jugaron un papel más o menos relevante. La reina incluso llegó a confiar el cuidado de su primogénita a su gran amiga. También parece ser que la decisión de aceptar la descabellada idea de Cristóbal Colón fue gracias a cierta influencia de Beatriz sobre Isabel2

Marquesa de Moya 
Isabel no se olvidó nunca de su gran amiga. Tras buscarle un buen marido en la persona de Andrés Cabrera, un noble que había sido Camarero mayor de Enrique IV, les otorgó el marquesado de Moya, el 4 de julio de 1480. Los nuevos marqueses tendrían 9 hijos durante su matrimonio. 

Después de la reina 
El 26 de noviembre de 1504 moría Isabel la Católica. Beatriz tenía entonces 74 años y había de vivir 7 años más. En aquellos últimos años tuvieron que sufrir el alejamiento de la corte a causa de la llegada del nuevo rey, Felipe el Hermoso, esposo de Juana la Loca. Aunque la repentina muerte de Felipe permitió que los marqueses volvieran a Segovia, ya no se instalaron en el alcázar. 

Durante las revueltas posteriores, Beatriz y su esposo defendieron los derechos de Fernando el católico presionando sobre el sitio que duró 7 meses a manos de nobles rebeldes. El 15 de mayo de 1507 el Alcázar era entregado. El rey Fernando confirmó en sus posesiones a los fieles marqueses de Moya. Pero ya viejos, a partir de ese momento hicieron una vida tranquila dedicada a obras de caridad. 

Beatriz de Bobadilla moría el 17 de enero de 1511. 

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1. Mujeres renacentistas en la corte de Isabel la Católica, Vicenta Mª Márquez. Pág. 22 
2. Idem Pág. 67



 Si quieres leer sobre ella 

Mujeres renacentistas en la corte de Isabel la Católic








Por Sandra Ferrer