RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

martes, 26 de agosto de 2008

MIEDO AL FEMINISMO.


Todavía en nuestros tiempos la palabra feminismo da miedo. Todavía ser feminista significa para algunas mujeres distanciarse de los hombres ser una mujer distinta, agresiva, amenazadora de la paz y de la convivencia. Todavía hay mujeres que sienten pavor a ser ellas mismas, a expresar sus opiniones, a salir del mundo, quizás porque se sienten atacadas por el entorno y prefieren adaptarse a él, quizás porque, hoy día, mantener una actitud crítica y reflexiva no es fácil.
Las críticas sobre el feminismo y las feministas son hoy más sutiles y más subterráneas que en los tiempos del sufragismo, quizás porque a veces solo se analizan los aspectos más externos de su lucha, sin intentar profundizar en las causas que la motivan.
Para algunos, las feministas son mujeres frustradas, sexual y afectivamente, que desembocan su fracaso personal hacia un abusivo enfrentamiento entre los sexos.
Hay quien piensa que el feminismo es una revancha irracional contra la supremacía masculina, una especie de machismo al revés.
A lo largo de la historia de la humanidad, ha habido pocos movimientos tan anatematizados, ridiculizados e incluso ignorados como el feminista.
El miedo al feminismo parte del desconocimiento de las causas de la opresión de la mujer, el feminismo es un análisis riguroso y exhaustivo del porqué de la opresión secular de una parte de la humanidad, se expresa, hoy día, a través de varias opciones políticas.
La libertad de las mujeres no implica la esclavitud de los hombres, de la misma manera de estos no pueden soñar con ser libres si siguen oprimiendo a las mujeres, al mismo tiempo, el feminismo significa la recuperación de la palabra de la mujer, de su propia historia, individual y colectiva, sin tabúes, sin leyes restrictivas, sin miedos paralizadores.
El feminismo impulsa a que se desarrolle la conciencia activa de la mujer, de todas las mujeres que se proponen saber, las mujeres han sido consideradas seres inferiores, o dicho de otro modo “el sexo débil”.
El feminismo, pues, defiende la razón y la vida y, a la larga lucha para que la palabra libertad no sea una palabra abstracta y privilegio de unos pocos.
IDEOLOGÍAS CONTEMPORÁNEAS Y FEMINISMO.
Ideólogos socialistas y anarquistas de los siglos XIX y XX atentos a los cambios políticos y sociales que la Revolución Industrial había provocado, escribieron sobre la posición de la mujer en la nueva sociedad que ellos soñaban.
A excepción de proundhon que consideraban a la mujer como un ser “naturalmente” inferior, con dos únicas salidas: madre o prostituta, y Bakunin escribía: “Sólo soy libre cuando todos los seres humanos que me rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres”.La libertad de otra gente, lejos de ponerme limites, o de ser la negación de mi libertad, es, por el contrario, tan necesaria para su existencia como una confirmación de la misma.
El socialista utópico Charles Fourier relacionaba la liberación de la mujer con el cambio total de la estructura social. Según él, grado de emancipación de las mujeres es la medida natural de la emancipación general, idea que fue recogida por el joven Marx. Engels, sin embargo estaba convencido de que la opresión de la mujer desaparecería en el momento en que esta se integrara plenamente en el mundo de la producción y cuando las tareas domésticas privadas fueran transformadas en industrias social, Isaac Bebel, discípulo de Engels y cofundador del partido socialdemócrata alemán, remarcó la función procreadora de la mujer, que socialmente la convertía en una ser subordinario al hombre. “La mujer fue esclava antes que el esclavo existiera”. Todos estos pensadores se abstuvieron, sin embargo, de marcar estratehias concretas para integrar, dentro de la mujer. Pensadoras socialistas como Clara Zetkin, Alexandra kollontai o Rosa Luxemburgo lucharon dentro de las filas del movimiento obrero para transformar una sociedad que le permitían, entre otras opresiones y explotaciones, la de la mujer. Zetkin y Kollontai, principalmente, defendieron la tesis de que las mujeres obreras debían organizarse por su cuenta dentro del marco de los partidos políticos y de los sindicatos.
Alexandra Kollontai también tuvo que matizar, con los años, sus primeras ideas sobre la abolición de la familia, la práctica del amor libre y la asunción de la maternidad como un hecho colectivo.
El divorcio entre feministas y socialismo se hizo cada vez más patente.
De ahí que durante muchos años, las feministas adoptaron el camino reformista y las socialistas se alejarán del feminismo, pensando que era un producto típico de las mujeres intelectuales de la clase media. Solo el feminismo más reciente ha batallado en el terreno de las ideas por encontrar la síntesis entre la lucha de clases y la de la liberación de la mujer.
De todas las ideologías que sustentaron los grandes movimientos de masas de siglo xx, fue la nacionalsocialista en Alemania la que en mayor grado redujo el papel social de la mujer a sus funciones más tradicionals, imponiéndoselo de la manera más autoritaria y coercitiva. Según sus ideólogos, la mujer estaba llamada a dedicarse exclusivamente a la maternidad y a la familia.
Expulsada de los cargos profesionales más elevados y marginada de la educación superior, la mujer fue reducida al papel de procreadora de hijos sanos y fuertes para ofrecer a la nación. El trabajo ennoblece tanto a la mujer como al hombre; pero el hijo ennoblece a la madre, esto lo escribió Adolf Hitler en MI LUCHA. Los ideólogos del fascismo italiano, aunque de manera más burda, corroboraron estas teorias.
La ideología nazi exaltó hasta el paroxismo los valores de la “supremacía masculina”, sometió a la mujer a la voluntad del hombre y a las exigencias del engrandecimiento de la Patria.
El sistema patriarcal adquiría, así, en la Alemania nazi, un grado superlativo, asentado no solo sobre necesidades económicas y políticas sino también puramente emotivas. Nunca una ideología engendró, sistematizó e impuso de una manera tan autoritaria y coercitiva los valores más represivos del patriarcado como la de los teóricos nazis y fascistas.
MUJER Y TRABAJO.
Trabajar fuera de casa en una sociedad como la nuestra, que codifica rígidamente la diferencia entre lo “exterior” y lo “interior”, representa un paso importante en la lucha por la liberación de la mujer, pues atenta contra la escisión entre lo privado y lo público y permite a las mujeres tener una mayor consciencia de su condición. Es necesario también conocer las tarabas con la que se encuentran en la práctica muchas trabajadoras en las sociedades industriales desarrolladas, quienes la mayoría de las veces no son consideradas en un plano de exacta igualdad con los hombres.
Trabajar fuera de casa, manteniendo al mismo tiempo la organización de la familia actual, obliga a muchas mujeres a realizar un arduo esfuerzo para no desvalorizarse a sí mismas ni quedar desvalorizadas ante los demás. Entre otras cosas, porque la fuerte presión social, imbuida de ideología patriarcal intenta culpabilizar a las que son madres y que al mimo tiempo trabajan fuera de casa.
Pero, de una forma u otra, el caso es que la gran mayoría de las mujeres de la sociedad industrial ha entrado en el mundo de la producción por la puerta del servicio. Casi siempre se les ha encomendado tareas manuales, rutinarias, sin interés y sin posibilidades de creación individual. Su salario es, por lo general, inferior al de sus compañeros varones, aunque nrealizen trabajos similares, y pocas veces se las promociona, aunque valgan para ello, para que ocupen cargos directivos o de mayor responsabilidad.
Por otra parte, en momentos de fuerte regresión económica y de acuciante falta de trabajo, las mujeres son vistas como competidoras por sus compañeros de trabajo, los cuales se reafirman en las posturas más conservadoras reclamando que el lugar de la mujer está en su casa.
Se ha relegado, pues, a la mayoría de las mujeres en la zona de las llamadas “profesiones femeninas”, que prolongan la vida domésticas de la cocina, costura, e incluso del cuidado de la belleza, aunque aquí también se admite que en la cúspide de la pirámide están los grandes cocineros, modistos y peluqueros, pues los hombres son “creadores” y las mujeres “artesanas”.
Se atribuye al hombre el poder de la creación e invención, y se hace creer a las mujeres que son solo transmisoras del pensamiento masculino.
Al no considerar que las tareas domésticas forman parte de la vida laboral de millones y millones de mujeres, se ha desprestigiado socialmente el trabajo del ama de casa y se la ha reducido a la nada económicamente.
Por otra parte, casi todas las mujeres que trabajan además fuera del hogar se ven forzadas a llevar cotidianamente una doble jornada laboral, dentro y fuera de la casa.
Aquellas mujeres que han conseguido ser respetadas y valoradas en el mundo exterior del trabajo, sea profesional o artístico, muchas veces se convierten en seres mimados por la misma sociedad que discrimina a la gran masa de mujeres trabajadoras.
Si no se dan cuenta que son unas privilegiadas y que han podido realizarse gracias a su origen acomodado o porque han renunciado a facetas más íntimas de su vida personal, pueden ser utilizadas como falsos ejemplos tendentes a demostrar que, oy día, cualquier mujer se liberará con solo conseguir un trabajo.
Además por otra parte, la ideología del hombre burgués, que en el siglo pasado quiso colocar, para su prestigio, a la mujer dentro del altar pasivo del hogar, ha trascendido a otras clases sociales, y hoy muchos maridos proletarios se sienten orgullosos de que sus mujeres no trabajen, de que ellos puedan mantenerlas. Se admite como natural el prejuicio de que el marido, que representa la máxima jerarquía dentro de la familia, se sienta desgraciado si su mujer gana más dinero que él. Así, las sociedades industriales avanzadas han mantenido el mundo del trabajo en base a la rígida estructuración entre el mundo exterior -masculino- y el mundo interior -femenino-. Muchas mujeres, pues, se sienten dentro del mundo del trabajo productivo como miembros ajenos y circunstanciales.
La incorporación de la mujer al mundo del trabajo es, un paso importante y decisivo, pero no el único medio en la lucha por su liberación, ya que al mismo tiempo es necesario que se transforme el concepto actual de trabajo alienado y se creen las bases para que desaparezca la actual opresión y marginación de la mujer.
LA ONU Y LA MUJER.
La Organización de las Naciones Unidas no podía quedar al margen de las precupaciones por la injusta situación en que se encuentran las mujeres en el mundo sin incurrir en contradición con sus propios principios.

Machismo y feminismo


INTRODUCCIÓN
Machismo y feminismo, una idea que está a la orden del día en todo el mundo.
Una de las acciones más antiguas del hombre es el ser machista, la cual, ha sido soportada por las mujeres hasta nuestros días. A pesar de lo evolucionados que nos creemos, aún en nuestra sociedad existen acciones machistas en el trabajo, la religión y la sociedad en general.
Las mujeres empezaron a reaccionar en el año 1970, año de la Revolución Feminista, con lo que consiguieron algunos de los derechos más importantes, no acabando por eso el machismo en nuestra sociedad pero si reduciéndose en gran número.
El año 1975 fue declarado como año de la mujer y cada diez años esto se celebra uniendo a cientos de mujeres que intentan mejorar su estatus social con una convención mundial.
Feminista: Partidario/a del feminismo.
Machista: Partidario/a del machismo.
Feminismo: movimiento a favor de la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres. El feminismo niega la “inevitabilidad” de la superioridad masculina tanto en el ámbito profesional como en el personal, afirmando que esta dominación masculina sobre la mujer surge no de una superioridad física o intelectual, sino de una amplia gama de estereotipos relativos al sexo.
Machismo: discriminación a la mujer adoptada por los hombres.
MOVIMIENTO FEMINISTA
Movimiento Para conseguir la igualdad política, social y económica entre hombres y mujeres.
Surgió en Europa a finales del siglo XVIII, aunque ya en 1970 la mayoría de las mujeres habían conseguido mejorar sus derechos, por el momento, aún no se ha logrado la total igualdad política, social y económica.
Algunos de los derechos de igualdad más importantes que se defienden son la igualdad de oportunidades en el trabajo y la educación, el derecho al voto, el control a la propiedad privada y el derecho a la libertad sexual.
No tiene una estructura jerárquica tampoco se basa en un conjunto de principios formales, su tema central es que las mujeres sufren la opresión no compartida por el hombre, ya que estos son beneficiados en todos los sentidos.
El feminismo occidental resurgió en el 1960, anunciando que los hechos ocurridos no era un caso aislado sino común. Se desecho la idea de la hermandad devido al racismo.
Tiene tres líneas de actuación: campañas con relación a los temas públicos (aborto, igualdad de salarios, cuidado de los hijos y maltratos en el hogar), exploración de una nueva solidaridad y conciencia (político y social) y el estudio del feminismo.
ESTATUS TRADICIONAL
Origen:
Desde que la historia a sido escrita, los hombres han tenido dominio sobre la mujer en las sociedades.
El dominio masculino se remonta al paleolítico, ya que fue muy valorada la acción de la caza, la cual realizaban los hombres.
Antigüedad:
En la legislación romana el hombre y la mujer eran considerados uno, siendo la mujer la posesión y no teniendo poder alguno en sus tierras, su propia persona, su dinero y sus hijos. Las mujeres respetables debían ser castas y fieles, pero los hombres no.
En la Edad Media las tierras y el poder político eran heredados por vía masculina, lo que favorecía la subordinación de la mujer.
En Babilonia y Egipto, tenían derecho a la propiedad; en Europa formaban parte en los gremios y a veces en el carácter religioso (chamanes, curanderas siberianas, sacerdotisas romanas). Autoridad política: reinas egipcias y bizantinas, madres superioras de los conventos medievales y las mujeres de tribus iroquesas (designaban hombres para el clan).
En China y Roma en la época del renacimiento europeo destacaron algunas mujeres instruidas.
Religión:
Las religiones monoteístas están a favor de la idea de que las mujeres son más débiles e inferiores al hombre.
En la Biblia, San Pablo pide a las mujeres que obedezcan a sus maridos y Dios situó a Eva bajo el mandato de Adán, en estos momentos nos planteamos una pregunta: ¿Dios era machista?, nos basamos en el hecho, por ejemplo, que no hubiera ningún apóstol mujer, es posible que en todo el mundo, no hubiera una mujer digna de esa tarea, que ni una sola mujer fuera más adecuada para ese puesto que un hombre, aunque también podemos plantearnos esta otra pregunta: ¿Dios se adaptó a su tiempo y ya que la sociedad era machista pensó que las mujeres no serían respetadas?.
En el hinduismo la mujer debe adorar al hombre y dicen que esa adoración será la que los proteja y mantenga.
Familia:
La mujer se encuentra en desventaja en las familias tradicionales.
Su educación es limitada a las labores de la casa y no pueden presidir cargos de poder.
El matrimonio es una forma de protegerlas, pero que a la vez las presiona en dar a luz a sus hijos, los cuales se prefieren varones. La mujer casada obtiene el estatus del marido (en estas sociedades), vive con la familia de él y no dispone de recursos cuando suceden casos de malos tratos o abandono.
INICIOS DEL CAMBIO
El Siglo de las luces (igualdad política) y la Revolución industrial crearon la aparición del feminismo y otros movimientos reformadores (S XVIII-XIX)
En Francia los clubes republicanos de mujeres pidieron que la libertad, igualdad y fraternidad fuera sometida a ambos sexos de igual manera, pero no fue posible por la aprobación del Código Napoleónico.
En Inglaterra, Mary Wollstonegraft publicó “Una reivindicación de los derechos de la mujer” (1792), publicada por William Godwin ( en esta obra la escritora inglesa y feminista, afirmó que el matrimonio reside en la afinidad intelestual y abogó por la igualdad educativa y de oportunidades para ambos sexos).
Revolución industrial:
La realización de trabajos manuales gratuitamente hecha por las mujeres, se cambia, ya que las mujeres empiezan a trabajar en fábricas con un sueldo, aquí comienza la independencia y proletarización, aunque sus condiciones no eran buenas y sus salarios bajos y aún controlados por los maridos.
Las mujeres de clase media y alta se quedaban en casa para mostrar a la gente el éxito de sus maridos respecto al trabajo.
La posibilidad de trabajo de las mujeres de cualquier clase era la de doncellas, profesoras o vendedoras.
Grupos feministas:
Surgieron en Europa y no se extendieron demasiado.
La iglesia se opuso ya que decía que destruía la familia patriarcal.
Los países agrícolas seguían igual y en las fábricas las quejas eran sofocadas por el movimiento socialista.
Feminismo:
Mayor aceptación en Gran Bretaña (muy industrializada) y en E.E.U.U..
Las mujeres cultas y reformistas de clase media eran sus dirigentes.
Más de 100 personas celebraron la primera convención de los derechos de la mujer en Séneca Falls, Nueva York (1848), dirigida por Lucretia Molt y Elizabeth Cady Stanton (igualdad de derechos, incluido el de voto, y el fin de la doble moralidad).
Las feministas británicas se reunieron por primera vez en 1855.
El libro “Sobre la esclavitud de las mujeres” (1869), por Jhon Stuart Mill fue basado en las conversaciones con su mujer (Harriet Taylor Mill), se centraba en el derecho del voto y ayudó mucho para este hecho,ya que fue escrito por un hombre, aunque este derecho no se incluyó hasta finales del siglo XIX y bien entrado el XX, en España se concedió en 1932 en la II República. Existen países como Kuwait, Arabia Saudí y Jordania donde la mujer no tiene derecho a votar.
AVANCES DEL SIGLO XX
Después de las guerras y revoluciones en China (1949) y Rusia (1917), los gobiernos apoyaron la igualdad de sexos y el control de la natalidad. En la Unión Soviética las trabajadoras realizaban trabajos mal remunerados y estaban escasamente representadas en el partidos y en los consejos de gobierno.
Las técnicas de control de natalidad eran poco eficaces y las madres trabajadoras eran responsables del hogar y los hijos en mayor parte.
China seguía discriminando en cierta medida a la mujer en el trabajo.
En 1960 hubo un cambio de patrones demográficos, económicos y sociales de los países occidentales lo que dio lugar a la aparición de la condición sociocultural de la mujer.
El descenso de la mortalidad infantil, mayor esperanza de vida y los anticonceptivos hizo que la mujer tuviera menos responsabilidades en el cuidado de los niños, ellos con la inflación (necesitar dos salarios) y el alto índice de divorcios hizo que trabajaran muchas más mujeres.
El movimiento feminista cuestionaba instituciones sociales y los valores morales. Las diferencias entre el hombre y mujer no son biológicas sino culturales, muchas mujeres dicen que el lenguaje perpetua este problema, esto da lugar a nuevos tipos de relaciones en las que incluso se comparten las labores del hogar.
Entre 1960 y 1970 las feministas organizan grupos pro derechos de la mujer.
Objetivos: igualdad de salario a trabajo igual, ayuda estatal para el cuidado de los niños, derechos para las lesbianas, legalización del aborto y un análisis profundo de los problemas de violación, malos tratos y discriminación de las mujeres mayores y de minorías. Están en estudio la reproducción y el acoso sexual en el trabajo.
Logros: en la mayoría de los países: la mujer puede votar y ocupar cargos públicos, es ayudada por la Comisión de las Naciones Unidas para el Estatus de la Mujer (1946), más derechos y un mayor acceso a la educación y al mercado laboral, sin embargo, en algunos países la industrialización a hecho que las mujeres tengan que trabajar en fábricas mal pagadas.
El fundamentalismo religioso a hecho que la mujer vuelva a ser presionada.
Los países en vías de desarrollo han intentado mejorar su estatus social a través de campañas contra los códigos legales y sociales discriminatorios como el pudra en Arabia y en las sociedades islámicas y el sistema de dotes en India oponiéndose a la mutilación genital femenina.
En África más de las dos terceras partes de la agricultura es conseguida por mujeres y se está pensando en formarlas y prepararlas tecnológica y agrícolamente.
La Organización de las Naciones Unidas proclamó 1975 como Año Internacional de la Mujer, a la vez que se iniciaba un programa llamado Década de la Mujer, y en 1975, 1980, 1985 y 1995 se han celebrado importantes conferencias mundiales.
PERSONAJES SIGNIFICATIVOS EN LA LUCHA POR LOS DERECHOS DE LA MUJER
Gloria Stein: Tras comenzar su carrera literaria como articulista para una revista, a finales de la década de 1960, Gloria Steinem comenzó a apoyar en sus escritos el movimiento feminista. Más tarde fundó la revista Ms y creó numerosos grupos de apoyo a la mujer. Poco después de 1968, se comprometió con la causa feminista y pronto se convirtió en una de las principales figuras de este movimiento. En 1971, junto con Betty Friedan, Bella Abzug y Shirley Chisholm, Steinem contribuyó a la fundación del National Women's Political Caucus. Ese mismo año, y en colaboración con Pat Carbine en calidad de editora jefe, lanzó la primera publicación feminista, la revista Ms (una propuesta lingüística de unificar las fórmulas de cortesía inglesas mister (Mr), Miss o Missis). A partir de ese momento Steinem fue un modelo para las mujeres jóvenes y se mantuvo fiel a su creencia de que cuando las mujeres se liberen los hombres también se convertirán en seres humanos plenos. Entre sus escritos cabe destacar una colección de ensayos y artículos titulada Actos escandalosos y Rebeldías cotidianas (1983) y Marilyn (1986), una biografía de la famosa actriz cinematográfica. En La revolución interior (1991) analiza sus sentimientos hacia sí misma en el contexto del movimiento feminista.
Elizabeth Cady: fue una de las líderes del movimiento en favor de los derechos de la mujer en Estados Unidos junto con Lucretia C. Mott y Susan B. Anthony. Convenció al senador Aaron Sargent de California para que defendiera una enmienda a la Constitución en favor del voto de la mujer en 1878. Esta enmienda fue presentada cada año hasta que el Congreso la aprobó finalmente en 1919.
En 1848 Stanton y Lucretia Coffin Mott, a quien había conocido en 1840, organizaron la primera asamblea en defensa de los derechos de la mujer en Seneca Falls (Nueva York). Para este congreso, Stanton redactó una Declaración de Sentimientos, en la que propuso una resolución que exigía el derecho al voto para la mujer. Fue en este congreso donde conoció a Susan B. Anthony. Desde 1868 hasta 1870, ambas publicaron el semanario Revolution, en Nueva York, y en 1869 fundaron la Asociación Nacional para el Sufragio Femenino (que a partir de 1890 se llamó Asociación Nacional para el Sufragio de las Mujeres Estadounidenses), de la cual Stanton fue presidenta hasta 1892. En 1888 colaboró en la fundación del Consejo Internacional de las Mujeres. Fue coautora, junto con Anthony y Matilda Joslyn Gage, de los tres primeros volúmenes de Historia del sufragio femenino, (6 volúmenes, 1881-1922). Stanton murió el 26 de octubre de 1902 en Nueva York.
Estas fueron dos de las mujeres más importantes del movimiento feminista.