RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

miércoles, 23 de mayo de 2001

ECOFEMINISMO:LAS MUJERES Y SU PAPEL EN LA PROTECCIÓN DEL MEDIOAMBIENTE



Conferencia dictada por Dolores Limón durante las IV Jornadas de Mairena Solidaria
INTRODUCCIÓN
La propuesta inicial que traigo es la de soñar con una realidad social, ambiental y cultural más justa, más compartida.El inicio de mi exposición parte de las premisas reivindicativas de dos movimientos sociales, con una andadura consolidada: 1º.- El movimiento ecologista, la reivindicación histórica de conservar, no agredir y prevenir conflictos ambientales que hipotequen la salud de nuestro Planeta, y por tanto de las futuras generaciones. 2º.- El movimiento feminista, con su lucha por la igualdad de sexos, pero sobre todo de hacer visible la labor y aportaciones de las mujeres a la historia de nuestro mundo.
¿Porqué unir premisas de estos dos movimientos sociales tan definidos? Quizás por la necesidad de buscar respuestas, o llamar la atención sobre una llamada crisis socioambiental, que puede ser fruto de una visión fragmentada del mundo (Ken Wilber, 1998).
Puede sonar atrevimiento, o infantilismo, hablar de crisis socioambiental aquí en Mairena de Aljarafe, nuestro pueblo crece, hay trabajo y nuestro nivel de consumo tiene contento incluso a las inmobiliarias. ¿Por qué hablar de crisis? La situación de crisis puede ser definida por algunos indicadores que a continuación señalo: 1) crecimiento rápido de la población mundial y el cambio que, como consecuencia de la misma, afecta a su distribución; 2) pobreza generalizada en grandes zonas del planeta; 3) negación continua de derechos democráticos y violaciones de los derechos humanos; 4) catástrofes ambientales producidas por obtener el máximo beneficio económico; 5) aumento de conflictos entre países; 6) violencias étnicas y religiosas; 7) desigualdad entre hombres y mujeres. Todo ello, y éste es el rasgo fundamental, tiene como principal elemento a considerar la configuración de un modelo de desarrollo no deseable ni conveniente. Un desarrollo económico del que se está beneficiando el 20% de la población mundial y desde el cual se diseñan estrategias de actuación y medidas preventivas y de solución para el 80% de la población; población que, aún siendo el grupo mayoritario, participa en muy escasa medida en los procesos de toma de decisiones. Buena prueba de ello viene a ser el aumento de conflictos bélicos y violencias de todo tipo, de las que en muchas ocasiones no podemos encontrar explicaciones razonables, si es que las violencias y las guerras tienen algún tipo de explicación.
Asistimos como espectadores pasivos a prácticas corruptas que enriquecen a unos pocos a costa de muchos; al aumento de precios de productos básicos y, a su vez, a la escasez de recursos. Se pregona la educación para todos, como pilar fundamental de los principios democráticos, pero el desempleo creciente y los niveles de vida se siguen erosionando para muchos habitantes del mundo.
La complejidad de la sociedad actual y de los problemas ambientales de toda índole hace necesario desarrollar estrategias adecuadas para solucionar la crisis ambiental en que nos hallamos.
Con este fin, es pertinente contar con la opinión y el esfuerzo de personas que desde la responsabilidad puedan desarrollar estrategias encaminadas a mejorar día a día la sociedad.
Los sistemas ambientales y las actividades humanas contribuyen al cambio ambiental, al agotamiento progresivo de los recursos no renovables (por ejemplo, el petróleo). La utilización indiscriminada de los recursos renovables (por ejemplo, la disminución de la masa forestal) nos acerca al colapso de la capacidad regenerativa de los sistemas naturales. Según diferentes informes, el agotamiento de recursos afecta especialmente al desarrollo económico y humano de muchas naciones a corto plazo. La disponibilidad de ciertos recursos está condicionada por la existencia y forma de utilización de otros con los que interactúan en el mismo sistema, y a los que a su vez condiciona y determina. En esta línea, Bifani, P. (1999) sostiene que la naturaleza en su totalidad forma un sistema dinámico y abierto, de modo que la alteración de uno de los componentes provoca el desequilibrio de la totalidad."
En la recuperación de modos de vida que devuelvan la esperanza para resolver la crisis ambiental actual, la mujer ha de jugar un papel fundamental, pensemos que ante la necesidad de proteger, cuidar y asegurar la vida. Esta hemos de afrontarla como una tarea resolutiva, y por tanto, tenemos que cambiar el modelo de vida tal como se ha ido desarrollando hasta ahora.
Dicho modelo atiende a unos criterios que han sido elaborado por expertos, que toman decisiones cuyos análisis y estrategias se ajustaban a valoraciones productivas, que en numerosas ocasiones no tenían en cuenta la calidad de vida de la población, hemos de rescatar el sentir femenino de las personas, es decir, sabemos que la paz engendra paz, y el amor engendra amor, sin embargo la violencia genera más violencia y el miedo genera aún más miedo. El sentir femenino nos acerca a los estereotipos maternales como igualdad, cooperación, pero sobre todo generosidad y justicia, no obstante dicho sentir no puede establecerse desde un principio hegemónico, sino dialógico y consensuado. Las necesidad de una representación de mujeres en cada agrupación política, es el manifiesto evidente y forzoso, de cumplimiento de al menos un porcentaje básico de participación en la vida pública, dejando con su presencia una denuncia expresa, cuya finalidad es que la perspectiva de género no quede fuera de las reivindicaciones sociales. Según Manzini, E. y Bigues, J. (2000: 64), "la democracia ambiental es el derecho a saber, el derecho a participar y el derecho a corresponsabilizarse". Se trata de un concepto reciente, en relación con la ampliación del concepto clásico de los derechos humanos. La problemática de la democracia ambiental nos remite a la presentación crítica de los déficits y de las insuficiencias de las democracias actuales.
La crisis civilizatoria, cuestionadora de la racionalidad del actual modelo de desarrollo, genera cambios globales que amenazan la estabilidad y la sustentabilidad del planeta.
La problemática ambiental ha abierto un proceso de búsqueda de soluciones, planteándose la necesidad de generar un método para pensar los problemas globales y complejos. El concepto de ambiente ha de incorporar la acción política y participar en la construcción de una nueva economía caracterizada por los retos de la globalización (Estefanía, J; 1998). La gestión ambiental de un desarrollo alternativo demanda nuevos conocimientos interdisciplinarios y la planificación intersectorial del desarrollo; pero es sobre todo una llamada a la acción ciudadana para participar en la producción de sus condiciones de existencia y de sus proyectos de vida.
Desde otro punto de vista podemos afirmar que en los países occidentales, donde el sistema de gobierno es la democracia, existen cauces formalmente establecidos para que los ciudadanos puedan contribuir al funcionamiento de la vida social y, a partir de ello, se conviertan en responsables de la calidad de su medio ambiente. Sin embargo, podríamos preguntarnos: ¿qué está ocurriendo para que cada vez sean menos los ciudadanos que participan en los procesos electorales?¿Por qué la tan pregonada desafección de los ciudadanos respecto del ámbito político formal? Las respuestas a estas cuestiones no pueden ser ni simples ni unívocas, pero evidentemente sí es cierto que los datos de participación en procesos electorales han de provocar un análisis riguroso sobre qué está ocurriendo.
La dificultad actual deriva de que la ley del mercado se ha apoderado de los medios, sin criterios de racionalidad ética. Por ello, la educación del ciudadano es un instrumento fundamental para la instauración de una democracia ambiental, en la cual cada ciudadano tenga derecho a disfrutar de una calidad ambiental adecuada. En este sentido, y siguiendo a Folch, R. (1993:130), se podría llegar a afirmar que "... la democracia no es un sistema de gobierno. La democracia es un sistema de entender la vida, una forma de concebir las relaciones entre los humanos. La democracia garantiza la prevalencia de los criterios mayoritarios frente a oligocracias y a despotismos, pero también asegura el derecho a la discrepancia minoritaria, porque dista tanto de someterse tanto al totalitarismo, como de reducirse a una grosera y simple dictadura de la mayoría [...]. Desarrollo y democracia son, pues, en la práctica diaria, conceptos directamente correlativos."
Debemos seguir reflexionado sobre esta problemática: ¿cómo se está gestionando la responsabilidad que los ciudadanos depositan en sus representantes? ¿Qué ocurre cuando la opinión y las soluciones propuestas por los ciudadanos de un barrio o los estudiantes de una facultad son diferentes a las ofrecidas por los representantes elegidos? Podríamos seguir enunciando numerosas cuestiones, pero es evidente que, por un lado, asistimos a situaciones en las que los representantes en ningún modo cumplen los programas con los que fueron elegidos; y por otro lado, se utilizan los medios de comunicación para tratar de justificar dicho incumplimiento. El ser democrático es fruto de la inteligencia y de la voluntad y, por tanto, la educación ha de contribuir a desarrollar ambas dimensiones del ser humano. En el contexto educativo la persona puede experimentar e ir aprendiendo a tomar decisiones, sin temor a equivocarse.
La disponibilidad de las mujeres, han marcado un estilo diferente en la resolución de conflictos, han sido más mediadora, más ágiles en la búsqueda de una reconciliación necesaria y justa.
Portadoras de vida se rebelan a que corporaciones comerciales antepongan sus negocios al reconocimiento y validación del saber popular, de nuestras madres y abuelas en la preservación de las leyes naturales que aseguren nuestra supervivencia con calidad. Realizando un análisis sosegado de los modos de vida actuales y adoptando una perspectiva de futuro, se hace evidente, la necesidad de adoptar estrategias encaminadas a que la codicia y la violencia queden alejadas de las estructuras de poder. Hemos de forjar nuestras culturas y nuestras vidas, desde principios que tejan el mundo como un sitio de cooperación, generosidad, con nuevos principios universales mediante la solidaridad, no la hegemonía.
En definitiva la realidad femenina es de protección, dignidad y autorespeto, del bienestar de los otros, las mujeres asumen sus responsabilidades con una presencia de un poder más sutil y cercano, con una dinámica de trabajo que conforma un ejercitarse en la toma de decisiones desde la discusión y participación colectiva.
1.- PAPEL DIFERENCIADOR DE LAS MUJERES
Las mujeres sociables e inquisitivas por naturaleza, están dotadas de una gran fuerza y resistencia ( ), su mundo productivo desde finales de la Edad Media, más aún a partir de la intervención de los humanistas en el Renacimiento, surgen una serie de saberes, prácticas e instituciones que vinculan cada vez más, la identidad social (de ciertos grupos) a la identidad de sujetos, defendiendo una naturaleza individualizada y sexuada. Podemos decir que asistimos al desarrollo de un dispositivo de feminización, con técnicas y tecnologías de gobierno cuyos ejercicios de poderes concretos, van desde el proceso de individualización moderno que se conforma como un proceso desigual en función de los sexos, podemos definirlo como la dinámica social de la modernidad.
Los procesos históricos de separación de los hombres responden, en primer lugar, a la expulsión de las mujeres de las clases trabajadoras del ámbito reglado de las corporaciones laborales.
Se señala y amplia la definición de los estilos de vida femenino, se establece la institucionalización de la prostitución por un lado, mientras que también se institucionaliza el matrimonio con carácter indisoluble, se marca un saber legitimado, que aleja a las mujeres del saber universitario. En segundo lugar podemos diferenciar la situación social y de poder desde los distintos grupos sociales, a través de los procesos de socialización ( ), ya sean de orden formal o informal, las mujeres hemos ido asumiendo una identidad que ha sido generada históricamente por la discriminación y la marginación de las mismas en los aspectos económicos, políticos, sociales y culturales. Si nos situamos en los efectos sociales de un capitalismo avanzado, con forma de explotación laboral diferentes, fruto de una exclusión del mercado de trabajo, cuya lógica mercantil ha consolidado una disgregación social.
Si hablamos de poder, este se vincula a dogmas, subordinación vertical y un estilo determinado de liderazgo, característico de la sociedad occidental y patriarcal. La productividad competitiva de la sociedad actual, nos ha acercado a un desarrollismo mercantilista como meta, por encima de otros poderes más sutiles y cercanos como escuchar, sentir y mediar. La necesidad de retejer soluciones, de organizar tramas que refuercen el carácter participativo y dialogante de las mujeres, históricamente, las mujeres se agrupan, se han organizado para paliar efectos negativos de una guerra, de una injusticia reiterada por parte de los gobiernos, etc...¿nuestro? su papel de mediadoras, con una reacción contra la violencia desde la perspectiva y la experiencia de la mujer, y mirada y conformación de una cultura de Paz. La significación histórica del papel de las mujeres en situación de conflictos y de momentos carenciales, ha sido muy importante su respuesta organizativa y participativa, en situaciones límites, llegando incluso a sufrir el proceso de invisibilizarse, cuando se soluciona dichas situaciones.
2.- SITUACIÓN ACTUAL DE LA MUJER EN SU REALIDAD SOCIOAMBIENTAL
Podríamos soñar que el siglo XXI, dejaba atrás la esclavitud, los holocaustos, guerras y demás multitud de formas violentas de someter a los individuos más débiles (entre ellos están, junto a las culturas más olvidadas, a los pueblos más deprimidos, las mujeres como receptoras de múltiples formas de violencia.
La identidad social propuesta de introducir pautas educativas coherentes con el propósito de reivindicar el papel de las mujeres en la mejora de su entorno, es partir de la necesidad de tener en cuenta los criterios femeninos en la conformación de una calidad ambiental.
El mundo femenino, pertenece desde el discurso patriarcal, al mundo natural, se puede afirmar desde aquí, como anterior al mundo de la razón, es el ámbito de lo pre-cívico. Estaríamos ante una dicotomía histórica, donde el hombre y la mujer están ante una posición de exclusión de un ámbito a otro.
De la época de la Ilustración se entiende la discriminación de la mujer en diferencia natural y fundamenta la desigualdad en los rasgos de dominación como consecuencia natural de las características esenciales del género femenino. El mundo de lo natural es un mundo cargado de instintos, de pasiones, de deseos, de desorden, frente al mundo de la razón que es un mundo ordenado, sistematizado y productivo. La economía, por tanto el progreso; la política, por tanto el poder; y el trabajo, el lenguaje, la sexualidad, en definitiva todo lo vivido y sentido, queda resituado por la presencia o la ausencia de la mujer.
La presencia de la mujer es mayoritaria en los movimientos sociales y de base, no así en las estructuras tradicionales de poder, sean sindicatos, partidos, gobiernos y parlamentos en los que prevalece una mayoría masculina, los ámbitos por tanto son locales, barrios, calles, pueblos....su presencia disminuye en cuanto se amplía la cuota de poder, entendido éste como prestigio social e incluso económico.
La voz silenciada de la mujer, su histórico sometimiento y pasividad, han de dar paso a un modelo diferente de sentir la vida, especialmente la idea de edificar el mundo, ha de suponer un paso entre unas relaciones más jerárquicas y piramidales a otras más igualitarias, y esto afecta a la base de toda la existencia humana, sobre todo a la clarificación de su identidad y a las relaciones globales con su entorno.
Hemos de rescatar por tanto un sentir femenino. Julia Varela nos habla de un sentir femenino presente junto a un sentir masculino que era tenido en cuenta muy en cuenta por su particular forma de resolver, aliviar y sanar, cuando los intereses eran más cercanos, tangibles y nos afectaban directamente. Clarissa Pinkola, psicoanalista junguiana, sitúa el rescate femenino como una necesidad imperiosa para sanar las alarmantes proporciones de la catástrofe ecológica (cuya naturaleza y amplitud supongo evidente para cualquier persona inteligente), se han ido consolidando una serie de respuestas conocidas como movimientos sociales, que podíamos llamar cuidadores de la supervivencia del Planeta:Movimiento Ecologista Movimiento Feminista
En este momento es preciso llamar la atención sobre posturas que pueden ser entendidas como núcleo generador de la crisis socioambiental actual, que no es otra que el adoptar una visión fragmentada del mundo, Ken Wilber(1998), este autor mantiene que dicha visión es empobrecida, ya que separa: cuerpo/mente, sujeto/objeto, cultura/naturaleza, pensamiento/cosas, valores/hechos, en definitiva estamos situado en una visión antropocéntrica y sobre todo patológicamente jerarquizada, que aliena a hombres y mujeres dependiendo de los intereses socioeconómicos, político, pero sobre todo, los separa con roles y necesidades no solo distintas sino a veces enfrentadas.
Rescatar lo femenino para sanar nuestro entorno dinámico, nuestro ambiente natural, social, cultural,....vivo, es iniciar una visión holística del mundo, relacional integradora y respetuosa con la Tierra. Sobre todo hemos de resaltar sin miedo a confundirnos, menos arrogantemente centrada en lo humano. Necesitamos subrayar una educación que favorezca el tomar conciencia de la trama de la vida, cuya trama tiene un valor intrínseco, reconstructivo. En esta línea, el físico Fritjof Capra, defiende que "vivimos actualmente en un mundo interconectado globalmente, fenómenos biológicos, psicológicos, sociales y medioambientales son, todos ellos interdependientes para describir este mundo de forma aproximada necesitamos una perspectiva ecológica"... La relación entre "mujer" y "naturaleza", históricamente la expoliación de la tierra y la subyugación de la mujer han ido de la mano. El Ecofemismo es una poderosa respuesta a la denigración de estas dos, según Judíth Plant: el ecofeminismo quiere entender las raíces interconectadas de toda dominación, así como encontrar formas para hacerle frente y cambiar.
La tarea que desde aquí defendemos tiene que ver con un movimiento que aglutine una tarea de cuidar nuestra supervivencia de calidad en nuestro planeta, y las reivindicaciones emancipatorias desde la igualdad de género, luego se trata de concretar en el ecofeminismo, la tarea de desarrollar la capacidad de asumir el lugar del otro, cuando consideramos las consecuencias de las posibles acciones, y asegurarse de que no olvidamos que todos somos parte los unos de los otros....a medida que vamos sanando nuestras relaciones mutuas y con la tierra.
3.-¿POR QUÉ UN ESTILO DIFERENTE PARA RESOLVER LOS PROBLEMAS AMBIENTALES?
A modo de valoraciones finales defendemos un estilo diferente para interactuar en el ambiente cercano, tenemos un rol histórico defendido por autores y autoras de renombres, pero sobre todo sentido por nosotras como cuidadoras, cuyas habilidades y predisposiciones han ido cultivándose y enseñándose de mujer a mujer, estamos habituadas a preguntar a adquirir experiencias sentidas. La organización del hogar, la familia, la capacidad de preservar y adecuar lo necesario, hace que nos señalemos en distribuir equitativamente y según capacidades dentro de los núcleos cercanos, donde nos movemos con familiaridad, es decir nuestra autoestima no está en duda. La mujeres tendemos a una organización horizontal, al trabajo colaborativo, con complicidad. Históricamente hemos tejido redes que responden a problemas puntuales, guerras, carencias de alimentos...Sin embargo es interesante señalar la capacidad que tenemos de buscar causa común, y por lo tanto, un horizonte social y político a lo que parece una desgracia personal. Según la psicóloga Rosa Cañadell: "El proceso de conciencia y participación política de las mujeres de las clases populares se debe a esta capacidad de socialización de los problemas y a la búsqueda de soluciones colectivas". Nos conviene resaltar nuestra actitud mediadora, nuestra predisposición al diálogo, lejos de ubicarlos en el ideario de un partido político, se mueve más bien con la idea generativa del de solucionar un conflicto desde su complejidad y totalidad. Terminar con que "el trabajo permanente de las mujeres, sumando esfuerzos para sobrevivir, organizándose en red, de forma colectiva y comunitaria- afirma Montse Cervera desde Dones x Dones-adquiere ahora mayor valor y relevancia social por la falta de alternativa política del mundo neoliberal y globalizado". No obstante, si bien muchas ideas están enunciadas, se hace imprescindible el desarrollarlas en el aquí y ahora.
Publicado por Maria Jose Funes

ECOFEMINISMO DECRECIMIENTO Y ALTERNATIVAS AL DESARROLLO


El ecofeminismo es una corriente de pensamiento aparecida en Europa en el último tercio del siglo XX. Actualmente existen [varias corrientes. de filosofía ecofeminista, algunas de corte esencialista y otras constructivistas.Por lo tanto, es difícil resumir sus premisas. No se puede hablar de ecofeminismo sino de ecofeminismos en plural. El ecofeminismo nació como contestación a lo que desde ese movimiento definen como «apropiación masculina de la agricultura y de la reproducción» (es decir, de la fertilidad de la tierra y de la fecundidad de la mujer), lo cual consideran una consecuencia del desarrollismo occidental de tipo patriarcal y economicista. Según el ecofeminismo, dicha apropiación se habría traducido en dos efectos perniciosos: la sobreexplotación de la tierra y la mercantilización de la sexualidad femenina.
Para evitarlo, al desarrollismo occidental de corte patriarcal, capitalista y científico, algunas pensadoras oponen el desarrollo indígena matriarcal, sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Para este movimiento, la modernización según el modelo occidental no sólo no sería aplicable de forma universal a todas las sociedades (pues no respeta ni su biodiversidad ni su acervo cultural), sino que por supuesto tampoco serían aplicables las mismas premisas economicistas en un contexto de superación de la desigualdad sexual.