RADIO "PONCHOSVERDES.FM"

sábado, 22 de abril de 2017

Capitalismo y patriarcado: Comunidad feminista

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Victoria Siloff
Rebelión


El femicidio de Micaela García ha venido a provocar en el país una conmoción particular que tuvo sus bases sobre todo en el rol del Juez Rossi en la causa. Como es sabido el Juez desoyó los dictámenes periciales que establecían que no era aconsejable liberar a Wagner, y si bien los jueces pueden apartarse de dichos dictámenes, de hacerlo sólo pueden decidirlo de manera fundada, es decir, dando las razones de dicha decisión. La resolución de Rossi nos lleva a pensar que si Wagner hubiese estado en prisión hoy Micaela estaría viva, es esa posibilidad la que ha encendido la mecha para que se avive el punitivismo no sólo en los medios (que siempre aportan lo suyo en éste sentido) sino en la calle, en la verdulería, en el supermercado, en las escuelas, en la universidad y ya hay proyectos legales en éste sentido impulsados por el oficialismo nacional. Pero lo más grave es que este discurso también se ha visto avivado en sectores feministas. Y califico a esto como "grave" porque en ciertos rincones oscuros como éstos es donde sin darnos cuenta, (o más grave aún si existe en realidad conocimiento) venimos a aportar al "sentido común" que legitima la mano dura, que torna más inexistentes de lo que ya son, las garantías constitucionales referidas a un debido proceso (art 18 C.N), todo lo cual tiene consecuencias concretas y horrorosas ya sabemos sobre qué sector social.Es sumamente necesario empezar a pensar, desarrollar y profundizar un feminismo que no esté arraigado solamente a las instituciones estatales, donde conquistar más derechos es sinónimo de mayor igualdad, donde lograr mayores y más duros castigos penales para femicidas u hombres que ejercen violencia de género parece ser la solución, mas en los hechos no es eso sinónimo de mayor libertad de existencia. Como mujeres estamos padeciendo en cada acto de libertad un riesgo de vida. En esa urgencia en la cual nos encontramos, donde una mujer es asesinada cada 28 horas, y desde una perspectiva institucionalista no se está solucionando nada, por el contrario parece aumentar el nivel de violencia alimentando así a un sistema en sí mismo violento.
En ese sentido siempre consideré que para poder abordar un problema, es indispensable tomar conocimiento de las causas del mismo, para ello es necesario investigar, estudiar ese fenómeno y desde allí partir para encontrar la solución, no desde sus efectos o consecuencias donde quien llegue siempre llegará tarde. Los femicidios son un fenómeno social, y responden o vienen a ser un síntoma de una disfunción social. Hay algo que los provoca, pero también algo que los sostiene, y algo que no los está frenando: no atacar sus causas es algo que hace que inexorablemente el fenómeno se siga manifestando. Podemos resumir todo esto en una palabra: patriarcado. Pero entonces vamos a necesitar adentrarnos más en la cuestión, porque si hablamos de un problema social, que se origina en un vivir patriarcal no vamos a encontrar respuestas individuales o particulares sino, justamente sociales. El patriarcado actual se asienta en redes constituidas desde relaciones de poder ya existentes, y condicionadas por el capital. Y ahí es donde pareciera que deberíamos husmear más.
Hace unos días Reynaldo Sietecase entrevistó a la investigadora y antropóloga argentina Rita Segato quien tiene años dedicados al trabajo de investigación con violadores en Brasilia. En dicha entrevista Segato explica que frente a la cantidad de casos de femicidios, y violaciones seguidas de femicidios en nuestro continente, los motivos son varios: "Creo que hay varias razones. La primera es que la violencia contra las mujeres, de la forma letal en la que la estamos presenciando en la Argentina, es un síntoma de un momento del mundo y, sobre todo, de nuestras sociedades. Al referirme a esta época suelo utilizar el concepto de “dueñiedad”. Este concepto excede al de desigualdad, porque marca la existencia de figuras que son dueñas de la vida y de la muerte. Esto, evidentemente, irrumpe en la realidad, en el inconsciente colectivo, en la manera en que los hombres que obedecen a un mandato de masculinidad (que es un mandato de potencia), y en la forma en la que realizan y prueban su potencia mediante el cuerpo de las mujeres. El sistema, por tanto, no se explica solamente en la relación entre hombres y mujeres sino en esta situación tan particular. En América Latina, el contexto es particularmente hostil para las mujeres que viven, como decía, un momento de especial inseguridad. Es evidente que en el mundo entero existen problemas de género, pero en nuestro continente -cada vez más controlado por formas paraestatales de control social no regidas exactamente por la ley- la vulnerabilidad de las mujeres es mayor."
Ni la tierra ni las mujeres somos territorios de conquista
Estamos ante una época donde la mujer en muchos lugares del mundo está siendo reconocida como nunca antes en el campo de los derechos, pero aún así la vida de la mujer se ve en peligro, en un peligro alarmante. Pareciera que la sociedad latinoamericana no está desvistiéndose de patriarcado al mismo tiempo que viene el feminismo conquistando derechos. O mejor dicho, la sociedad latinoamericana no viene desnudándose de violencia, al mismo tiempo que viene vistiéndose de derechos, y/ o conquistas sociales. Entonces conviven relaciones de poder patriarcales con libertades conquistadas, hay un destiempo, hay desorden, es una suerte de caos moral. Ahí es donde se activan los dispositivos de control social paraestatales: como si vinieran a restablecer el "orden" que se ve alterado en esas relaciones de poder que están queriendo ser, y siendo modificadas desde sus mismas instituciones que lo venían a garantizar: desde el Estado. Por ende esa "corrección" se hace desde fuera: "paraestatalmente". Desde el Estado se destruye la comunidad, para organizar institucionalmente a las personas, con jerarquías, con burocracias, con autoritarismos, con violencias. Y desde fuera de él se crean dispositivos que ayudan a sostenerlo cuando este parece correrse de ese lugar, pero también podrían crearse (de hecho ya existen, como las comunidades zapatistas) comunidades que aun institucionalizadas, no lo son desde las lógicas del poder, ni la violencia sobre el otrx , sino desde la confianza, desde el sentido de la comunidad. Cabe preguntarnos de todas maneras, qué concebimos por comunidad, y en ese punto siguiendo a Zibechi encuentro que la comunidad es contraria a la institucionalización. La institucionalización para él es estancamiento, y la comunidad es movimiento constante, es dispersión, y por eso mismo no se identifica con formas cerradas o fijas por el contrario, con formas transversales y abiertas que permitan la cooperación. Y en ese punto es indispensable la autonomía, no como modo de generar comunidades enfrascadas, porque de serlo la autonomía fracasaría rápidamente, sino justamente abiertas, basadas en la pluralidad y diversidad que desde allí deciden hacer posibles, concretas y reales sus potencialidades sin adoptar la frialdad, dureza, y violencias que ofrecen el capital y el Estado. Quizás comenzar a generar comunidades autónomas y autogobernables pero institucionalizadas todavía, sea un paso en el camino hacia la verdadera comunidad de la que habla el uruguayo.
"Algunas feministas dicen que el género masculino reacciona al avance de las mujeres en el campo del trabajo y la autoridad política. Pero en el caso de Bolivia esta tesis no se sustenta porque las mujeres siempre tuvieron una posición dominante en el mercado y respecto al dinero, y tuvieron autoridad política desde su parcialidad, el espacio doméstico, que en las sociedades comunitarias, a diferencia de las sociedades modernas, es pleno de politicidad . Por eso, el problema es el espacio que ocupan hoy en el campo del Estado y del avance del Estado sobre la comunidad, destruyendo los vínculos comunitarios y colectivistas, aun, muchas veces, en nombre de los buenos propósitos del discurso modernizador. Ahí se generan tensiones en la medida en que el frente estatal no es solamente estatal, sino estatal-empresarial y mediático, es decir, indisociable de los intereses empresariales-corporativos. Este pacto estatal-empresarial va rasgando el tejido comunitario. En esta situación de avance del frente estatal, siempre colonial, empresarial y mediático, el hombre de esa comunidad, el hombre indígena, se transforma en el colonizador dentro de casa, y el hombre de la masa urbana se convierte en el patrón dentro de casa. En otras palabras, el hombre del hogar indígena-campesino se convierte en el representante de la presión colonizadora y despojadora puertas adentro, y el hombre de las masas trabajadoras y de los empleos precarios se convierte en el agente de la presión productivista, competitiva y operadora del descarte puertas adentro." Afirma Segato .
Generalmente vemos que el rol del Estado se agota en otorgar mayores "derechos", poniendo a la mujer a la par del hombre en algunas cuestiones, no en otras. En tanto y en cuanto la mujer, su cuerpo, y su capacidad le sirvan al sistema de explotación capitalista, ella podrá ir accediendo a esos lugares en y desde el Estado. La mujer hoy ocupa muchos espacios antes designados sólo para hombres, pero los hombres son quienes aun no vienen a intercambiar esos roles -en la misma proporcionalidad-, "masculinos" por aquellos que se entienden "femeninos". Ni hablar, si la persona es travesti, transexual, lesbiana, homosexual, el sistema patriarcal se resiste aun más ante ellos.
El Estado más allá de eso no llega, y la mayoría de las veces su instancia, su "respuesta" se hace presente sólo desde el Poder Judicial que viene a intentar brindarle "justicia" a la mujer violentada, o a la familia de la mujer asesinada, y en definitiva a la sociedad afectada por un femicidio, llegando tarde, cuando llega. Una de las respuestas que surgió desde el Estado, en 2012 luego de marchas bajo la consigna "Ni Una Menos" se dio concretamente en el sistema penal, fue la modificación del Código Penal de la Nación que vino a hacer lo hace: profundizar el punitivismo . Se modificó el art 80, el que establece que "s e impondrá reclusión perpetua o prisión perpetua, al que matare: 1°. A su ascendiente, descendiente, cónyuge, ex cónyuge, o a la persona con quien mantiene o ha mantenido una relación de pareja, mediare o no convivencia. 4°. Por placer, codicia, odio racial, religioso, de género o a la orientación sexual, identidad de género o su expresión."
A pesar de esta modificación donde la pena se endurece, y a pesar de condenas existentes en este sentido los femicidios no han disminuido, por el contrario han ido en aumento y es de destacar que los últimos femicidios seguidos de violaciones y abusos aberrantes culminan siempre desechando el cuerpo de la mujer como basura. Pero no sólo aquellos femicidios, donde la muerte es dada por una pareja o ex pareja están en aumento, sino que también lo están los crímenes contra todo lo que exprese femineidad, o lesione al patriarcado: travestis, lesbianas, transexuales, homosexuales.
A su vez, es de destacar que en Argentina tenemos un poder judicial integrado por una clase media alta, y alta, conservadora, elitista, sumamente patriarcal. Que con esas características y formateada en el derecho (con todas las instituciones patriarcales y capitalistas) se ve no sólo incapacitada para abordar este fenómeno social de manera integral y completa, sino, además inclinada hacia al punitivismo.
El derecho es el "deber ser", no el "ser". El derecho viene a decirnos cuál es la conducta recta que debemos adoptar para vivir "armoniosamente" en sociedad. Y de no cumplirse con esa conducta que el derecho considera "recta", se castiga a esa persona que viola la ley. No le interesan las causas, ni busca revertir lo sucedido, porque no puede. Establece conductas deseadas, deseables. La sanción no es un elemento apenas del derecho penal, sino del derecho como dispositivo de control social, que viene a intentar "corregir" esas conductas no rectas. Y en este sentido, abogadas, abogados, personas que trabajan en el Poder Judicial, es decir quienes abordan estos fenómenos al menos desde la dimensión punitiva no están comprendiendo en su totalidad a los femicidios, ni a los "crímenes sexuales". Porque justamente se los aborda de esa forma, y no como crímenes del poder. Segato e n este sentido nos dice: "La mujer, y esto es fáctico, no es un ciudadano igual que el hombre. En tal sentido, la ley no puede ser aplicada de la misma forma. Tiene que haber una adaptación de la aplicación de la ley a un campo distinto que es el campo del poder. Debe entenderse que es un error hablar de crímenes sexuales: son crímenes del poder, de la dominación, de la punición. El violador es el sujeto más moral de todos. En el acto de la violación él está moralizando a la víctima. Yo he trabajado años entrevistando violadores. Los abogados, los jueces, no están formados, no tienen educación suficiente como para entender qué es un crimen sexual."
A una mujer entonces se la asesina por ser mujer en éste sistema de relaciones, por ser mujer y por no estar cumpliendo ese rol de mujer en ese sistema de relaciones. A los cuerpos libres de esas estructuras, se los humilla, se los castiga, se los profana, se los viola, se los mata, porque ser mujer - ser cuerpo que exprese femineidad o libertad- en la estructura de nuestra sociedad no es igual a ser un hombre. Según el patriarcado y las normas morales que lo configuran así es como debe ser, con lo cual si empiezan las mujeres a querer ser más libres, ese poder "masculino" se ve afectado, se ve disminuido, la relación de poder se esfumaría, y el hombre ya no se siente tal, ya no "es" hombre, pierde masculinidad, su existencia como tal se ve ultrajada. " Su situación es de una indigencia existencial absoluta. Si a esto le sumamos el tema de la mirada rapiñadora sobre el planeta y sus criaturas (y no olvidemos la raíz común de las palabras rapiña y rape, violación en inglés), tendremos el cuadro completo de la transformación de la vida en cosa, la transformación de las personas en mercancía, en primer lugar el pasaje de las mujeres a esa condición de objeto, a su disponibilidad y desechabilidad , ya que la mímesis de los hombres con la posición de poder de sus pares y opresores encuentra en ellas las víctimas a mano para dar paso a la cadena de mandos y expropiaciones". Nos explica la antropóloga.
Entonces hay que partir desde esa realidad: no estamos siendo iguales, porque el sistema está estructurando las relaciones de esa manera. Para que la igualdad se alcance, para que la libertad de existir realmente sea conquistada por las mujeres, - y por todxs los sujetxs que se ven oprimidxs en el sistema patriarcal- no es menester sólo ennumerar más derechos, o endurecer penas a quien las mata. El problema parece ser lo que viene a estructurar esas relaciones de poder; que claramente está antes que el derecho.
El Estado no deja de ser un instrumento más para lograr conquistas feministas, pero a su vez no deja de servirle y de responder a un sistema patriarcal y capitalista; no deja de llegar tarde, no deja de ser responsable. No deja de ser violento, no logra proteger a las personas, porque es parte de esta guerra que estamos transitando.
La ética de la comunidad
Si estamos inmiscuidxs en un sistema que nos educa en el individualismo, que nos estimula desde el terror, que naturaliza la violencia y hace un show del dolor provocando falta de empatía, un desencuentro con el otrx , y una falta de fe en la humanidad, es muy fácil entonces que desde fuera del Estado se hagan efectivos dispositivos de control social, y a su vez que éstos se justifiquen socialmente tanto o más que la violencia estatal. Es decir, la violencia se legitimiza , se hace necesaria, se llega a gozar de ella, el dolor del otrx me cierra por más que la causa sea una banalidad como: violar una ley patriarcal (usar una pollera, o un short). Se busca corregir mediante el castigo; eso hace el Estado, y eso hacen los medios de control social paraestatales también, los cuales están viéndose profundizados. El violador, postula Segato viene así a ser un "sujeto moralizador", viene a reprender, a castigar, desde el poder que puede ejercer, porque se ve habilitado a hacerlo, la libido está en ese poder, no en el hecho sexual en sí mismo. El violador usa el cuerpo de la mujer como mensaje a la sociedad frente a ese desorden, o caos moral del que hable más arriba: a través de la víctima se viola a toda la sociedad.
Por más empoderadas que estemos las mujeres, por más consientes de nuestros derechos, y aunque logremos reducir el número de femicidios gracias a las políticas públicas en este sentido, no dejarán de existir femicidas , golpeadores, violadores. Porque es un problema social. Nos incluye a todxs y nos incluye en éste sistema que es capitalista y patriarcal; violento. La solución a la violencia, a esa relación de poder, no se dará jamás desde las lógicas del poder. Es necesario crear y profundizar otras lógicas , otras clases de relaciones. Segato en entrevistas realizadas por Mariana Carabajal y Verónica Gago para Página 12 explica que se debe apostar a los vínculos comunitarios, al colectivismo, a la amistad . Entrar en la relación cara a cara y cuerpo a cuerpo. Conocernos. "Esa atmósfera comunitaria, localizada, arraigada, es lo único capaz de proteger a las personas" asegura.
Rita Segato insiste en que no se debe abandonar la lucha feminista del campo estatal, por leyes, políticas e instituciones propias. Pero nos insta a llevar adelante otras luchas: "con estrategias autogestionadas de autoprotección. Necesitamos vínculos más fuertes entre mujeres, vínculos que blinden los espacios de nuestras vidas, independientemente de las leyes y las instituciones, y que rompan el modelo de la familia nuclear. Es necesario que las estrategias de autodefensa proliferen pero no como prácticas vanguardistas, sino como prácticas de las rutinas, de las calles, de las casas, en la vida cotidiana de la gente tal como es".
En definitiva, la lucha feminista no debería enfocarse solo en la dimensión punitivista, sino en lograr de manera "paraestatal" -sin abandonar las luchas en el Estado- generar comunidad feminista, en todas sus dimensiones, en todos sus rincones, y con/ en todas las personas que la habitan. Un feminismo que no sólo problematice las relaciones entre hombres y mujeres, sino que cuestione el sistema económico, político, "cultural", que asuma el rol en esta guerra, que cuestione el racismo, las violaciones cotidianas sobre los cuerpos, y también en consecuencia cuestione el punitivismo como método de "aprendizaje", que cuestione el dolor como instrumento de castigo, es decir: la violencia, porque así han controlado nuestras cuerpas, así han ido sometiéndonos, así nos han pisoteado y lastimado a nosotras y a nuestras pasadas, así y por eso es que nos siguen matando. Es necesario un feminismo que se propague en las calles, en las familias, en los trabajos, en las redes cotidianas de encuentro, donde no solo incluya a mujeres sino que incluya a su vez a todxs lxs víctimxs del patriarcado, y del capitalismo. Es entiendo yo, indispensable replantearnos el valor que le estamos dando a la vida, el valor que le estamos dando al mundo, a las cosas, a la tierra, a las libertades.
Y en este punto encuentro fundamental el planteo que nos hace el filósofo argentino Darío Zsztajnszrajber, y a quien ya he citado en esta reflexión que él hace. Anteriormente lo cité en un escrito sobre "gatillo fácil"y lo cito hoy nuevamente, porque en el marco de la guerra que transitamos guerra que se está ejerciendo en diferentes cuerpos y en diferentes formas lo que él viene a decirnos es igualmente interesante. Porque es el sistema violento que nos enreda, la ética egoísta, los medios masivos de desinformación, y el mismo Estado el que nos hace naturalizar éstos actos horrorosos, propios de una guerra, cuando no intentar explicarlos, querer en fin que el mal de alguna manera “nos cierre”. Y allí reside la responsabilidad que tenemos como sociedad. Así Zsztajnszrajber c itando a Levinas nos dice: “tenemos que resistir todo intento de justificar lo injustificable, y por eso frente al mal injustificable solo cabe una cosa: resistir con un bien injustificable: el otro siempre es más importante que yo”. Es necesario, nos dice el filósofo argentino, fundar otra ética, “después de las masacres y atrocidades de los últimos tiempos se debe crear, una ética que se funde en la responsabilidad infinita que tengo frente al sufrimiento del otro”. Y en esto de construir una nueva ética Segato también nos habla de generar condiciones que no existen, que nacerán de la fé en el otrx , la fe de que nosotrxs los seres humanos podemos cambiar: "porque la vida es cambio y el cambio es tiempo tanto en la historia individual como en la historia colectiva".
Vemos entonces que la tarea nos compete a todxs , es colectiva. Y la solidaridad, la empatía, la conciencia social, rescatar la vida con dignidad, salirse de la lógica cosificadora e individualista son todas inexorablemente claves para poder desterrar de la sociedad la necesidad de “justificar” el mal, de hacer que éste nos cierre, que nos tranquilice alguna explicación. El mal, el sufrimiento del otrx, como sujetx en el cual yo me constituyo, y en donde yo a la vez me diferencio, no debe tranquilizarnosEn definitiva la lucha feminista no sólo debe proponerse terminar la violencia contra la mujer, sino luchar para que el capitalismo y el patriarcado caigan juntos.
Victoria Siloff, abogada militante del Encuentro de Organizaciones.

Ideologías & Machismos: Machismo de izquierdas



Natalia Salvo Casaus
TribunaFeminista

"Si la izquierda no supera de una vez por todas las posturas equidistantes en torno a la compraventa de mujeres, de sus cuerpos y sus vidas, no construiremos JAMÁS sociedades libres de violencia contra las mujeres".

No hay nada más parecido a una persona machista de derechas que una persona machista de izquierdas. El machismo es machismo, anide en la ideología que lo haga. Es importante que dejemos los eufemismos y reconozcamos abiertamente que dentro de la izquierda hay fuertes reacciones machistas. Resulta fundamental asumir esta realidad para atajarla.

Cierto es que la izquierda, tanto la política como la sindical o la social, han tenido una sensibilidad especial a las demandas del movimiento feminista, pero no es menos cierto que la realidad es que dentro de estas organizaciones lo que hubo, y hay, son movimientos feministas internos de mujeres, y también algunos hombres, que van abriendo camino a la igualdad y al feminismo, no sin reticencias. Fruto de esas presiones que nacen en los senos internos de las organizaciones de izquierdas hemos alcanzado marcos legislativos y normativos y, al menos, condenas públicas del machismo y de la violencia que genera.

No obstante, tampoco podemos rehuir la realidad de que existe connivencia de una parte del movimiento feminista con el machismo de izquierdas en tanto en cuanto no se condena con la misma vehemencia con la que condenamos a los y las machistas de derechas. Si entendemos el feminismo con el movimiento llamado a derribar el sistema de opresión más perenne de los habidos, el patriarcado, éste no puede ser cómplice ni por acción ni por omisión.

Si entendemos el feminismo con el movimiento llamado a derribar el sistema de opresión más perenne de los habidos, el patriarcado, éste no puede ser cómplice ni por acción ni por omisión.

Mujeres y hombres, con independencia de nuestra ideología, hemos nacido y nos hemos desarrollado en sociedades patriarcales que nos imponen visiones machistas de todos los ámbitos de la vida, y por todo ello es fundamental fomentar procesos de deconstrucción personal y de trabajo de las nuevas masculinidades y feminidades, sin obviar otras realidades, fundamentalmente la LGTBIQ.

Por todo ello, debemos asumir que si queremos prevenir y erradicar el machismo y la violencia que genera tenemos comenzar haciendo pedagogía dentro de la propia izquierda, donde todavía no hay siquiera una postura unánime en torno a la abolición de la prostitución, que es una de las más dolorosas formas de violencia contra las mujeres.

Si no superamos el discurso que Ana de Miguel denominó “el mito de la libre elección” y comenzamos a comprender que la prostitución no es un problema laboral sino un problema de Derechos Humanos, de extorsión y redes tratantes, y de feminización de la pobreza, no podremos avanzar hacia una verdadera sociedad libre de violencia contra las mujeres. Si la izquierda no supera de una vez por todas las posturas equidistantes en torno a la compra-venta de mujeres, de sus cuerpos y sus vidas, no construiremos JAMÁS sociedades libres de violencia contra las mujeres.

Hay trabajo por hacer dentro de las organizaciones de izquierdas, pero el movimiento feminista también debe asumir que no puede ser cómplice del machismo dentro de la izquierda. Que debe condenarlo como cuando se da dentro de la derecha, inclusive más.

Lo escribieron Gioconda Belli, Patricia Vergara o Dulce Chacón con las palabras más hermosas que pudieron. Incluso las que las precedieron… María Cambrils, Alexandra Kollontai o Emma Goldman… Sin feminismo no hay izquierda.



 Fuente: http://www.tribunafeminista.org/2016/10/machismo-de-izquierdas/ 

viernes, 21 de abril de 2017

Chile. Nabila Rifo: Una mujer juzgada por el machismo

Por Rayén Barriga, Resumen.cl
Desacreditada en variadas ocasiones, aludiendo a su vida sexual y el cuidado de los hijos por la defensa y familiares del imputado, vislumbran la misoginia y desvalidación de la vida de una mujer que hoy podría ser #unamenos
Despertó en el hospital de Santiago aún aturdida por los golpes. No recordaba qué había pasado luego de recibir brutales golpes con bloques de concreto en su cabeza por parte de su pareja, Mauricio Ortega.
Nabila, como declaró ante el juzgado, se despertó en el hospital sin poder ver nada, no entendía porqué la luz de la pieza se mantenía apagada, y sólo cuando le preguntó a la enfermera, pudo darse cuenta que ese accidente que nombró su cuidadora no era cualquiera. Mauricio, posteriormente de golpearla, le había arrancado los ojos en plena vía pública.
Mauricio fue condenado por el juzgado, luego de dudar incansablemente de la palabra de Nabila, quien asegura que además de golpearla y sacarle los ojos, fue víctima de agresiones sexuales. El imputado quedó con condena en calidad de autor de los delitos de femicidio frustrado, lesiones graves gravísimas y violación violenta de morada. Pese a la aclaración de la víctima frente a las agresiones sexuales, el juzgado no incluyó ese hecho como imputable debido a la falta de pruebas.
¿Qué falta de pruebas? ¿Debería existir otra prueba que la voz de Nabila?
No es una prueba que sólo en 2017 llevemos 23 femicidios y que en 2016 hubo 52 mujeres asesinadas
No sólo el juzgado no le creyó, sino que Canal 13, en su programa Bienvenidos también decidió acoplarse a esta decisión, mostrando las declaraciones de un ginecólogo que habría examinado a Nabila para comprobar su testimonio. Polémica causó esta decisión, ya que se desacreditaba a la víctima con un examen ginecológico, además de hablar explícitamente de la apertura vaginal y rastros de violación en el cuerpo, exponiendo aún más a Nabila al juicio nacional sobre su femicidio frustrado.
Ha pasado casi un año desde que Mauricio, su ex pareja actualmente, intentó matarla (14 de mayo del 2016), y recién por votación de la Corte y no por unanimidad, se declara culpable al femicida frustrado.
Esta no era la primera agresión que Mauricio Ortega cometía hacia Nabila, ya que el 5 de junio de 2015, el sujeto llegó a juicio por ir hasta la vivienda en que ella se encontraba junto con sus hijos, con un hacha para amenazarla.
Nabila ha sido expuesta públicamente a la opinión chilena, su juicio fue mostrado en vivo por televisión, todos los medios de comunicación hablan de esta brutal agresión, y ella, que ya sin ojos debe hablar frente al juzgado con lentes polarizados, ya que debe dar testimonio de lo ocurrido, y no sólo al juzgado, sino al país completo que, en variadas ocasiones, ha dejado ver su rastro machista que busca culpabilizarla.
Quien no le crea a Nabila hoy, le está comunicando implícitamente a todas las mujeres que existe una justificación para que te violen, te golpeen, te arranquen los ojos y hasta para que te maten. Porque no eres la madre que “debes”, porque no eres la mujer abnegada y silenciosa, porque tú no callaste cuando él hundió el pedazo de concreto en tu cráneo. Porque si no le crees, no le tomas el peso a que una mujer –Nabila y muchas otras- debió hacerse la muerta para que Mauricio Ortega no terminara con su vida ahí mismo, en plena vía pública.
Finalmente, se dará a conocer la sentencia en “caso Nabila Rifo” el 2 de mayo a las 16:00pm, en vivo en http://poderjudicialtv.cl, donde, después de casi 12 meses sabremos qué dictaminó la Corte para el femicida que negó siquiera haberla golpeado.
*Imagen principal extraída de La Tercera
Fuente: https://resumen.cl/2017/04/nabila-rifo-una-mujer-juzgada-por-el-machismo-chileno/

Un recuerdo de primavera

Hay vidas que son vergeles.
Por Mikel Arizaleta
Hoy que el lehendakari Urkullu se adentra en el siniestro Auschwitz de Polonia para recordar a las víctimas y plantar un retoño del Árbol de Gernika, símbolo de las libertades vascas, coincidiendo con el 80 aniversario del bombardeo de la villa vizcaína, quiero traer a la memoria el recuerdo de tres personas y tres campos de exterminio, que han dejado huella perenne en la historia del nazismo y de las gentes.
François Boix
“Ich schwöre, dass ich ohne Hass und ohne Furcht sprechen werde, die Wahrheit sagen werde, die ganze Wahrheit und nicht als die Wahrheit”, fue lo que juró aquella mañana del 28 de enero de 1946 ante el presidente del tribunal de los vencedores de Nuremberg el único testigo del estado español, que participó en el famoso juicio: François Boix, nacido en Barcelona el 14 de agosto de 1920 e internado en el campo de concentración de Mauthausen el 27 de enero de 1941: “Juró que hablaré sin odio ni temor, y que diré la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad”. Uno de los 1600 supervivientes, como él mismo relata, de los 8000 españoles que ingresaron. Trabajó en el departamento de “identificación” del campo de concentración, a su arrojo y valentía le debe hoy la historia la mayoría de las fotos que este reportero nos legó del campo de Mauthausen.
“Ohne Rücksicht auf die Folgen habe ich es allen meinen Kameraden erzählt…”, se recoge en el tomo 6 de los 23 que contienen las actas del proceso de Nuremberg, que ocurrió entre el 14 de noviembre de 1945 y el 1 de octubre de 1946. Asumiendo las posibles consecuencias narré los hechos a mis camaradas, esperando que alguien lograra salir con vida de aquel infierno y contara al mundo… Los gobiernos y autoridades mintieron a sus gentes y nos mienten, los jueces callaron y callan. Sólo algunos nos contaron y nos cuentan la verdad, las bestialidades de nuestros gobernantes y su cobardía, a riesgo de su vida, su puesto y su persecución. Otros murieron en el empeño. Son los maestros de la verdad, nuestros guías en la escritura, en el relato y en la noticia
“Desengañémonos. Tan masiva fue la participación de la población alemana en el nazismo que muchos de los que ocuparon puestos bajo Hitler debieron volver a ejercer cargos en la nueva democracia, incluyendo a los que los aliados consideraban criminales de guerra. No podía juzgarse a todo un pueblo por haber colaborado o secundado de forma entusiasta al nazismo. O sea que hay mucha hipocresía, que hay que coger la historia con pinzas y taparse la nariz porque apesta. Fueron los americanos los que contrataron a muchos criminales de guerra para que les ayudaran en sus programas armamentísticos y del espacio. Para fabricar la bomba atómica no había nazis”, narra uno de los personajes de la novela “El mal absoluto” de José Luis Muñoz.
Hoy viendo el holocausto palestino y su huelga de hambre me golpean los versos de Erich Fried, en su poema “Höre, Israel” (¡Escucha, Israel!), escrito ya en los años 70, ante la actitud de los judíos frente a los palestinos: “Als wir verfolgt wurden/ war ich einer von euch. Wie kann ich das bleiben/ wenn ihr Verfolger werdet?… Cuando fuimos perseguidos/ fui uno de vosotros. ¿Cómo seguir siendo/ cuando sois perseguidores?/ Anhelo vuestro fue/ ser como los pueblos/ que os asesinaban/ ¡Ya sois como ellos!/ Habéis sobrevivido/ a quienes os torturaban./ ¿No pervive hoy/ su tortura en vosotros?”
Y termino con las palabras del bravo François Boix en el juicio de Nuremberg: “Sie besuchten alle Lager. Es war unmöglich, dass sie nicht wussten, was im Lager passierte”. Nuestros gobernantes no tienen excusa, sabían perfectamente lo que ocurría (y ocurre).
Jennifer Teege
La doctora y catedrática alemana, Ingrid Galster, autora de varios esclarecedores libros sobre Sartre y Simone de Bouvoir y su memorable tesis, convertida en libro, Lope de Aguirre o la posteridad arbitraria, me contó en su enfermedad terminal de cáncer que le visitó una amiga, que fue quien acogió en su casa, como a un hija, a Jennifer Teege.
Quien haya visto la película de Steven Spielberg «La lista de Schindler» sin duda recordará al comandante del campo de concentración de Plaszow, en Cracovia, Polonia, a Amon Goeth, en la película interpretado por el actor Ralph Fiennes. Aquel sádico que asesinaba a los presos disparándoles desde el balcón.
Amon Goeth, nacido en Viena, comandante del campo de concentración de Plaszow entre 1943 y 1944, fue juzgado por la Corte Suprema polaca y sentenciado a muerte por asesinar a miles de personas. Murió en la horca en Cracovia en 1946. Su mujer, Ruth Irene, se suicidó en 1983. El matrimonio tuvo, al menos, una hija, que tuvo una relación amorosa ocasional con un estudiante nigeriano de la que nació Jennifer Teege en 1970. Jennifer no conoció a su padre y ha tenido muy poco contacto con su madre. A las cuatro semanas ingresó en un hogar para niños y a los siete años fue acogida en adopción por una familia alemana.
Desconocía su pasado. Su madre nunca le comentó. Hace ocho años y por casualidad en una biblioteca de Hamburgo encontró un libro envuelto en un forro rojo y se detuvo. El título era “Tengo que querer a mi padre, ¿verdad?” y la portada estaba ilustrada con una pequeña foto de una mujer que le resultó ligeramente familiar. Y así descubrió que el libro hablaba de su familia y que su abuelo fue aquel comandante asesino del campo de concentración, llamado Amon Leopold Goeth (1908-1946).
Hoy Jennifer Teege, esta chica morena alemano-nigeriana, consciente de su pasado, y consciente también de que su abuelo nazi la hubiera matado, trata de superar un trauma con el que se topó de pronto en su vida en una biblioteca de Hamburgo, al calor de una familia alemana que le dio cobijo, cariño y le regaló un futuro. En 1914 en colaboración con la periodista Nikola Sellmair nos ofreció su visión en un libro titulado: “Amon, mi abuelo me hubiera matado a tiros”.
Olga Benario
Olga, la roja inolvidable. Escribía Maité Campillo: “Hay mujeres que es difícil olvidar (también hombres). Entre ellas indudablemente está la alemana de apellido latino Olga Benário, asesinada en un campo de gas por los nazis, después de pasar varios años por las más crueles torturas en comisarías, calabozos y campos de trabajos forzados “para peligrosas comunistas”. No sólo fueron judíos por su religión los asesinados; de hecho tanto el padre de Olga como ella misma lo fueron por sus ideas en defensa de la clase trabajadora. No olvidar, es importante, que en los primeros años del nazismo los judíos capitalistas apoyaron incondicionalmente a Hitler. Por el contrario la mayoría de los asesinados fueron trabajadores, trabajadores de religión judía y más allá, pues lo primero que hizo el régimen nazi fue detener y acabar con todo comunista, antifascista, judío o no. Durante la década de los 30 el KPD (PC alemán) era un referente internacional. La organización más organizada y revolucionaría del país y uno de los más numerosos de Europa. Para el fascismo a galope y socialdemocracia europea, amparada en las reminiscencias feudales, lo importante era frenar el avance revolucionario de las ideas bolcheviques en el continente. Y eso fue lo que tiempo después hicieron uniéndose todos: cerrar filas contra el avance revolucionario de la República, en el Estado español. Y los nazis ya en el poder, no hacían remilgos, fusilaban por igual a unos como a otros, como le pasó al propio padre de Olga (socialdemócrata) asesinado en un campo de internamiento.
Sobre Olga Benario hay un bello libro titulado “Olga, la roja inolvidable”, editado por Txalaparta y escrita por Ruth Werner, que merece la pena leerse. Quien lo lea verá florecer de nuevo la primavera en las gentes. Hay vidas que son vergeles.
Mikel Arizaleta

Las mujeres dicen basta de soluciones mágicas

Más prevención & Menos Recortes
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Horacio Cecchi
www.pagina12.com.ar/

NiUnaMenos presentó un documento en el Senado contra el proyecto de endurecer las excarcelaciones.

Bajo la consigna de “No en nuestro nombre”, el colectivo NUM leyó un documento que rechaza las políticas punitivistas. Reclamó mayor prevención, aumento de presupuesto y el fin del desmantelamiento de programas para las mujeres.
Como ustedes bien saben, el derecho penal llega tarde: se activa cuando estamos muertas”. El mensaje es directo. Y llegó a quien tiene que llegar. Ayer, en el salón Arturo Illia, del Senado de la Nación, el colectivo NiUnaMenos presentó su documento para tomar parte, por primera vez convocada al Congreso, en un debate público sobre políticas que atañen a las mujeres o discursos políticos que se levantan en su nombre. Precisamente, el documento de NUM salió a responder “No en nuestro nombre” en torno a la polémica intención del Ejecutivo de modificar la ley de ejecución penal, la 24.660, que rige la progresividad en las excarcelaciones, después de la violación y asesinato de Micaela García.

Modificación que propone obstaculizar o impedir las salidas transitorias y libertades condicionales hasta que se cumpla la condena en forma efectiva, como si la prisión (el sufrimiento, porque en estas cárceles se trata de eso) extendida fuera la solución mágica. En ese sentido, el mensaje de NUM fue concreto y comenzó sin medias tintas: “Las enormes movilizaciones que atraviesan el país desde el 3 de junio de 2015 cuando salimos a las calles con la consigna de Ni una menos no piden más penas, no piden menos libertades. Piden más prevención y más cuidado, más igualdad y más justicia.”

Unas horas antes, pletórica, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich lanzaba ante el mismo público, preocupantes cifras sobre reincidencia de condenados por violación, cifras al vuelo y sin citar fuentes (ver aparte).

Antes de que el documento de NiUnaMenos fuera leído por las integrantes del colectivo, Vanina Escales y Mariana Carbajal, la antropóloga Rita Segato fijó posición, como especialista en estudios sobre la violencia machista, contra la idea que promueve el proyecto. Con un pin en su solapa en el que se leía “Vivas nos queremos”, Segato se declaró “feminista y anti carcelaria aunque parezca una contradicción”.

Y sostuvo su argumento, que se proyecta sobre el pensamiento de NiUnaMenos: “El violador es un síntoma social. La ley que consigue tipificar el delito de abuso sexual solo captura la punta del iceberg. Y no se puede castigar todos los episodios de violencia machista porque sería imposible para una sociedad. Ni alcanzarían las cárceles”, sostuvo Segato y agregó que “la única certeza es que la solución no es ni más pena ni más cárceles”.

El concepto atacó al riñón de la propuesta de endurecimiento como solución: “Las cárceles son una escuela para generar nuevos violadores”. Poco antes de las tres de la tarde, llegó el turno de NiUnaMenos. El título del documento: “No en nuestro nombre. Ni demagogia punitiva ni garantismo misógino ¡Ni Una Menos!”. Un detalle a destacar que marca la distancia entre el reclamo de las mujeres y las soluciones punitivistas que hasta la fecha nunca resolvieron el problema: el 3 de junio de 2015, cuando se realizó la primer marcha de NUM, cada 30 horas se cometía un femicidio (a cifras de 2014). Los reclamos fueron precisamente sobre prevención, políticas públicas, más cuidado, más igualdad, más justicia. “Dos años después, seguimos pidiendo lo mismo”, sostiene el documento.

Que no se atendió ni se atiende el reclamo lo trae a cuenta la cifra que actualizó NUM y que como señala el texto, “es escalofriante”: “Cada 18 horas, una mujer es asesinada por el hecho de ser mujer en Argentina”. “El endurecimiento de la penalización –sostuvieron las integrantes del colectivo– y la ampliación de condenas no disuade los crímenes contra la vida.

Es demagogia punitiva ante la indignación social”. También señalaron que ante los operadores de la justicia, las voces de las mujeres víctimas de violencia machista están “bajo sospecha” y “es parte de las complicidades que fundan un garantismo misógino que trivializa y minimiza las violencias que nos afectan”, y “el punitivismo” que “no es menos machista: al grito de más cárcel evita el análisis oportuno y preciso que permitiría estrategias de prevención y cuidado que efectivamente salven vidas”. 

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El relato sobre el crimen de Micaela, que disparó a los titulares el proyecto legislativo muestra la cotidianeidad con la que se enfrentan las víctimas de violencia machista: “Cuando la familia de Micaela fue a denunciar su desaparición a la comisaría –leyeron las integrantes de NUM–, le dijeron que podía tratarse de un suicidio, el fiscal siguió esa hipótesis. Esas son las respuestas judiciales que nos encontramos cuando pedimos ayuda.”

El documento enumeró las ausencias del Estado, las que se quieren reemplazar con pintura sobre pintura: “no hay políticas de prevención, la Educación Sexual Integral no se cumple ni tiene un presupuesto acorde. El patrocinio jurídico no se implementa. Ni los operadores judiciales ni las fuerzas de seguridad reconocen la violencia machista como un problema estructural.

El Estado, tal como se colige de la propuesta que discute el Senado, reduce el problema a uno penal. Necesitamos licencias por violencia de género, acceso al trabajo para las personas victimizadas dentro del encierro doméstico, acceso a la vivienda. Autonomía económica y soberanía sobre su cuerpo. De esto rara vez se habla”.

Fuente:https://www.pagina12.com.ar/33125-las-mujeres-dicen-basta-de-soluciones-magicas 

La mujer etíope: una esperanza de futuro

Mujer, África & Resistencia

Sobre signos de esperanza y alternativa en África. Visibilizando la resistencia colectiva de las mujeres en Etiopía.

Etiopía es un país de contrastes. Cuando paseas por su capital, Adís Abeba, con más de tres millones de habitantes, puedes encontrar a jóvenes modernos, vestidos según las últimas tendencias —americana de colores, jeans ajustados, gafas de sol…—, disfrutando de la terraza de un emblemático hostal de Piazza y compartiendo una relajada tarde rodeados de colegas.

Pero, justo en la acera de enfrente, apoyados en las vallas amarillas y verdes que empapelan las obras de media ciudad, yacen los desvanecidos, los invisibles, etíopes de mirada ausente, desesperanzada, rendida, perdida e ida, sin aliento para buscar ni encontrar sentido, carentes de todo y de nada. Y, en medio de esta fotografía se encuentran las mujeres, sometidas a una carrera de fondo repleta de retos, que las convierte en la revelación y en la esperanza de futuro.

En Etiopía, la tasa de morbilidad entre las mujeres es del 75%, muy lejos del 25% que afecta a la población masculina. Pero este dato frío es solo la punta del iceberg de la situación de la mujer etíope, que se encuentra abocada a una serie de dificultades a las que tiene que enfrentarse desde que nace, como la pobreza, ciertas tradiciones y costumbres propias del país, el matrimonio precoz, los numerosos embarazos durante la adolescencia, así como la evidente falta de protección de los DDHH. 

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Un conjunto de despropósitos que amenazan con hacer descarrilar sus ambiciones y sueños, que suelen verse truncados en edades muy tempranas. Al igual que en muchas culturas, en las mujeres etíopes recaen las responsabilidades del cuidado doméstico familiar, así como la mitad de las tareas del trabajo agrícola. No es extraño verlas por senderos polvorientos y abruptos, recorriendo largas distancias, cargadas con bidones amarillos en busca de agua, o en medio de los cultivos, con faldas largas y pañuelo rodeando la cintura, recogiendo el cereal, sin permitirse doblar un centímetro las rodillas, y en muchos casos con un rostro asomado en sus espaldas. Pero eso sí, sin desprender ningún síntoma de cansancio, debilidad o resignación.

Se estima que el 85% de la población del país depende de la agricultura, especialmente del cultivo del café, convertido en modo de subsistencia del 25% de los etíopes. En los extensos campos de café y te, situados a pocos kilómetros de la capital, se puede percibir la dureza de la vida. Sorprende ver, las herramientas con las que se cultiva, cuyas características son muy similares a los instrumentos utilizados en la Edad Media. Por estos mismos caminos rurales, quien recorra el país posiblemente se cruzará con niños y niñas de no más de 5 años, con la piel castigada por el clima, dirigiendo rebaños de vacas con bastones que les sacan tres cabezas, sandalias de goma, y vestidos que se deshacen a tiras. Los pequeños etíopes recorren largas distancias repletas de soledad. Otra escena habitual al girar cualquier esquina es la de un grupo de niños y niñas dirigiéndose a sus escuelas, vestidos con uniforme, y agrupándose por colores a medida que llegan a su destino, sin desprenderse de su libro debajo del brazo.

Según UNESCO, Etiopía cuenta con un analfabetismo de cerca del 30%, que sacude de manera significativa a las mujeres: si bien la tasa de alfabetismo de los hombres representa el 71,13%, en las mujeres es del 67’82%. Aunque la escolarización es obligatoria y gratuita hasta los 15 años, el absentismo es muy elevado debido a un conjunto de factores: el hecho de no reconocer la educación cómo prioritaria, las dificultades para afrontar los costes indirectos de la escolarización de todos los hijos e hijas, así como la pérdida de mano de obra en beneficio de la economía familiar; factores a los que, en el caso de las niñas, se añade el matrimonio precoz.

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Los Derechos Humanos, amenazados


Aunque desde 2011 Etiopía dispone de un nuevo Código de la Familia, que garantiza la igualdad de las mujeres en el matrimonio y establece la edad legal para casarse en los 18 años, según Unicef, el 40% de niñas etíopes se casan antes de cumplir los 18 y cerca del 20% se casa antes de los 15. Estas cifras, aunque varían mucho en función de cada región, son alarmantes. Su existencia nos revela una práctica más de discriminación contra las mujeres, que saca a la luz el escaso valor otorgado al género femenino. Amparado en tradiciones culturales propias de la comunidad, el matrimonio precoz se defiende como una estrategia de seguridad hacia las mujeres frente a posibles violaciones, o como protección para las familias ante la deshonra que provocan los embarazos extramatrimoniales o la mera existencia de relaciones sexuales prematrimoniales. Sin embargo, los enlaces precoces a menudo desembocan en problemas de salud, violencia dentro del matrimonio y desescolarización.

Otro dato importante, en la radiografía de los Derechos Humanos y las mujeres etíopes, tiene relación con la mutilación genital femenina. Según datos estadísticos de UNICEF, en 2013 Etiopía se situaba en la onceava posición de los países con mayor número de prácticas de mutilación genital. Este mismo organismo estima que el 74% de las mujeres etíopes han sido sometidas a esta práctica, que fue declarada ilegal por el Código Penal etíope en 2004, pero que no ha cesado, especialmente en las zonas rurales del país. A esta lacra debemos sumar los efectos que padecen las mujeres etíopes en relación a la violencia sexual. Etiopía se encuentra entre los tres países con más casos de agresión sexual, según el informe “World’s Woman 2015” de la ONU. El 60% de las mujeres afirman que han sufrido algún tipo de abuso y cerca del 20% de las mujeres que respondieron una encuesta promovida por ONU Mujeres reconocieron que su primera relación sexual fue fruto de una violación. 
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Pero no sólo las mujeres, sino también los menores (sean niños o niñas), son víctimas de formas extremas de violencia. Etiopía es considerado un país de origen, tránsito y destino para las víctimas de la trata. Además de la trata hacia el exterior, el país destaca por un elevado porcentaje de trata interna, es decir, aquella en la que el proceso de reclutamiento, traslado y explotación de las víctimas se produce dentro de las propias fronteras. Según el Informe de la Organización Internacional para las Migraciones de 2011, el tráfico de seres humanos ha aumentado en el país africano: se calcula que cada año son vendidos 20.000 niños por uno o dos euros (entre 10 y 20 birr), generalmente procedentes de zonas rurales y con edades comprendidas entre los 10 y 18 años.

Las niñas se venden para ser explotadas sexualmente o en el servicio doméstico mientras que a los niños se les fuerza a trabajar en fábricas textiles en condiciones de esclavitud.

Una esperanza de futuro 


Como hemos visto, la mujer etíope debe enfrentarse a complicadas situaciones de discriminación a lo largo de su vida. La falta de oportunidades laborales, en muchos casos como consecuencia de la educación deficitaria, la dependencia económica causada por la carga social del cuidado familiar, y las ganas de cambiar los roles y las responsabilidades de género son circunstancias que exponen a las mujeres etíopes a situaciones de vulnerabilidad. Para romper la inercia y las sumisiones promovidas por el sistema patriarcal, muchas se arriesgan a embarcarse en procesos migratorios que las alejan de una sociedad empeñada en no escuchar su voz.

Son muchas, pues, las que sucumben a las promesas de una vida mejor tanto a ellas como para sus familias, y se embarcan en una aventura que les permita salir del umbral de la pobreza y acceder a aquellos derechos y oportunidades hasta ahora impensables en Etiopía. No obstante, otras tantas mujeres permanecen en el país y escriben sus historias de resistencia.

Cansadas de esta constante vulneración de derechos, algunas de ellas tomaron conciencia de su situación y comenzaron a reivindicar la igualdad en torno a problemáticas económicas, sociales y políticas, tanto en derechos como en oportunidades. Ejemplo paradigmático de ello es el movimiento feminista Setaweet (palabra cuyo significado en amhárico es “de la mujer”), que desafía las normas sociales y pretende combatir el sexismo en todas sus esferas, a través de encuentros y reuniones dónde se discuten posicionamientos y se exponen las desigualdades a las que ha de hacer frente la mujer etíope.

Entre las preocupaciones principales de Setaweet figura la educación, concebida como herramienta para derribar normas sociales y culturales y forjar un futuro mejor. Las mujeres etíopes —abuelas, madres, hijas…— son auténticas heroínas que se enfrentan a múltiples episodios de violencia a lo largo de la vida y buscan la fuerza en las entrañas para ofrecer la mejor de sus versiones.

Son mujeres impregnadas por el instinto de libertad del que habla Chomsky, luchadoras cada una desde su posición, y unidas por el convencimiento de que deben crear redes de solidaridad para convertirse en agentes de transformación. Como dice el pensador norteamericano: “Si asumes que no hay esperanza, garantizas que no habrá esperanza. Si asumes que hay un instinto de libertad, que hay oportunidades para cambiar las cosas, entonces hay una posibilidad de que puedas contribuir para hacer un mundo mejor. Esa es tu alternativa”.

http://blogs.publico.es/otrasmiradas/8249/la-mujer-etiope-una-esperanza-de-futuro/

jueves, 20 de abril de 2017

Organizaciones feministas presentan una Red Estatal contra el Alquiler de Vientres

Por Kaos. Estado Español
Más de 40 asociaciones de mujeres, organizaciones mixtas y colectivos LGTBI se han sumado a esta iniciativa que convocará su primera acción el 6 de mayo, cuando se celebre la feria Surrofair en Madrid.

“Comenzamos a organizarnos para hacer frente a esta barbarie que avanza en contra de los derechos colectivos de las mujeres”, explican desde la plataforma, que pretende ser “un espacio que irá creciendo y que espera acoger a cuantas personas físicas, asociaciones y plataformas feministas, asociaciones de mujeres, organizaciones mixtas o colectivos LGTBI quieran unirse”.Diversos colectivos feministas han presentado este lunes una Red Estatal contra el Alquiler de Vientres bajo el lema “Contra el mercado de cuerpos de mujeres para la explotación reproductiva”. La primera acción de la Plataforma pretende concentrar en Madrid a activistas de todo el Estado contra esta práctica, el día 6 de mayo, coincidiendo con la próxima feria de vientres organizada por Surrofair 2017.


Desde la óptica del neoliberalismo, todo puede ser mercancía, incluso los derechos fundamentales. Si tienes dinero en el bolsillo, ¿por qué no vas a poder mercantilizar los cuerpos de las mujeres? Para ello no hay fronteras, ni límites. “Lo que se esconde detrás de esta práctica ilegal es el uso de las mujeres como ganado para satisfacer el deseo de unos pocos”, ha dicho hoy Sonia Lamas, presidenta de Enclave Feminista durante la presentación de la Red, que también ha estrenado web, con el objetivo de generar un espacio de influencia e incidencia política.
Ante las fuertes presiones del Lobby que pretende legalizar en España la industria que comercializa con las capacidades reproductivas de las mujeres y que está inundando los medios, las redes e incluso los debates políticos en el Congreso “necesitamos unir fuerzas entre todas y todos y aliarnos una vez más para demostrar al Neoliberalismo Patriarcal que amenaza nuestros derechos que juntas somos invencibles, como hemos demostrado en cada una de las luchas emprendidas por la agenda del feminismo”. Ese es el principal mensaje de la Red que se ha presentado hoy en Madrid.
Forman parte de la Red ya asociaciones como Plataforma 7N, Asociación Española de Mujeres Profesionales de los Medios de Comunicación (AMECO), Mujeres UC3M, “No en mi nombre”, Plataforma para la NO legalización de la explotación reproductiva, Unión de Asociaciones Familiares (UNAF), el Partido Feminista de España, la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, la Federación de Mujeres Progresistas, el Movimiento Democrático de Mujeres o Somos Diferentes LGTBI+H, entre otras muchas.

Las personas no se donan ni se compran

Alicia Miyares, portavoz de la Plataforma ‘No somos vasijas’, que ya hace dos años puso sobre la mesa las falsedades que sostiene la defensa de la gestación subrogada -tal y como la nombra la Organización Mundial de la Salud-, han enfatizado que “es una práctica que choca contra la legislación vigente”, entre otras cosas, porque el Código Civil recoge que las personas no pueden ser objeto de transacción contractual. Además, se trata de una práctica que atenta contra los derechos fundamentales de las mujeres. Como argumentan desde la Red, el deseo de ser padres y madres y el ejercicio de la libertad no implica ningún derecho a tener hijos e hijas.
La defensa de los vientres de alquiler establece una falsa analogía con la donación de órganos, pero “las personas no se donan”, ha dicho Miyares. Además, convierte la libertad en una parodia, ya que cuando una mujer firma el contrato de gestación subrogada deja de ser libre, no puede decidir ni sobre su embarazo, de hecho son otros quienes decidirán incluso lo que come. Quienes defienden esta práctica ejercen una “manipulación emocional”, ha dicho la experta, “nos muestran la familia feliz, pero nadie nos muestra a la mujer que renuncia a su hijo”.

La alternativa de la adopción y el compromiso, frente a la genética

Uno de los participantes en la presentación de la Red ha sido Ramón Martínez, vicepresidente de Somos Diferentes LGTBI+H. El colectivo LGTB ha estado muy implicado en la polémica de los vientres de alquiler. “Se quiere hacer pasar como un derecho LGTB y no estamos de acuerdo”, ha dicho. El deseo de ejercer la crianza es lícito, pero no puede ser a costa de los derechos de las mujeres. Ramón ha defendido la adopción y la acogida, como alternativas, y ha explicado que de un tiempo a esta parte se ha priorizado el vínculo biológico, la genética y no el compromiso con la vida del niño o la niña. “España ha sido un país en el que se ha adoptado mucho, pero cada vez se ponen más trabas a esos procesos”. Ramón ha enfatizado que el movimiento LGTB siempre ha sido pareja y buen amigo del movimiento feminista y que “sin feminismo no hay orgullo”.

En España, la gestación subrogada es ilegal. La Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre técnicas de reproducción humana asistida declara nulo de pleno derecho el contrato por el que se concierta una gestación -con o sin compensación económica- a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna del hijo o de la hija que concibe, a favor del que la contrata o incluso de un tercero. Esta normativa declara nulo también el contrato de gestación por sustitución y determina la filiación materna por el parto.
Sin embargo, en nuestro país se permite la inscripción en el registro civil de los y las menores que hayan nacido mediante este procedimiento, siempre que se haya llevado a cabo en un país que lo permita – India, Tailandia, Ucrania o EEUU entre otros-, así como que al menos uno de los progenitores sea español y tenga una orden judicial. Aunque no existen datos oficiales sobre el número de menores que llegan a España nacidos a través de la gestación subrogada, algunas asociaciones que la defienden, como Son Nuestros Hijos, lo cifran en unos 1.000 al año.

Se vulneran los derechos de las mujeres y los niños y las niñas

Pero, como ha explicado Miyares en la rueda de prensa en la que se ha presentado la Red, no son datos fiables, ya que la opacidad de los registros es total. “Es una cifra alta para dar la impresión de que existe una necesidad, cuando lo que prima es el interés de las empresas: clínicas, hoteles, abogados, agencias de viajes, de publicidad, farmacéuticas…”, ha sostenido, recordando que “con esta práctica ilegal, lo que se vulneran son los derechos de la madre y la criatura. A la madre se le exige que renuncie a un derecho fundamental, como si se exigiera renunciar al derecho al voto. En este caso, son la filiación y la crianza. Y también al derecho al aborto en países donde exista. Si decidiera abortar, tendría que indemnizar a quienes la han contratado. Por su parte, al bebé se le niega el derecho a conocer su origen, porque, al menos en España, figura como hijo biológico. Es una barbaridad cuyas consecuencias a futuro ignoramos”.
Una de las opciones que defienden quienes quieren legalizar la práctica de los vientres de alquiler es el “altruismo” –que no haya remuneración económica-, aunque nunca entre familia porque causaría tensiones. Es la opción que practican entre otros, Reino Unido y Canadá. Sin embargo, no hay británicas ni canadienses que quieran gestar “generosamente” para terceros. Ramón Martínez asegura que “legalizarlo como altruismo es una tapadera, y lo que propicia es que el primer mundo genere un alquiler de vientres en el tercer mundo”.
Sonia Lamas, una de las portavoces de RECAV, ha recalcado la importancia de dar a conocer a la sociedad española lo que esconde esta práctica ilegal, incluyendo a los partidos políticos, en cuyo seno se está produciendo un intenso debate al respecto. “Ya hemos sido llamadas por algunos partidos para dar charlas y esclarecer a la militancia”, ha dicho Sonia, quien también ha reclamado la complicidad de los medios de comunicación para informar adecuadamente y para desenmascarar el entramado de intereses económicos que se beneficiaría de la “legalización de la maternidad subrogada“.

Primera acción: contra la celebración de la Feria Surrofair

Desde la Red hacen un llamamiento a seguir las movilizaciones que convocan contra el alquiler de vientres. La primera está programada para el 6 de mayo, frente al Hotel Meliá Avenida América en Madrid, para protestar contra la feria de alquiler de vientres que tendrá aquí, y donde 26 clínicas de distintos países ofrecen, entre otras cosas, contratos de alquiler de vientres con contra prestación económicas de 50.000 a 200.000 euros. “La feria de Surrofair choca con la legalidad vigente y con los derechos de la infancia”, han insistido desde la Red.

“Existe un lobby en España que pretende legalizar la industria que comercializa con las capacidades reproductivas de las mujeres”, afirman desde la Red. Y denuncian que detrás de Surrofair “hay mucho más que una feria”. “Existe todo un entramado de empresas médicas y farmacéuticas, hospitales e incluso agencias de viajes”, concluyen.
La protesta contra esta feria ya está circulando por internet.
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