domingo, 27 de enero de 2019

Del “New York Times” a “Público”: Las cocinas mediáticas del feminismo low-cost


Por Por Tita Barahona/ Redacción de Canarias Semanal 
“No debemos permitir que nos roben conmemoraciones como el 8 de Marzo, que debe volver a ser el Día de la Mujer Trabajadora”. “Cualquiera puede adquirir este feminismo low cost sin gran coste político o personal”.

Por Tita Barahona

El enorme interés que en los últimos tiempos están mostrando los medios corporativos y los llamados independientes por las mujeres y el feminismo, responde – advierte nuestra nuestra colaboradora Tita Barahona – a un interés por hegemonizar una corriente muy concreta del feminismo que no plantea ningún tipo de amenaza al sistema capitalista y sirve a la vez de herramienta para entorpecer la unidad de la clase trabajadora, a la que pertenecemos la mayoría de mujeres, y borrar la conciencia de que vivimos en una sociedad de clases (…).

     Hablemos claro: el enorme interés que en los últimos tiempos están mostrando los medios corporativos y los llamados independientes por las mujeres y el feminismo, responde a un interés por hegemonizar una corriente muy concreta del feminismo que no plantea ningún tipo de amenaza al sistema capitalista y sirve a la vez de herramienta para entorpecer la unidad de la clase trabajadora, a la que pertenecemos la mayoría de mujeres, y borrar la conciencia de que vivimos en unasociedad de clases.[1]
      La sobre-exposición mediática de lo que se quiere hacer pasar por “el feminismo” no es solamente un asunto local, de medios como El País y los digitales Público y eldiario.es, de los que después me ocuparé; sino un fenómeno que en Occidente tiene su epicentro en el Imperio USA, en su versión Demócrata, con tintas más marcadas desde que Trumpganara las elecciones presidenciales en 2016.
“Eldiario.es, criatura de la Open Society, y sobre todo Público, que lo es de Mediapro, son en España los abanderados de este feminismo, que ya es hegemónico en las instituciones”
     El calificado como “tsunami feminista” comenzó con la Women’s Global March en enero de 2017 en protesta por la victoria de Trump.Este evento fue orquestado tras bambalinas por mujeres del derrotadoPartido Demócrata, con el apoyo de la plataforma Move on vinculada a la Open Society Foundation del multimillonario George Soros.[2]Los medios lo anunciaron a bombo y platillo, por lo que tuvo un amplio seguimiento. Un mes después, las promotoras ideaban la organización de una International Women’s Strike (Huelga Internacional de Mujeres), para el 8 de Marzo siguiente. Los objetivos electoralistas de todo este show, con su cartel de celebrities, se pusieron de manifiesto en la segunda Marcha Global de Mujeres, realizada en enero de 2018, con el fin declarado de sumar mujeres a las candidaturas delPartido Demócrata de cara a las elecciones de medio mandato (mid-term elections) celebradas recientemente.[3].
        El feminismo que airean los medios referidos posee, resumidamente, las siguientes características:
    1) asimila mujeres y feminismo, implicando falsamente la ecuación: mujer igual a feminista;
  2) cifra la emancipación femenina en la presencia de mujeres en las esferas de poder (político, empresarial, académico y mediático), posiciones a las que sólo acceden las y los de una determinada clase social;
  3) apela a unas “esencias femeninas” que supuestamente nos dotan de valores más positivos para ejercer la política y el liderazgo empresarial;
   4) hace un uso abusivo de los conceptos “género”,“perspectiva de género”, “patriarcado” y“heteropatriarcado”;[4]
    5) predica la sororidad entre todas las mujeres;
y 6) como retoño de la ideología posmoderna, estefeminismo low cost es ciego a las clases sociales, sólo ve identidades de género, raza, religión, nacionalidadorientación sexual.
    Lo llamo feminismo low cost porque cualquiera puede adquirirlo sin gran coste político o personal.  De ahí que hasta empresarias millonarias como Ana Patricia Botín Madonna, y políticas de ideología neoliberal, como Hillary Clinton, se atrevan a llamarse feministas, aunque no hayan demostrado ningún compromiso serio con las mujeres de menos recursos. De hecho, el banco de la señora Botín,que ahora presume de tener mayor proporción de altas ejecutivas, las sigue desahuciando sin ofrecerles ninguna alternativa.[5]
“Hasta empresarias millonarias como Ana Patricia Botín o Madonna, y políticas de ideología neoliberal, como Hillary Clinton, se atreven a llamarse feministas”
       Eldiario.es, criatura de la Open Society, y sobre todo Público, que lo es de Mediapro, son en España los abanderados de estefeminismo, que ya es hegemónico en las instituciones. En realidad, fue un grupo de mujeres periodistas, académicas y políticas, vinculadas a Podemos y sus marcas blancas, quienes, desde la tribuna dePúblico, y tomando como referencia la experiencia norteamericana, organizaron la Huelga de Mujeres del 8 de Marzo pasado. Con la cobertura de que gozó antes de la celebración, ampliada por otros medios como El País y la Cadena Ser, el éxito de convocatoria estaba asegurado. Fue, en efecto, la huelga más mediática y alabada de la historia; porque, ¿cuándo se ha visto que la preparación y desarrollo de una huelga se apoye desde los grandes medios y haga titulares si no es para denostarla?[6] Ello no significa que no nos parezcan respetables los motivos legítimos de las miles de personas que siguieron la convocatoria.
     La llamada Comisión 8-M, presentada como la organizadora de la pasada Huelga del 8 de Marzo y de la que ya se anuncia para este año,[7] es una entidad anónima, ya que en su página web no figuran, curiosamente, los nombres de las asociaciones que la componen (sólo las adhesiones). Conocemos, sin embargo, la identidad de quienes hicieron de portavoces de ella en la anterior convocatoria: profesoras especializadas en estudios de género o derechos humanos,[8]colaboradoras de El Salto y Píkara Magazine, diputadas de Podemos En Marea, e integrantes de Feminismos Sol.
       Todos los numerosos artículos publicados en los medios citados califican el 8-M de 2018 como un hecho “histórico”, al igual que se hizo con las Marchas norteamericanas. Ya cualquier evento que ellas y ellos promueven “hace historia” y supone una “revolución”, de la cual hasta ahora -por cierto- no hemos visto resultados materiales las mujeres de a pie. “El espíritu del 8-M ha llegado para quedarse”, vimos en titulares. Para la directora de PúblicoAna Pardo Vera, el gabinete de “feministras” nombrado por Pedro Sánchez fue producto de este“espíritu”.[9] Y con esta renta espiritual se han organizado eventos en los “Ayuntamientos del cambio”, donde siempre participan las mismas.[10] Son las “Mujeres que cuentan”[11] y los lobbies de periodistas de elite como el Balcony Group, creado para “impulsar y acompañar a las mujeres hacia puestos de responsabilidad en los medios de comunicación”.[12]
      El “espíritu del 8-M” se ha posado también sobre los señores de la derecha, que el año pasado presentaron la campaña#NoSinMujeres, para boicotear los eventos académicos que no cuenten con la presencia de una mujer al menos entre los expertos ponentes. Sus padrinos son nada menos que el director de investigación macroeconómica del BBVA, un ex-consejero de gobierno y fundador de Afi, think tank vinculado al Banco de Santander; un miembro de laFundación Elcano, y periodistas como Joaquín Estefanía.[13]Últimamente se incentiva, con la rebaja del Impuesto de Sociedades, la incorporación de mujeres a los consejos de administración de las empresas.[14] Y Público sigue dando publicidad a exitosas -y por supuesto glamourosas– empresarias expertas en “visibilidad femenina”, que predican una suerte de feminismo de auto-ayuda para directivas y emprendedoras.[15]
        Si hasta 2009 fue la Federación de Organizaciones Feministas del Estado Español la coordinadora que organizaba los Encuentros Estatales, que integraban un abanico de corrientes;[16] ahora es la revista CTXT, asociada a Público, la que convoca -por sugerencia deJoaquín Estefanía– Jornadas Feministas, como la celebrada recientemente en Zaragoza, con la reducida presencia en las mesas de ponentes de las promotoras de la Comisión 8-M. Escuchándolas se diría que viven en un mundo sin clases, donde sólo quedan mujeres “racializadas”, marginadas o trans; y donde las palabras capitalismo o anti-capitalista, si se mencionan, es de pasada. Incluso en alguna intervención se utiliza el término patriarcado como sustituto de capitalismo.[17] Clara Serraportavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid,[18] presentó en estas Jornadas el libro Un feminismo del 99%, introducido por la norteamericana Nancy Fraser, la misma que, durante las primarias del Partido Demócrata que enfrentó a Clintoncontra Sanders, apoyó a la primera, cuyas “hazañas feministas”dentro y fuera de su país son de sobra conocidas.[19]
      Según Serra, el feminismo avanza porque llegan muchas mujeres a la política, citando a Ada Colau y -cómo no- a la norteamericanaAlexandria Ocasio-Cortez, la niña mimada de los medios corporativos a la que presentan como la esperanza blanca de la “izquierda” delPartido Demócrata -verdadero oximoron-, cuando aún no ha demostrado absolutamente nada, más allá de declaraciones de intención. Y se pregunta la podemita ¿Qué ha pasado para que el proyecto feminista del “neoliberalismo progresista” de Clinton haya fracasado? La respuesta a esto la dio Michelle Obama -otra super-dama a la que se pone la vitola de feminista-, cuando dijo que “algo falla en las cabezas de las mujeres norteamericanas”. En efecto, tanto allá como acá la autocrítica por las derrotas está fuera de discusión; todo se reduce a echar balones fuera: la culpa la tiene Rusia o losabstencionistas, o es que estamos locas.[20]
“Este feminismo de saldo, cocinado en los medios “progres”, es esencialmente un movimiento de corte liberal-posmoderno, profundamente burgués, que sólo aspira a la igualdad entre hombres y mujeres en las alturas, en su propia clase”
       Por supuesto, en el repertorio de lugares comunes que exhibió la señora Serra no podía faltar el referido a que las mujeres somos las únicas suficientemente organizadas para parar el ascenso del fascismo, consigna que también allá y acá se ha hecho viral.[21] Irene Montero, que reapareció recientemente como reina regente de Podemos, rodeada de su nutrida corte de damas de honor, dijo que “La revolución de las mujeres es la fuerza más poderosa para hacer frente a los trillizos reaccionarios”.[22] Y, como es preceptivo en las entradas reales, tuvo su anuncio previo en Público, donde se informó que el acto buscaba “visibilizar un proyecto de país alejado de Vox y sus cómplices, un país que cuide, que ponga la vida en el centro…”.[23] Es decir: un país de cuidadanas y cuidadanos que harán que el capitalismo se interese por la vida y no por la explotación del trabajo para extraer plusvalía. Y el conejo sale de la chistera.
      Lo hemos dicho en otras ocasiones: este feminismo de saldo, cocinado en los medios “progres” como Público, eldiario.es, El País, The New York Times o el Huffintong Post, es esencialmente unmovimiento de corte liberal-posmoderno, profundamente burgués, que sólo aspira a la igualdad entre hombres y mujeres en las alturas, en su propia clase. Las demás, seamos blancas, negras, payas, gitanas, lesbianas o trans, seguiremos siendo desahuciadas, explotadas, oprimidas, destinadas a los trabajos más precarios, despojadas de derechos sociales, de ayudas en caso de maltrato y despedidas si se nos ocurre la osadía de ser madres, a no ser que sea para los señoritos y señoritas que nos compran -o nos roban- nuestros hijos.
     El objetivo de este feminismo de saldo al que se apuntan incluso lasmujeres y los hombres que son nuestros explotadores o sus aliados –muchos más del 1%-, es precisamente impedir la unidad de nuestra clase, combatir la conciencia de clase; cuando lo cierto es que al fascismo sólo lo va a parar nuestra organización unitaria contra la barbarie del capital, sin que ello signifique que renunciemos a la lucha contra el machismo y las causas estructurales que lo reproducen.No permitamos que nos roben conmemoraciones que son nuestras, porque surgieron de nuestra lucha contra la explotación y la opresión. Por eso, hagamos que el 8 de Marzo vuelva a ser el Día de la Mujer Trabajadora. Tampoco permitamos que usurpen herramientas de lucha que nos pertenecen, como es la huelga. Por eso, en la situación crítica en que nos encontramos, ante la ofensiva del capital, ninguna huelga puede ser realmente efectiva si no es una Huelga General -de mujeres y hombres- que pare la producción. Este es el único lenguaje que los explotadores y explotadoras entienden.
Enero de 2019.
Notas y referencias bibliográficas:

[1]  Esto no viene de ahora, sino de finales de los 70, cuando arranca el nuevo ciclo de acumulación en el que nos hallamos, y con él la ideología posmoderna que lo justifica, con su mantra del  “fin del trabajo”.
[3]   Un análisis más amplio de estas mid-term, también  en este medio: http://canarias-semanal.org/art/23993/en-los-estados-unidos-ha-ganado-el-feminismo-o-el-flautista-de-hamelin
[6]   Por ello son totalmente falaces argumentos como que “solo tenemos que comparar las cifras de las manifestantes del 8 de marzo de apenas hace cinco años (…) con las que hemos vivido en los dos últimos años. La afluencia multitudinaria a las concentraciones del 8 de marzo de 2017 ya hizo presagiar que el feminismo iba ganando músculo. Y ese músculo se manifestó el Día de la Mujer de 2018”:https://ctxt.es/es/20190102/Politica/23626/Silvia-Claveria-tribuna-libro-El-feminismo-lo-cambia-Todo-Un-relato-sobre-la-lucha-contra-el-patriarcado-feminismo.htm Esta profesora universitaria pretende hacernos creer que la publicidad y la propaganda difundidas por prensa, radio y TV no tienen ningún efecto en las audiencias.
[7] El País se adelantó en octubre pasado en avisar de que en 2019 tendremos otra:https://elpais.com/sociedad/2018/10/06/actualidad/1538862263_827951.html
[8]  Algunas  ocupan o han ocupado cargos importantes en la FUHEM (Fundación Hogar del Empleado), que promueve la educación concertada y es vivero de políticos y políticas de altos vuelos.
[10] Por ejemplo, el encuentro Feminismo, Medios e Igualdad, organizado por el Ayuntamiento de Madrid, en el que se denunciaba “la desigualdad de género en los medios y el periodismo”, contó con Manuela Carmena, la ministra Carmen Calvo, la periodista Pepa Bueno, la directora del Intermedio, Carmen Aguilera; la del País Semanal, Montserrat Domínguez; la citada de Público; y la de La Marea, Magda Banderas, entre otras. Como vemos, todo queda en familia:  https://www.publico.es/sociedad/feminismo-pdli-ayuntamiento-madrid-organizan-i-encuentro-feminismo-medios-e-igualdad.html
[12]    Acto celebrado en el Instituto Internacional Americano de Madrid, con el patrocinio de la Cámara de Comercio de EEUU en España: https://www.publico.es/sociedad/medios-mujeres-periodistas-lideres-suman-primera-linea-batalla-igualdad.html
[16]  Llama la atención que en el lapso de diez años no se haya realizado ninguna otra convocatoria de este tipo.
[17]  Todas las intervenciones, por mesas, están disponibles en YouTube.
[18] La misma que, en una emisión de La Tuerka, dijo que “las mujeres fantasean con la violación”. Si ella lo hace, es su problema; pero a las demás no tiene derecho a meternos en ese saco deleznable.
[19]  Además, la señora Fraser, ex-gloria del feminismo liberal made in USA,  preguntada por un periodista sobre el motivo de que hubiese tantas jóvenes seguidoras de Sanders, se salió por la tangente machista respondiendo: “¿A dónde van las chicas?” Implicando que van a donde hay hombres.
[20]  La señora Obama hizo esta declaración en la reunión de la United State of Women (USOW) de 2018: https://www.youtube.com/watch?v=T9_EPyozCAc
[21]    Las mujeres, menos las fascistas, claro, y las PePeras como Isabel Díaz Ayuso, que rechazan el “feminismo radical”, expresión hilarante aplicada al feminismo low-cost, como la de “comunista” aplicada a Podemos.


Para tener más información sobre la página y nosotrxs, nos puedes escribir al mail: ecofeminismo.bolivia@gmail.com

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