El Tribunal Regional de Hamm se pronuncia este 13 de noviembre sobre el caso de Huaraz (Perú). Saúl Liuya reclama la responsabilidad del gigante energético alemán RWE en el deshielo.
Está amenazando a más de 50 mil personas. La laguna Palcacocha (Ancash, Perú) que domina la ciudad de Huaraz, se llena cada día más de agua glaciar. Desde 2009 Palcacocha es calificada por las autoridades peruanas como víctima de una "amenaza muy alta" de desbordarse. Las obras de drenaje implementadas desde 2012 ya no dan abasto y el dique no ofrece seguridad.
Saúl Luciano Liuya, nativo de la región y guía turístico, pudo observar las consecuencias del aumento de la temperatura sobre su paisaje andino. En 2015, apoyado por la ONG Germanwatch, empezó una lucha judicial contra la compañía alemana de energía RWE, que explota el agua y el gas de la región. Tras un primer rechazo por parte de la Corte Regional de Essen, en diciembre de 2016, la demanda de Saúl será de nuevo debatida en Hamm este 13 de noviembre de 2017.
La Rheinisch-Westfälisches Elektrizitätswerk (RWE) es la segunda mayor compañía de energía en Alemania, explota agua y gas para 30 millones de personas en Europa, América del Sur y América del Norte. Según un estudio de 2014, realizado por Carbon Market Data (UK), RWE emite el 0,5 por ciento de las emisiones globales de dióxido de carbono. El gigante energético se defiende de las acusaciones de Saúl explicando que RWE no puede asumir sola la plena responsabilidad del aumento de la temperatura en la cordillera peruana. Saúl reclama unos 23.300 euros a RWE para asegurar su casa y la zona contra un muy probable próximo aluvión. La ciudad de Huaraz ya fue inundada en 1941 causando la muerte de 5.000 personas. Liuya está luchando para que la historia no se repita.
DW: La RWE se defiende explicando que no puede asumir la plena responsabilidad del calentamiento global y que la compañía no es la única responsable del deshielo. ¿Qué le parece?
SLL: Cuando era niño yo veía las montañas blancas, era hermoso. A medida que fui creciendo esas montañas perdieron ese color. Basta con mirar para notar cómo ha cambiado la situación. Tenemos datos que demuestran que esta empresa es una de las más contaminantes en Europa. Claro que no se puede atacar a una sola, pero si hablamos en porcentajes podemos dar una aproximación de las consecuencias de esta explotación. Lo que yo busco es que estas empresas asuman sus responsabilidades en cuanto al cambio climático.
DW: ¿Qué espera de esta cita en Hamm el 13 de noviembre?
SLL: Es difícil ganar, aunque lo esperamos. Al nivel general ya dimos grandes pasos y hemos logrado lo que era imposible: denunciar lo que está pasando en Huaraz. Si la corte nos rechaza, seguiremos esperando. El deshielo es un problema que no tiene solución; en unos años deberemos enfrentar otro problema: la falta de agua. No importa que gane un sol, un dólar o un euro, lo que sí importa es que lleguen otros reclamos como el mío en el futuro.
DW: ¿Cree usted que en el futuro la lucha contra los contaminantes tendrá lugar en los tribunales?
SLL: No quiero atacar a la RWE, quiero que cambien su método de producción de energía. Hoy tenemos a muchos especialistas que proponen alternativas. Los métodos de producción de la RWE son muy sucios y no sólo están afectando a Huaraz sino que afectan a toda América Latina.
DW: ¿Tiene miedo de enfrentarse a un gigante como la RWE?
SLL: El miedo siempre está, pero me siento muy apoyado, sobre todo por jóvenes que me ayudan a hablar de Huaraz. Siento que no estoy solo.
Margot Desautez (DZC)
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