Muchas formas de lenguaje y expresiones que abundan en nuestro vocabulario construyen y refuerzan estereotipos de género que conducen a la violencia contra las mujeres. Por eso aquí te decimos cómo evitarlas.
El lenguaje es una expresión de nuestro pensamiento, un reflejo de los usos y costumbres de una sociedad y cultura determinadas. Por ello, por mucho tiempo el lenguaje ha sido también fuente de violencia simbólica, una herramienta más a través de la cual se ha naturalizado la discriminación y la desigualdad que históricamente ha existido entre mujeres y hombres, las cuales tienen su origen en los roles y estereotipos de género que limitan y encasillan a las personas partiendo de sus diferencias sexuales y biológicas.
Dado que por mucho tiempo la sociedad justificó las relaciones desiguales entre mujeres y hombres –confinando a las mujeres a las actividades del hogar, la atención de las hijas e hijos y al rol reproductivo y de cuidados— no es de extrañar que el lenguaje que por años hemos utilizado esté caracterizado por expresiones sexistas y excluyentes que han invisibilizado la presencia de la mujer y, especialmente, su participación en muchos de los ámbitos públicos en que hoy son también grandes protagonistas.
De esta problemática – y del impacto de inevitablemente tiene el uso de lenguaje en nuestro desarrollo como sociedad— es que surgió el lenguaje incluyente, el cual establece nuevas reglas que se adaptan a una sociedad igualitaria y que fomentan una cultura del respeto y la no violencia hacia las mujeres.
¿Por qué es importante utilizar el lenguaje incluyente?
En esencia, muchas formas de lenguaje y expresiones sexistas que abundan en nuestro vocabulario — las cuales han pasado de generación en generación perpetuando patrones de comportamiento— construyen estereotipos de género, asociando a las personas con roles y expectativas sociales entorno a lo que deben ser/hacer las mujeres y los hombres.
De esta forma, el lenguaje sexista o excluyente ha reforzado la idea errónea de que las mujeres tienen un papel de inferioridad o subordinación con respecto al hombre.
Estas formas sutiles de desvalorización de la mujer en el lenguaje son las que, en el inconsciente colectivo, se suman a las muchas formas que contribuyen a reforzar la desigualdad y, en el peor de los casos, a justificar la violencia ejercida hacia las mujeres.
Por ello, te invitamos a descargar nuestro manual para el uso de un lenguaje incluyente y con perspectiva de género.
Guía rápida para el uso del lenguaje incluyente y no sexista
A continuación te dejamos 9 formas en que puedes utilizar el lenguaje incluyente en tu vida diaria.
Esta propuesta no considera la economía del lenguaje. Condenada al fracaso.
ResponderBorrarDemasiado generalizado lo k dices y no siempre verdad en cada caso.
Borrar¿Basas tu vida en la economía? Estas condenado al fracaso.
BorrarCon lo caras que son las palabras. Mejor ahorrarlas, verdad?
BorrarOOOOOHHHH NOOOOO!!!!!111!!!! ME OPRIMEN A TRAVES DEL LENGUAJE!!!!1!!!!1 EL PATRIARCADO ME OPRIMEEEEEEEEE A TRAVESSS DEL LENGUAJEEEEEEEEE
ResponderBorrarhttp://www.dailysquat.com/wp-content/uploads/2016/03/feminist-red-hair-feminism-culture-destruction-marxism-family-anti-western-culture-659x412.png
ResponderBorrarDisculpa, no estoy de acuerdo con lo que dices. Concuerdo en el lenguaje inclusivo, sin embargo discrepo que se deba imponer. Pienso que no sigue las reglas gramáticas de la lengua. Si tú buscas inclusividad, no puedes imponer el vedar el lenguaje. Además hayo algunas contradicciones en los ejemplos.
ResponderBorrarSegún la imagen es incorrecto decir 'Cuando uno piensa' pero la solución que da es 'Cuando una piensa' eso para mí no resulta inclusivo.