Mujer & Participación Política Ecuador
CELAG
Análisis de la participación política en Ecuador desde una mirada de género |
De acuerdo al Censo 2010, Ecuador tiene 8’087.914 mujeres, lo que representa el 50,5% de la población del país. En lo que respecta a la participación política, el artículo 3 del Código de la Democracia establece “El Estado promueve la representación paritaria de mujeres y hombres en los cargos de nominación o designación de la función pública, en sus instancias de dirección y decisión, y en los partidos y movimientos políticos. En las candidaturas para las elecciones pluripersonales será obligatoria su participación alternada y secuencial”. En las últimas dos elecciones seccionales de 2009 y 2014, las mujeres representaron el 50 % del padrón electoral. En 2009, la cantidad de mujeres habilitadas para votar fue de 5.179.646, mientras que en 2014 fueron 5.821.894. En ambos casos se trató del 50,1% del padrón electoral. Sin embargo, pese a esta preeminencia de las mujeres en el padrón electoral, la participación política de las mujeres, si bien ha experimentado un crecimiento sostenido durante los años de la Revolución Ciudadana, aún persiste una desigualdad en comparación con los hombres.
Si se tiene en cuenta el recorrido histórico de la Asamblea Nacional se observa que al regreso de la democracia en 1979 ninguna mujer formó parte de la institución. En 1984 fueron electas 3 diputadas de 71 miembros; en 1986 solo 1 de 56; en 1988, 3 de 71; en 1990, 4 de 60; en 1992, 4 de 77; en 1994, 3 de 65; en 1996, 4 de 70. El salto se dio en 1998 cuando fueron electas 16 mujeres de 121 miembros del Congreso. Dicha tendencia continuó en 2003 cuando fueron electas 18 de 100. En 2006, 26 de 100. Ya con la Revolución Ciudadana, en ocasión de la Asamblea Constituyente de 2007, fueron elegidas 10 asambleístas nacionales y 35 provinciales. Mientras que, en las elecciones generales de 2009, de 124 miembros que conformaban la Asamblea Nacional, 37 fueron mujeres. En la conformación de la última Asamblea Nacional (elecciones generales 2013) de 137 Asambleístas, 53 son mujeres. A nivel regional y local, se observa una preeminencia de las candidaturas de los hombres y una intención de voto que mayormente los favorece. Así lo demuestran las elecciones seccionales 2009 y 2014 en las que se observaron algunos retrocesos respecto a la equidad de género.
En las elecciones seccionales de 2009, el total de mujeres entre candidatas principales y suplente fue de 32.441. Mientras que en el caso de los hombres fue de 33.562. Incluso en las candidaturas principales, los hombres superaron la cantidad de mujeres: 19.243 frente a 14.388.
En las elecciones seccionales de 2014, el total de mujeres entre candidatas principales y suplentes fue de 27.108. Es decir, 5333 menos que en 2009. En un artículo anterior sobre los jóvenes en Ecuador, remarcábamos que en ese caso también la participación política en la integración de las listas de una elección a otra se había reducido. En el caso de los hombres el total fue de 28.051, 5511 menos que en 2009. Aunque una vez más, en lo que respecta a las candidaturas principales, los hombres superaron a las mujeres en un 15,8%: 16.317 frente a 11. 863.
Si analizamos la distribución de candidatos para las elecciones seccionales de 2014 observamos que los esfuerzos por garantizar la igualdad de género tienen un techo vidrio, las “candidaturas unipersonales”. Es decir, si se tiene en cuenta los candidatos para las diferentes dignidades, en el caso de las vocalías de juntas parroquiales el 43, 1 % son mujeres mientras que el 56, 9 % son hombres. Similares porcentajes se dan en las concejalías urbanas y rurales: 45, 4 % frente a 54, 6 % en el primer caso y 42, 8 % frente a 57, % en el segundo. Pero la situación cambia cuando se trata de las alcaldías y las prefecturas. En el primer caso solo hay un 12, 2 % de candidatas mujeres frente al 87, 8 % de hombres. Similar porcentaje se observa en las prefecturas: 13, 8 % frente a 86, 2 %.
Lo anterior pone de manifiesto que, en el caso de las dignidades pluripersonales, el mayor porcentaje de participación de las mujeres se debe a la reglamentación que establece que las listas de candidaturas deben ser alternadas y paritarias. Por el contrario, cuando se trata de dignidades unipersonales, como es el caso de Prefecturas y Alcaldías, solo 1 de cada 10 mujeres participan como candidatas principales. Ahora bien, si se comparan ambas elecciones seccionales (2009 y 2014), se observa un decrecimiento en la participación política de las mujeres como candidatas: si en 2009, fue de 42, 6% en 2014 fue de 42, 1 %. Mientras que en el caso de los hombres se registra un crecimiento: de 57, 4 % a 57, 9 %. El comparativo de candidatos principales entre las elecciones seccionales 2009 y 2014 muestra que en todos los casos existe una disminución de la participación de la mujer a excepción del caso de las concejalías urbanas que aumenta de 1446 candidatas en 2009 a 2608 en 2014. Lo cual no es un caso privativo solo de las mujeres, sino que también ocurre en el caso de los hombres, que pasan de 1843 a 3137.
Luego de observar esta tendencia al decrecimiento de participación de la mujer en la conformación de las listas, veamos ahora cuáles fueron los resultados electorales de 2009 y 2014, cuántas mujeres fueron electas y en qué cargo. En el 2009, 2 mujeres fueron electas como prefectas. Las 21 prefecturas restantes quedaron en manos de los hombres. 14 mujeres fueron electas alcaldesas mientras que las restantes 207 alcaldías fueron para hombres. 319 fueron concejalas urbanas en comparación con los 721 hombres. 133 fueron concejalas rurales frente a 407 hombres. Por último, 873 fueron electas vocales de juntas parroquiales frente a 3107 hombres.
Del total de las 5804 autoridades que se elegían en las elecciones seccionales de 2009, solo 1341 fueron ocupadas por mujeres (23,1 %) mientras que 4463 fueron para los hombres representando más del 75 % de los cargos sometidos a elección popular. En las elecciones seccionales de 2014, de las 5.628 autoridades electas 1.444 fueron mujeres (25,7 %); y 4.184 hombres, lo que nuevamente demuestra que mayoritariamente el 74,3% de los cargos sometidos a elección popular quedaron en manos de los hombres. Nuevamente, las mujeres alcanzaron los mejores resultados como vocales de juntas parroquiales, 1023 frente a 3056 hombres; en las concejalías rurales, 109 frente a 329 y en las concejalías urbanas, 294 frente a 573. Mientras que en lo que respecta a las prefecturas al igual que en las elecciones seccionales de 2009, solo dos mujeres resultaron electas de las 23 prefecturas que estaban en juego.
Por último, de 221 alcaldías, las mujeres solo resultaron electas en 16, dos más que en 2009. Teniendo como antecedente estos datos electorales y de cara a las próximas elecciones generales de febrero de 2017, durante el mes de septiembre se lanzó la plataforma de “Mujeres Progresistas”, espacio de debate sobre participación política. Una de sus figuras más visibles es la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, quien afirmó: “En el escenario que se abre de cara al proceso electoral que vamos a vivir en febrero de 2017, creemos necesario articular una plataforma de apoyo, participación política e incidencia de mujeres ecuatorianas progresistas por un país cada vez más justo y equitativo, dando juntas las batallas y enfrentando los nuevos retos que tenemos por delante (…) Estamos realmente provocando un debate profundo sobre la participación política de las mujeres en el país, cuál ha sido la incidencia de esta participación y cuáles son los retos que todavía enfrentamos desde una sociedad que aún conservadora, tiene algunos mitos que debe seguir rompiendo (…) para generar mayor conciencia social”.
En el marco de esta plataforma y de cara a la conformación de las listas de asambleístas que se dará a conocer en el mes de noviembre, uno de los objetivos consiste en que las mujeres puedan liderar las listas de candidatos a asambleístas provinciales y nacionales. Uno de los factores que puede determinar la participación de la mujer en política son la cantidad de horas que trabaja cada uno de los sexos. Si se tiene en cuenta el tiempo total de trabajo a la semana, las mujeres contabilizan 77:39 horas mientras que los hombres suman 59:57. Si bien las mujeres representan un porcentaje menor en lo que respecta al trabajo remunerado, 46:15 horas contra 51:36 de los hombres, presentan mayores porcentajes de trabajo no remunerado: 31:49 horas frente a 9:09 de los hombres. Es decir que de las 77:39 horas que trabajan las mujeres solo son remuneradas 45:15, lo que profundiza la desigualdad económica entre hombres y mujeres. Además de las 8.087.914 mujeres de Ecuador, el 13 % son jefas de hogar. Lo cual significa que la mayor parte del tiempo deben dedicarlo a las actividades de producción económica para el sostenimiento de la familia. Ecuador presenta también altos índices de embarazo adolescente, lo cual también disminuye la vinculación temprana de las mujeres con la política a través de diferentes espacios.
De acuerdo al Censo de 2010, el 18 % de todos los nacimientos provenían de mujeres entre 12 y 19 años lo que hace que la tendencia de la fecundidad adolescente sea la más alta de la subregión Andina, llegando a 100 por 1.000 nacidos vivos. Por último, pero no menosIMPORTANTE, persiste un factor vinculado a la tradición y al machismo que no solo establece un techo de vidrio para la participación política de la mujer sino más aún que considera que “lo público” es un espacio reservado para los hombres, como sentido común instalado, herencia del pasado colonial. Revertir dicha situación y luchar por más espacios para las mujeres, no solo en cantidad sino en trascendencia política es uno de los desafíos del próximo gobierno.
Fuente: http://www.celag.org/y-las-mujeres-donde-estan-analisis-de-la-participacion-politica-en-ecuador/
Si se tiene en cuenta el recorrido histórico de la Asamblea Nacional se observa que al regreso de la democracia en 1979 ninguna mujer formó parte de la institución. En 1984 fueron electas 3 diputadas de 71 miembros; en 1986 solo 1 de 56; en 1988, 3 de 71; en 1990, 4 de 60; en 1992, 4 de 77; en 1994, 3 de 65; en 1996, 4 de 70. El salto se dio en 1998 cuando fueron electas 16 mujeres de 121 miembros del Congreso. Dicha tendencia continuó en 2003 cuando fueron electas 18 de 100. En 2006, 26 de 100. Ya con la Revolución Ciudadana, en ocasión de la Asamblea Constituyente de 2007, fueron elegidas 10 asambleístas nacionales y 35 provinciales. Mientras que, en las elecciones generales de 2009, de 124 miembros que conformaban la Asamblea Nacional, 37 fueron mujeres. En la conformación de la última Asamblea Nacional (elecciones generales 2013) de 137 Asambleístas, 53 son mujeres. A nivel regional y local, se observa una preeminencia de las candidaturas de los hombres y una intención de voto que mayormente los favorece. Así lo demuestran las elecciones seccionales 2009 y 2014 en las que se observaron algunos retrocesos respecto a la equidad de género.
En las elecciones seccionales de 2009, el total de mujeres entre candidatas principales y suplente fue de 32.441. Mientras que en el caso de los hombres fue de 33.562. Incluso en las candidaturas principales, los hombres superaron la cantidad de mujeres: 19.243 frente a 14.388.
Fuente: Indicadores de Participación Política de la mujer ecuatoriana. Consejo Nacional Electoral.
En las elecciones seccionales de 2014, el total de mujeres entre candidatas principales y suplentes fue de 27.108. Es decir, 5333 menos que en 2009. En un artículo anterior sobre los jóvenes en Ecuador, remarcábamos que en ese caso también la participación política en la integración de las listas de una elección a otra se había reducido. En el caso de los hombres el total fue de 28.051, 5511 menos que en 2009. Aunque una vez más, en lo que respecta a las candidaturas principales, los hombres superaron a las mujeres en un 15,8%: 16.317 frente a 11. 863.
Fuente: Indicadores de Participación Política de la mujer ecuatoriana. Consejo Nacional Electoral.
Si analizamos la distribución de candidatos para las elecciones seccionales de 2014 observamos que los esfuerzos por garantizar la igualdad de género tienen un techo vidrio, las “candidaturas unipersonales”. Es decir, si se tiene en cuenta los candidatos para las diferentes dignidades, en el caso de las vocalías de juntas parroquiales el 43, 1 % son mujeres mientras que el 56, 9 % son hombres. Similares porcentajes se dan en las concejalías urbanas y rurales: 45, 4 % frente a 54, 6 % en el primer caso y 42, 8 % frente a 57, % en el segundo. Pero la situación cambia cuando se trata de las alcaldías y las prefecturas. En el primer caso solo hay un 12, 2 % de candidatas mujeres frente al 87, 8 % de hombres. Similar porcentaje se observa en las prefecturas: 13, 8 % frente a 86, 2 %.
Lo anterior pone de manifiesto que, en el caso de las dignidades pluripersonales, el mayor porcentaje de participación de las mujeres se debe a la reglamentación que establece que las listas de candidaturas deben ser alternadas y paritarias. Por el contrario, cuando se trata de dignidades unipersonales, como es el caso de Prefecturas y Alcaldías, solo 1 de cada 10 mujeres participan como candidatas principales. Ahora bien, si se comparan ambas elecciones seccionales (2009 y 2014), se observa un decrecimiento en la participación política de las mujeres como candidatas: si en 2009, fue de 42, 6% en 2014 fue de 42, 1 %. Mientras que en el caso de los hombres se registra un crecimiento: de 57, 4 % a 57, 9 %. El comparativo de candidatos principales entre las elecciones seccionales 2009 y 2014 muestra que en todos los casos existe una disminución de la participación de la mujer a excepción del caso de las concejalías urbanas que aumenta de 1446 candidatas en 2009 a 2608 en 2014. Lo cual no es un caso privativo solo de las mujeres, sino que también ocurre en el caso de los hombres, que pasan de 1843 a 3137.
Comparativo Candidatos principales Hombre/Mujer Elecciones seccionales 2009/2014
Fuente: Indicadores de Participación Política de la mujer ecuatoriana. Consejo Nacional Electoral.
Fuente: Indicadores de Participación Política de la mujer ecuatoriana. Consejo Nacional Electoral.
Luego de observar esta tendencia al decrecimiento de participación de la mujer en la conformación de las listas, veamos ahora cuáles fueron los resultados electorales de 2009 y 2014, cuántas mujeres fueron electas y en qué cargo. En el 2009, 2 mujeres fueron electas como prefectas. Las 21 prefecturas restantes quedaron en manos de los hombres. 14 mujeres fueron electas alcaldesas mientras que las restantes 207 alcaldías fueron para hombres. 319 fueron concejalas urbanas en comparación con los 721 hombres. 133 fueron concejalas rurales frente a 407 hombres. Por último, 873 fueron electas vocales de juntas parroquiales frente a 3107 hombres.
Comparativo autoridades electas hombre /mujerResultados Elecciones Seccionales 2009 y 2014
Fuente: Indicadores de Participación Política de la mujer ecuatoriana.Consejo Nacional Electoral.
Fuente: Indicadores de Participación Política de la mujer ecuatoriana.Consejo Nacional Electoral.
Del total de las 5804 autoridades que se elegían en las elecciones seccionales de 2009, solo 1341 fueron ocupadas por mujeres (23,1 %) mientras que 4463 fueron para los hombres representando más del 75 % de los cargos sometidos a elección popular. En las elecciones seccionales de 2014, de las 5.628 autoridades electas 1.444 fueron mujeres (25,7 %); y 4.184 hombres, lo que nuevamente demuestra que mayoritariamente el 74,3% de los cargos sometidos a elección popular quedaron en manos de los hombres. Nuevamente, las mujeres alcanzaron los mejores resultados como vocales de juntas parroquiales, 1023 frente a 3056 hombres; en las concejalías rurales, 109 frente a 329 y en las concejalías urbanas, 294 frente a 573. Mientras que en lo que respecta a las prefecturas al igual que en las elecciones seccionales de 2009, solo dos mujeres resultaron electas de las 23 prefecturas que estaban en juego.
Por último, de 221 alcaldías, las mujeres solo resultaron electas en 16, dos más que en 2009. Teniendo como antecedente estos datos electorales y de cara a las próximas elecciones generales de febrero de 2017, durante el mes de septiembre se lanzó la plataforma de “Mujeres Progresistas”, espacio de debate sobre participación política. Una de sus figuras más visibles es la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, quien afirmó: “En el escenario que se abre de cara al proceso electoral que vamos a vivir en febrero de 2017, creemos necesario articular una plataforma de apoyo, participación política e incidencia de mujeres ecuatorianas progresistas por un país cada vez más justo y equitativo, dando juntas las batallas y enfrentando los nuevos retos que tenemos por delante (…) Estamos realmente provocando un debate profundo sobre la participación política de las mujeres en el país, cuál ha sido la incidencia de esta participación y cuáles son los retos que todavía enfrentamos desde una sociedad que aún conservadora, tiene algunos mitos que debe seguir rompiendo (…) para generar mayor conciencia social”.
En el marco de esta plataforma y de cara a la conformación de las listas de asambleístas que se dará a conocer en el mes de noviembre, uno de los objetivos consiste en que las mujeres puedan liderar las listas de candidatos a asambleístas provinciales y nacionales. Uno de los factores que puede determinar la participación de la mujer en política son la cantidad de horas que trabaja cada uno de los sexos. Si se tiene en cuenta el tiempo total de trabajo a la semana, las mujeres contabilizan 77:39 horas mientras que los hombres suman 59:57. Si bien las mujeres representan un porcentaje menor en lo que respecta al trabajo remunerado, 46:15 horas contra 51:36 de los hombres, presentan mayores porcentajes de trabajo no remunerado: 31:49 horas frente a 9:09 de los hombres. Es decir que de las 77:39 horas que trabajan las mujeres solo son remuneradas 45:15, lo que profundiza la desigualdad económica entre hombres y mujeres. Además de las 8.087.914 mujeres de Ecuador, el 13 % son jefas de hogar. Lo cual significa que la mayor parte del tiempo deben dedicarlo a las actividades de producción económica para el sostenimiento de la familia. Ecuador presenta también altos índices de embarazo adolescente, lo cual también disminuye la vinculación temprana de las mujeres con la política a través de diferentes espacios.
De acuerdo al Censo de 2010, el 18 % de todos los nacimientos provenían de mujeres entre 12 y 19 años lo que hace que la tendencia de la fecundidad adolescente sea la más alta de la subregión Andina, llegando a 100 por 1.000 nacidos vivos. Por último, pero no menosIMPORTANTE, persiste un factor vinculado a la tradición y al machismo que no solo establece un techo de vidrio para la participación política de la mujer sino más aún que considera que “lo público” es un espacio reservado para los hombres, como sentido común instalado, herencia del pasado colonial. Revertir dicha situación y luchar por más espacios para las mujeres, no solo en cantidad sino en trascendencia política es uno de los desafíos del próximo gobierno.
Fuente: http://www.celag.org/y-las-mujeres-donde-estan-analisis-de-la-participacion-politica-en-ecuador/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario