El bioquímico británico Tim Hunt, de 72 años, afirmó: "Pasan tres cosas cuando están en el laboratorio: te enamoras de ellas, ellas se enamoran de ti y, cuando las criticas, lloran"
El bioquímico Tim Hunt, galardonado con el Nobel de Medicina en 2001, ha dimitido de su puesto en el University College de Londres tras hacer comentarios machistas durante una charla en Corea del Sur. “Déjenme que les cuente mi problema con las chicas. Pasan tres cosas cuando están en el laboratorio: te enamoras de ellas, ellas se enamoran de ti y, cuando las criticas, lloran", afirmó el martes Hunt en la Conferencia mundial de periodistas científicos en Seúl. El nobelllegó a proponer que hombres y mujeres investigaran en laboratorios segregados.
Hunt se disculpó el miércoles en declaraciones a la BBC, pero a la vez confirmó sus comentarios machistas. "Yo me he enamorado en el laboratorio y otra gente en el laboratorio se ha enamorado de mí y eso perjudica a la ciencia porque es tremendamente importante que en el laboratorio todos estén en igualdad de condiciones", afirmó a la cadena británica. "[También] es terriblemente importante que uno pueda criticar las ideas de otras personas sin criticarlas a ellas. Y si estallan en lágrimas uno se puede refrenar y no llegar a la verdad absoluta".
Las declaraciones han levantado la indignación en una comunidad, la científica, con reconocidos problemas para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. En España, por ejemplo, solo el 22% de las 173 sociedades científicas del ámbito de la salud tiene mujeres al frente. Y, pese a que las mujeres son el 51% de los estudiantes de doctorado, solo representan el 19,5% de los puestos de alta responsabilidad, según los últimos datos del Ministerio de Economía.
Hunt, que ganó el Nobel por descubrir proteínas fundamentales para las células, era hasta ayer profesor honorario en la Facultad de Ciencias de la Vida del University College. La institución, la primera universidad inglesa que admitió a las mujeres con los mismos derechos que los hombres, confirmó ayer la renuncia del bioquímico.
La Royal Society, de la que Hunt es miembro, se ha desmarcado de los comentarios machistas con un comunicado titulado "La ciencia necesita mujeres"
Las condenas públicas al nobel británico, de 72 años, se cuentan por decenas. Una de ellas partió de la bióloga Anne Glover, principal asesora científica de la presidencia de la Comisión Europea hasta el año pasado. “Parece que Tim Hunt habla de sus problemas personales en relación con las mujeres. Lo que él describe no es mi experiencia y nunca he tenido un estudiante (hombre o mujer, heterosexual o gay) que llorase cuando se criticaba su investigación”, declaró Glover a la web Science Media Centre. “Espero que su actitud ante la mujer sea cosa de una generación ya pasada”, añadió.
La sociedad científica más antigua de Reino Unido, la Royal Society, a la que Hunt pertenece desde 1991, también se ha desmarcado de los comentarios machistas de su miembro. En un comunicado titulado"La ciencia necesita mujeres", la institución aseguró: "Demasiadas personas con talento no desarrollan por completo su potencial científico por cuestiones como el género y la Royal Society está comprometida a ayudar a solucionarlo".
"En un momento histórico donde nos preguntamos como sociedad civil qué hemos hecho mal en los últimos 50 años —en 1964 fue el Acto de Derechos Civiles de EE UU, uno de los pioneros en intentar abolir la discriminación en base al sexo— para que la brecha de género todavía sea tan inaceptablemente grande en todas las profesiones y en todos los sitios del mundo, y buscamos las claves para cambiarlo, las declaraciones de Tim Hunt parecen sorprendentes", reflexiona la bioquímica María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, en Madrid.
"En 2002, el psicólogo Daniel Kahneman recibió el premio Nobel de Economía, junto a Vernon Smith, por su trabajo sobre el hecho de que somos incapaces de tomar las decisiones más racionales y más justas cuando van en contra de nuestros esquemas y estereotipos inconscientes. Hay muchos estereotipos, pero entre los más atávicos están los de género, los sexuales. La única manera de luchar contra ellos es siendo conscientes de su poder y de sus consecuencias muchas veces negativas para todos", concluye Blasco.
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